¡FELIZ CUMPLEAÑOS!

Castell Bach, Gales.
Fin de semana del 8 de diciembre

Luego de lo que había pasado había sido difícil para Bird decidirse a hacerle una fiesta a Lady por su cumpleaños que había sido el pasado 4, y más difícil todavía convencer a sus padres de que podía hacerse cargo, que nadie destrozaría su casa y que todo estaría bien con su hermana. Al final él se había llevado otro regaño luego de lo que había pasado en la fiesta en Hawkhurst pero sabía que sus padres estaban conformes con su actuación porque Lady estaba a salvo y él se comprometía día a día a que una cosa parecida no volviera a sucederle.

Al final habían accedido a una fiesta pequeña y habían ayudado a ponerle el doble de protección a la casa pagando una cantidad innombrable por mejores hechizos que mantuvieran siniestros alejados con tal de que sus hijos y los invitados estuvieran bien y tranquilos. Por cierto, Bird había invitado a muchos amigos suyos, además de la gente que invitara Lady, porque ya sabía que su hermana no tenía precisamente un amplio panorama de amigas, a excepción de Regina. Lo único que le daba tirria era saber que el islandés ese terminaría llegando tarde o temprano, el único al que le echaba la culpa de lo que había pasado con Lady en la fiesta.

Lady y Bird vivían en una casa en la playa que tenía dos años de adquisición en Castell Bach, Gales. Habían pasado la mayor parte de su vida en Cardiff, pero sus papás se habían cansado y habían mandado construir una casa rústica cerca de la playa, donde papá Nico era infinitamente feliz. Y tenían su propia porción de playa privada encantada para que los muggles no se acercara y a la que también le habían puesto protección porque ahí sería la fiesta.

Sus papás habían puesto algunas mesas y sillas, además de alumbrado ahí en la playa. Y Bird se había encargado de lo demás (alcohol, comida, y correr la voz de que llevaran sus iPods para poner lo que quisieran). No era una fiesta masiva y enorme porque no era el caso hacer eso con lo de la otra fiesta tan cerca y la funesta noticia de Leslie. El caso era pasarla bien, seguros y festejar que Lady por fin había cumplido 18. Como en sus tiempos de adolescente, papás le hicieron “el favor de desaparecerse esa noche”, pero Bird sabía que lo estarían monitoreando con patronus cada tanto y no le molestaba, no los culpaba de no terminar por sentirse seguros.

La cita era a las 7 de la noche, lo que quería decir que los esperaba alrededor de las 9. Tendrían que pasar primero por una rústica casa que más que casa de playa parecía un cottage con madera por doquier y peceras interminables con peces de todos colores y tipos, cada uno tenía su nombre. Había otras con moluscos, tortugas y otras especies raras. Pasada la casa, podrían llegar a la zona de la playa.

-LADY, ¿YA ESTÁS LISTA?-Le gritó a su hermana desde el pie de unas escaleras que parecían ir en zigzag hacia el segundo piso.

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La zona de nuestra casa imaginen que en lugar de ese estacionamiento está nuestra casa, es que así lo ven los muggles...

Pensó que de fiestas no iba a haber nada ese año. La verdad eso de que sus padres la hubieran dejado y hasta alentado a dar una fiesta era un plan con maña: Lady nunca era anfitriona de las fiestas en las que de verdad se divertía. O sea, en las que perdía cierto grado de conciencia. Así que los hombres de la casa, siendo muy pasivos agresivos al estilo Stoner, le dijeron que diera una fiesta en casa sabiendo que ella apenas si tenía amigos y que todo sería más una reunioncita tranquila y perfectamente controlada por su hermano que otra cosa.

Qué más daba. Le dio un trago al vodka de vainilla que se había preparado y bajó las escaleras con brincos toscos como hacía siempre luego de que Bird la llamara. Se había puesto una camiseta que papá Nico le había comprado y que era lo más ridículo de la vida, pero lo había hecho por no desairarlo y por que la verdad le daba muy igual lo que traía puesto casi siempre mientras no fueran vestidos por que los odiaba. Lo único que le había preocupado esa noche, además de la comida chatarra, era que sus papás hubieran puesto los hechizos de calefacción aldededor de las sillas por que odiaba el frío de la playa. Por eso se había permitido ponerse shorts.

Llegó hasta donde Bird y le dio un beso en la mejilla, antes de salir por la puerta trasera de casa hacia la playa y prepararse otro vodka. No esperaba a nadie, si llegaba gente seguramente serían amigos de Bird y si no llegaba nadie pretendía pasar la noche emborrachándose, comiendo papas fritas y mirando una de esas películas de Jackass que le encantaban, o todas. Su hermano las odiaba por que ella había querido emular alguna cosa a los doce y había terminado en San Mungo.

Después de hacerse su trago, se sentó en una de las sillas de playa con una bolsa de bombones de colores pastel. Lady era la peor dando fiestas, estaba segura de que eso había sido un absoluto plan con maña.

-¿Me vas a dar al menos un porro? Eso no me hace daño, hermano. Le dijo en voz alta para que alcanzara a oírla, mientras se quitaba los tennis y los dejaba tirados en la arena, lanzando un hechizo para prenderle fuego a un grupo de maderas y troncos no muy lejos de ella, para iniciar la fogata.

ropa de Lady

Las cosas en el fuero interno de Sofie estaban mal. Su madre había puesto el grito en el cielo a la mañana siguiente de la fatídica fiesta y en plena casa ajena, y no habían mejorado en nada sus ánimos cuando en la semana leyó el periódico con las declaraciones de Holland. Y no es que Sofie no estuviera acostumbrada a los exabruptos de su madre, sino que sabía perfecto lo que se vendría: tenía hasta navidad para disfrutar de la vida porque iniciado el receso festivo ya no volvería a Brigantia. Pero no era algo que fuera a compartir con nadie pues mantenía la esperanza de que no sucediera así y en todo caso no expondría a su madre como loca posesa frente a la opinión de sus amigos.

Nada. La sonrisa de siempre y las ganas de socializar como de costumbre, la cotidianidad de todos los días con Bird, y el preguntar a Lady si le había entregado la enfermera el osito de felpa que en el hospital mismo había comprado para ella, escusándose de que era una tontería, pero que como no había podido entrar a verla pues... al menos un peluche... Por eso se había enterado de la fiesta y usaría la salida que correspondía a esa semana en ello, llegando a la playa a fuerza de traslador y sola, pues ni tiempo de coordinar con nadie.

Vestía casual y con regalo en mano, recorrió las mil peceras, con algo de reticencia de estar metiéndose así en casa ajena, pero tampoco encontró el llamador para hacerse notar en la entrada, cuanto mocho pedía disculpas luego y ya. Y eso fue lo que hizo encontrando a Bird primero y luego a Lady. - Buenas! noches!... era aquí, no?... - intentó bromear, dando los pasos necesarios para llegar hasta Lady y entregarle la bolsita de regalo - feliz cumple! es una túnica para golpeador... pero no sabía si estás jugando en esa posición o en otra ahora... Igual el dependiente me dijo que puedes cambiarle... lo mismo si no es tu talle, aunque yo tengo buen ojo para eso... -

No iba a decir nada más y ya se estaba girando hacia Bird a quien sí saludó con un beso en la mejilla por tener más confianzas, pero luego volvió a voltear hacia Lady - Me alegro de verte bien!... En serio-por que sonaba muy solemne lo anterior y no era cuestión de amargarle el festejo, agregó -... ahora no tienes escusa para cuando te gane al futbol!l! - y se carcajeó porque ni modo de que ella ganase a Lady.

la túnica es on roll, ya la compré *-* Ropita *-*

El hermano de Lady había sido muy claro con Hákan sobre la felicidad que le provocaba su cercanía con su hermana pero el islandés de todos modos lo había convencido como mejor había podido de que lo dejara asistir, que no pensaba llevarle drogas químicas duras a Lady, que quería darle un regalo y era su amiga y todas esas cosas cargadas de ridiculez que se le deberían decir solo al hermano mayor de tu conquista en turno cuando eras un marica. Y ninguna de las dos cosas era el caso, pero en esos detalles demostraba que Lady le importaba.

Había encontrado a un perro de la calle que él mismo había bañado y perfumado para poder meterlo a casa de los Stoner y ese sería el regalo para Lady, que siempre le había dicho que su padre Nico solo le regalaba peces y ella siempre había querido un perro. No le puso nombre y aunque primero lo había llevado con una correa, luego lo había soltado porque el perro era muy inquieto, pero bastante fiel, por lo que no se iba a ningún lado. Al entrar a casa de los Stoner acompañado de otro animal (Joe Crawford) supo de qué había hablado Lady con todo eso de los animales marinos.

