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Aire fresco si, pero tengo hambre
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Aire fresco si, pero tengo hambre
Se había despertado de un humor algo irritante. El compañero problemático que tenía en la habitación, desde temprano se había puesto a quejarse, casi llegando a pelearse con Adnan, por haber dejado alguna que otra cosa tirada por el medio de la habitación. Draken sabía de sobra que Yesenes era un tanto desordenado, joder, que para algo compartían habitación y tenían cierta... ¿amistad?; sabía que a veces cuando el egipcio se drogaba de forma algo mas dura que un par de porros, el desorden se incrementaba. El otro imbécil ya debería de estar acostumbrado también después de todo, ¿pero que mas le daba? Tenía que joderle el sueño. Soltó una leve carcajada socarrona en cuanto se levantó de la cama, lanzandouna mirada asesina a todo el que había alrededor, y tras incorporarse y darle un par de hostias al compañero que andaba jodiendo, lo sacó literalmente a patadas de la habitación, ayudado por Adnan que tampoco le habían faltado ganas; y probablemente, si Stall no hubiese estado ahí para evitar la muerte del otro, Adnan se habría encargado de ser su verdugo.
Con la intención de calmarse, se fue a dar una ducha, y tras terminarla, apenas en ropa interior como única prenda tras asearse, apagó la colilla del cigarrillo que había estado consumiendo tirado en la cama, y expulsando el humo que le quedaba en los pulmones, cogió la ropa que se pondría. Una simple camiseta de tirantes y un pantalón vaquero ¿para que complicarse?
Era uno de esos típicos días en los que estar con ropa fina no resultaba del todo desagradable en absoluto, pero por si acaso, se atavió con una capa no demasiado abrigada. Abrió la ventana para que se airease y cogiendo la varita y el paquete de tabaco, guardando las cosas, decidió salir a hacer algo, a que le diese el aire.
Bajó tranquilamente de la zona de los dormitorios, saliendo de la facultad, y yendo directo hacia la cafetería para pillar allí algo (bastante) de comer, salió directamente a los jardines. Viendo la hora que era y habiendo salido expresamente a esa zona, estaba completamente seguro de que ese idiota de Selvaggi pasaría por ahí, sabía de sobra que siempre salía a correr.
Mientras se sentaba en el césped y se dejaba caer de espaldas, sonreía, dejando la pequeña bolsa encantada en la que había metido toda la comida que se le antojó para comérsela junto a Elazar. Cerró los ojos tras mirar un momento el cielo y suspiró. A ver si había suerte y no tardaba, que tenía hambre, joder...
Se mordió el labio inferior y se relamió. Estiró la mano para coger la bolsa y metiendo la mano tras incorporarse para quedar sentado, terminó por sacar un polo de melocotón; le apetecía algo fresco ¿y que mejor que eso? Así también se le quitaría algo el hambre. Lo abrió y dejando de vuelta el envoltorio en la bolsa se dedico a lamerlo como si fuera un crío, mordiendo un pedazo y quejándose por el frío del hielo.
Con la intención de calmarse, se fue a dar una ducha, y tras terminarla, apenas en ropa interior como única prenda tras asearse, apagó la colilla del cigarrillo que había estado consumiendo tirado en la cama, y expulsando el humo que le quedaba en los pulmones, cogió la ropa que se pondría. Una simple camiseta de tirantes y un pantalón vaquero ¿para que complicarse?
Era uno de esos típicos días en los que estar con ropa fina no resultaba del todo desagradable en absoluto, pero por si acaso, se atavió con una capa no demasiado abrigada. Abrió la ventana para que se airease y cogiendo la varita y el paquete de tabaco, guardando las cosas, decidió salir a hacer algo, a que le diese el aire.
Bajó tranquilamente de la zona de los dormitorios, saliendo de la facultad, y yendo directo hacia la cafetería para pillar allí algo (bastante) de comer, salió directamente a los jardines. Viendo la hora que era y habiendo salido expresamente a esa zona, estaba completamente seguro de que ese idiota de Selvaggi pasaría por ahí, sabía de sobra que siempre salía a correr.
Mientras se sentaba en el césped y se dejaba caer de espaldas, sonreía, dejando la pequeña bolsa encantada en la que había metido toda la comida que se le antojó para comérsela junto a Elazar. Cerró los ojos tras mirar un momento el cielo y suspiró. A ver si había suerte y no tardaba, que tenía hambre, joder...
Se mordió el labio inferior y se relamió. Estiró la mano para coger la bolsa y metiendo la mano tras incorporarse para quedar sentado, terminó por sacar un polo de melocotón; le apetecía algo fresco ¿y que mejor que eso? Así también se le quitaría algo el hambre. Lo abrió y dejando de vuelta el envoltorio en la bolsa se dedico a lamerlo como si fuera un crío, mordiendo un pedazo y quejándose por el frío del hielo.
Draken U. Stall- Mensajes : 213
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Aire fresco si, pero tengo hambre
Como cada día, Elazar había salido a correr. Aquello se había convertido en un buen placer diario para el chico, disfrutaba del aire libre y a la vez se mantenía en forma. Todo había comenzado en realidad por ese mismo motivo, una rutina de lo más aburrida y desagradable que le facilitaba no volver a coger los kilos de más que ya se había empezado en perder. También le servía para sentirse menos mal por fumar tanto… y ahora, más concretamente, le era muy útil como terapia de relajación, pasara lo que pasara en su vida diaria salía a correr y pensaba en ello en paz, mientras el aire fresco de cada mañana le despertaba del todo.
Por supuesto que ese día no era diferente al resto de días del año, se había vestido con su atuendo deportivo y había emprendido el típico camino, el que recorría siempre, y antes del desayuno, era lo más efecto, se creaba la necesidad de alimentarse pero sin el cargo de conciencia de que dicho alimento se fuera a acumular en ciertas zonas.
Por ahora su mayor preocupación era que sus clases se aceleraban a un ritmo inimaginable y le costaba seguirlas. Y eso porque su vida sentimental estaba jodidamente bien, perfecta, genial. Había logrado que su relación con el metarmofomago llegara al punto deseado, no se ponían a gritar que tuvieran una relación seria, pero sí que la tenían, al menos más que antes, ahora se atrevería a decir que eran “pareja”, o algo así.
Había corrido todo lo usual, comenzaba a sentirse cansado y con bastante hambre, no podía darse el atracón del siglo, pero tras una ducha sí que comería bien, es más, ese día estaba tan jodidamente feliz que seguramente incluso iría a busca a Draken, con un poco de suerte para verlo y desayunar con él.
Según volvía se vio en la obligación de parar. Justo lo que pensaba hacer se dibujó frente a él, era imposible confundirlo, aquel sentado allí delante era Draken, con su característico pelo morado, en ese momento sintió el deseo de salir corriendo hacía él y plantarle un buen beso en los labios como saludo, pero se sentía jodidamente sucio, acababa de correr, mucho, tanto que ansiaba más una ducha que un beso, y eso ya era mucho…
-¿Qué haces comiendo aquí? – se había acercado a él corriendo, y ahora se paró aún medio trotando, descendiendo el ritmo y estirando un poco para evitar que le diera un calambre por parar de pronto. Se relamió los labios cuando al fin se dejó caer, frente a él, pero no muy cerca, por suerte estaban en zona césped y podría dejar que el aire corriera entre ellos, y, en parte por pudor y en parte por vergüenza a no ser agradable al olfato (cosa que no era así, pero lo obsesionaba igualmente) decidió no darle el beso deseado – no se si tienes más de eso… pero si no tienes otro podrías darme un trozo de tu polo, estoy realmente agotado y con mucha sed.
Se sentía seguro de sí mismo a pesar de todo, aquel era el Elazar que le gustaba a Draken, no la maricona gilipollas que había tenido a principio de curso que esquivaba su mirada.
Por supuesto que ese día no era diferente al resto de días del año, se había vestido con su atuendo deportivo y había emprendido el típico camino, el que recorría siempre, y antes del desayuno, era lo más efecto, se creaba la necesidad de alimentarse pero sin el cargo de conciencia de que dicho alimento se fuera a acumular en ciertas zonas.
Por ahora su mayor preocupación era que sus clases se aceleraban a un ritmo inimaginable y le costaba seguirlas. Y eso porque su vida sentimental estaba jodidamente bien, perfecta, genial. Había logrado que su relación con el metarmofomago llegara al punto deseado, no se ponían a gritar que tuvieran una relación seria, pero sí que la tenían, al menos más que antes, ahora se atrevería a decir que eran “pareja”, o algo así.
Había corrido todo lo usual, comenzaba a sentirse cansado y con bastante hambre, no podía darse el atracón del siglo, pero tras una ducha sí que comería bien, es más, ese día estaba tan jodidamente feliz que seguramente incluso iría a busca a Draken, con un poco de suerte para verlo y desayunar con él.
Según volvía se vio en la obligación de parar. Justo lo que pensaba hacer se dibujó frente a él, era imposible confundirlo, aquel sentado allí delante era Draken, con su característico pelo morado, en ese momento sintió el deseo de salir corriendo hacía él y plantarle un buen beso en los labios como saludo, pero se sentía jodidamente sucio, acababa de correr, mucho, tanto que ansiaba más una ducha que un beso, y eso ya era mucho…
-¿Qué haces comiendo aquí? – se había acercado a él corriendo, y ahora se paró aún medio trotando, descendiendo el ritmo y estirando un poco para evitar que le diera un calambre por parar de pronto. Se relamió los labios cuando al fin se dejó caer, frente a él, pero no muy cerca, por suerte estaban en zona césped y podría dejar que el aire corriera entre ellos, y, en parte por pudor y en parte por vergüenza a no ser agradable al olfato (cosa que no era así, pero lo obsesionaba igualmente) decidió no darle el beso deseado – no se si tienes más de eso… pero si no tienes otro podrías darme un trozo de tu polo, estoy realmente agotado y con mucha sed.
Se sentía seguro de sí mismo a pesar de todo, aquel era el Elazar que le gustaba a Draken, no la maricona gilipollas que había tenido a principio de curso que esquivaba su mirada.
Elazar Selvaggi- Mensajes : 211
Fecha de inscripción : 09/09/2012
Re: Aire fresco si, pero tengo hambre
Se siguió comiendo el polo distraído, y para cuando quiso darse cuenta ya tenía a quien, en un principio estaba esperando que apareciese por ahí, justamente delante. Sonrió ladeado con el pedazo de hielo en la boca, volviendo a quejarse por el frío contra los dientes antes de escucharle hablar, respondiendole en el mismo momento que tragó el pedazo de hielo ya liquido.
- Salí a esperarte. - Se sinceró sin cortarse ni un pelo. Miró la bolsa, ahora casi sin fondo, que tenía a su lado y estirando el brazo la cogió, conociéndosela, y una vez había visto que se hubo calmado la respiración del italiano y hubo ocupado un sitio a su lado, sonrió de lado. Le dejó la bolsa sobre las piernas cuando se acomodo y se encogió de hombros. - Pilla lo que quieras, hay un poco de todo... la cosa es que consigas acertar a la primera. - Se rió.
Se relamió antes de darle un nuevo mordisco al pedazo de hielo con sabor a melocotón y sonrió con cara de tonto.
