Be the death of me

Frunció un poquito el ceño cuando le sintió girarse, primero se molestó un poco porque no quería estar cara a cara con él, no mientras estuviera así, sentía el cuerpo muy raro, como si reaccionara por Ayyûb por vete a saber qué motivo. Pero después se dio cuenta de que ni siquiera él mismo se sentía cómodo estando abrazado por otro hombre por la espalda, recordaba determinadas sensaciones de manera poco agradables y quizás su hermano, a pesar de no haber vivido lo mismo, tampoco estaba cómodo.

Por ese motivo fue que no lo soltó, no quería que perdiera ni un minuto de su calor, no quería que se pusiera peor de nuevo, y ahora, bajo las mantas, se notaba ya un ambiente mucho más cálido, creado a partir de su temperatura corporal.

-Si te abrazo así es porque parece que vas a morir de frío. Eres mi hermano, carajos.

Dejó que se apoyara en él, lo único que había retirado, y por si acaso la incomodidad seguía en aumento, fueron las piernas, dejándolas a una distancia prudente de él, por cierta zona sobre todo.

-Y no tienes que agradecerme nada, idiota – cerró los ojos para quedarse así con él, sentía que si los abría todo se volvería muy incómodo, no solo era su hermano sino que además era un hombre, no podía estar pensando ese tipo de cosas con él, por muy colocado que estuviera, no se lo permitía a sí mismo, no quería… coño. Había cosa en esta vida que él no pensaba repetir jamás y esa era una de ellas ¿no? – me gusta pasar el tiempo contigo, si te mueres de hipotermia pasaré a quedarme totalmente solo aquí… ya no puedo volver a la universidad más.

Lo había dicho, intentaba alejar de su mente todo esos pensamientos poco fraternales que el tenerlo desnudo, tan cerca y todo lo demás (inducido todo por drogas, lo diría siempre) le provocaban.

-¿quieres dormir ya? - lo dijo para cambiar de tema rápidamente, claro.

Se alegraba muchísimo de que su hermano no pudiera o no quisiera seguir con el tema, daba por hecho que era por sueño, sobre todo por el comentario y la forma rara de mirarle que tenía, y por lo tanto, esperaba que al día siguiente ni se acordara de aquel tema que él mismo había sacado, porque se sentía incapaz de ocultarle, pero que realmente no quería contarle…

Y la verdad es que él no tenía en ese momento la cabeza puesta en la mierda de la universidad, no, entre los narcóticos, el alcohol y todo, su cabeza andaba más concentrada en lo que tenía colgando entre las piernas que en su actual salida del colegio. Maldita sea, maldita droga y maldito todo. Joder, que era su hermano, no debería ponerse así pensando en ningún tío eso era… asqueroso. Al menos para él.

Angustiado, pensando solamente en eso, olvidándose de los problemas que tendría al día siguiente para explicarlo todo, se llevó una de las manos a la entrepierna, joder, no estaba como debía, tampoco estaba exactamente excitado, coño, su mente aún seguía fría, no tenía esa urgente necesidad de… pues eso, de hacer de todo ni nada. Dejó de palparse sobre la ropa interior, era incómodo más aún si se estaba toqueteando, coño, estaba ahí su hermano, estaba con su rostro jodidamente cerca del propio.

Cerró los ojos y se alejó de él, iba a intentar dormir sin más mirando al techo, todo aquello era por las drogas, lo sabía, no podía ser por ninguna otra cosa. Lo quería como a nadie, pero porque era su hermano pequeño y siempre había sido muy bueno con él, y le había demostrado sana admiración. No tenía nada que ver con el tema sexual.

