Entre pasillos y comedor, prefiero los biblioteca

por **Maria McCartney** Miér Sep 12, 2012 3:17 am

Había iniciado el día con un excelente humor. Por alguna extraña razón me sentí muy contenta y animada ese día. Había tenido la oportunidad de ir conociendo la magistral universidad y quede encantada con sus edificaciones y ambientes.

El día anterior me había esmerado en recorrer por muchas horas casi todos los rincones del lugar. Tenía una organización exacta y perfecta de todos los espacios, las aulas eran bastante grandes y armoniosas. Había revisado los laboratorios y demás zonas de práctica y me habían parecido perfectos. Se acoplaban perfectamente a todos los ensayos y prácticas que necesitábamos.

Sabía que la mayoría de las personas esperaban que me uniera a la carrera de artes oscuras o pociones, o quizás ambas pero en realidad había preferido la medimagia y estaba muy contenta con mi carrera. Desde muy pequeña había sentido la necesidad de ayudar a los demás con hechizos o pociones para que se pudieran recuperar de alguna dolencia que presentaran.

Hoy en día ya empezaba ver mis recompensas, ya que a medida que adquiria un nuevo conocimiento y podía ejercerlo me sentía fenomenal conmigo misma.

Decidí dirigirme a terminar de recorrer algunas de las instalaciones que me habían quedado pendientes el día anterior. Me vestí con una ropa cómoda para poder realizar el recorrido y Salí de mis habitaciones.

Los pasillos estaban algo desolados y en completa calma. Con pasos calmados me fui dirigiendo a los diferentes rincones y esquinas que había que tomar para llegar a la biblioteca.

Al llegar pude apreciar los diferentes estantes que allí se mostraban; los cuales estaban dotados de espectaculares ejemplares de lecturas y textos de grandes y extensas categorías.

Con pasos pausados me dirigí a los mesones principales que para ese momento se encontraban vacios, con un gesto tranquilo tome asiento en las butacas y empecé a revisar algunos tomos de mi interés. Minutos después aprecie unos estantes llenos de libros y manuscritos que llamaron mi atención.

Sin perder tiempo me acerque a la orilla de este estante y deje mis cosas bien resguardadas en un lugar cerca de los sillones principales. Con el paso del tiempo me fui concentrando profundamente en las letras que ante mi se presentaban. La lectura me sumergía en un mundo alterno, donde las preocupaciones y malos ratos no existian

-¿Por qué no podría seguir así?-

Pensé con aire triste:

-¿Por qué la vida debía de ser siempre tan agitada? ¿Acaso era mucho pedir un poco de paz y tranquilidad?-

Mis cavilaciones se mantuvieron hasta que sentí pasos a mi alrededor, inmediatamente me incorpore y sujete la varita intensamente

-¿Quién anda allí?-

Pregunte mientras seguía apuntando hacia el lugar.

por **Terius Holmes** Miér Sep 12, 2012 6:03 am

Brigantia... aún no podía creerse haber llegado hasta ahí, el primer paso de uno de sus objetivos más importantes estaba cumpliéndose de forma tan natural que su admisión parecía haber emanado naturalmente con el pasar de los días, aunque claro... aún no podía cantar victoria, no hasta haber hablado de su condición con uno de los decanos de la universidad. Había visto los emblemáticos retratos decanales colgados por algún lugar, y la lógica le decía que debería hablar con el de su propia carrera, pero él jamás había sido una persona de lógica, sino más de sensaciones e instintos... muchos instintos, y estos claramente le decían que algo había en la mirada de su propio decano, que no era la persona con la que quería hablar.

Se mordió la cara interna de los pasillos, mientras evaluaba sus posibilidades y caminaba con la esperanza de encontrar la biblioteca del recinto. Por supuesto que no era ningún adivino, por lo que no dudó en preguntar a quienes se cruzaban en su camino, unos para saber y otros para corroborar, pues ya le había pasado que por impulsivo se había dejado caer en más de alguna broma de aquellas que te dejan parado frente a un basurero aún sin poder encontrar el urinal.

Finalmente encontró su preciado trofeo, del cual absorbería todo conocimiento de licantropía que encontrara en aquel lugar, pero no sin antes sorprenderse con el gran tamaño de ella, realmente no pensaba que alguna más volviese a encontrar con una biblioteca del tamaño de Hogwarts, pero hela aquí. Miró hacia todos lados, intentando no parecer un campesino y se acercó al mesón de atención para preguntar por su área de interés.

–Criatura nocturna –le dijo a la bruja con una sonrisa torcida dibujándose en sus labios, no es que fuese una mala persona, pero siempre la había gustado jugar un poco con la gente y dejarle con la intriga de si acaso les estaban insultando o no –Buenos días, por cierto. Busco libros de criaturas nocturnas –aclaró por si las dudas, aunque ya la expresión primera de la mujer se había convertido en su trofeo matutino. Siguió entonces las instrucciones entregadas y apenas había encontrado la sección buscada cuando la voz de una chica preguntó que quien andaba por ahí. Frunció el ceño preguntándose si acaso sería bueno responder o si se refería a algún pasillo, pero como no escuchó a nadie más, finalmente decidió asomarse por la esquina, escontrandose de frente con una varita alzada y la dueña de ésta a quien de inmediato reconoció.