Tras ver que Selvaggi parecía dudar un momento, el metamorfomago arrugó un poco la nariz y torció el morro, terminando por ponerle justo delante el polo que estaba apenas a falta de un par de bocados, medio derritiéndose ligeramente. - Si no vas a meter la mano por que te da cosa o lo que sea, comete este. - Le dijo, con la vista clavada en los ojos azules de su mejor amigo-pareja, lo que quiera que fueran. - Dudo que te de asco que esté lamido por mi. - Dijo con un tono algo pícaro, guiñándole un ojo, divertido por ver su reacción.
Al estar sujetando el polo sin fijarse en el mismo, quitándole importancia pues su vista prefería estar fija en los ojos del rubio, no se dio cuenta de que el mismo había empezado a deshacerse hasta que notó el frío liquido sobre la mano, poniendo una mueca, mirando el helado y después a Elazar. - ¡Te dije que te lo comieras! No que lo dejases derretirse sobre mi mano, joder... que asco, ahora tendré la mano pringosa. – Se quejó, apartando aquella mano para no manchar a ninguno de los dos mientras con la otra, buscaba la varita para limpiar aquello cuanto antes. Sentir la mano pegajosa no le resultaba agradable.
- Salí a esperarte. - Se sinceró sin cortarse ni un pelo. Miró la bolsa, ahora casi sin fondo, que tenía a su lado y estirando el brazo la cogió, conociéndosela, y una vez había visto que se hubo calmado la respiración del italiano y hubo ocupado un sitio a su lado, sonrió de lado. Le dejó la bolsa sobre las piernas cuando se acomodo y se encogió de hombros. - Pilla lo que quieras, hay un poco de todo... la cosa es que consigas acertar a la primera. - Se rió.
Se relamió antes de darle un nuevo mordisco al pedazo de hielo con sabor a melocotón y sonrió con cara de tonto.
Tras ver que Selvaggi parecía dudar un momento, el metamorfomago arrugó un poco la nariz y torció el morro, terminando por ponerle justo delante el polo que estaba apenas a falta de un par de bocados, medio derritiéndose ligeramente. - Si no vas a meter la mano por que te da cosa o lo que sea, comete este. - Le dijo, con la vista clavada en los ojos azules de su mejor amigo-pareja, lo que quiera que fueran. - Dudo que te de asco que esté lamido por mi. - Dijo con un tono algo pícaro, guiñándole un ojo, divertido por ver su reacción.
Al estar sujetando el polo sin fijarse en el mismo, quitándole importancia pues su vista prefería estar fija en los ojos del rubio, no se dio cuenta de que el mismo había empezado a deshacerse hasta que notó el frío liquido sobre la mano, poniendo una mueca, mirando el helado y después a Elazar. - ¡Te dije que te lo comieras! No que lo dejases derretirse sobre mi mano, joder... que asco, ahora tendré la mano pringosa. – Se quejó, apartando aquella mano para no manchar a ninguno de los dos mientras con la otra, buscaba la varita para limpiar aquello cuanto antes. Sentir la mano pegajosa no le resultaba agradable.
Draken U. Stall- Mensajes : 213
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Aire fresco si, pero tengo hambre
Notó el peso de la bolsa sobre sus piernas, en un principio su reacción no fue meter la mano para coger nada porque las palabras de su pareja y mejor amigo le dejaron totalmente inutilizado, al menos mentalmente hablando. ¿Había salido a esperarlo a él? ¿Solamente a él?
Casi se olvidó del hambre y de todo, se quedó un poco idiota, atontado, pero decidió seguir con la actitud de antes, había que sacar un poco de chulería de vez en cuando y al parecer, eso con Draken, iba bastante bien.
-¿Entonces vendrás a traerme el desayuno cada mañana? Mira que te lo agradeceré… para bien.
Sonrió un tanto cabrón. Estaba seguro de que la respuesta era que no, que no lo haría cada día y menos a esas horas, se preguntó qué fue lo que le hizo estar ahí, aparte de ir a verlo a él. Como es que se había despertado si aún no tenía clases, pero después de lo que él había dicho se le hacía un poco feo el preguntar más, si quería decir que estaba ahí por él, lo tomaría para bien, sonreiría de manera totalmente feliz y genial, y después… pues ya después, de manera disimulada mostraría el interés de nuevo.
Aquellos pensamientos le hicieron abstraerse un poco, por no decir bastante y por eso no cogió nada de la bolsa, gesto que Draken malinterpretó un poco.
-No… casi así seguro que está más bueno – dijo aquello sonriendo un poco, pero pensó que no iría en serio, podría coger cualquier otra cosa, no tenía porque comerse lo de él – pero no cogí porque me despiste, tu bolsa ya no me da miedo.
Para cuando se dio cuenta de que el helado que le ofrecía esta derritiéndose en su mano fue cuando el mismo comenzó a quejarse, y para intentar suavizar todo, y divertirse a la vez cogió, con una mano el polo y con la otra su muñeca, obligando en cierto modo a quela mano de su mejor amigo terminara muy cerca de su boca.
-Que torpe… somos - usó una voz realmente dulce para decir eso y justo después lamió la parte manchada de la mano del chico, con mimo y cuidado, encargándose de, a la manera más muggle posible, poder limpiarle bien, intentando resultar ligeramente sensual con aquello sin saber si lo conseguía – y ahora no te quejes… espera – sabía lo escrupuloso que era, así que le pasó su propia camiseta (dejando a la vista bastante de su cuerpo) por la misma mano – será mejor que cojamos algo que manche un poco menos – comentó dándole un buen lametazo al polo que estaba ahora en su mano, mordiendo un poco, comiéndoselo sin más para refrescarse, se relamió ligeramente mirando el chico, y agradeció la distancia entre ellos, quería una ducha antes de acercarse a él, pero sentía tantísimas ganas de besarlo… -Coge tu bolsa y busca algo que no termine derramándose por tu mano, no pienses que andaré lamiendo todo lo que manches.
Y aquello sonó jodidamente depravado, pero así era más divertido. ¿no?
Casi se olvidó del hambre y de todo, se quedó un poco idiota, atontado, pero decidió seguir con la actitud de antes, había que sacar un poco de chulería de vez en cuando y al parecer, eso con Draken, iba bastante bien.
-¿Entonces vendrás a traerme el desayuno cada mañana? Mira que te lo agradeceré… para bien.
Sonrió un tanto cabrón. Estaba seguro de que la respuesta era que no, que no lo haría cada día y menos a esas horas, se preguntó qué fue lo que le hizo estar ahí, aparte de ir a verlo a él. Como es que se había despertado si aún no tenía clases, pero después de lo que él había dicho se le hacía un poco feo el preguntar más, si quería decir que estaba ahí por él, lo tomaría para bien, sonreiría de manera totalmente feliz y genial, y después… pues ya después, de manera disimulada mostraría el interés de nuevo.
Aquellos pensamientos le hicieron abstraerse un poco, por no decir bastante y por eso no cogió nada de la bolsa, gesto que Draken malinterpretó un poco.
-No… casi así seguro que está más bueno – dijo aquello sonriendo un poco, pero pensó que no iría en serio, podría coger cualquier otra cosa, no tenía porque comerse lo de él – pero no cogí porque me despiste, tu bolsa ya no me da miedo.
Para cuando se dio cuenta de que el helado que le ofrecía esta derritiéndose en su mano fue cuando el mismo comenzó a quejarse, y para intentar suavizar todo, y divertirse a la vez cogió, con una mano el polo y con la otra su muñeca, obligando en cierto modo a quela mano de su mejor amigo terminara muy cerca de su boca.
-Que torpe… somos - usó una voz realmente dulce para decir eso y justo después lamió la parte manchada de la mano del chico, con mimo y cuidado, encargándose de, a la manera más muggle posible, poder limpiarle bien, intentando resultar ligeramente sensual con aquello sin saber si lo conseguía – y ahora no te quejes… espera – sabía lo escrupuloso que era, así que le pasó su propia camiseta (dejando a la vista bastante de su cuerpo) por la misma mano – será mejor que cojamos algo que manche un poco menos – comentó dándole un buen lametazo al polo que estaba ahora en su mano, mordiendo un poco, comiéndoselo sin más para refrescarse, se relamió ligeramente mirando el chico, y agradeció la distancia entre ellos, quería una ducha antes de acercarse a él, pero sentía tantísimas ganas de besarlo… -Coge tu bolsa y busca algo que no termine derramándose por tu mano, no pienses que andaré lamiendo todo lo que manches.
Y aquello sonó jodidamente depravado, pero así era más divertido. ¿no?
Elazar Selvaggi- Mensajes : 211
Fecha de inscripción : 09/09/2012
Re: Aire fresco si, pero tengo hambre
Sonrió cuando le escuchó hablar, esbozando una sonrisilla estúpida y soltando una risilla burlona, aprovechando aquella pequeña incitación para meterse un poco con él. - Si, vendré todos los días a traerte el desayuno mientras te traigo un vestido con el que hacer reflotar tu feminidad, maricona. - Le sacó la lengua y volvió a su tarea de rebuscar algo dentro de la mochila.
Le vio, y por supuesto sintió, como le lamí ala mano para limpiar el jugo del polo de sabor a melocotón; sonriendo ladeado, de forma algo cabrona y acabó por reírse un poco incluso. - Eres un jodido cabrón, Selvaggi. - Cuando sintió como le secaba la saliva y lo poco del jugo que podría quedar, con al camiseta, suspiró un poco y para distraerse y no pensar en nada “raro”, miró alrededor; si se ponía caliente solo por su calenturienta cabeza, irían mal, sobre todo estando en público... Y aquello que terminó por añadir no ayudó en absoluto; jodido cabrón.
Le veía por el rabillo del ojo como se dedicaba a degustar el polo.
Selvaggi hizo una pequeña pausa en su rato de hacer desaparecer el helado, y entonces volvió a sacar aquél tema que siempre Stall, desde que se conocían en Hogwarts, trataba de dejar de lado, de esquivar. Salir a correr por las mañanas con él.
- Soy un jodido vago, Bollete, te va a costar mucho sacarme a correr, lo sabes, de sobra. - Al escuchar como empezó a bromear con aquello de ir a despertarlo, alzó ambas cejas divertido, girando el rostro sin poder ni querer evitarlo, para mirarle fijamente a los ojos. - Bueno... creo que prefiero correrme a correr. - Le guiñó el ojo entre cortas risas, cambiando un poco la palabra para que quedase mas a su “gusto”. - Así que es una muuuuy buena opción, si es la que yo he dado. - Siguió riéndose tontamente hasta que escuchó como su compañero decidido dijo que le iría a despertar para sacarle a correr. Puso cara de terror mientras negaba con la cabeza. - ¿Estás loco? ¡Eso se avisa con quince días de antelación para que me mentalice! Me vas amatar, cabronazo, si es follando no me importa, ¿pero desde cuando me ves tu a mi cara de salir a correr por ahí con una mariquita como tú? - Gruñó y noto como el italiano le miró con mala cara, probablemente a causa de aquel comentario que él mismo acababa de hacer.
Fue a replicarle pero terminó por suspirar y disculparse un poco, poniendo morros como si fuese un niño antes de, coger él mismo su propia mochila, para sacar de esta algo para seguir comiendo, pero en vez de eso, en vez de zanjar el tema poniéndose a comer, sabía una mejor solución... una que probablemente haría que Elazar dejase de estar molesto por el último comentario que había hecho el metamorfomago.