El problema llegó cuando su hermano, al parecer, echó en falta el calor del otro al haberse despegado, y fue a buscarlo, abrazándose a él, pegando totalmente su cuerpo al lateral del de Adnan. Por un momento pensó que se le haría totalmente imposible por esa noche, cerró los ojos y, solo por curiosidad, intentando con ello apagar un poco esos pensamientos que le rondaban desde hacía rato, pasó una de sus manos por el contorno de la silueta de su hermano, notando su total desnudez cuando pasó del brazo a la pelvis y de la pelvis a la pierna sin sentir nada más. Eso le puso bastante más nervioso y tuvo que suspirar, respirar, girarse volver a estar cara a cara con él… y le volvió a besar suave sobre los labio. Maldito imbécil… y para colmo, sentía toda su hombría contra la pierna, cojones, así sería totalmente imposible pegar ojo, pero lo intentaría, no le quedaba otra, sobre todo, porque a pesar de todo Ayyûb no parecía notar nada de lo que Adnan hacía.

Notó como se despertaba, sintió su mirada a pesar de la penumbra y sus gestos, eran demasiado obvios, esperaba que hubiera notado algo, que hubiera sentido sus caricias o su media erección, al fin y al cabo quería, no, más bien deseaba, que le diera una hostia para ver si aquello se le pasaba. En ese momento más que en ningún otro estaba odiándose a sí mismo, era bastante enfermizo el pensar en hacerle esas cosas a una persona a la que aprecias tanto, al fin y al cabo… él mismo odiaba de sobremanera a los putos maricones, por lo que hacían, por lo que le habían hecho.

-Si… ya me duermo – sintió como el otro volvía a cerrar los ojos y recordó algo muy útil, la leche de amapola, era la mejor poción para dormir, la forma más rápida y viable de pasar una noche sin sentir nada, sin dolor, ni pensamientos, las adormideras se llamaban, y por algo era – solo… dame un minuto.

Se puso en pie, librándose de él, huyó, literalmente a la habitación de las pociones y cogió una de las que había pensado, sentía su miembro demasiado cargado, joder… no se la tomó porque era de efecto casi inmediato, volvió a su dormitorio, se metió en la cama y sintió a su hermano, cual mono engancharse de él.

-Una pócima, para dormir – aclaró, por si seguía despierto, no estaba muy seguro – mañana me despiertas… o no lo haré en todo el día…

Se relamió, su hermano parecía estar totalmente sobado, pero esperaba que hubiera oído eso, se tomó la pócima entera y la dejó sobre la mesita de noche, dejando al otro quedarse totalmente abrazado a él, y como buenas noches, más dormido que despierto, dejó que sus labios se quedaran unidos a la piel de su hermano.

El egipcio se durmió con bastante facilidad gracias a aquella pócima que había ingerido, olvidándose de todo, aunque no era tan fácil como aquello, la poción hizo más efecto del deseado por culpa de que ya iba drogado, y mezclar un fármaco que tranquiliza con una poción para dormir era como meterte en una especie de sueño más profundo de la cuenta, Adnan lo sabía, y en cierto modo lo había hecho queriendo, tendía a ser un poco despreocupado por su bienestar, sobre todo cuando hacía cosas como aquellas, como lo que le había pasado y había pensando mientras estaba en la cama con su hermano desnudo, como las veces que actuaba como no debía, como ese último día, en el que no solo había sido expulsado de su única meta (por el momento) a lograr, sino que además había intentado cosas con su gran hermano pequeño…
Si aquella especie de droga mezclada con narcóticos había hecho que cayera en un coma tan profundo que no se despertara jamás no iba a andar quejándose.

Pero para su total y completa mala suerte no fue así, él no había caído en ningún coma y su hermano lo había sacado del sueño, no notó sus gestos, sus roces, no sintió nada de aquello, pero cuando se empezó a quedar sin respiración la reacción natural de cualquier cuerpo es recobrar la consciencia y comenzar a removerse, despertándolo del todo, o bueno, al menos en parte.

Abrió los ojos, sobresaltado, como un resorte se sentó quedando con todo el pecho al descubierto y haciendo que su hermano se medio colgara de su cintura por culpa del abrazo. Respiraba agitadamente, lo primero que pensó es que había tenido algún tipo de sueño tan poco agradable que había notado como le faltaba el aire, después recordó la droga y que no podría haber soñado por mucho que quisiera… y la única solución que le quedó es que estaba teniendo un ataque de cualquier tipo por culpa de la mezcla de la noche anterior. Apartó a su hermano sin cuidado, no es que quisiera despertarlo, es que se había asustado. Estaba claro que era un poco autodestructivo, pero pensando fríamente la única que se merecía morir por estar fuera de la escuela era la puta de Loreen, y el único culpable de lo ocurrido la noche anterior con su cuerpo y el de su hermano (aunque este no notase nada) fueron las drogas, así que a la mierda todo, no iba a dejar que un ataque de asma o algo así le frenara la vida.