-Hundur-Le dijo al perro, no a Joe, palmeándose la pierna y el perro saltó como loco sobre la madera del cottage para seguir a Hákan hasta el exterior. No era ninguna orden especial en el idioma, solo le estaba llamando perro en islandés, pero al animal le encantaba.

Al llegar a la zona de la playa primero saludo a Bird Stoner todavía con respeto y recelo. No tenía que prometerle que no haría estupideces porque él era el primero que pasaba completamente de las drogas para no emular a su papá. Ya tampoco se iba a desvivir en atenciones, ni sabía qué iba a pensar del perro que ladró feliz cuando pisó la arena y otra vez se volvió loco.

-Hey-Saludó a Lady dándole un puñetazo en el hombro, lo siguiente, antes de saludar a Sofie y todo, fue carcajearse por la camiseta que llevaba puesta, porque era la cosa más ridícula que le había visto puesta a una chica crecida, se rió por lo que parecieron horas y luego volvió a llamar al perro en islandés y con un chiflido.-Feliz cumpleaños, ahora haz feliz a tu perro.- se volvió a carcajear de la camiseta y ya entonces saludó a Sofie atrayéndola por la cintura y dándole un beso sonoro en la mejilla. No iba a preguntarle cosas de Shadow y esperaba tampoco ser cuestionado con eso, solo quería pasar una fiesta en paz y ya se lo había dicho a Lady en el hospital, que no más novias, solo aventuras.

Juraría que ella había llegado con sus dos zapatos, ¿o se le había olvidado ponerse el otro cuando se metió en la chimenea? Le dijo a Lady que mejor se fuera ella sola primero para que saludara a sus “amigos” en lo que ella se ponía a buscarlo y al final terminó encontrándolo debajo de la cama. Se había tumbado ahí desde que llegó, incluso se había dormido un ratito, por que siempre que estaba ahí hacían de todo menos arreglarse, antes se ponían a jugar quidditch sin escoba que pintarse las uñas entre ellas. De hecho seguía vestida tal y como había llegado, solo se puso un poco de lápiz labial rosa antes de bajar e ir a la zona de la playa.

Su reflejo en una de las peceras le mostró una imagen de sí misma que hasta hace poco ni reconocería. Estaba mucho mucho más flaquita que antes por que ya casi no comía, se le olvidaba y no le daba hambre por tanto fumar. Ya hasta tenía ojeras, los pómulos se le habían marcado más y toda la ropa estaba remendada con magia para que no se le cayera; sus padres estaban preocupados por que sabían que lo de Leslie la había derrumbado por completo.

Pero ese día estaba animada y le había regalado un juego de té de lo más ridículo que después podrían romper jugando a los palillos de esos que giran mientras se mantiene el equilibrio, no sabía como se llamaban pero le pareció gracioso. Nada que ver con el pez que le dio el año pasado que no duró ni un día por que murió en su bolsa.

Tenía al “Sin Nombre”, el animalito esponjoso que hace poco le había regalado Aldrich en el cementerio que llevaba consigo siempre desde entones, en el hombro no por que fuera el equivalente a un perrito chihuahua que usaría una niña presumida sino por que lloraba mucho cuando se quedaba solito y no se llevaba bien con sus ratas; además era bastante simpático cuando había más personas.

Casi no sabía nada de lo que les había pasado el otro día y no preguntó por que se preocuparía mucho y terminaría en casa jugando cartas con Bleeker. Sus papás tenían la confianza de que en casa de los Stoner no le pasaría nada más grave que un raspón en la patineta o algo que hiciera con Lady.

¿Y ese perro? –preguntó cuando llegó junto a Joseph y sin poder evitarlo le dio un zape en la cabeza, después lo abrazó con mucha mucha fuerza (que no fue tanta por que ya no podía); tenía ganas de ponerse empalagosa lo cual era raro, pero no solo era eso sino que sentía que se estaba separando de las personas que más quería, menos de Lady, y que las estaba perdiendo, como a Leslie, y eso le daba muchísimo miedo-. Clayton… te quiero, tonto. Oye, ¿no me extrañas? –le dijo separándose un poquito y mirándolo de arriba abajo-. Por que yo sí, deja te veo bien y asi no me olvido de tu rostro. ¿Vienes borracho?.... ¿Oye tu no viste mi encendedor de vaca? ¡Hola Sofie!

Casi le gritó y la saludó con las manos de lejos, también al islandés. A Bird no por que ya lo había saludado mucho antes de que se fueran sus papitos.

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Regino (igual y le da calor y se quita los zapatos o algo)

Sí, le había llegado el oso de Sofie y lo había tenido en su cama el tiempo que había estado en San Mungo. No se lo había dicho a nadie pero sí que se sentía culpable sabiendo que la mayoría de magos que estaban ahí eran tipos desafortunados y ella había terminado en una cama sólo por idiota e inconsciente. No se lo demostraba a su hermano pero seguía sintiéndose culpable por todo eso. Y volviendo a Sofie, sabía que era más amiga de Bird que de ella pero le alegró que llegara y se levantó de inmediato, más por que le llevaba un regalo. Pensó que sería cualquier cosa pero cuando le decía que era una túnica le sonreía con más ganas y le daba uno de esos abrazos toscos que solía dar a la gente con la que de verdad estaba contenta.

-Gracias, gracias, me hacía falta una. Y estoy bien, al rato jugamos fútbol, en la playa es divertido. ¿Quieres un vodka de vainilla? ¿O una cerveza? Come dulces, hay muchas cosas.

Después de todo no era difícil que alguien le agradara aunque ella siempre fuera hosca y desagradable con todo el mundo, con las chicas en particlar. Le dio un golpecito en el hombro y después fue hasta la casa sólo para poner la música que le daba la gaba por que en su cumpleaños ella ponía lo que quería y Bird sabía que eso era ley. Volvió al exterior y entonces llegaba Hákan acompañado de Joe (Recordaba haberlo besado, aún no se colapsaba cuando había ocurrido) y lo mejor de todo: por un perro. Quería un perro más que nada en el mundo. Se puso a gritar como loca y se le lanzó al islandés con un abrazo, trepándosele como mono y terminando por derribarlo en la arena aunque apenas ocurría eso, ignorando las risas sobre su camiseta, dejó que el perro fuera a con ella.

-¡HOLA! ¡PERRITO, ERES UN ENCANTO! ¡¿Cómo te llamas?! ¡¿Cómo se llama?! ¡Dime un nombre islandés!

El perro le lamió la mano y ella lo abrazó como loca, a lo que el chico se puso juguetón de inmediato y se quedó sentada en la arena mimándolo como loca por que aunque parecía una cosa que cualquiera pudiera haberle dado no era así, papá Nico siempre le llevaba peces y pulpos cuando le pedía un perro y cuando había llegado a Brigantia había estado un castigo que no la había dejado ir a la tienda a comprarse un maldito perro. Ahora lo tenía y lo amaba, le daba igual la raza y todo.

-¡Mira Regino, es mi perro! ¡ES MI PERRO! ¿A que es guapísimo? ¡Eres guapísimo.[/color]

Seguía sonriendo, hasta que se dio cuenta que tenía que ser buena anfitriona. Se levantó de la arena después de jalonear con amor a su perro y buscar unas cervezas para dárselas a Hákan y a Joe, haciéndole gestos a este último. No sabía cómo comportarse con alguien a quien había besado una vez como loca, a sabiendas que además era de esos tipos con novia y tal. Le sacó la lengua por si acaso y fue a abrazonear a Regina, esperando que le diera ideas para el nombre de su nueva mascota.

Loreen comenzaba a preguntarse si acaso había algo en ella que no terminaba de encajar del todo bien. Siempre había sido alguien de un carácter de aquellos no demasiado emotivos o expresivos, a menos que fuera para dos cosas: ligar o pelearse. No era la mejor consejera ni la que sabía lidiar con las situaciones más delicadas y tenía una respuesta para todo. Y todo aquello resultaba en que se sentía culpable por no sentirse peor, ¿tenía sentido?

Es decir... ella se había enterado de todo lo que había pasado en cuanto a Marcas Tenebrosas, asesinatos y atentados por medio del Profeta, leyéndolo mientras desayunaba en el comedor de Brigantia. La fiesta de Angus había sido la primera, PRIMERA, que se había perdido en toda su vida y para añadir más a la novedad es que lo había hecho de manera voluntaria. No, no por celos de su mujer, que seguía sin caerle de maravilla. Seguía creyendo que Angus había sido un idiota con ella por muchas disculpas que hubiera habido, pero siempre se había sabido rencorosa, así que eso no era nuevo. No dejaba de quererlo como amigo, solo lo veía con menos... bah.