Se inclinó un momento hacia el italiano y le besó de forma algo superficial en los labios, después lamiéndolos; y vio como se alejo de él, cosa que le hizo arrugar la nariz. - ¿Por que te alejas? Me da igual que estés sudado. - Aclaró por si se trataba de eso, ya que seguramente lo fuera, conociéndole. A pesar de esa manía suya sobre la higiene, tratándose de Selvaggi parecía que no le importaba demasiado. - Si quieres hasta te lamo la polla como si fuese ese polo, para que veas lo poco que me importa que estés sudado.
Le vio, y por supuesto sintió, como le lamí ala mano para limpiar el jugo del polo de sabor a melocotón; sonriendo ladeado, de forma algo cabrona y acabó por reírse un poco incluso. - Eres un jodido cabrón, Selvaggi. - Cuando sintió como le secaba la saliva y lo poco del jugo que podría quedar, con al camiseta, suspiró un poco y para distraerse y no pensar en nada “raro”, miró alrededor; si se ponía caliente solo por su calenturienta cabeza, irían mal, sobre todo estando en público... Y aquello que terminó por añadir no ayudó en absoluto; jodido cabrón.
Le veía por el rabillo del ojo como se dedicaba a degustar el polo.
Selvaggi hizo una pequeña pausa en su rato de hacer desaparecer el helado, y entonces volvió a sacar aquél tema que siempre Stall, desde que se conocían en Hogwarts, trataba de dejar de lado, de esquivar. Salir a correr por las mañanas con él.
- Soy un jodido vago, Bollete, te va a costar mucho sacarme a correr, lo sabes, de sobra. - Al escuchar como empezó a bromear con aquello de ir a despertarlo, alzó ambas cejas divertido, girando el rostro sin poder ni querer evitarlo, para mirarle fijamente a los ojos. - Bueno... creo que prefiero correrme a correr. - Le guiñó el ojo entre cortas risas, cambiando un poco la palabra para que quedase mas a su “gusto”. - Así que es una muuuuy buena opción, si es la que yo he dado. - Siguió riéndose tontamente hasta que escuchó como su compañero decidido dijo que le iría a despertar para sacarle a correr. Puso cara de terror mientras negaba con la cabeza. - ¿Estás loco? ¡Eso se avisa con quince días de antelación para que me mentalice! Me vas amatar, cabronazo, si es follando no me importa, ¿pero desde cuando me ves tu a mi cara de salir a correr por ahí con una mariquita como tú? - Gruñó y noto como el italiano le miró con mala cara, probablemente a causa de aquel comentario que él mismo acababa de hacer.
Fue a replicarle pero terminó por suspirar y disculparse un poco, poniendo morros como si fuese un niño antes de, coger él mismo su propia mochila, para sacar de esta algo para seguir comiendo, pero en vez de eso, en vez de zanjar el tema poniéndose a comer, sabía una mejor solución... una que probablemente haría que Elazar dejase de estar molesto por el último comentario que había hecho el metamorfomago.
Se inclinó un momento hacia el italiano y le besó de forma algo superficial en los labios, después lamiéndolos; y vio como se alejo de él, cosa que le hizo arrugar la nariz. - ¿Por que te alejas? Me da igual que estés sudado. - Aclaró por si se trataba de eso, ya que seguramente lo fuera, conociéndole. A pesar de esa manía suya sobre la higiene, tratándose de Selvaggi parecía que no le importaba demasiado. - Si quieres hasta te lamo la polla como si fuese ese polo, para que veas lo poco que me importa que estés sudado.
Draken U. Stall- Mensajes : 213
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Aire fresco si, pero tengo hambre
Negó suavemente con la cabeza ante sus respuestas, él solo intentaba darle un empujoncito y que saliera a hacer ejercicio, fumar tanto y hacer tan poco debía ser malo para la salud o algo. Pero no puedo evitar reírse con la tontería de que prefería correrse a correr, no iba a negar que él también lo prefiriera, era algo más que lógico ¿no? Estaban bien con las bromas, él lo iría a despertar para correr, el otro diría que no, y si algún día estaba solo en el dormitorio podrían aprovechar para, correr de otra forma, como él mismo había dicho, y la broma… dejó de ser broma en el momento en el que Draken se la tomó en serio y soltó aquella barbaridad. ¿Era gilipollas o que hostia le pasaba?
-Si no tienes cara de correr con una mariquita como yo, supongo que tampoco la tendrás para hacer otras cosas conmigo.
Si, aquello le había sentado jodidamente mal, o peor. ¿De qué cojones iba? Elazar estaba ligeramente amanerado, lo sabía de sobra, también sabía que muchos presuponían su tendencia sexual solo por su aspecto, o por cuidarse más de la cuenta el cabello, o porque cuando miraba a tías lo primero que decía eran cosas del tipo de que “ese chaleco hace que se le vea demasiada teta”. Y a él no le importara que dijeran que era gay o que le mirasen raro por lo mismo, pero si era Draken quien insultaba por cuidarse un poco y salir a correr eso ya… eso llegaba a joderle para bien.
-Y… – se quedó ahí, el chico había intentado disculparse, pero sus palabras le habían sonado ligeramente huecas… pero ahora iba la parte más importante de la posible disculpa, ¿le acababa de besar? Primero le siguió un poco el beso, entreabriendo los labios, después se aparto un poco, estaba sudado, joder – No… es que, bueno… – paró, tragó saliva y se echó atrás el mechón de pelo que se le había escapado de la coleta que le recogía casi todo en ese momento – eres tú, se que tienes esa obsesión por la higiene y todo lo demás… no quiero incomodarte y… no digas de hacer eso, que joder, me obliga a imaginármelo.
No se iba a sonrojar como una niñita porque le dijera eso pero tampoco estaba seguro de cómo reaccionar, alcanzó la bolsa y metió la mano, intentando cambiar el tema, se ponía nervioso con esas cosas y en cuanto sacó la mano vio que había sacado otro polo, dejándolo caer. Quería algo fresco pero daba lugar a muchas interpretaciones posibles, volvió a meter la mano y sacó un flash. Hastiado ya de buscar le tendió la bolsa a su pareja, que buscara él.
-Mira si me pones nervioso que no puedo ni sacar comida decente, pero supongo que esto me hará bajar el calor de la carrera… – dijo aquello y se acercó un poquito más a Draken, lo justo como para… bueno… ya que había dicho que no le importaba si había sudado, corrido o lo que fuera, pues iba a intentar que le diera otro beso ¿no? – y supongo que queda perdonado por lo de antes, pero no te excedas así, que a veces pareces un homófobo de mierda.
-Si no tienes cara de correr con una mariquita como yo, supongo que tampoco la tendrás para hacer otras cosas conmigo.
Si, aquello le había sentado jodidamente mal, o peor. ¿De qué cojones iba? Elazar estaba ligeramente amanerado, lo sabía de sobra, también sabía que muchos presuponían su tendencia sexual solo por su aspecto, o por cuidarse más de la cuenta el cabello, o porque cuando miraba a tías lo primero que decía eran cosas del tipo de que “ese chaleco hace que se le vea demasiada teta”. Y a él no le importara que dijeran que era gay o que le mirasen raro por lo mismo, pero si era Draken quien insultaba por cuidarse un poco y salir a correr eso ya… eso llegaba a joderle para bien.
-Y… – se quedó ahí, el chico había intentado disculparse, pero sus palabras le habían sonado ligeramente huecas… pero ahora iba la parte más importante de la posible disculpa, ¿le acababa de besar? Primero le siguió un poco el beso, entreabriendo los labios, después se aparto un poco, estaba sudado, joder – No… es que, bueno… – paró, tragó saliva y se echó atrás el mechón de pelo que se le había escapado de la coleta que le recogía casi todo en ese momento – eres tú, se que tienes esa obsesión por la higiene y todo lo demás… no quiero incomodarte y… no digas de hacer eso, que joder, me obliga a imaginármelo.
No se iba a sonrojar como una niñita porque le dijera eso pero tampoco estaba seguro de cómo reaccionar, alcanzó la bolsa y metió la mano, intentando cambiar el tema, se ponía nervioso con esas cosas y en cuanto sacó la mano vio que había sacado otro polo, dejándolo caer. Quería algo fresco pero daba lugar a muchas interpretaciones posibles, volvió a meter la mano y sacó un flash. Hastiado ya de buscar le tendió la bolsa a su pareja, que buscara él.
-Mira si me pones nervioso que no puedo ni sacar comida decente, pero supongo que esto me hará bajar el calor de la carrera… – dijo aquello y se acercó un poquito más a Draken, lo justo como para… bueno… ya que había dicho que no le importaba si había sudado, corrido o lo que fuera, pues iba a intentar que le diera otro beso ¿no? – y supongo que queda perdonado por lo de antes, pero no te excedas así, que a veces pareces un homófobo de mierda.
Elazar Selvaggi- Mensajes : 211
Fecha de inscripción : 09/09/2012
Re: Aire fresco si, pero tengo hambre
Arrugó la nariz y resopló, torciendo un poco el morro. - Si soy un homófobo de mierda, supongo que también me tengo asco y demás hacia mi mismo. - Miró a Selvaggi de reojo y sonrió un poco, ladeado, de forma cabrona. - Somos un par de mariconas, dejémoslo ahí. - Dejó la bolsa a un lado y suspiró, tumbándose en el césped, desperezándose un poco y terminando por resoplar. No quería que Elazar se pusiese mal por aquél estúpido comentario gilipollas, que realmente había salido de su boca, tan malsonante, por la culpa de que le hubiesen despertado a malas; él no tenía la culpa en absoluto joder.
Le vio acercarse un poco más hacia él y sonrió de lado. No se iba a quejar, en absoluto; ya en otras ocasiones había sentido contra su propio cuerpo el sudor, literal, de su compañero; así que ahora que además había ropas de por medio, que le diese asco era algo estúpido; sin contar que el olor general de Selvaggi era muy agradable, afrutado, probablemente a cuenta de todos los cuidados personales que el chico se daba a diario.
Por el rabillo del ojo vio como Selvaggi empezaba a comer el pedazo de hielo de sabores, sonriendo un poquito, pervertido quizás; ahora pudo comprender bien a que se refería con no poder sacar nada decente.
Sonrió ámpliamente, después echándose a reír; y terminando por incorporarse lo justo y necesario, se tiró prácticamente sobre el rubio sin perder en ningún momento la sonrisa, mirándole travieso. A él le daba igual que los vieran así, y habiendo visto los besos que había recibido en alguna ocasión por parte de su compañero, al parecer a él últimamente también, así que... Aunque había que decir que tampoco es que hubiera demasiada, por no decir ninguna, gente rondando.
Se quedó mirando al italiano, notando como el mismo tenía un pedazo de aquello en la boca, y entrecerrando los ojos, dándole igual si a Elazar le daría asco o no, acercó los labios a los de él, entreabriendo los labios del contrario y robándole parte del hielo. Apenas era eso, hielo con sabor, así que tampoco tendría por que enfadarse demasiado si le daba asco.