Pero tan solo tardó un par de segundos en notar que no le pasaba nada más, estaba incorporado en la cama y desvió la mirada hacía su hermano, notando una estúpida sonrisa en su rostro. Maldito idiota, lo había logrado asustar.

-Yub, voy a matarte! – le dio un golpe en el hombro, un golpecito amistoso, pero viendo como el otro comenzó a reírse más a partir del golpe Kadar se giró en redondo, montándose sobre su hermano y comenzando a darle golpes, sin pasarse en cuanto a fuerza, pero intentando molestarle, que le doliera al menos un poco, el muy gilipollas lo había despertado de la peor manera posible –eres un puñetero idiota…

Siguió con las hostias hasta que su hermano le obligó a parar pegándolo totalmente a su cuerpo, o algo así, comenzó a respirar con aún más dificultad, medio agotado por la forma de despertarse y ahora con la impedimenta de tener también esa presa hecha por su hermano.

Pero algo lo intranquilizó, la mirada de su hermano, que lo nombrara sin decir nada más, su expresión en general, parecía sorprendido por algo y en ese momento Adnan ni se imaginaba que era, él no tenía ni idea de que la erección seguía ahí desde la noche anterior y parecía no tener ganas de bajarse, él no tenía idea de que, probablemente por culpa de algo que se metió el día anterior su cuerpo había reaccionado de aquella forma, en ese instante ya poco tenía que ver con quien tenía delante, o quizás sí, pero no era, para nada, deseo del egipcio que aquella parte de su cuerpo estuviera así.

-¿Qué pasa? – empezó a reírse, otra vez, idiota. Intentó desembarazarse de él, comenzó a intentar pegarle, sin lograrlo, así que intentó librarse por el otro método, tratando de salir de su medio abrazo, bajando por su cuerpo, escurriéndose, por decirlo de alguna forma, por su torso, viéndose obligado, por supuesto, a estar lo más pegado posible para intentar zafarse.
Cuando lo logró, sin mucha dificultad, pero haciendo que su hermano claramente sintiera aún más su problema de intimidad se dio cuenta de ello, sintiéndose jodidamente avergonzado, estaba claro que si se frotaba con el chico iba a notarlo, porque sintió como si le hubiera tocado, solo que claro… fue por él, por sus movimientos.

-Joder… aún sigue… – se quitó de encima de su hermano y se sentó en la cama, tapándose con la sábana, intentando disimular, por si su hermano no lo había notado aún o algo. Estaba claro que si lo había sentido culparía a la mañana, o a las drogas, o vete a saber, pero eso no quitaba que se muriera de vergüenza… - ¿Te estabas riendo de eso?... eres un maldito capullo.

Suspiró y escondió un poco el rostro en las manos, tapándose en cierto modo, parte por pudor, parte porque intentaba concentrarse en qué hacer con aquello. Joder, no estaba cachondo… no como anoche… con un poco de suerte su hermano no recordaba nada. Con un poco de suerte.

Notar cómo se reía de su situación lo hacía sentir jodidamente incómodo, avergonzado, era un jodido gilipollas. ¿Qué pasa? ¿Acaso él nunca se había despertado empalmado sin motivos aparentes? Lo suyo no era eso, pero resultaba muy fácil pensar en esa opción, al fin y al cabo sería la más normal teniendo en cuenta que ambos eran hombres y que llevaban mucho tiempo conviviendo de esa forma y nunca le había pasado. Aunque bueno… no tanto tiempo, hacía años que no pasaba una noche así con su hermano, desde que eran pequeños.