Se había quedado estudiando. Sí, estudiando, que todavía tenía mucho con lo qué ponerse al corriente debido al tiempo que pasó expulsada. Que era Medimagia, por amor a todos los dioses. No era de extrañar entonces que sintiera el estómago hecho plomo al leer sobre el incendio en el que el 75% de sus amistades habían estado involucrados, y peor aún, enterarse de que al fin habían encontrado a Leslie.

No había sido la mejor de sus amigas, era cierto, pero la apreciaba, la conocía de toda la vida de la misma manera en que conocía a Angus y Peach, que Willow Luttrell les tenía un cariño muy especial a David y Joachim por haberle dado su primera oportunidad al decidirse a salir de Hogsmeade con su padre. No podía pensar en una manera más espantosa de morir que lo que Leslie había sufrido. Y había estado ahí también, en el funeral, en el cual no había dicho una sola palabra.

Pero no estaba doblada de dolor o de miedo, ni siquiera después de haber memorizado palabra por palabra la declaración de Holland, de quien ya sabía la verdad desde hacía mucho tiempo atrás. Y ella seguía como si nada le afectara, como si nada le hubiera pasado. Sin perder sueño, ni apetito, ni ánimo (vale, ánimo un poco sí. Leslie estaba muerta). ¿En realidad era tan fría? O quizá era que había entendido, después de todo el asunto del secuestro y que le expulsaran por partirle el hocico a la perra de Leloup, que Angus le dijera que tenía que ver Damien Holland en todo aquello, había terminado por entender que su actitud necesitaba cambiar.

Pero la vida seguía, como con el cumpleaños de Lady, y los dramas también, como que lo de Joe con La Niña Que Se Hacía Pipí hubiera terminado y no de buena manera. A ella la había invitado obviamente Bird. Lady no le desagradaba en lo absoluto, era solo que no había convivido tanto. De Regina era más cercana debido a Dan, la verdad.

Llegó justo a tiempo para ver la declaración de amor eterno al perro que le había robado un "awwww" en voz baja. Le dio gusto ver a su prima ahí, pero primero saludó a Joseph con un puñetazo en el hombro y una mirada de esas de entendimiento. Sabía que no le estaba yendo bien, porque TODA Brigantia se había enterado del escándalo en los dormitorios de Cerridwen, y si necesitaba cualquier cosa de ella ahí estaba, era su amigo. Al islandés le sonrió y se presentó con un "Loreen" porque no lo conocía, a Sofie la saludó animada y esperó a que Regina y Lady se soltaran. Uno, para darle a la cumpleañera su regalo, una botella de tequila que había sacado, claro, del negocio de su madre. Dos, para abrazonear ella también a Regina y despeinarla toda. Aunque bueno, más despeinada que ella no iba a quedar. A Loreen le gustab sus rizos aunque fuera más sencillo alisárselos, pero estaban en una playa, ni siquiera se iba a molestar en tratar de domarlos.

- ¡Felicidades! Esta es para ti, PARA TI. A Bird no le des nada, que si se emborracha mucho se va a quedar atorado en su cara de vaca. -

Le sonrió y entonces sí se fue a buscar al "anfitrión". - ¿Te ayudo en algo? ¿A repartir sandwiches y bolsitas de dulces? - Le dijo sacándole la lengua y riéndose, dándole un empujoncito con la cadera. Con todo y lo jodido el panorama, ella estaba de buen ánimo.

A Leslie le hubiera parecido una completa mariconada que, después de su muerte, no me hubiera dedicado a otra cosa más que a lloriquear y andar por ahí arrastrando los pies como alma en pena; así que basándome en ese pensamiento pretendía seguir con mi vida tal cual hubiera continuado antes de su muerte… y sí, antes de tener algo que ver con Pearlie Burroughs.

No voy a mentir, la factura que estaba pagando por nuestro último encuentro me estaba saliendo bastante cara, tan sencillo explicarlo como decir que no había un solo día en el que no pensara en ella y en lo mucho que extrañaba todo lo que había significado para mí. Es una auténtica putada, porque después de todo a la chica no le había costado demasiado trabajo mandarme a la mierda dos veces; y por otro lado ahí quedaban en el aire mis promesas... esas que hablaban de hacer valer mi pertenencia sobre ella y mi derecho de estar en su vida por toda la eternidad. Patrañas imbéciles de alguien con poco cerebro, eso es lo que significaban todas esas tonterías que en algún momento me habían parecido tan importantes. No, de hecho aun eran importantes… solo que prefería no pensar en ello ni saber de lo que yo mismo era capaz si se me ocurría caer en ese agujero de obsesión malsana por Pearlie.

Acompañar a Hakan a la fiesta de cumpleaños de Lady Stoner significaba justamente seguir con el plan de continuar con mi vida, además de tener la oportunidad de encontrarme con Regina y cómo no, limar un poco las asperezas con el islandés, que por alguna razón se había quedado tocado luego del tremendo beso que me había dado en la fiesta de la muerte con Lady. De cualquier forma no me arrepentía, la chica era bastante mona y tampoco era como si hubiéramos hecho algo del otro mundo. Joder, que había sido solo un puto beso y ella se lo había limpiado con la manga… eso debía contar como punto para decir “hey, seguro no le gustó mucho, tranquilo”

Iba un poco tomado, no demasiado pero si como para ser capaz de desinhibirme y que no me confundieran con alguien que solo servía los tragos. Me había tomado media botella de ron esa misma tarde antes de encontrarme con el islandés, quien por cierto llevaba un puto perro callejero como regalo de cumpleaños. Yo la verdad no llevaba nada, suponiendo que con mi brillante presencia bastaba… bueno, llevaba dos botellas de vodka para la banda, por si con mi persona no era suficiente.

La casa de Lady estaba repleta de peces, y cuando digo repleta me refiero a que había en ese puto lugar montones y montones de peceras, todas llenas de animalejos de una infinita cantidad de colores y tamaños. Salimos hacia la zona de la playa y antes de ir a saludar a la gente dejé la bolsa con las dos botellas en una pequeña mesa, para luego ir detrás de Hakan, saludar al chico Bird sin mucha plática de por medio, llegar hasta donde estaba Lady para también saludarla y luego ser interceptado por Regina mientras Stoner se emocionaba con el perro. Correspondí al abrazo de Reg con mucha efusividad y quizás algo más de intención, porque joder ya saben… con todo y que nunca había sido de esa clase de atenciones afectuosas, una de mis más grandes amistades se acababa de ir; así que las sensibilidades andaban como a tope.

-Solo vengo un tanto entonado, pero igual si te digo que te extrañé mucho no es por el alcohol. ¿Ya empezaste a tomar algo?, ten… yo tengo tu encendedor, pero te lo traje para que veas que no me olvido de una mierda. ¿Quieres un tabaco?... hey, Luttrell.-

Por obvias razones, encontrarme con Sofie significaba volver a pensar en Pearlie, y no hice más que saludarla escuetamente porque venga, ¿qué más podía hacer?. Ella no tenía una mierda que ver en el asunto pero de cualquier forma era medio incómodo pensando en que quizás era ella quien escuchaba todas las porquerías que Felicia tenía que decir acerca de mí. Noté los gestos que Lady me hacía luego de darme una cerveza, y le guiñé el ojo pensando en que probablemente la chica se sentía rara luego de lo que había sucedido en la fiesta, así que lo menos que podía hacer era aligerarlo el asunto. Luego también llego Loreen y le lancé la misma mirada de entendimiento, porque ya sabía yo que ahora todo el mundo conocía más o menos distintas versiones de lo que había sucedido en mi dormitorio con Pearlie. Resultaba que hasta habladurías de mierda me tenía que tragar

-Díganme qué se hace en las reuniones decentes, que me acabo de revisar el bolsillo y recordé que no traje nada de mercancía por respeto a tú casa, Lady. ¿Partimos una piñata o nos encueramos todos?, decidan-

Había sido un episodio bastante feo y me hubiera gustado quedarme a ayudar más luego de que me arreglara la pierna rota pero Josh había sido prioridad y luego seguro hubiera quedado en ridículo con los aurores experimentados. Había estado en San Mungo las dos noches que Josh había estado internado aunque de todos modos no me habían dejado verlo mucho. Por suerte también había encontrado a Sky ahí, que me contó lo de la hermana de Bird y todo lo demás que había pasado afuera.