Aprovechando aquello comenzó a besarle, notando como parte de la comida se derretía en sus bocas, haciendo que algo del liquido escapase por las comisuras de ambos.
- Mm...así estaba mejor. - Se relamió, sonriendo ámpliamente, atrapando su labio inferior y tirando de él, quedando sobre el cuerpo del italiano pero sin aplastarle, apoyando su peso sobre los brazos que tenía a los lados del rostro de Selvaggi.
Le vio acercarse un poco más hacia él y sonrió de lado. No se iba a quejar, en absoluto; ya en otras ocasiones había sentido contra su propio cuerpo el sudor, literal, de su compañero; así que ahora que además había ropas de por medio, que le diese asco era algo estúpido; sin contar que el olor general de Selvaggi era muy agradable, afrutado, probablemente a cuenta de todos los cuidados personales que el chico se daba a diario.
Por el rabillo del ojo vio como Selvaggi empezaba a comer el pedazo de hielo de sabores, sonriendo un poquito, pervertido quizás; ahora pudo comprender bien a que se refería con no poder sacar nada decente.
Sonrió ámpliamente, después echándose a reír; y terminando por incorporarse lo justo y necesario, se tiró prácticamente sobre el rubio sin perder en ningún momento la sonrisa, mirándole travieso. A él le daba igual que los vieran así, y habiendo visto los besos que había recibido en alguna ocasión por parte de su compañero, al parecer a él últimamente también, así que... Aunque había que decir que tampoco es que hubiera demasiada, por no decir ninguna, gente rondando.
Se quedó mirando al italiano, notando como el mismo tenía un pedazo de aquello en la boca, y entrecerrando los ojos, dándole igual si a Elazar le daría asco o no, acercó los labios a los de él, entreabriendo los labios del contrario y robándole parte del hielo. Apenas era eso, hielo con sabor, así que tampoco tendría por que enfadarse demasiado si le daba asco.
Aprovechando aquello comenzó a besarle, notando como parte de la comida se derretía en sus bocas, haciendo que algo del liquido escapase por las comisuras de ambos.
- Mm...así estaba mejor. - Se relamió, sonriendo ámpliamente, atrapando su labio inferior y tirando de él, quedando sobre el cuerpo del italiano pero sin aplastarle, apoyando su peso sobre los brazos que tenía a los lados del rostro de Selvaggi.
Draken U. Stall- Mensajes : 213
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Aire fresco si, pero tengo hambre
Si, por supuesto que se me empezó a comer aquel dulce, tenía hambre, coño, y también calor.
Se sintió interrumpido cuando de pronto su pareja se lanzó sobre él. Draken era más grande que el rubio, no más gordo, de complexión serían muy similares en realidad, sino más alto, y posiblemente tendría también más fuerza que él. Eso hacía que se sintiera un poco débil cuando hacía cosas así, era como demostrar quién era qué de la relación… pero bah, ni pensarlo quería.
Lo que si pasó es que le pilló un tanto por sorpresa y por lo tanto se le escapó de entre los labios un pequeño sonido, un tanto gracioso, seguramente, que expresaba lo mismo. Acogió al chico sin pudor y no hizo gesto alguno de malestar.
Media facultad sabía de sobra que a Elazar le gustaban los chicos, y quien no lo supiera lo adivinaría si lo veía, cosa que le importaba un buen carajo. Sobre todo si Draken hacía eso, si a él tampoco le importaba…
Aprovechó que lo tenía encima para abrazarlo como quería hacer desde que el chico había llegado, y fue sorprendido cuando el chico comenzó a besarlo. Ni recordaba que aún tenía un poco del hielo en la boca y el jueguecito de Draken llegó a incomodarle ligeramente… estaba comiendo, coño. Pero continuó el beso. Entrechocó sus lenguas y notó como gran parte del hielo se derretía entre sus lenguas. Le mordió un poquito el labio y dejó que el otro hiciera todo lo que quiso hacer. Suspiró por él. Y cuando oyó aquella pequeña afirmación del chico negó con la cabeza y con una mano sobre la nuca del muchacho le obligó a volver a besarle, intensamente.
El beso, en un principio frío, por culpa del hielo, se volvió cálido, ya no existía tal cosa en la boca de ninguno de ellos y el italiano disfrutó simplemente de tenerle así para él, se sentía jodidamente dichoso por todo eso.
-Con la comida no se debería jugar así – dijo con un tono un tanto pícaro, notando el rostro del otro muy cerca del propio –sabes que no me gusta guarrear con la comida… pero supongo, que por ser tú, y ser hielo, no me quejaré demasiado.
Mordió su labio, tirando un poquito del mismo, aún sentía a Draken sobre si mismo, pero era algo que le encantaba nota.
-¿Se puede saber que te tiene de un humor tan raro? ¿Qué te han hecho por la mañana? Porque supongo que no te habrás despertado solo por gusto… – seguía con ganas de comerle los morros, pero a la vez seguía teniendo hambre y bueno… también quería saber porque estaba ahí en realidad. Aquello no era más que una manera disimulada de preguntar.
Se sintió interrumpido cuando de pronto su pareja se lanzó sobre él. Draken era más grande que el rubio, no más gordo, de complexión serían muy similares en realidad, sino más alto, y posiblemente tendría también más fuerza que él. Eso hacía que se sintiera un poco débil cuando hacía cosas así, era como demostrar quién era qué de la relación… pero bah, ni pensarlo quería.
Lo que si pasó es que le pilló un tanto por sorpresa y por lo tanto se le escapó de entre los labios un pequeño sonido, un tanto gracioso, seguramente, que expresaba lo mismo. Acogió al chico sin pudor y no hizo gesto alguno de malestar.
Media facultad sabía de sobra que a Elazar le gustaban los chicos, y quien no lo supiera lo adivinaría si lo veía, cosa que le importaba un buen carajo. Sobre todo si Draken hacía eso, si a él tampoco le importaba…
Aprovechó que lo tenía encima para abrazarlo como quería hacer desde que el chico había llegado, y fue sorprendido cuando el chico comenzó a besarlo. Ni recordaba que aún tenía un poco del hielo en la boca y el jueguecito de Draken llegó a incomodarle ligeramente… estaba comiendo, coño. Pero continuó el beso. Entrechocó sus lenguas y notó como gran parte del hielo se derretía entre sus lenguas. Le mordió un poquito el labio y dejó que el otro hiciera todo lo que quiso hacer. Suspiró por él. Y cuando oyó aquella pequeña afirmación del chico negó con la cabeza y con una mano sobre la nuca del muchacho le obligó a volver a besarle, intensamente.
El beso, en un principio frío, por culpa del hielo, se volvió cálido, ya no existía tal cosa en la boca de ninguno de ellos y el italiano disfrutó simplemente de tenerle así para él, se sentía jodidamente dichoso por todo eso.
-Con la comida no se debería jugar así – dijo con un tono un tanto pícaro, notando el rostro del otro muy cerca del propio –sabes que no me gusta guarrear con la comida… pero supongo, que por ser tú, y ser hielo, no me quejaré demasiado.
Mordió su labio, tirando un poquito del mismo, aún sentía a Draken sobre si mismo, pero era algo que le encantaba nota.
-¿Se puede saber que te tiene de un humor tan raro? ¿Qué te han hecho por la mañana? Porque supongo que no te habrás despertado solo por gusto… – seguía con ganas de comerle los morros, pero a la vez seguía teniendo hambre y bueno… también quería saber porque estaba ahí en realidad. Aquello no era más que una manera disimulada de preguntar.
Elazar Selvaggi- Mensajes : 211
Fecha de inscripción : 09/09/2012
Re: Aire fresco si, pero tengo hambre
Se sorprendió cuando en vez de ser apartado como en un principio se imaginó, su compañero siguió el beso, incluso notando como le pegaba mas contra el. Jadeó contra su boca, intentando abrazarle como buenamente pudo por el cuello, cediendo y terminando por apoyar los brazos a los lados de su cabeza tal y como se hubo colocado en un principio, terminando sin demasiada gana por separarse para hablar, sonriendo de lado.
Lamió su boca, siguiendo el beso que ahora hubo empezado Selvaggi, habiendo prácticamente suspirado, un poco agilipollado por todo el asunto, el sueño y la mala leche, cuando sus labios volvieron a unirse.
Cuando terminaron los besos se relamió, lamiéndole a él los labios con los ojos entrecerrados, mirándole a los ojos y sonriendo ladeado, entre divertido y pícaro. Se mordió el labio inferior quedando algo provocativo antes de inclinarse a lamer el pequeño camino que se había formado desde la comisura de sus labios abajo. - Ahora estás mas bueno que antes. - Dijo en tono de broma, apoyando la frente contra la de él queriendo en un principio ignorar aquella pregunta que acababa de hacerle su mejor amigo-pareja.
Puso morros y frunció algo el ceño, bufando después. No se movió ni un ápice mas que para acomodarse y en cierto modo, para frotarse contra el con intención de joderlo por haberle reprochado aquel beso con el hielo, con comida de por medio. - Tsk... pues no te volveré a besar así, joder. - Se quejó y se quedó mirándole mal, pero no se movía ni tenía intención de hacerlo. - Podrías haberme apartado de un empujón y listo...
Acabó cediendo ante a mirada insistente, al gesto último que hizo Selvaggi y a la repetición de la pregunta que acababa de hacer. - Ya te lo dije, joder, vine a esperarte... - Suspiró. - Solo aproveche a que el imbécil del compañero de habitación del que tan bien te hablé alguna vez, se despertó y empezó a pelearse con Yesenes. -Se encogió de hombros. - Le sacamos a patadas de la habitación, y como ya después no iba a poder dormirme... me duché, pille bastante comida y vine a por ti.
Se quitó un poco de encima de él tras lamerle los labios de forma rápida y se quedó sentado justo a su lado, como antes, alcanzando la bolsa y metiendo la mano en ella, sacando un vaso totalmente cerrado, que le ofreció al italiano. - Toma... espero haber acertado. - Le dijo mientras le ponía él mismo el café sobre las manos, un capuchino, como algunas veces le había visto tomar; era muy observador, aunque no dijese nada.
- Ya sabes, le quitas la tapa esa y te lo bebes, debe de estar templado, al menos así lo pedí. - Arrugó la nariz; estaba sintiéndose un poco moñas con aquello, así que simplemente frunció el ceño y se quedó con la vista al frente, mirando los jardines, los terrenos de la universidad que se apreciaban desde allí.
Lamió su boca, siguiendo el beso que ahora hubo empezado Selvaggi, habiendo prácticamente suspirado, un poco agilipollado por todo el asunto, el sueño y la mala leche, cuando sus labios volvieron a unirse.
Cuando terminaron los besos se relamió, lamiéndole a él los labios con los ojos entrecerrados, mirándole a los ojos y sonriendo ladeado, entre divertido y pícaro. Se mordió el labio inferior quedando algo provocativo antes de inclinarse a lamer el pequeño camino que se había formado desde la comisura de sus labios abajo. - Ahora estás mas bueno que antes. - Dijo en tono de broma, apoyando la frente contra la de él queriendo en un principio ignorar aquella pregunta que acababa de hacerle su mejor amigo-pareja.