-Y yo que sé, habré soñado con alguna tía que estaría muy buena y me desperté así – dijo aquello gruñendo, incómodo. Prefería no pensar en lo de anoche y prefería que su hermano no se hubiera percatado de nada, tan jodidamente puesto iba el gilipollas. Solo con una o dos rayas. Suspiró y negó con la cabeza, intentando despejarse, quitarle importancia, mandarlo todo a la mierda – ahora se pasará, supongo… y ¡No te apoyes ahí! Joder.

Lo exclamó cuando sintió como se le acostaba sobre el regazo, muy bien, ahí, dándole más motivos a su jodido miembro de que no se bajara, la hostia, era un puto tío, llevaba sin descargar… demasiado tiempo, hablando rápido, y si se despertaba así lo último que podía desear era tener una cabeza cálida cerca de su entrepierna, y menos aún si se cubría por completo y por lo tanto se desvinculaba el rostro del chico del calor que sentía tan jodidamente cerca.

-No quiero que te mueras de hipotermia, pero también podrías vestirte, si pones tu jodida cara tan cerca de mi jodida polla mientras está así no va a bajarse en la vida, idiota, menos aún si te dedicas a taparte así, joder…

Se le escuchaba bastante angustiado, y lo estaba, agobiado por aquello, iría al baño y que le dieran al mundo, a su hermano y a todos, no iba a soportar aquello, no mientras cada segundo que pasaba se preguntaba un poco más si era solo por su culpa, por las drogas, por las mañanas… o si tenía algo que ver el hecho de aquellos roces, el contacto con su hermanastro, el tenerlo tan cerca, toda la noche. Eso lo preocupaba demasiado.

-Te puedes quedar aquí bien tapadito, yo voy a hacer el desayuno.

Hizo lo posible para librarse del peso que era su hermano y se levantó rápidamente, buscando el ir al baño, no a la cocina, obviamente.

No sabía ni que decirle. ¿Qué no se enfadara? Pero si había estado burlándose de él todo el rato, y riéndose, y para colmo con aquello que tanto le incomodaba. Si al menos fuera normal para él terminar empalmado y todo eso, pues tendría una lógica o algo, pero no, Adnan no era el tipo de persona que se despertaba así y su hermano lo sabía y se había reído y… joder. Se sentía tan jodidamente humillado que le daban ganas de darle una hostia, plantarlo en la pared y largarse de allí, si la convivencia empezaba así casi preferiría evitarla.

-No me enfado, joder.

Sonó tan poco convencido que se sintió culpable incluso y se giró para mirarle por un momento, medio envuelto en la manta, aún con la piel de un color más pálida de lo usual, seguramente con frío, y para colmo… bueno, con esa estúpida expresión de no haber roto un plato en la vida. Él. Era, como poco, irónico.

-¿Qué si llevo mucho sin follar? Lo sabes perfectamente… – ahora no recordaba si entre toda la mierda de la noche anterior le había hablado sobre Rang, quizás sí, y por eso no supiera la obvia respuesta a esa pregunta, que si, llevaba eones sin hacerlo, o más – ya te conté la última vez que estuve a punto de hacerlo y terminó frustrado, así que ni modo. Soy un puto amargado, y ahora que no es el momento se me pone así, no es normal, joder.

Se le notaba jodidamente frustrado, se puso a pensar que, quizás, su cuerpo solo necesitaba estar en total confianza para poder reaccionar así, no iba a hacerlo con una cualquiera y posiblemente poco a poco comenzara a pasarle también con Rang… seguro que con su hermano era eso lo que había sucedido.

-No te enfades… – suspiró agobiado, se estaba comportando como un idiota, como un total y completo idiota, y todo por una jodida erección que realmente no importaba tanto – anda, ve a vestirte. O si quieres quédate aquí y date la ducha caliente que ayer no pudiste, aún tienes mal color, no quiero que enfermes, en serio.

Se acercó a él, y le puso una mano en el hombro, impidiendo que se marchara, en un principio pensó en pegarlo un poco a si mismo para darle calor, pero no quería que volviera a notar aquello, a él también lo incomodaría, suponía.