Había pasado la semana muy enfocada en mis estudios y muy interesada en las cosas que todos los medios tuvieran que decir enfocados en Damien Holland y sus declaraciones. Era mi profesor y tenía que estar al pendiente de ese tipo de cosas. Había estado escribiendo a mi mamá casi diario y también le había mandado cosas de regalo a Josh como galletas y notas tontas.

Para cuando Bird nos contó de la fiesta de su hermana primero debo decir que no me pareció una genial idea pero tras hablarlo con Sky decidimos ir no solo porque Bird era muy lindo sino porque no parecía ser una fiesta de locura masiva como lo había sido la otra, sino un tipo de reunión más orientada a lo seguro de una casa con gente conocida.

Llegué acompañada de Sky y de un pastel que le había hecho a Lady, aunque fuera una tontería, y nos entretuvimos mirando a un molusco con muchos ojos que soltaba una tinta púrpura cuando le acercabas demasiado la cara. También nos entretuvimos con una familia de peces de colores que seguían tu dedo si lo pegabas al cristal.

Al avanzar primero nos encontramos con Bird y otra chica. Saludé a ambos con un gesto y me le quedé viendo a Sky por si quería quedarse más con Bird aunque de todos modos me seguí para saludar al resto. Conocía a Sofie a quien di un beso en la mejilla y a Regina la abracé sin importarme su acompañante masculino porque era mi compañera de campamentos y asesorías en Hogwarts, sonrisa tímida a los chicos, palmadas al perro callejero y estiré la caja donde llevaba el pastel de chocolate para Lady.

-Feliz cumpleaños, te hice esto, no sé si te guste el chocolate- Y sino que se lo diera al perro, que se veía hambriento.

¿Traes?... Bueno –también le que si con la cabeza y agarro la cerveza que le estaba dando por que el vodka de vainilla no le gustaba tanto tanto, pero no entendía que Joseph estaba incómodo no solo por lo que le había pasado a Leslie sino también por lo de su novia que no era su novia por que ella no pisaba Cerridwen para nada y no había leído el escuchón y por lo tanto no tenía ni una pequeñísima idea.

Se rio por la emoción del perro y volteó hacia ella para ver cómo jugaba con él, sería gracioso verlo en Brigantia y todo paseando por ahí o tirando gente a lo feliz. Después se abrazó con fuerza de Lady y le hizo cosquillas en la cintura después para que la soltara, a veces era muy brusca y pesada (como si apoyara todo su peso en el abrazo) y empalagosa, muy empalagosa, pero no le importaba.

Me siento en mi cumpleaños también –comentó mientras abrazaba a Loreen y luego frunció el ceño por que la despeinó toda. Siempre había envidiado su cabello, a ella podían despeinarla pero era tan lacia que terminaba acomodándosele todo nuevamente.

Abrazando a Bonnie se inclinó un poquito hacia un lado y al otro muy rápido en cosa de dos segundos. No sabía si era invitada de Lady o de Bird, pero le gustó muchísimo verla ahí.

¿Decente? Ni que fuera a ponerse a bailar el vals con su hermano y el islandés. Podemos jugar botella o algo para ambientarnos un poco en lo que llegan los demás y luego partimos tu piñata.

Le dio un largo trago a su cerveza mientras pisaba el talón de uno de sus zapatos para que le quedara flojo lo levantó un poquito para lanzarlo a la arena lo más lejos que pudo con todo y calcetín, de todas maneras ésta ya se le estaba metiendo a los pies. No pudo evitar mirarlo con cara de “a que el tuyo no llega más lejos”.

Además de un acuario, la casa de Lady y Bird siempre se le había hecho extraña, como vivir un eterno deja vu solo que no estaba muy segura de por qué. Como si ya hubiera estado ahí antes, aunque eso era obvio por que en Hogwarts se había quedado en vacaciones.

¿El Expresso de Hogwarts pasa por aquí? Siempre he querido saber –les preguntó a todos por que sí, alguno debía de saber.

Me había acostumbrado a llevar regalos de cumpleaños aunque no conociera al invitado. De hecho, podría decir que había pasado algunas vergüenzas en las pocas fiestas a las que había ido en mi adolescencia por llegar inadecuada como siempre llevando algo a una de esas reuniones de alcohol y locura donde quedaba muy ridículo ofrecer chocolates, o vino, o cualquier cosa al anfitrión. Un tiempo dejé de hacerlo, pero las buenas costumbres me volvían, sobre todo por que era un cumpleaños y era el de la hermana de Bird, después del episodio de su congestión, indigestión, o lo que fuera (definitivamente no indigestión).

Por cierto, no se había notado pero pasé esa noche en absoluta paranoia esperando el momento en que a mi se me detuviera el corazón y me tuvieran que resucitar. El speed que había probado del vaso de Lady, dadas las circunstancias, me había hecho pasar la peor noche de mi vida y en las horas que pasé en casa, me dormí sentada en la puerta con una cobija para que mi madre no pudiera entrar y mirarme las pupilas dilatadas o algo así. Eso no se lo había contado ni a Bones.

Me quedé mirando los peces pero la verdad era que miraba mi reflejo por que sentía que la trenza francesa que le había pedido a Bones que me hiciera a modo de diadema no me quedaba del todo bien y me hacía lucir cachetona como antaño pero era demasiado tarde, y no me quedó más que resignarme a que así me vería toda la noche.

Lo único especial de mi atuendo era la pulsera de picos que una vez había comprado en un almacén enorme al que fui con Bones saliendo de Hogwarts, cuando nos dimos nuestras vacaciones en un hostel para viajeros jóvenes en Londres y hacíamos tonterías entre muggles, yo más que ella.

Y hablando de pulseritas, justo eso le llevaba a Lady. No la había comprado, la tomé de la habitación mágica de mamá donde guardaba todas las cosas que le regalaban para la revista y no tenía ni idea de lo que tenía y no, así que daba igual. Elegí algo que me pareció de su gusto, y lo puse en una envoltura de papel. Sonreí apenas estuve entre todos los demás, conocía también a Sofie e hice lo mismo que Bones y la saludé con beso en la mejilla.

-Yo te traje esta, tampoco se si te guste, pero bueno, felíz cumpleaños.

Resistí las ganas de preguntarle si estaba mejor por que era obvio y por que no era algo para preguntarse en medio de una fiesta. Reconocí a los dos chicos que había visto esa misma noche y uno de ellos era Hákan, el islandés que conocí en una mini-aventura en la biblioteca (aventura sin tintes sexuales), así que lo saludé animadamente con la mano, antes de ir a saludar a Bird aunque estuviera acompañado de una chica que creí recordar de Hogwarts, a la cual saludé con la mano.

-¡Hola! lo logramos, oye, qué linda casa tienes, con todos los peces y todo
eso...

Hákan no podía sentirse más complacido de la reacción de Lady con el perro porque sabía cuánto había querido uno. Esperaba nada más que no fuera a tener problemas con sus papás o hasta con su hermano por tener ese tipo de mascota en casa con tanta pecera delicada en apariencia, tendrían que educarlo bien aunque era buen chico y bastante cariñoso y pareció reconocer de inmediato quién era su dueña, aunque no fuera un bebé, tendría ya un año y medio o dos, no le había preguntado al veterinario (no lo llevó con un zoólogo mágico). La vio jugar con él mientras se levantaba de la arena sacudiéndose el pantalón y solo por verla tan contenta no dijo nada acerca de la música asquerosa que había puesto, además le respondería que ponía lo que se le daba la gana porque era su cumpleaños y él no había llevado ningún iPod.

-Ponle Tryggvi o Fenrirsúlfur, Jónsi, Falkor.- Soltó nombres al azar de tipos que conocía con los que había compartido aula en la escuela mágica de Islandia – O ponle æla que tiene que ver con cosas de vómito en islandés-Se iba a burlar hasta la muerte de que le hubiera vomitado los pantalones aunque en ese momento, luego de la fiesta, a Hákan solo le había importado que ella estuviera bien. Y por eso casi le cayó de peso que Joe dijera que no llevaba nada de mercancía por respeto a su casa, y mierda y media.