Puso morros y frunció algo el ceño, bufando después. No se movió ni un ápice mas que para acomodarse y en cierto modo, para frotarse contra el con intención de joderlo por haberle reprochado aquel beso con el hielo, con comida de por medio. - Tsk... pues no te volveré a besar así, joder. - Se quejó y se quedó mirándole mal, pero no se movía ni tenía intención de hacerlo. - Podrías haberme apartado de un empujón y listo...
Acabó cediendo ante a mirada insistente, al gesto último que hizo Selvaggi y a la repetición de la pregunta que acababa de hacer. - Ya te lo dije, joder, vine a esperarte... - Suspiró. - Solo aproveche a que el imbécil del compañero de habitación del que tan bien te hablé alguna vez, se despertó y empezó a pelearse con Yesenes. -Se encogió de hombros. - Le sacamos a patadas de la habitación, y como ya después no iba a poder dormirme... me duché, pille bastante comida y vine a por ti.
Se quitó un poco de encima de él tras lamerle los labios de forma rápida y se quedó sentado justo a su lado, como antes, alcanzando la bolsa y metiendo la mano en ella, sacando un vaso totalmente cerrado, que le ofreció al italiano. - Toma... espero haber acertado. - Le dijo mientras le ponía él mismo el café sobre las manos, un capuchino, como algunas veces le había visto tomar; era muy observador, aunque no dijese nada.
- Ya sabes, le quitas la tapa esa y te lo bebes, debe de estar templado, al menos así lo pedí. - Arrugó la nariz; estaba sintiéndose un poco moñas con aquello, así que simplemente frunció el ceño y se quedó con la vista al frente, mirando los jardines, los terrenos de la universidad que se apreciaban desde allí.
Draken U. Stall- Mensajes : 213
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Aire fresco si, pero tengo hambre
Fingió ofenderse.
-¿Qué es eso de que estoy más bueno así? ¿Entonces cuando no estoy comiendo hielo con sabores… No te gusto? – desde luego, Draken notaría que realmente no estaba molesto en serio, no por aquello, eran comentarios casuales, cosas que dices solo por quedar bien, por reírte, por hablar de algo, lo que fuera. Por supuesto siempre era más divertido fingir molestia que tenerla en serio.
Pero el otro frunció el ceño, molesto. ¿Por qué se molestaba si él aún no había dicho nada tan malo? Solo… bueno si, la comida, jugar y eso. Pero no le daba tiempo a nada, ni a reflexionar, el muy idiota se andaba refregando con él, ahí en medio, ahora parecía querer calentarlo y eso iba a hacer que terminara molesto, jodido en serio, ya tenía bastantes ganas de follar a diario como para también tenerla porque él lo incitara en lugares donde, obviamente, no iban a poder hacer nada.
-Yo nunca te hubiera apartado, idiota, creo que jamás te negaré un beso, no hay gesto más feo que ese – lo dijo totalmente convencido de sus palabras, si Draken le negara un beso se sentía falta, y seguramente un poco insultado también. Pero sobre todo mal, eran pareja, debían mimarse el uno al otro, carajos – bueno… no es como decir que podrías besarme en cualquier momento, ya sabes, hay… ash, me lio, ya. Con que sepas que no lo haré nunca vale.
Funció el ceño, buscando iniciar un nuevo beso para callarse a sí mismo, pero el chico fue más rápido se aparto y fue para coger algo de la bolsa, un algo que le ofreció a él y que él aceptó gustoso, notando la calidez en sus manos proveniente del vaso.
Abrió la tapa como el otro le indicó y olisqueó, sonriendo abiertamente.
-Es capuchino… que bien – le miró bastante ilusionado, era su tipo de café favorito, y además aún se mantenía medio caliente. Le dio un trago, después otro y terminó por taparlo un poco – gracias… esto no me lo esperaba realmente.
Sonó simpático y dulce, sonó como con pocas personas se permitía sonar. No le gustaba que además de parecer una nena sonara su voz como la de una.
-Draken… Si te pido que me des otro beso… – esperó su respuesta sin decir más, no sabía bien que hacer, además de beber, pero no quería dejar que el otro se aburriera.
-¿Qué es eso de que estoy más bueno así? ¿Entonces cuando no estoy comiendo hielo con sabores… No te gusto? – desde luego, Draken notaría que realmente no estaba molesto en serio, no por aquello, eran comentarios casuales, cosas que dices solo por quedar bien, por reírte, por hablar de algo, lo que fuera. Por supuesto siempre era más divertido fingir molestia que tenerla en serio.
Pero el otro frunció el ceño, molesto. ¿Por qué se molestaba si él aún no había dicho nada tan malo? Solo… bueno si, la comida, jugar y eso. Pero no le daba tiempo a nada, ni a reflexionar, el muy idiota se andaba refregando con él, ahí en medio, ahora parecía querer calentarlo y eso iba a hacer que terminara molesto, jodido en serio, ya tenía bastantes ganas de follar a diario como para también tenerla porque él lo incitara en lugares donde, obviamente, no iban a poder hacer nada.
-Yo nunca te hubiera apartado, idiota, creo que jamás te negaré un beso, no hay gesto más feo que ese – lo dijo totalmente convencido de sus palabras, si Draken le negara un beso se sentía falta, y seguramente un poco insultado también. Pero sobre todo mal, eran pareja, debían mimarse el uno al otro, carajos – bueno… no es como decir que podrías besarme en cualquier momento, ya sabes, hay… ash, me lio, ya. Con que sepas que no lo haré nunca vale.
Funció el ceño, buscando iniciar un nuevo beso para callarse a sí mismo, pero el chico fue más rápido se aparto y fue para coger algo de la bolsa, un algo que le ofreció a él y que él aceptó gustoso, notando la calidez en sus manos proveniente del vaso.
Abrió la tapa como el otro le indicó y olisqueó, sonriendo abiertamente.
-Es capuchino… que bien – le miró bastante ilusionado, era su tipo de café favorito, y además aún se mantenía medio caliente. Le dio un trago, después otro y terminó por taparlo un poco – gracias… esto no me lo esperaba realmente.
Sonó simpático y dulce, sonó como con pocas personas se permitía sonar. No le gustaba que además de parecer una nena sonara su voz como la de una.
-Draken… Si te pido que me des otro beso… – esperó su respuesta sin decir más, no sabía bien que hacer, además de beber, pero no quería dejar que el otro se aburriera.
Elazar Selvaggi- Mensajes : 211
Fecha de inscripción : 09/09/2012
Re: Aire fresco si, pero tengo hambre
Arrugó la nariz con el comentario, gruñendole y mordiéndole el mentón en gesto tanto de queja tanto como de picardía. Se aburría ¿y que mejor, que tratar de hacer aquello mas interesante, mas entretenido?
Sonrió ámpliamente cuando le escuchó nuevamente hablar, mordiéndose el labio inferior y entrecerrando los ojos, soltando una leve risilla como muestra de que le había gustado escuchar aquello, pareciendo, al menos a su parecer, un poco gilipollas. ¿Así que le gustaba besarle aún estando en público, o al aire libre? Bueno si joder, ya lo sabía por que mas bien, siempre que antes se veían inevitablemente se besaban, ¿pero quien iba a negar, que siempre sería agradable escuchar aquello? Y mas viendo de quien venían aquellas palabras. De la persona que siempre había pensado que los besos en público no eran de su agrado, o cualquier mierda así.
Se inclinó de nuevo a sus labios, tras ver como él mismo se lamía el labio superior. Suspirando contra su boca para tras sacar la lengua lamerle levemente los labios ahora el mismo Stall después de notar la lengua de Selvaggi haciendo aquello mismo, mirándole a los ojos antes de cerrarlos lentamente, susurrando con voz ronca contra su boca. - Me alegro de que tus gustos no cambien. - Aquello podía ir por mas de un sentido, a parte de sus gustos de comida y demás, por que con ello, sabía que él mismo seguía siendo del agrado del italiano.
Terminó por volver a acomodar uno de los brazos a uno de los lados de su cabeza, acariciándole la mejilla antes de empezar a profundizar los besos, volviéndolos cada vez mas fogosos, pegándose completamente contra el cuerpo de su compañero, habiendo cogido el vaso y habiéndolo dejado a un lado para que ni estorbase ni se cayese por cualquier golpe accidental.
Tras un rato habiendo seguido con los besos se separó sin demasiadas ganas, de los labios contrarios, apoyando la frente contra la de Elazar, mirándole fijamente a los ojos, con un ligero brillo divertido en los ojos.
Sonrió ladeado, mordiéndose los labios acompañando al gesto de una sonrisilla traviesa, divertida. - Creo que deberíamos de entretenernos de alguna forma u otra o esto se empezara a calentar... ¿no crees, Bollete?
Sonrió ámpliamente cuando le escuchó nuevamente hablar, mordiéndose el labio inferior y entrecerrando los ojos, soltando una leve risilla como muestra de que le había gustado escuchar aquello, pareciendo, al menos a su parecer, un poco gilipollas. ¿Así que le gustaba besarle aún estando en público, o al aire libre? Bueno si joder, ya lo sabía por que mas bien, siempre que antes se veían inevitablemente se besaban, ¿pero quien iba a negar, que siempre sería agradable escuchar aquello? Y mas viendo de quien venían aquellas palabras. De la persona que siempre había pensado que los besos en público no eran de su agrado, o cualquier mierda así.
Se inclinó de nuevo a sus labios, tras ver como él mismo se lamía el labio superior. Suspirando contra su boca para tras sacar la lengua lamerle levemente los labios ahora el mismo Stall después de notar la lengua de Selvaggi haciendo aquello mismo, mirándole a los ojos antes de cerrarlos lentamente, susurrando con voz ronca contra su boca. - Me alegro de que tus gustos no cambien. - Aquello podía ir por mas de un sentido, a parte de sus gustos de comida y demás, por que con ello, sabía que él mismo seguía siendo del agrado del italiano.
Terminó por volver a acomodar uno de los brazos a uno de los lados de su cabeza, acariciándole la mejilla antes de empezar a profundizar los besos, volviéndolos cada vez mas fogosos, pegándose completamente contra el cuerpo de su compañero, habiendo cogido el vaso y habiéndolo dejado a un lado para que ni estorbase ni se cayese por cualquier golpe accidental.
Tras un rato habiendo seguido con los besos se separó sin demasiadas ganas, de los labios contrarios, apoyando la frente contra la de Elazar, mirándole fijamente a los ojos, con un ligero brillo divertido en los ojos.
Sonrió ladeado, mordiéndose los labios acompañando al gesto de una sonrisilla traviesa, divertida. - Creo que deberíamos de entretenernos de alguna forma u otra o esto se empezara a calentar... ¿no crees, Bollete?
Draken U. Stall- Mensajes : 213
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Aire fresco si, pero tengo hambre
Ya no podía parar de besarlo, él le había seguido en un principio y poco le costaba continuar, le daba igual que los mirasen, que pasaran por allí, lo que fuera. Tampoco le importaba demasiado si tenía hambre o sed, o si el café que había dejado abandonado se iba a enfría. Olvidó incluso que su principal objetivo era ir a la ducha, aunque de eso se acordaría pronto, estaba seguro. Era culpa de Draken, él removía cualquier costumbre que el italiano tuviera, cualquier idea de su mente era totalmente desplazada y borrada siendo solo sus labios lo que quedaban en su cabeza, y lo peor, es que lo dejaba totalmente indefenso ante él. Elazar era débil y su mayor debilidad era aquel chico.