-Soy un puto gilipollas, esto se arregla muy fácil, no hay que preocuparse tanto – medio sonrió mientras le daba un golpecito en el hombro, y le guiñó un ojo – que para eso no hace falta novia, que yo sepa.

Así de paso descubriría si le había contado algo de ella o no, tan fácil como escuchar la respuesta a eso.

Vio a su hermano largarse, lo bueno es que con ello supuso que no había dicho nada de su novia, lo malo es que ahora se sentía jodidamente mal por él, se metió en la ducha en cuanto estuvo solo y con un fácil conjuro hizo que el agua corriera, como siempre. Fría, helada.
Sintió un alivio considerable en esa parte del cuerpo que llevaba molestándole tanto rato, no tenía por costumbre masturbarse, hablando a las claras y en ese momento menos aún, tenía la cabeza en Ayyûb, si se corría así se odiaría un poco más a poder ser y por ese día ya había tenido suficiente.

Tras, la ducha completa se vistió con la ropa que había dejado allí aquella noche y cogiendo la de su hermano fue al dormitorio, volviendo a la cama, y se sentó junto al ovillo de manta que suponía sería él, suspirando, tosió un poco para dar a entender que estaba ahí, por si el hundimiento del colchón no hubiera sido suficiente.

-Yub-yub, no seas idiota, ¿te enfadaste mucho? Lo siento… tuve una mala noche, muy jodida.

Suspiró, de nuevo y se tumbó en la cama, mirando al techo de la habitación.

-Una mala noche y un peor día, ayer apestó, demasiado, no esperaba encontrarte en el bar, no esperaba tener que ver a nadie conocido, simplemente suponía que me cruzaría con algún borracho, iniciaría una pelea y terminaría con el ojo de alguien clavado en la varita.

Aquella confesión se le había hecho demasiado difícil, era como decir que no que ver, simplemente con él, pero no tenía nada que ver, simplemente no quería haberlo pagado con él, nunca desataría su frustración en su hermano queriendo.

-Supongo que se podría decir que anoche tuve que contenerme demasiado para no terminar haciendo algo de lo hubiera podido arrepentirme, estaba mal, enfadado y para colmo me empezó esta puta mierda, no sé porque coño estoy tan cachondo últimamente, ni que me hubiera metido viagra en vena – bufó aquello, burlándose un poco de si mismo e intentando con ello que su hermano descubriera la cabeza y se dignara a hablar con él o algo – tu estabas conmigo, como siempre, y te tocó aguantar mi mierda, la próxima vez me mandas a la mierda o algo.

Se llevó una mano a la sien, agobiado, ni sabía que más decirle aparte de eso, solo quería esperar a ver si salía de aquella armadura de ropajes e iba a vestirse o a estar con él, o algo, en ese momento, por estúpido, ñoño y nenaza que sonara, necesitaba estar con él, volvía a pensar en toda la mierda de la universidad y se le caía el mundo encima. Por un puto semestre no había terminado la jodida carrera.

-Es obvio, estoy frustrado, ni te dije nada, no pretendas entenderlo todo… – suspiró y giró el rostro para mirarlo de reojo ahora que se había descubierto para hablar con él, ya había decidido que le contaría todo aquello de la universidad, no tenía sentido esconderlo y no tenía motivos para defender a las personas que lo habían metido en ese horrible lio, de modo que simplemente se lo diría, cuando viera oportuno, cuando no estuvieran hablando sobre su posible masturbación o vete a saber.

-Eres un idiota - dijo riéndose un poco, lo de apagar el fuego le sonó tan raro que no pudo evitar reírse – ¿Cómo se supone que se apagan ese tipo de fuegos? Lo más parecido a una novia que he tenido últimamente…. No me vale para follar.

Se pasó una mano por el pelo, apartando el flequillo mojado de la frente, era su hermano, ya estaba bien de andar con medias verdades, con escusas, con todo. Nunca le había escondido nada a Ayyûb y sabía que él tampoco lo hacía, de modo que no había manera humana de que él mismo no terminara por contarle todo, como estaba comenzando a hacer en ese mismo momento.