Para olvidarse de eso, aunque lo del vómito se lo fuera a recordar a Lady por siempre, le dio una buena repasada con la vista a Regina. La había visto infinidad de veces en los entrenamientos de quidditch y hasta se habían encontrado y habían hablado largo rato en el salón de trofeos, pero nunca había tenido el descaro de revisarla minuciosamente porque estaba con Siobhan. Lo de Shadow tampoco le había sentado bien pero por eso había resuelto que no tendría más compromisos al menos en lo que quedaba del semestre. Y no se preocupó por si Regina lo notaba, aunque tampoco se quedó viéndola todo el tiempo.

El perro se le acercó y Hákan le dio unas palmadas en la cabeza, no estaba metido en la conversación porque le importaba medio caracol de playa si el expreso de Hogwarts pasaba por ahí o no. Saludó a Sky regresándole el gesto y se acercó a Sofie para pasarle un brazo por los hombros- ¿Por qué vienes soltera hoy? – No se lo preguntaba con intenciones de coquetería, ella ya lo sabía de todos modos, que sus intenciones eran amistosas, lo que él no sabía era si estaría al tanto de lo de Shadow.

La conclusión era que había poca gente y mucho alcohol, entonces al menos, al menos, iba a terminar ebria esa noche. Era su cumpleaños después de todo, daba igual, así que le dio otro trago a su vodka que medio se tiró en la mano por estar jugando con Jónsi, ya había decidido que ese sería su nombre. Escuchó hablar pero no hizo mucho caso, saludó a Loreen de buena gana y asintió, aunque sabía que a Bird no le gustaba el tequila y aunque le gustara, esa noche iba a estar con sus ojos de hermano protector todo el tiempo más que con intenciones personales de emborracharse.

Levantó la vista a las conversaciones y también a las chicas guapas que querían ligar con su hermano, o en esa idea se había quedado. Ni por su cabeza pasaba que Sky la hubiera ayudado con su chistecito del día de la fiesta asesina ni nada por el estilo; les agradeció sus regalos y se puso la pulsera que le había dado Sky de inmediato, la verdad le había gustado.

-Sí, me gusta, y es de buena suerte tener dos pasteles en una sola fiesta

Eso se lo acababa de inventar. Puso el de chocolate en la mesa donde había un montón de dulces y de alcohol y después se volvió a Joe que preguntaba por las reuniones decentes, le puso los ojos en blanco, medio sonriendo, y no se tomó a mal el asunto de la mercancía. A ella le hubiera dado igual pero ni de chiste iba a probar algo estando en su casa y después de lo que le había pasado. Le dieron risa las ideas de Regina y de Joe, pero volvió a ponerse de malas con Hákan abrazoneando a Sofie y además mirando a Regina ¡Era Regina, por favor! No por que no pensara que su amiga fuera bonita, sino por que era precisamente su única amiga y no podía estársele ocurriendo mirarla de más... eso sí que la haría enfurecer. Pero claro, ni dijo ni demostró nada.

-Claro que no pasa por aquí, loca, te lo dije la segunda vez que viniste. Yo digo que juguemos fútbol

Sacó de abajo de la mesa su balón sucio de siempre y empezó a hacer unas dominadas simples con las rodillas, pero no hizo muchas seguidas por que Jónsi le brincoteaba cerca y la hacía perder el equilibrio. Con toda la intención, pateó el balón para pegarle en una pierna a Joe, aunque claro, no fuertísimo, era un cariñito tranquilo de esos que ella siempre hacía.

-¿No que te ibas a encuerar?

Bird no quería sentirse el tipo de hermano jodón que le arruinaba todo a su hermana pero esa noche no quería que le pasara nada malo, ni raro, ni que terminara abusando de todo, así que ni decir que por nada hubiera preferido que esa fuera su fiesta de ocho y no la de los dieciocho, para que el único peligro que corriera fuera el de atragantarse con un dulce o algo así.

La gente que estaba llegando eran amigas suyas como había pensado en Lady pero los tipos de la fiesta que se aparecieron eran entera responsabilidad de su hermana. Sobre Joe tenía un párrafo escrito bastante rechoncho para el Hijo del Escuchón, rechoncho y que seguramente no le gustaría leer pero Bird era Cerridwen y además era Escuchón de profesión, sabía todos los pormenores. A Hákan habría querido no verlo ni en pintura pero el monigote había insistido con que Lady era su mejor amiga de Gran Bretaña y el mundo casi casi y Bird había decidido hacer caso de los deseos de su hermana y no de los propios y ahora el hijo de puta hasta le regalaba un perro que papá Nico nunca había querido comprar.

Al menos el vodka de Joseph “violencia intrafamiliar” Crawford le serviría para algo porque fue una de esas botellas la que abrió para servirse en un vaso de plástico dejando de lado una botella de cerveza que ya no tenía ganas de terminarse. Con buena cara había saludado a Sof y cuando llegó Loreen también le sonrió

-Todo fue venganza de mis padres pero creo que en un rato si que querrán sus bolsitas de dulces, ¿viste la playera de Lady? Papá Ifan trató de detener a papá Nico de que la comprara pero no lo logró. Es venganza, todo es venganza- se rió por fin, solo de ver a Lady juguetear con el dichoso perro y estar diciendo esas tonterías que no sonaban nada a familia funcional, pero su núcleo funcionaba de ese modo y Bird no le cambiaría nada. -¿Tú qué tomas?.

En ese preciso instante llegaron Sky y Bonnie, las niñas bonitas de la fiesta que terminó mal. Supo que Bonnie había estado en mal lugar con Josh. En cuanto a Sky, le debía una muy grande por todo lo que lo había ayudado con Lady. -¡Hola!, ¿se conocen? Loreen, ella es Sky.-Se acercó más a ella para abrazarla con efusividad desmedida y luego la besó en la mejilla-Más tarde te agradezco apropiadamente toda tu ayuda, mientras ya díganme qué quieren tomar.-Bird pensaba que eso de ser el Bird de su Sky ya había pasado porque la chica había tomado speed así que no se iba a poner idiota como le pasaba siempre con la mayoría de las niñas, le daban enamoramientos fugaces que generalmente terminaban en nada.

Pues no la conocía, pero la recordaba ¿Sería amable decirlo? Supuse que sí, mamá siempre me había dado el consejo de saludar como si conociera a todo el mundo pero eso no me funcionaba por que no tenía ni la mitad de seguridad que ella tenía, ni conocía tampoco a tanta gente como para necesitarlo. Sonreí a Loreen por que me gustaba su cabello y por que yo solía sonreír a todo mundo a menos que de verdad se mostraran terriblemente hostiles hacia mi. Se me ocurrió pensar que era inadecuado haber llegado a saludar así porque Bird no estaba entre nadie más y bueno, qué sabía yo.

El abrazo efusivo me hacía pensar que no había llegado en mal momento y lo abracé igual, sintiendo que estaba sonriendo demasiado y la cara se me vería horriblemente redonda, así que miré un poco hacia abajo viendo que mis tenis negros estaban llenos de arena y me los tendría qué quitar pronto. -Creo que sí, pero mucho gusto de todos modos, te recuerdo de Hogwarts ¿Gryffindor, tal vez?

No se me había olvidado que le había dicho la tontería de que era el Bird de mi Sky pero lo había querido olvidar por que esa noche había estado drogadísima al menos para mis estándares y era algo que jamás hubiera dicho en voz alta a un chico que técnicamente acababa de conocer, así que mejor que pensara que estaba drogada a que estaba loca, y llevar las cosas en paz. Negué con la cabeza por que no tenía nada qué agradecerme, había estado preocupada por su hermana y bueno, le había querido ayudar por que era una situación desesperada y había cosas que me importaban más que salvarme el trasero y ya.

-¿Qué tienes? Dame algo normalito, hoy no quiero hacer locuras... que no sea cerveza. Ni algo muy dulce.

Me gustaba la cerveza pero mis ansias de ex-gorda me habían dejado claro que no querría tomar tantos carbohidratos o algo así. Y con lo normalito me refería a que no quería speed ni nada de esas drogas muggles locas aunque después de la experiencia de su hermana seguro no le haría nada de gracia hacerlo notar, y me rasqué la muñeca donde traía la pulsera con cierta incomodidad que sólo se me ocurrió combatir mirando alrededor, dándome cuenta que había dejado casi sola a Bonnie aunque estaba con Hákan, con Regina y la hermana de Bird. -No hace nada de frío aquí ¿Qué hechizo usan?

De esa noche recordaba poco, menos que poco. Había despertado en San Mungo sintiendo que todo le dolía, muchaz zonas de su piel quemaban y además las pociones que le habían dado lo habían dejado lúcido hasta dos días después, así que ni tiempo había tenido de pensar en nada. Cuando se fue dando cuenta de la dimensión de lo que había pasado, se sintió muy superficial al lamentarse por sus viniles. No era toda la colección pero sí una buena parte y algunas rarezas que sabía muy difícil volver a encontrar.