Finalmente tras otra larga tanda de besos, en los que apenas si se dejaban espacio para respirar, el chico se alejó un poco por vete a saber qué motivo, y apoyó su frente en la propia en medio de un suspiro. Se preguntó por un segundo que pasaría sin entender bien porque había parado de besarlo, él no quería parar aunque sabía que si continuaban así acabarían por tener que moverse a un lugar más privado, ambos solían ansiar el cuerpo del otro de una forma en la que el pudor no les permitiría mostrarse ahí, menos aún siendo las horas que eran, pues pronto saldrían los de los entrenamientos de quidditch a volar.
-¿Parar? ¿Te cansas de besarme? – se mordió el labio, apenado. No entendía el porqué decía aquello, porqué tendrían que hacer otra cosa. Si, que se calentarían, pero para algo estaban los vestuarios de quidditch, o las duchas, o los baños comunes, los dormitorios, las aulas vacías, si le apurabas incluso el bosque. A él le daba igual calentarse, lo apagarían juntos, lo sabía –No me llames bollete, no me gusta, es molesto - estaba irritado. Él no quería calentarse porque no querría hacer nada más con él. ¿No? Pues… no tardó en girar el rostro, mirar a otra parte, dejar al chico un tanto de lado, fruncir el ceño incluso, y eso no era algo muy típico en él realmente.
Volvió a coger el café, no quería parecer enfadado por nada, no quería que el otro se picara con él y lo odiara de por vida, pero tampoco quería estar pensando que su propia pareja prefería “entretenerse con algo” antes que follar con él. Cojones.
-Supongo que sí, será mejor no seguir.
Miró a otra parte, a lo lejos, recordó la ansiada ducha y deseó estar en ella con él. Sin más discusión, pero claro, Stall era un chico… difícil.
Finalmente tras otra larga tanda de besos, en los que apenas si se dejaban espacio para respirar, el chico se alejó un poco por vete a saber qué motivo, y apoyó su frente en la propia en medio de un suspiro. Se preguntó por un segundo que pasaría sin entender bien porque había parado de besarlo, él no quería parar aunque sabía que si continuaban así acabarían por tener que moverse a un lugar más privado, ambos solían ansiar el cuerpo del otro de una forma en la que el pudor no les permitiría mostrarse ahí, menos aún siendo las horas que eran, pues pronto saldrían los de los entrenamientos de quidditch a volar.
-¿Parar? ¿Te cansas de besarme? – se mordió el labio, apenado. No entendía el porqué decía aquello, porqué tendrían que hacer otra cosa. Si, que se calentarían, pero para algo estaban los vestuarios de quidditch, o las duchas, o los baños comunes, los dormitorios, las aulas vacías, si le apurabas incluso el bosque. A él le daba igual calentarse, lo apagarían juntos, lo sabía –No me llames bollete, no me gusta, es molesto - estaba irritado. Él no quería calentarse porque no querría hacer nada más con él. ¿No? Pues… no tardó en girar el rostro, mirar a otra parte, dejar al chico un tanto de lado, fruncir el ceño incluso, y eso no era algo muy típico en él realmente.
Volvió a coger el café, no quería parecer enfadado por nada, no quería que el otro se picara con él y lo odiara de por vida, pero tampoco quería estar pensando que su propia pareja prefería “entretenerse con algo” antes que follar con él. Cojones.
-Supongo que sí, será mejor no seguir.
Miró a otra parte, a lo lejos, recordó la ansiada ducha y deseó estar en ella con él. Sin más discusión, pero claro, Stall era un chico… difícil.
Elazar Selvaggi- Mensajes : 211
Fecha de inscripción : 09/09/2012
Re: Aire fresco si, pero tengo hambre
Entre tantos besos apenas conseguía coger demasiado aire, ansioso de mas, notando como su respiración se agitaba y con ello el coger aire se le volvía mas complicado, notando como la temperatura de su cuerpo aumentaba y se acaloraba; si seguían así acabaría follándose a Selvaggi ahí mismo.
Al separarse y coger una bocanada de aire para recomponerse, habló. Algo debió de decir que realmente le jodió a su compañero, que con un simple pero brusco movimiento terminó por dejarle tirado a su lado, con cara de gilipollas sin llegar a entender del todo el porque había hecho aquello. ¿Se estaba volviendo imbécil o que? ¿A caso había dicho algo tan jodidamente grave como para ponerse así de sumamente imbécil? Su humor volvía a joderse, y ahora por culpa de la persona a la que había acudido tratando de calmarse; aquello era una puta mierda.
- ¿Que coño...? - Gruñó y se incorporó mirándole con el ceño fruncido, mirando a su mejor amigo hacer, viéndole recuperar el café y beber. Frunció los labios y suspiró, resoplando mosqueado por aquel puto comportamiento de puro gilipollas que estaba teniendo su pareja en esos momentos. Ni que fuese una puta tía y estuviese con la regla, joder.
- Tsk...maldito imbécil. - Le miró con cara de querer darle un hostia pero únicamente se limitó a girar el rostro al lugar contrario al que él estaba situado para ignorarle, enfadado, molesto. Aquello quizás se podría haber considerado como un pique de un niño pequeño.
Escuchó lo que le dijo y volvió nuevamente a bufar. Le había ofrecido largarse de allí para hacer algo más que solo los besos, aunque quizás el italiano no lo hubiese interpretado de aquella forma, ¿no? A veces le costaba un poco pillar ese tipo de cosas. Con entretenerse haciendo otra cosa era moverse de allí para follar, FO-LLAR. Dios, a veces le daban ganas de darle en la cabeza a ver si la tontería se le iba.
- Joder, no se para que me molesto, solo eres un maldito imbécil de mierda, tsk... -Suspiró pesadamente con el ceño fruncido, pasándose una delas manos por el pelo, peinándose hacia atrás sin ningún tipo de éxito, haciendo que su pelo se quedase en la misma posición que antes de pasar la mano por el mismo.. - A la siguiente que tu quieras follar te vas a buscar a otra persona, yo ya no pienso ofrecerte follar si vas a rechazarme.
Se incorporó enfadado, cogiendo la bolsa prácticamente de un tirón sin quitarle el ojo de encima. Todo lo que dijo no era verdad, por supuesto, como fuera a follar con alguna que otra persona los mataría a ambos, joder. Elazar era total y únicamente suyo, de nadie mas; si alguien le tocaba un solo pelo, le partiría todos los huesos.
Al separarse y coger una bocanada de aire para recomponerse, habló. Algo debió de decir que realmente le jodió a su compañero, que con un simple pero brusco movimiento terminó por dejarle tirado a su lado, con cara de gilipollas sin llegar a entender del todo el porque había hecho aquello. ¿Se estaba volviendo imbécil o que? ¿A caso había dicho algo tan jodidamente grave como para ponerse así de sumamente imbécil? Su humor volvía a joderse, y ahora por culpa de la persona a la que había acudido tratando de calmarse; aquello era una puta mierda.
- ¿Que coño...? - Gruñó y se incorporó mirándole con el ceño fruncido, mirando a su mejor amigo hacer, viéndole recuperar el café y beber. Frunció los labios y suspiró, resoplando mosqueado por aquel puto comportamiento de puro gilipollas que estaba teniendo su pareja en esos momentos. Ni que fuese una puta tía y estuviese con la regla, joder.
- Tsk...maldito imbécil. - Le miró con cara de querer darle un hostia pero únicamente se limitó a girar el rostro al lugar contrario al que él estaba situado para ignorarle, enfadado, molesto. Aquello quizás se podría haber considerado como un pique de un niño pequeño.
Escuchó lo que le dijo y volvió nuevamente a bufar. Le había ofrecido largarse de allí para hacer algo más que solo los besos, aunque quizás el italiano no lo hubiese interpretado de aquella forma, ¿no? A veces le costaba un poco pillar ese tipo de cosas. Con entretenerse haciendo otra cosa era moverse de allí para follar, FO-LLAR. Dios, a veces le daban ganas de darle en la cabeza a ver si la tontería se le iba.
- Joder, no se para que me molesto, solo eres un maldito imbécil de mierda, tsk... -Suspiró pesadamente con el ceño fruncido, pasándose una delas manos por el pelo, peinándose hacia atrás sin ningún tipo de éxito, haciendo que su pelo se quedase en la misma posición que antes de pasar la mano por el mismo.. - A la siguiente que tu quieras follar te vas a buscar a otra persona, yo ya no pienso ofrecerte follar si vas a rechazarme.
Se incorporó enfadado, cogiendo la bolsa prácticamente de un tirón sin quitarle el ojo de encima. Todo lo que dijo no era verdad, por supuesto, como fuera a follar con alguna que otra persona los mataría a ambos, joder. Elazar era total y únicamente suyo, de nadie mas; si alguien le tocaba un solo pelo, le partiría todos los huesos.
Draken U. Stall- Mensajes : 213
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Aire fresco si, pero tengo hambre
Aquel gesto, el de fruncir el ceño, se incrementó viendo como el estúpido de Draken se mostraba molesto, él no tenía derecho a enfadarse, al fin y al cabo había sido él mismo quien había jodido aquello parando para decirle que no quería seguir así. Que carajos se le pasaría por la cabeza para enfadarse de pronto… él se había mostrado molesto, pero lo suyo era obvio ¿no?
Agradeció el no tener que estar mirándole, el poder centrarse en el café que ahora volvía a estar bebiendo. No quería enfrentar su mirada a la de Draken, si lo hacía ganaría él, aquello era más que obvio. Además, si viera a su pareja enfadada se sentiría mal. Sus palabras ya eran malas pero sus gestos… comenzaría a pensar que la había vuelto a cagar, como siempre ¿no podía hacer nada bien? ¿no podían estar bien juntos, de manera normal, como el resto de la gente? Ya se veía que no.
Cuando oyó su voz, y como comenzó a quejarse se volvió para mirarlo, sin relajar el gesto de su rostro, aún totalmente molesto y porque no, también estaba contrariado, porque no comprendía porque él se había enfadado o que. Entonces, mientras oía sus palabras, notó que había metido la pata en cierto modo, pues le pareció entender que lo que había dicho fue para ir a seguir con el rollo… quizás no quería parar, quizás quería seguir con aquello de otra forma. Igual “una manera de divertirse” que no fuera esa, podría ser la que él tanto quería…
Se mordió la mejilla por dentro, le dieron ganas de suspirar y entonces giró el rostro intentando buscar sus ojos. Pero cuando los encontró… estaba diciendo que se fuera a follar con otro. ¿En serio? No quería ni podía creerlo. Ya había quedado en la exclusividad y si iba soltando esa mierda acabaría por joderle y bien. Que idiota. Si, se sentía totalmente idiota por pensar que Draken quisiera estar “solo” con él, seguro que había entendido mal, seguro que no lo había mandado a follar con otro. Prefería pensar eso a darse cuenta de que, joder, lo que pasó el otro día había sido una gran mentira…
-¡Cállate! Eres un gilipollas, seguro que si me voy a follar con cualquier otro después vas a venir quejándote… joder – se le notaba mal la voz, le había dolido ese puto comentario y no dejaría que se fuera así y por eso se levantó cuando él lo hizo, cogiéndole del antebrazo para impedir la huida – además si quisiera tirarme a otro ya lo habría hecho, yo quiero follar contigo joder, así que guardarte esas putas palabras en el lugar del que salen, porque no quiero volver a oírlas.