Pero lo último que dijo su hermano hizo que dejara las verdades y demás a un lado, se acercó a él, alarmado.
-Espera aquí si estás tan frio, yo lo arreglaré rápidamente.

Ahora a él le tocaba cuidar de su hermano menor, primero fue a la bañera, que siempre usaba como ducha, la llenó con agua, salida de su varita que era mucho más rápido y la calentó el mismo modo, fue a la cocina y cogió leche, llenó un vaso, lo calentó mágicamente de nuevo y le puso chocolate en polvo para que se tomara un buen cacao caliente. Mejor que café a su hermano le gustaría más al menos.

Volvió a la habitación habiendo dejado el vaso de chocolate en el baño y una vez allí hizo que su hermano se pusiera en pie y lo acompañó al baño, haciéndole un gesto.

-Todo listo, te das un buen baño caliente y te bebes esto y si así no entras en calor te llevaré al hospital y me importa una mierda que te encuentren la droga.

Era franco, le daba igual, solo estaba preocupado por él, no podía ver mal a su hermano y no saber actuar, le hacía sentirse inútil.

Le hizo gracia que dijera que no era un crio, pero que se pusiera así porque un chocolate, se había callado y se lo había tomado totalmente feliz, dispuesto a hacer, o eso parecía, todo lo que Adnan le pedía. Siempre había sido así, por muy cabezón que se pusiera, terminaba haciendo lo que su hermano quería. Y este sabiéndolo, simplemente se había quedado ahí, apoyado contra el borde de la bañera, de tal modo que si inclinaba hacia atrás la cabeza daría con la de su hermano.

E hizo eso para asegurarse de que todo iba bien, que no se desmayaba por el calor, ni por el frio ni por nada, carajos.

-¿Se puede saber porque no puedes ir a un hospital? Si te llevo yo no sé porque no podrías – lo dijo casi gruñendo, si se ponía mal él lo llevaría, quisiera o no – y no, no es por ese consejo, ni siquiera lo entendí o algo… O simplemente no se con quien apagar el fuego, así que es un consejo inútil - lo dijo en un tono que era fácilmente interpretable como una broma, porque lo era, de manera más o menos exacta – ¿te encuentras así un poco mejor?

Se había girado, estando ahora sentado en el suelo, alineado con la bañera y vigilando a Ayyûb, se sentía totalmente culpable, él fue quien le dio aquella mierda tan dura, y su hermano no tenía el cuerpo adaptado a eso tanto como él mismo, y aún así… anoche estaba seguro de haber delirado por un buen rato, las lagunas mentales solían ser eso.

-Supongo que solo necesitaba relajarme, y ver que todo es normal a pesar de todo… – resopló un poco, bastante más bien, en ese momento debería de estar en clases y no había modo, pero dejando eso de lado todo era normal con su hermano, sin importar la locura de la noche anterior - Yub, ¿Qué recuerdas de anoche? Dije muchas cosas en sueños, demasiadas, creo, pero no me acuerdo bien… ni sé que partes te conté del porque estoy aquí hoy, o de porque estaba allí ayer…

Dejaría que él estuviera en la bañera tanto tiempo necesitara, pero mientras tanto podían estar hablando, por supuesto.

El pensar en la marca de su hermano le hizo fruncir el ceño, era cierto, así no podía ir a un hospital sin más, sabía que los mortífagos acudían a sus propios medigamos, que algunos de ellos trataban en San Mungo, y en otros lugares, pero lo normal era ir a consulta privada, para evitar preguntas y problemas. Eso, para enfermedades normales era un coñazo, para problemas con drogas era un auténtico lio, no podían ir diciendo por ahí que se había drogado sin más, no demostraba seriedad alguna y ahí eso no se premiaba.
Intentó evitar tanto ese tema como el del puto fuego de los cojones, ya lo apagaría, ya haría algo, no sabía cómo ni con quien, o solo o hostias, qué más daba.