–Está claro que el chico de tus sueños no es, pero sí tu peor pesadilla quizás... o al menos la de hace un par de años –le sonrió antes de acercarse a ella y hacerle bajar la varita con su propia mano para darle un beso en la mejilla –¡Hola! Mira dónde nos vinimos a encontrar, cuando me contaste que estudiabas en Brigantia fuiste una de las primeras personas que pensé que encontraría en este lugar pero al llegar y ver su tamaño y distribución pensé que sería prácticamente imposible sin una cita acordada.

por **Maria McCartney** Miér Sep 12, 2012 6:55 pm

Pocos minutos después de estar apuntando hacia la nada con mi varita, escuche la voz de un joven y pude apreciar como aparecía ante mí la figura de un chico de una altura considerable y un atractivo notable. Este se acercó sonriéndome alegremente e incluso con un gesto relajado bajó mi varita.

¿Cómo no recordar a ese pequeño muchacho? Sería ilógico no hacerlo, habíamos mantenido una muy buena relación al momento en que ambos cursábamos estudios en Hogwarts.

Terius que así se llamaba el joven que estaba al frente de mí; había pertenecido a la casa de los leones a diferencia de mi persona que había estado en las casas de las serpientes. Lo más probable es que se pensara en que nuestro trato fuera sido hostil y poco amistoso pero contra todo pronóstico habíamos terminado siendo buenos amigos, muy buenos de hecho. El chico se había vuelto mi confidente y hasta mi protegido. Como era un año menor que yo siempre supervisaba que nada le sucediera y ninguno de mis trastornados amigos lo molestara.

Siempre lo había visto como un pequeño muy guapo y sabía que cuando creciera tendría muchas chicas pendientes de él, así que había desarrollado un sentimiento de protección con el joven chico ya que en él se reflejaba la imagen de mi joven medio hermano. Cuando me gradué de Hogwarts perdí un poco el contacto con el chico, sin embargo siempre intercambiamos correspondencia y el contacto no fue perdido del todo.

He admitir que me conmovió bastante saber la muerta de la madre del chico. Esa había sido la principal razón de nuestra unión, habíamos logrado coincidir en los lugares donde su madre y yo nos presentábamos y eso había creado un vinculo entre nosotros. A pesar de que guardaba gran fama en el mundo muggle no deseaba que esto fuera sabido en las dependencias mágicas. El chico así lo había entendido y me había guardado el secreto.

En las últimas correspondencias que habíamos intercambiado habíamos comprobado con gran emoción que compartiríamos en la misma universidad, diferentes carreras pero el mismo espacio. Así que nos pondríamos al día de todos estos años transcurridos. Al apreciar los espacios de esta gran construcción vi casi imposible la posibilidad de topármelo. Pero el destino nos había unido y allí estábamos nuevamente.

Cuando el chico estuvo lo suficiente cerca de mí y deposito un beso en mi mejilla; no pude desaprovechar la oportunidad de abrazarlo fuertemente haciéndole notar cuanto lo había extrañado. Sonriendo después de abrazarlo le conteste:

-Créame que nunca fue un dolor de cabeza señor Holmes o no para mí-

Esto fue dicho en un tono de aparente seriedad pero ambos sabíamos que solo era un juego

-¡Vaya! Parece que el destino nos quiere juntos, de todas las personas con que pude haberme conseguido tú resultas ser la primera….y permíteme agregar que me contenta mucho volverte a ver pequeñín-

Le revolví el pelo en un tono de complicidad. En los años que habíamos compartido había adoptado este gesto cariñoso con el chico, sin embargo a él no parecía agradarle mucho.

Observe estructuradoramente al muchacho frente de mi y evalué cada uno de sus facciones y posturas:

-Pero vaya, si ya ese nombre de pequeñín no te sienta para nada…. ¡Mírate! Eres todo un hombre hecho y derecho, de seguro tienes a mas de una chica loquita detrás de ti-

Le guiñe un ojo en gesto cómplice. Luego me dirigí a una de las sillas desocupas y tome asiento nuevamente, palmeando en un gesto tranquilo la silla que estaba a mi lado en un gesto mudo al que chico se sentara.

Cerré algunos tomos que tenia encima del mesón y los organice sobre el mismo para que el chico pudiera tener su espacio desocupado

–Cuéntame ¿qué haces por estos lados a tan tempranas horas? No me digas que tiene tarea atrasada jovencito-

Le miré con un gesto de supuesto enfado, pero la sonrisa en mis labios me delataba.

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