Le costaba la vida entera admitir eso, pero no era la primera vez que lo decía, Draken debía saberlo ya… y se arrepentía la vida entera de no haber seguido el juego del chico antes, habría dado lo que fuera por no haber dicho eso antes… pero le dolía que le hubiera dicho que se fuera a follar con quien quisiera. No quería con nadie más, carajos.
Agradeció el no tener que estar mirándole, el poder centrarse en el café que ahora volvía a estar bebiendo. No quería enfrentar su mirada a la de Draken, si lo hacía ganaría él, aquello era más que obvio. Además, si viera a su pareja enfadada se sentiría mal. Sus palabras ya eran malas pero sus gestos… comenzaría a pensar que la había vuelto a cagar, como siempre ¿no podía hacer nada bien? ¿no podían estar bien juntos, de manera normal, como el resto de la gente? Ya se veía que no.
Cuando oyó su voz, y como comenzó a quejarse se volvió para mirarlo, sin relajar el gesto de su rostro, aún totalmente molesto y porque no, también estaba contrariado, porque no comprendía porque él se había enfadado o que. Entonces, mientras oía sus palabras, notó que había metido la pata en cierto modo, pues le pareció entender que lo que había dicho fue para ir a seguir con el rollo… quizás no quería parar, quizás quería seguir con aquello de otra forma. Igual “una manera de divertirse” que no fuera esa, podría ser la que él tanto quería…
Se mordió la mejilla por dentro, le dieron ganas de suspirar y entonces giró el rostro intentando buscar sus ojos. Pero cuando los encontró… estaba diciendo que se fuera a follar con otro. ¿En serio? No quería ni podía creerlo. Ya había quedado en la exclusividad y si iba soltando esa mierda acabaría por joderle y bien. Que idiota. Si, se sentía totalmente idiota por pensar que Draken quisiera estar “solo” con él, seguro que había entendido mal, seguro que no lo había mandado a follar con otro. Prefería pensar eso a darse cuenta de que, joder, lo que pasó el otro día había sido una gran mentira…
-¡Cállate! Eres un gilipollas, seguro que si me voy a follar con cualquier otro después vas a venir quejándote… joder – se le notaba mal la voz, le había dolido ese puto comentario y no dejaría que se fuera así y por eso se levantó cuando él lo hizo, cogiéndole del antebrazo para impedir la huida – además si quisiera tirarme a otro ya lo habría hecho, yo quiero follar contigo joder, así que guardarte esas putas palabras en el lugar del que salen, porque no quiero volver a oírlas.
Le costaba la vida entera admitir eso, pero no era la primera vez que lo decía, Draken debía saberlo ya… y se arrepentía la vida entera de no haber seguido el juego del chico antes, habría dado lo que fuera por no haber dicho eso antes… pero le dolía que le hubiera dicho que se fuera a follar con quien quisiera. No quería con nadie más, carajos.
Elazar Selvaggi- Mensajes : 211
Fecha de inscripción : 09/09/2012
Re: Aire fresco si, pero tengo hambre
Quería darle una buena hostia, partirle la nariz y después besarle como un gilipollas, por que eso es lo que eran, un par de gilipollas, cabezones y que ni siquiera dejaban su puto orgullo de lado ni por la cosa mas insignificante. Y en verdad no le gustaría darle una hostia, si por si culpa la cara de Selvaggi se jodía, acabaría odiándose a si mismo; en alguna pelea hacía años ya se habían dado bien de hostias y jodido un poco la cara al otro pero... siempre se sentía después como una mierda por estropear la cara del italiano.
Sintió como le paraba agarrándole del antebrazo tras haberle escuchado decir aquello. Pues claro que después iría a quejarse, joder, ¿o a caso el no lo haría si la situación fuera a ser la contraria? Tsk... - Pues claro que iría detrás hostias. Para romperte todos los putos huesos y después a quien quiera que te follases, ¡joder! ¿No se supone que estamos juntos? Como siquiera se te ocurra volver a besar a alguien te juro que te arranco la lengua y te la meto por el culo, bastardo.
No le miraba, seguía dándole la espalda; le había enfadado, debía de saber ya todo aquello de sobra, a fin de cuentas ya se lo había dicho mas de una ocasión tanto de una forma como de otra. Y él era tan gilipollas de tener ese humor tan cambiante en ese mismo momento, todo por la puta culpa de haber amanecido de mala manera, todo por esa mierda de compañero; echaba de menos estar en Hogwarts en aquella habitación que tenía solo para él, por el mero hecho de haber conseguido echar al resto de sus compañeros de habitación y blabla... aquello sería glorioso; no amanecería con esa mierda de humor y, por ejemplo en ese preciso momento, podría estar follándose a quien tenía sujetándole de la muñeca, y no estarían peleando como idiotas.
Que ya se habría follado a otro... él también podría haberlo hecho, así que usase aquello le escamó aun mas si pudiese llegar a ser posible. ¿Que se creía a caso? ¿Que él era el único que podía follar cuando quisiera o le fuera simplemente en gana? Pf...
- ¡Pues si quieres follar conmigo hazlo de una puta vez y no te eches atrás, joder! - Se giró mirándole con el ceño fruncido, respirando algo agitado por la mala hostia y con los ojos algo llorosos, no estando ni siquiera él mismo muy seguro de si por la rabia o simplemente por que todo aquello le estaba jodiendo, alterando, ablandando y dando un estúpido dolor de cabeza que lo mas seguro, al calmarse se le pasaría.
Al notarlo desvió la mirada girando la cabeza de forma brusca, apretando la bolsa en la mano.
- Deja las gilipolleces de lado, Selvaggi... y yo trataré de dejar de estar con esta puta mierda de humor. No quiero que vuelvas a ignorarme.
Sintió como le paraba agarrándole del antebrazo tras haberle escuchado decir aquello. Pues claro que después iría a quejarse, joder, ¿o a caso el no lo haría si la situación fuera a ser la contraria? Tsk... - Pues claro que iría detrás hostias. Para romperte todos los putos huesos y después a quien quiera que te follases, ¡joder! ¿No se supone que estamos juntos? Como siquiera se te ocurra volver a besar a alguien te juro que te arranco la lengua y te la meto por el culo, bastardo.
No le miraba, seguía dándole la espalda; le había enfadado, debía de saber ya todo aquello de sobra, a fin de cuentas ya se lo había dicho mas de una ocasión tanto de una forma como de otra. Y él era tan gilipollas de tener ese humor tan cambiante en ese mismo momento, todo por la puta culpa de haber amanecido de mala manera, todo por esa mierda de compañero; echaba de menos estar en Hogwarts en aquella habitación que tenía solo para él, por el mero hecho de haber conseguido echar al resto de sus compañeros de habitación y blabla... aquello sería glorioso; no amanecería con esa mierda de humor y, por ejemplo en ese preciso momento, podría estar follándose a quien tenía sujetándole de la muñeca, y no estarían peleando como idiotas.
Que ya se habría follado a otro... él también podría haberlo hecho, así que usase aquello le escamó aun mas si pudiese llegar a ser posible. ¿Que se creía a caso? ¿Que él era el único que podía follar cuando quisiera o le fuera simplemente en gana? Pf...
- ¡Pues si quieres follar conmigo hazlo de una puta vez y no te eches atrás, joder! - Se giró mirándole con el ceño fruncido, respirando algo agitado por la mala hostia y con los ojos algo llorosos, no estando ni siquiera él mismo muy seguro de si por la rabia o simplemente por que todo aquello le estaba jodiendo, alterando, ablandando y dando un estúpido dolor de cabeza que lo mas seguro, al calmarse se le pasaría.
Al notarlo desvió la mirada girando la cabeza de forma brusca, apretando la bolsa en la mano.
- Deja las gilipolleces de lado, Selvaggi... y yo trataré de dejar de estar con esta puta mierda de humor. No quiero que vuelvas a ignorarme.
Draken U. Stall- Mensajes : 213
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Aire fresco si, pero tengo hambre
-Al menos… podrías girarte para decirme eso – lo dijo en un tono de voz muy bajo, cansado, triste. Odiaba que Draken pensara que él siquiera se había planteado besar a otro, odiaba haber iniciado otra pelea por no haber rectificado a tiempo su error. Siempre metía la pata, algún día, aprendería y no volvería a abrir la boca en general.
Sus amenazas le daban igual. ¿Qué quería romperle las piernas si se acostaba con otro? Que lo intentara, para empezar porque no se lo pondría fácil, y además… tendría que encontrarle follando con otro. Y eso… jamás. No quería estar con absolutamente nadie más, y llevaba así los años suficientes como para poder jurarlo sin miedo.
Suspiró y se guardó las palabras, no estaba seguro de que quería decirle. Aunque no tuvo demasiado tiempo para sopesarlo porque en ese instante él se volvió a girar quedando esta vez cara a cara con él, con el gesto de enfado y los ojos vidriosos. Aquello… le hizo sentirse jodidamente mal. Y su expresión, sus palabras. Lo habría besado como nunca en ese momento. Le habría dicho que era idiota por estar mal por él, pero en lugar de eso, al notar como desviaba la vista le puso una mano en el cuello y buscó sus ojos, siendo esquivado y por lo tanto poniendo la otra mano en la mejilla de él, en el lado contrario, evitando así que pudiera moverse demasiado, quería verlo a la cara para seguir hablando.
-Si… yo… supongo que soy un poco idiota, a veces entiendo lo que quiero y soy un poco inseguro – le gustaba que hubiera dicho eso, que admitiera que no quería pelearse con él – me haces un lio, a veces pienso que te entiendo y de pronto veo que no y dices algo que me descoloca y no dejo de saber que pensar… – acercó su rostro al del chico y le dio con la nariz en la suya, teniendo que alzarse un poquito porque era algo más alto que él, solo quería que no desviara los ojos de los propios – nunca te ignoraré, nunca lo hice en realidad – bajó un poquito la vista, ahora él y cuando volvió a alzarla le dio un suave beso en los labio, con mimo – no estaría así con nadie más, idiota. Aunque sea una maricona de mierda, sabes muy bien que no me dejo llevar por cualquiera, eres el único al que le dejo tener el control de todo lo mio.
En esa frase había tantos dobles sentidos que se sintió un poco idiota y lo abrazó suavemente por la cintura, liberando su rostro.
-Ahora es cuando te ríes de mi, y yo te golpeo y después te digo que necesito, muy en serio, una ducha, porque no me gusta que me veas con estos pelos… – sonrió tímidamente, y mirando un poco hacía arriba, hacía sus ojos, se humedeció los labios.
Sus amenazas le daban igual. ¿Qué quería romperle las piernas si se acostaba con otro? Que lo intentara, para empezar porque no se lo pondría fácil, y además… tendría que encontrarle follando con otro. Y eso… jamás. No quería estar con absolutamente nadie más, y llevaba así los años suficientes como para poder jurarlo sin miedo.