-Me alegro al menos de haber sido de ayuda y poder arreglar lo que hice, que estás así por mi culpa, menudo hermano mayor – volvió a bromear un poquito con aquel tema, viendo como en cierto modo se medio dormía, ya mismo lo sacaría de ahí no quería que ahora se pusiera mal por tanto calor – casi se me olvidaba eso – carraspeó, no se le olvidaba, solo quería saber cuánto había hablado, más de la cuenta, desde luego. Y lo que dijo de Rang, bueno, eso no sabía ni porque lo había dicho, joder….

-Te lo pensaba contar, idiota, ya te lo dije ayer, antes de dormirte… caíste rendido muy fácilmente.

Le bufó y organizó las ideas, que podía decir y que no podía decir sin correr el riesgo de que se metiera en más líos de la cuenta, sin meter a personas que le importaran y demás.

-Me han expulsado… temporalmente, creo, de la universidad.

Aquello le sonó menos malo de lo que pensaba, siempre había imaginado y supuesto que decir eso sería como tirar a la mierda su orgullo, pero no, era una expulsión, una gilipollez. Su vida continuaba y era bastante obvio que lo hacía, ahí estaba la muestra, y en la entereza con lo que lo dijo, había armado una buena bulla con aquello sin motivos.

-No nada tan grave, solo tendré que estar viviendo aquí por una temporada, no sé cuanto exactamente. Supongo que no te importará demasiado, y si no quieres compartir habitación será tan fácil como habilitar la otra para vivir…

Miró a su hermano, su expresión era difícil de leer en ese momento exacto, no sabía que pensar de aquello, si estaba bien, si estaba mal, si él le daba importancia a aquello o no…

-Supongo que eso es lo único realmente importante sobre lo que te tenía que hablar, la gilipollez de si tengo o no novia es más secundario, total, son puras tonterías.

-Joder, no me puse así solo por la puta expulsión, sino por todo lo que conlleva. El decano que se encarga de eso, el que me expulsó, era mi profesor en las materias relacionadas con las pociones, él es quien dice si este semestre termino la carrera bien o si debo seguir ahí más tiempo, estoy hasta la polla de estar en la facultad, quiero terminar ya.

Eso era exactamente lo que le pasaba, no quería una puta carta de recomendación por buen comportamiento, no buscaba el aprecio de los decanos, ni de sus compañeros, ni nada, solo pretendía terminar en ese momento y pasar a ser un mago libre, poder buscar el trabajo que él quisiera, o montar su propio emporio de pociones o alguna mierda así. Pero si ahora Immëndorff decía que por faltar a todas las clases que habría durante su expulsión él quedaba fuera de todo y debía quedarse ahí otro semestre completo… había que joderse.

-No vas a tener que dormir en el suelo ni el sofá, me vale con que duermas con ropa, no me agrada que se me abracen - lo dijo con un gesto infantil picado. Ayyûb sabía eso de sobra, y aún así se le había pasado toda la noche enganchado, lo permitió porque suponía que era culpa del frio, de otro modo lo habría mandado a la mierda – y será mejor que salgas ya de la bañera, comienzas a tener mejor color del debido, no te vaya a dar ahora un golpe de calor.

Aquello fue una burla, y se puso en pie, desviando la vista del cuerpo desnudo que debería ver ahora, el de su hermano. También, a decir verdad, dijo aquello porque le seguía resultando un tanto incómodo tenerlo tan cerca, habían hablado todo ese rato con los rostros muy pegados el uno al otro, frente con frente, pero sentir su aliento en sus labios no era la mejor forma de seguir con aquello, de seguir calmado, su puto instinto primario se activaba fácilmente ese día, al parecer.

-Yub… – le tendió una toalla para que se secara cuando quisiera salir de allí y se quedó mirando al espejo, donde podría ver el torso de su hermano si este se levantaba – si deciden hacer la expulsión definitiva, estaría jodido, pero… quizás podría acudir a padre para que él consiguiera que no fuera así… ¿no?

Eso demostraba lo jodidamente desesperado que estaba porque no fuera así, su padre siempre era la última opción, y preguntarle a su hermano era una manera rápida y eficaz para que alguien le dijera hasta que punto era mala esa idea.. así que esperaba, en cierto modo, una negativa.