Lo primero que le había preguntado a Mia había sido si tenían sus discos, pero había interpretado su silencio, o sea que todo se había ido a la mierda. Encima iba a estar con muletas por un par de semanas a pesar de la magia que todo lo resolvía; lo único bueno era que ese fin de semana no tenía agenda así que se salvaba, pero le sentaba mal y no sólo por sus cosas, sentía que tenía una mala racha con todo últimamente.

Si había ido hasta Gales era por que le parecía raro que Bird Stoner lo hubiera invitado a detalle, dándole mapa de cómo llegar o dirección de Red Flú, y recordando que la noche de la fiesta habían estado con Bonnie y con Sky, que seguramente irían juntas. Sospechaba lo que quería hacer, y la verdad es que no le importó. Además quería ver a Bonnie, a ella tampoco le había ido nada bien después de la fiesta y aunque sabía que estaba bien, quería verla.

Iba al cumpleaños de Lady Stoner, a quien había conocido esa misma noche, prácticamente, con varias curaciones en el rostro, una férula en una mano a causa de dos dedos fracturados y muletas. O sea, hecho una mierda. Su madre no había querido dejarlo salir pero él había insistido por la necesidad de que le diera un poco el aire y de saber cómo estaban las personas que lo habían ayudado esa noche aunque eso no fuera del todo cierto. Así que llegó hasta ahí caminando en el doble de tiempo el trecho entre la casa y la arena de la playa, dejándose caer en una silla de las que estaban ahí, disculpándose con todos de no irlos a saludar uno a uno. Había quedado casi enfrente de Bonnie.

-Felíz cumpleaños Lady. Pensaba regalarte un DJ set pero tengo la mano jodida y no puedo... te traje esto. Lo eligió mi hermana. Era algo para pintarse las uñas que brillaba en la oscuridad, le había dicho a Mia que comprara algo de menos de diez libras que le pudiera regalar a una chica de diecisiete años no muy femenina, y bajo esa descripción, su hermana había elegido un barniz y un brillo labial con quién sabe qué propiedades, cosas de niñas. Miró a Bonnie sintiéndose cansado para levantarse a saludarla -¿Cómo me veo? Tú muy bien

Hasta donde yo sabía el expreso no pasaba por ahí, pero Lady ya se me adelantaba a decirlo así que solo apachurré un poquito más a Regina. La idea de jugar botella no me parecía tan simpática porque solo había tres chicos y dos de ellos eran de esos cuyo aspecto y modos me intimidaban. Aunque bueno, Bird valía por tres porque se podía cambiar de cara. No iba a proponer nada, aunque siendo parte de las girls scouts se me ocurrieran un montón de actividades que seguro a esa gente tan metida en alcohol y drogas duras le iban a parecer de lo mas idiotas.

Tampoco estaba muy dispuesta a seguir la corriente con cualquier cosa que ellos propusieran pero calladita me iba a ver más bonita en lugar de andar proponiendo que jugáramos bingo o qué se yo. La idea de Lady era mucho mejor y me gustaban los deportes aunque era torpe en el futbol, no me importaba hacer el ridículo y hasta me animé sonriente para unirme a la moción pensando que si se me enredaban las piernas con el balón no me iba a dar vergüenza ni con ese par de chicos ni con nadie. -¡Regina en mi equipo!-Dije dándole otro abrazo tonto porque la veía abrazable y porque como que no quería que ese islandés loco la estuviera viendo con lujuria.

Mis planes cambiaron radicalmente cuando llegó Josh. No me lo esperaba y fue la mejor sorpresa, como si fuera mi cumpleaños también. Seguro era de lo más obvia en mis expresiones porque poco me faltó para correr hacia él y llenarlo de atenciones. Me contuve todo lo que pude y esperé a que él mismo llegara a su ritmo y se sentara, quedando enfrente mío. Se veía realmente mal y me preocupé por todo a la vez, por cómo había llegado, por cómo se iba a regresar, por si estaba tomando pociones u otro medicamento, por si podía o no tomar alcohol y un montón de cosas que seguro a nadie le importaban.

Con la varita hice que una silla se pusiera al lado de la de él y me atreví a acercarme para besarle la mejilla con mucho cuidado, sonriéndole por que me había dicho que me veía muy bien- Has tenido mejores días, pero no dejas de ser guapo, es el don de los DJs- si me atreví a decirle eso era porque teníamos cierta confianza de amigos, no porque le estuviera lanzando un coqueteo directo. Me senté a su lado olvidando el futbol, y el pastel y si nos íbamos a desnudar o no- No pensé que fueras a venir, pero es bueno verte. ¿Quieres que te traiga algo? Hay dulces.-No quería sonar estrictamente servicial, solo amigable, tampoco era de las que me desvivía por un hombre pero Josh estaba imposibilitado de andar de allá para acá como si no importara, así que era mi deber de amiga y no me costaba nada.

-Lady propuso jugar futbol, ¿te pones de portero?-Bromeé con él y le sonreí. Había sido muy feo pensar en que se había muerto cuando lo había visto inconsciente bajo esos escombros, me alegraba demencialmente verlo sentado junto a mi.

Abrazada a Lady, tosco o no daba igual, le sacaba la lengua a Bird y a Regina que aparecía, pues no podía creer que el regalo había gustado tanto a la chica. Obvio que una capa de quidditch a un jugador de los mismo era una apuesta segura pero... Nunca se sabía, y ahora se sentía ella más contenta que la cumpleañera misma. Asintió a lo de las bebidas y de inmediato ya estaba tomando unos dulce cualquiera luego de saludar a Bird y a Regina, quedándose por allí, con los caramelos a medio masticar cuando Hakan y Joe hacían su aparición triunfal con el perro.

- Que bonito! – dijo para si y para nadie, solo esas cosas que se escapan, más por lo contento que se veía a todos que por el perro. Sofie era más de los gatos, y sobre canes prefería mil los de raza. Pero una mascota era una mascota y ella tenía a Obelix tan lejos que algo le enternecía el alma, cosa que no era muy difícil, en realidad.

A joe una simple y escueta sonrisa pero sonrisa al fin, que aun no sabía cómo tratarse con él. A Hakan en cambio, por devolverle el beso lo tomó a dos manos por el rostro para darle el propio en la mejilla izquierda. Y no, no iba a preguntar ni por Shadow ni por nadie, pues iba a ahorrarse todos los problemas posibles a semanas de no volver a pisar el mundo mágico. Con la situación Siob&Shad había ya tenido sus dilemas, y a este punto prefería estar bien con el islandés que con sus múltiples fans que ya eran demasiadas. Le había tomado un cariño muy especial al chico y lo tenía tan en claro que se sentía capaz de cambiar de amigas por él.

Saludó a Loreen obvio, a Bonnie y Sky, obviando las miradas del islandés a Regina mientras comía más dulce, riendo ampliamente ente las ideas sobre fiestas decentes y nombres para perros, para luego volver a la cercanía de Hakan, abrazándolo con una mano por la espalda y una golpeándole suavecito el estómago de frente a la situación principal, que no eran ellos sino la cumpleañera, la fogata, la gente organizándose y saludándose, el perro.

- Me dejó!... nah chiste! – la seriedad ni le duró un segundo -… creo que Adair anda super metido en eso del partido exhibición contra no sé quien… me dijo que quizá más tarde pasaba, pero no creo. – más simple? Más de tres meses de relación, cada cual podía hacer su vida sin tener que llevar al otro de la mano, pero quedaba feo decirlo así y lo dicho tampoco era mentira…

Pero interrumpió toda charla casual y abrazo con Hakan, por alzar una mano y pronunciarse a favor de Lady – y yo!! Quiero jugar!... a eso… en la playa es descalzo o…? – miró al islandés y a Lady... a DJ que llegaba a duras penas con una sonrisa. Así era, no tenía remota idea pero lo que le dijeran que hubiera que hacer Sofie lo haría. Para empezar sacarse la chaqueta y el sweter. – Yo con Hakan!, pero no de portera que es aburridísimo. - Eso sí, rápidamente eligió a Hakan para su equipo, todo muy lindo con jugar por jugar, pero quería alguna posibilidad de ganar.

A la reunión llegaron otras personas que la verdad no conocía más que de vista por la universidad, lo normal de una fiesta en la que el centro de atención no era precisamente alguien a quien conocieras desde hace mucho tiempo. La realidad era que mi humor para socializar con gente nueva no era demasiado amplio, pero joder… que en pro de la buena convivencia, no era turno de ponerse pesado como en otras ocasiones, mucho menos cuando uno de los desconocidos era una rubia con bastante buen par de tetas (Bonnie)… o eso a mí me parecía a la distancia. Me reí al escuchar las tonterías de Regina pero luego cometí el error de visualizar cuando Hakan la repasaba como con escáner laser.

Les voy a explicar, Regina era más o menos como una persona a la que conocía prácticamente desde que sabía relacionarme con las personas, tan cercana como lo había sido la propia Leslie. Durante esos días y por obviedad, mis sentimientos de fraternidad estaban bastante elevados, y si nunca me había parecido que cualquier hijo de puta mirara a alguna de ellas como si fueran… pues cualquier chica del montón, mucho menos ahora me caería muy en gracia que al islandés se le ocurriera tratar de ver a través de la ropa de Regina cuando yo estaba justo a un lado, pasando de mi olímpicamente además de todo.

Hice la nota mental, porque tampoco era como si planeara hacer algo al respecto en aquella pequeña fiesta que ni siquiera había comenzado, pero era aquel un detalle que por supuesto no iba a pasar por alto y en algún momento me tendría que cobrar. El asunto voló de mi mente oportunamente cuando Lady sacó un balón sucio de quien sabe donde para hacer algunas suertes como podía, con perro molestando incluido, y luego patearlo para darme justo en la pierna a lo cual respondí con un amague de regresarle el balonazo sin hacerlo. Me reí al escuchar lo de desnudarme, algo que yo me tomaba como una provocación directa.

-Vamos a ponerlo más entretenido entonces. Regina, tú, chica rubia número uno (Bonnie), enmuletado de portero y Lady conmigo. Loreen, Sofie, chica rubia número dos (Sky) y Bird, ustedes con Hakan. Tienen la ventaja en número, pero la verdad soy un puto crack, así que no se confíen. Quien reciba el primer gol se quita la camiseta; Sofie no cuenta porque ya se está encuerando ella desde el principio-

Me importaba una mierda si había quienes pasaban de jugar o de hacerme caso. Pisé el balón y saqué la varita para armar una portería con dos piedras a un extremo de donde nos encontrábamos. Luego de eso me acerqué a Lady, le tomé el rostro con una mano y le di un beso tronado medio infantil que duró como medio segundo. En parte por venganza por aquel balonazo, en parte por que la chica me pasaba bastante y también en parte por joder un poco a Hakan, que sabía lo poco que le había gustado lo sucedido aquella noche de la fiesta en llamas.

-Juega bonito niño, no quiero perder con el puto islandés-

El islandés tuvo que besar el cabello de Sofie por el chistesito de que Adair la había dejado, chiste que no le duró nada. Creía que ese par tenía buen futuro y entre más cercano se hacía de Sofie más le gustaba la idea de verla feliz y ese compañero suyo parecía buen chico. El partido de exhibición también tenía a Hákan muy entusiasmado, pero el cumpleaños de Lady era algo que por deber moral no se podía perder. Tomó la mano de Sofie y le dio un beso sonoro en ella cuando lo escogía para su equipo para ese partido de futbol improvisado.

-Josh no puede jugar no seas imbécil-Le espetó a Crawford porque si se tomaba en serio las palabras de la chica rubia sobre ser portero tenía que ser un retrasado mental porque Josh apenas y podía ponerse en pie. Y los otros tampoco habían decidido si querían jugar o no. Se quitó los zapatos sin mirar cuando Joe se acercaba de más a Lady porque ya se había decidido que no le interesaba lo que Lady hiciera al respecto, aunque mentalmente lo único que hacía era volverla a mandar al diablo en su imaginación por ser una idiota.

Se quitó los tenis y los aventó por ahí, rebuscando en los bolsillos de su pantalón la varita. Mirar a Regina era mucho más fácil que tener que soportar a Crawford con sus alardes, Sky estaba muy lejos de su campo visual y el hermano de Lady parecía muy interesado en ella como para intentar socializar con ella cuando de por si ya lo odiaba de seguro.

-Si lo hacemos extremo no vamos a necesitar portero. –y luego de decir eso no pudo evitar no lanzarle un encantamiento zancadilla a Lady para que se cayera de cara contra la arena. No decía en serio lo del futbol extremo porque había demasiadas chicas y no quería lastimar a ninguna, así que se volvió a guardar la varita y acercó a Sofie de nuevo a él para abrazarla.

-¿Sabes jugar?-Le preguntó picándole la panza otra vez mientras los demás se decidían porque por mucho que Crawford mandara a hacer los equipos, faltaba ver si los demás también tenían ganas, tal vez algunos querían beber y ya, a él no le caería mal eso. –O te doy una lección rápida.

Podía decir que se sentía bien en su cumpleañoS (fiesta, el cumpleños habÍa sido hacía unos días) y que ya la expectativa de convocatoria se había sobrepasado aunque seguía atribuyéndole ese éxito a su hermano. En efecto las rubias lindas que parecían andar en pareja siempre habían sido invitadas, también mr. DJ guapo (hasta con regalo, que agradeció adecuadamente) aunque iba hecho una pena después de lo de la fiesta. Ella también conservaba una pequeña curación en la frente del golpe que se había dado en la cabeza pero no era nada a comparación de él.

Ya ni siquiera sabía si valía la pena pasarse amargando los días por Hákan aunque fuera su mejor amigo de Brigantia, pues tenía la capacidad de ponerla de mal humor con sus tonterías de mirar a TODAS las presentes menos a ella, claro, lo que sólo le confirmaba que ahí no tenía nada qué hacer, así que mejor no hacerse mala sangre al respecto. Había otras cosas que parecían tener más potencial y menos disgustos, al menos momentáneos, como la super organización de Crawford para el fútbol en la playa. Se sonrió cuando hacía la actuación de responderle el balonazo pero no lo hacía, le gustaban esos juegos rudos, ya se iría enterando... y se carcajeó con tomarse literal lo de DJ portero.

-Lo que debes querer es que perdamos.

Se puso a organizar la otra portería de lejos, después de pintarle un bonito dedo del medio a Hákan después de su chiste privado del fútbol extremo, hasta que Crawford se le acercaba y le daba un beso que no se había parecido en nada al de la fiesta, por supuesto que lo recordaba, y bastante bien, aunque su memoria se hubiera hecho nublada después de su chistecito. Esta vez no se limpió el beso como hacía con todos los besos que le daban, en cualquier lugar del cuerpo, sólo le arrugó la naríz y le dio un empujón con la palma de la mano que después se transformó en un jalón de camiseta para acercarlo un poco a ella de manera mucho menos delicada que él había hecho para darle otro beso, la presencia de su hermano realmente no le intimidaba en esas cuestiones.

Robó el balón en un segundo, antes de cualquier reacción que pudiera Crawford tener o no luego de su iniciativa y lo empezó a patear alardeando de su juego de pies. Pasó cerca del islandés y de Sofie, esperando que los demás se integraran al juego eventualmente o que, bien, mandaran al carajo la iniciativa de la cumpleañera, y que pesara en sus conciencias. Sólo se lo iba a perdonar a mr. DJ.

-¿Escucharon las reglas del juego o van a seguir manoseándose?

Ni se habría dado cuenta de la repasada que le dio el islandés por andar haciendo sus tonterías de no ser por que Joseph miró a otro lado y ella terminó haciéndolo también. En realidad Regina no lo cachó en el acto y por eso le sonrió socarrona, más para que se diera cuenta de que lo había visto mirándola que para coquetearle. De haber sido de otra manera, seguramente hasta se habría sonrojado y todo. Mejor volvió a mirar alrededor para comprobar que el tren no pasaba por ahí por que seguía sin creerlo.

El único jugador de quidditch para el que tenía ojos era James Mulholland, pero aunque siempre decía que después de todo lo que había visto en los entrenamientos casi diario y el poco pudor en los vestidores se había acostumbrado, mentía vilmente. Si había visto a Hakán como si fuera una hamburguesa (así les decía Loulou), pero fue mucho antes de medio verlo en la fiesta de Angus y luego en la revista y luego en todos lados y luego pasando todo el entrenamiento con Lady.

Abrazó con una mano a Bonnie y ahí se quedó, diciendo que sí con la cabeza para estar en su equipo. Regina estaba bien tonta para el fútbol por que no era lo mismo patear una pelota que pegarle con las manos, pero al menos, al menos, se defendía un poquito de Lady y eso ya era demasiado.

Se acercó a Josh por que se había acercado a Bonnie y ella estaba a su lado, le revolvió el cabello, nada de besos y eso.

No es cierto, sí te ves horrible –nunca lo había visto así en toda su vida y no quiso preguntar para no imaginarse cosas peores. Los había interrumpido, pero Regina siempre había sido así de impertinente, aunque no dijo nada más y se quitó el otro zapato para irse con Lady, casi caminando con las manos en la cabeza para evitar un balonazo.

Ya le habían explicado el juego como ochenta veces y seguía olvidándolo, como esos juegos de cartas que solo se juegan bien ebrio y sobrio no parecen tener ningún sentido; pero recordaba lo básico. Le dio un trago largo a su cerveza y la puso por ahí. Espetó un “pues ya no” y esperó a que dejaran de aventarse el balón para jugar. También miró a Lady por que ya llevaba un rato creyendo que le gustaba el islandés, pero no quería burlarse de ella. No todavía.

Se rió por el don de DJ, sabía que estaba hecho una desgracia y todavía tenía el ojo medio cerrado de la ceja partida que se había llevado esa noche entre otros detalles, y no, no pensó que Bonnie estuviera coqueteando, ella era de decir cosas por el estilo. Y como no podía andar libremente de aquí a allá, tampoco pensó que fuera empalagoso eso de ofrecerle algo. Negó con la cabeza por los dulces y más bien se conjuró una cerveza con la varita, sin dejarle de dar las gracias.

-Yo tampoco pensé, pero ya estaba harto, mis hermanas me desquician, deberían de estar en Hogwarts los trescientos sesenta y cinco días del año- Por que ya tenían las mini vacaciones de invierno que las habían hecho estar en su habitación con el pretexto de estarlo cuidando, poniendo películas bobas sin parar, hablando de un millón de cosas y preguntándole si habría una próxima fiesta en Brigantia a las que ellas pudieran ir. Prefería hacer esfuerzos con unas muletas que pasar otro día más de pijamada con Mia y Sabrina.

Otra risa más con eso de ponerse de portero -¡Qué va! Yo seré el delantero estrella.

Cuando había estado en el colegio muggle, de hecho, lo había sido, pero tenía tiempo sin jugar futbol y de hecho seguiría así, pues esa no sería la noche para retomarlo aunque Crawford fuera optimista y quisiera integrarlo. Sólo pudo mover los brazos a manera de negación, viendo cómo la hermana de Bird parecía estar bastante familiarizada con el juego. Levantó un poco la cabeza hacia Regina cuando lo saludaba, antes de que se fuera a quitarle el balón a la del cumpleaños.

-Mi papel puede ser el de director técnico, o de narrador... ¿No te les vas a unir? le preguntó a Bonnie después de darle un trago a la cerveza -Te iba a explicar del fútbol pero se me olvida que eres más muggle que yo...

Bird decidió que algo normalito para Sky sería un poco del vodka que él estaba tomando también, pero le preguntó si quería que se lo rebajara con agua mineral, sin jugos que eran dulces) antes de servírselo, porque no sabía si querría beberlo directo como un cosaco o hacerlo moderado. No hizo referencias entre su petición y la idiotez de Lady así que no se dio cuenta del posible momento incómodo. Por otro lado, como buen Hijo del Escuchón, sabía que Sky se había perdido en un pasillo oscuro y extraño de la biblioteca con el islandés, pero no sabía a donde habían ido a parar, ni exactamente cómo, porque el cuadro de Umberto el destripador no había sido muy específico. Bird de todos modos trató de hacerse ideas completamente opuestas a las que se hacía su personalidad alternativa, él no iba a caer en la espiral de sus propios chismes. Ya tenía muchas ganas de sacar la nueva edición, pero no era hora de pensar en negocios sino en futbol.

Él no era fanático del deporte, su hermana solía decir en su nombre que era fan del Swansea pero Bird no sabía ni de que color eran sus uniformes. Sabía cómo se jugaba porque a veces lo hacían juntos en esa misma playa y hasta lo había visto con ella una vez pero le importaba poco, ya que no eran sus rubros de ninguna manera. –No sé, es un hechizo de papás-el que usaban para que no hiciera frío, no se le había ocurrido preguntarles. Le dio gusto ver llegar a Josh porque eso significaría que Bonnie estaría entretenida el tiempo que no durara el futbol, a veces ser observador traía cosas buenas, como esa de saber cómo mantener a Sky lejos de su inseparable, no por grosero sino por convenenciero.

Había visto los intercambios de cariño entre Crawford y su hermana, y no le molestaban ni se iba a poner como hermano celoso, excepto por la parte en que le advirtió a Loreen que si su amiguito le ponía una mano encima a su hermana como ya todos sabían (o sabrían, cortesía suya) que acostumbraba a ponérsela a su ex novia lo iba a convertir en cucaracha para luego matarlo de un pisotón. Solo le quedaba esperar que ni lo intentara, aunque conociendo a su hermana, le rompía ella sola la cara primero. Estaba cubierta y por eso no se preocupaba. Sabía lo que hacía, siempre y cuando no fuera nada que tuviera que ver con ese islandés.

Tomó a Sky de la mano preguntándole si jugaba para jalarla hasta la cancha improvisada. No le parecían mal los equipos de Joe y acercó un poco a Sky a él para que solo ella lo escuchara.-Vamos a ganar porque tengo un plan infalible.-No era infalible pero si le daría algo jocoso al partido ponerse cara de Joe, cara de Lady, cara de Bonnie, cara de Regina y destantear a ese equipo gritándoles "pásamela aquíiii" en lo que se daban cuenta que no era el real. Se quitó también los zapatos y los dejó cerca de las sillas. -Pero si meto un gol me das un beso.-Ni iba a meter nada de seguro y ya se estaba hundiendo en el fango porque se veía venir el rechazo monumental de parte de Sky, pero nada perdía intentándolo.

A mi también me dio risa que Joseph se tomara en serio lo de la propuesta para portero, no se lo tomé a mal. Iba a jugar aunque eso significara perderme de la compañía de Josh un rato, porque a la cumpleañera se le debían cumplir los caprichos y además tenía ganas, hacía mucho que no jugaba eso y en las girl scouts lo hacíamos, aunque no lo suficientemente seguido y la verdad ninguna de la pandilla había sido muy buena con eso, yo tampoco.

Creía que los chicos se iban a poner competitivos, y Lady también, pero solo me quedaba confiar que el resto de las chicas lo harían solo por diversión como yo y que ni el islandés ni Joseph empezaran a gritar órdenes para volvernos locas y hacernos sentir inútiles.

Ah y el tema de quitarse la camiseta…pues ya veríamos sobre la marcha, ese era buen incentivo para no perder aunque el ambiente playa me hacía sentir menos tímida con la posibilidad de andar por ahí ligera de ropa, aunque no se me quitara la vergüenza. Ojalá perdieran los otros, aunque los otros involucrara a Sky.

-Tú narrador y árbitro, es el trato.-Si no hubiera estado magullado le hubiera contestado a lo de lo muggle con un empujoncito cariñoso pero solo se lo contesté con una sonrisa. Me gustaba que no fuera de los que se tomaban a mal que me hubiera fascinado tanto con el mundo muggle y que me involucrara en él de ese modo. Casi ni me gustaba decirle mundo muggle, porque estaba tan acostumbrada a ese “mundo” como al otro y eso de muggle a veces me sonaba peyorativo, o no le veía sentido a esas separaciones, pero esas eran tonterías que a nadie le interesaban y quizá solo Sky aguantara mis sinsentidos cuando me daban ganas de hablar al respecto, porque era la única a la que no ahuyentaba con mis conversaciones a la larga. Y no eran cosas que se tuvieran que andar pensando en una fiesta, para empezar. Me levanté de la silla para ir hacia la cancha improvisada.

-Si sí vamos a usar portero yo me ofrezco si quieren.-Eso lo decía por el comentario del islandés de futbol extremo y que porteros no aunque había parecido un chiste privado y no una propuesta real. Lady y Joseph se veían más confiados de jugar y Regina estaba bastante entusiasmada como para ponerle un puesto aburrido, había que hacer sacrificios a veces a favor del equipo.

Volví a sonreírle a Josh desde donde estaba, pero me daban ganas de cachetearme porque no quería ser obvia, no tenía planeado nada y me sentía muy cómoda siendo su amiga, no pretendía nada más. Siempre había sido sonriente de todos modos y él no tenía razones para sospechar que hubiera cambiado nada.