Suspiró y se guardó las palabras, no estaba seguro de que quería decirle. Aunque no tuvo demasiado tiempo para sopesarlo porque en ese instante él se volvió a girar quedando esta vez cara a cara con él, con el gesto de enfado y los ojos vidriosos. Aquello… le hizo sentirse jodidamente mal. Y su expresión, sus palabras. Lo habría besado como nunca en ese momento. Le habría dicho que era idiota por estar mal por él, pero en lugar de eso, al notar como desviaba la vista le puso una mano en el cuello y buscó sus ojos, siendo esquivado y por lo tanto poniendo la otra mano en la mejilla de él, en el lado contrario, evitando así que pudiera moverse demasiado, quería verlo a la cara para seguir hablando.
-Si… yo… supongo que soy un poco idiota, a veces entiendo lo que quiero y soy un poco inseguro – le gustaba que hubiera dicho eso, que admitiera que no quería pelearse con él – me haces un lio, a veces pienso que te entiendo y de pronto veo que no y dices algo que me descoloca y no dejo de saber que pensar… – acercó su rostro al del chico y le dio con la nariz en la suya, teniendo que alzarse un poquito porque era algo más alto que él, solo quería que no desviara los ojos de los propios – nunca te ignoraré, nunca lo hice en realidad – bajó un poquito la vista, ahora él y cuando volvió a alzarla le dio un suave beso en los labio, con mimo – no estaría así con nadie más, idiota. Aunque sea una maricona de mierda, sabes muy bien que no me dejo llevar por cualquiera, eres el único al que le dejo tener el control de todo lo mio.
En esa frase había tantos dobles sentidos que se sintió un poco idiota y lo abrazó suavemente por la cintura, liberando su rostro.
-Ahora es cuando te ríes de mi, y yo te golpeo y después te digo que necesito, muy en serio, una ducha, porque no me gusta que me veas con estos pelos… – sonrió tímidamente, y mirando un poco hacía arriba, hacía sus ojos, se humedeció los labios.
Elazar Selvaggi- Mensajes : 211
Fecha de inscripción : 09/09/2012
Re: Aire fresco si, pero tengo hambre
Respiraba aún algo agitado, tratando de calmarse, controlarse. Vio como no hacía nada mas que estar quieto sin hacer ni decir nada, como mucho, haciendo algún que otro gesto, pero al fin y al cabo, absolutamente nada.
Vio esa estúpida sonrisa dibujada en sus labios, cosa que le hizo entreabrir los labios para quejarse, sin darle tiempo ni a coger aire para empezar a hablar, ya que su mejor amigo se le había adelantado, empezando a hablarle, notando la mano sobre su mentón y viendo como le obligaba a girar un poco el rostro, obligándolo a que le mirase a los ojos por mucho que no quisiera, si no le miraba a los ojos era a los labios o cualquier parte de él; no quería dejarse ver así de imbécil, idiotizado.
- Pues usa esa puta cabeza... - Murmuró mirándole un breve instante a los ojos. - Que ya que la usas para tener el pelo arreglado, podrías usarla también para pensar...
Sintió el beso tras escucharle nuevamente hablar. Si, sabía de sobra que si hubiera sido cualquier otra persona quien le hubiese dicho aquello a Selvaggi, ahora mismo ya estaría recibiendo de hostias, algún que otro hechizo con el que poder joder, o algún tipo de reprimenda no muy agradable atestada de improperios.
Se mordió los labios, ahora siendo él quien le besaba, después gruñendo y cerrando los ojos. - Eres un bastardo, rubia. - Abrió los ojos para mirarle, humedeciéndose levemente los labios con la punta de la lengua.
Estaba claro que ambos se estaban volviendo un par de nenazas, al menos aquello era lo que parecía. Al menos, así es como se podría llegar a decir que se sentía Draken en esos momentos; podría decirse que hasta se sentía un poquito una marioneta, pudiendo ser controlado por su mejor amigo-pareja, aunque este mismo ni lo supiera.
- Eso te pasa por calentarme, joder. - Le dio un puñetazo en el pecho, no demasiado fuerte ni demasiado flojo, a modo de replica, queja. Atrapó su labio inferior entre los dientes para tirar un poco de él.
Aquellas quejas ridículas sobre el pelo... era tan propio de Elazar que lo único que pudo hacer fue suspirar y sonreír un poco ladeado. - Estúpido...Tsk, venga, te acompaño hasta tu facultad, y si me lo pides de una forma adecuada puede que hasta te deje que tengas mi compañía mientras estás duchándote. - Le susurró en un tono algo jocoso, claramente en un campo pervertido; a fin de cuentas, lo de calentarle no solo iba con el significado de haberle hecho enfadar.
- Si quieres hasta te puedo lavar la espalda según de que humor me "pongas". - Volvió a susurrar contra sus labios antes de separarse y hacerle un gesto con la cabeza.
Vio esa estúpida sonrisa dibujada en sus labios, cosa que le hizo entreabrir los labios para quejarse, sin darle tiempo ni a coger aire para empezar a hablar, ya que su mejor amigo se le había adelantado, empezando a hablarle, notando la mano sobre su mentón y viendo como le obligaba a girar un poco el rostro, obligándolo a que le mirase a los ojos por mucho que no quisiera, si no le miraba a los ojos era a los labios o cualquier parte de él; no quería dejarse ver así de imbécil, idiotizado.
- Pues usa esa puta cabeza... - Murmuró mirándole un breve instante a los ojos. - Que ya que la usas para tener el pelo arreglado, podrías usarla también para pensar...
Sintió el beso tras escucharle nuevamente hablar. Si, sabía de sobra que si hubiera sido cualquier otra persona quien le hubiese dicho aquello a Selvaggi, ahora mismo ya estaría recibiendo de hostias, algún que otro hechizo con el que poder joder, o algún tipo de reprimenda no muy agradable atestada de improperios.
Se mordió los labios, ahora siendo él quien le besaba, después gruñendo y cerrando los ojos. - Eres un bastardo, rubia. - Abrió los ojos para mirarle, humedeciéndose levemente los labios con la punta de la lengua.
Estaba claro que ambos se estaban volviendo un par de nenazas, al menos aquello era lo que parecía. Al menos, así es como se podría llegar a decir que se sentía Draken en esos momentos; podría decirse que hasta se sentía un poquito una marioneta, pudiendo ser controlado por su mejor amigo-pareja, aunque este mismo ni lo supiera.
- Eso te pasa por calentarme, joder. - Le dio un puñetazo en el pecho, no demasiado fuerte ni demasiado flojo, a modo de replica, queja. Atrapó su labio inferior entre los dientes para tirar un poco de él.
Aquellas quejas ridículas sobre el pelo... era tan propio de Elazar que lo único que pudo hacer fue suspirar y sonreír un poco ladeado. - Estúpido...Tsk, venga, te acompaño hasta tu facultad, y si me lo pides de una forma adecuada puede que hasta te deje que tengas mi compañía mientras estás duchándote. - Le susurró en un tono algo jocoso, claramente en un campo pervertido; a fin de cuentas, lo de calentarle no solo iba con el significado de haberle hecho enfadar.
- Si quieres hasta te puedo lavar la espalda según de que humor me "pongas". - Volvió a susurrar contra sus labios antes de separarse y hacerle un gesto con la cabeza.
Draken U. Stall- Mensajes : 213
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Aire fresco si, pero tengo hambre
Le mordió el labio tras todas esas quejas y réplicas, cuando por fin se dignó a besarlo correspondiéndole, aquello era un signo inequívoco de que la paz no tardaría en volver a ellos, siempre era así, uno de los dos besaba primero y el otro no tenías más remedio que seguirle el juego, porque lo admitieran o no en ese momento de sus vidas eran dos putos enamorados, de esos que recién comienzan todo (aunque fuera por segunda vez y de un modo muy raro) y se han vuelto la pareja más pegajosa de la escuela, que lo eran, pero… a su manera. Ellos lo llevaban de un modo un tanto peculiar, entre peleas y discusiones, pero nadie que los viera juntos se atrevería a afirmar que no estaban estúpidamente enamorados. Sobre todo teniendo en cuenta que Elazar solía mirar a Draken con cara de gilipollas. Totalmente.
Cuando oyó aquello, primero el pequeño insulto, después lo de que “calentarle” y sintió el golpe arqueó los labios en una sonrisa divertida.
-¿Eso es lo que me gano por calentarte? Yo esperaba algo un tanto distinto, ya sabes… algo más convencional, no sabía que te iba el sado - aquello e hizo además soltar una pequeña carcajada, idiota, por sus propias palabras y dejó que él le hiciera todo aquello, que le mordiera el labio y lo pegara a sí mismo, y aprovechó el momento para abandonar su mano en el trasero del chico, haciendo que ciertas zonas se rozaran un poco – esperaba algo por parte de aquí abajo.
Dejó que le dijera todo aquello, de la ducha y se mordió un poquito el labio, si que le gustaría que fuera con él. Igual a esa hora quizás estaban ya todos en clases, con la tontería se le había ido un poco la secuencia temporal y ni sabía qué hora era.
-Pues vamos ya… porque tengo ganas de ponerte… de muy buen humor, en todos los sentidos, y de paso me gano un buen lavado de espalda no seré yo quien diga que no quiere comenzar ya.
Le medio abrazó, solo para cogerle ahora bien el culo, con ambas manos, con ganas, sonriendo de manera bastante cabrona.
-Enano… cuando quieres calentarme lo haces tan bien que incluso solo con palabras te sale – se lamió un poquito los labios, suspirando, solo de pensar en estar con él en la ducha le hacía sentirse excitado, en cierto modo… y entonces le sonó la tripa, cierto, acababa de recordar que tenía bastante hambre.
Cuando oyó aquello, primero el pequeño insulto, después lo de que “calentarle” y sintió el golpe arqueó los labios en una sonrisa divertida.
-¿Eso es lo que me gano por calentarte? Yo esperaba algo un tanto distinto, ya sabes… algo más convencional, no sabía que te iba el sado - aquello e hizo además soltar una pequeña carcajada, idiota, por sus propias palabras y dejó que él le hiciera todo aquello, que le mordiera el labio y lo pegara a sí mismo, y aprovechó el momento para abandonar su mano en el trasero del chico, haciendo que ciertas zonas se rozaran un poco – esperaba algo por parte de aquí abajo.
Dejó que le dijera todo aquello, de la ducha y se mordió un poquito el labio, si que le gustaría que fuera con él. Igual a esa hora quizás estaban ya todos en clases, con la tontería se le había ido un poco la secuencia temporal y ni sabía qué hora era.
-Pues vamos ya… porque tengo ganas de ponerte… de muy buen humor, en todos los sentidos, y de paso me gano un buen lavado de espalda no seré yo quien diga que no quiere comenzar ya.
Le medio abrazó, solo para cogerle ahora bien el culo, con ambas manos, con ganas, sonriendo de manera bastante cabrona.
-Enano… cuando quieres calentarme lo haces tan bien que incluso solo con palabras te sale – se lamió un poquito los labios, suspirando, solo de pensar en estar con él en la ducha le hacía sentirse excitado, en cierto modo… y entonces le sonó la tripa, cierto, acababa de recordar que tenía bastante hambre.
Elazar Selvaggi- Mensajes : 211
Fecha de inscripción : 09/09/2012
Re: Aire fresco si, pero tengo hambre
Estaba completamente imbécil, lo tenía clarísimo, se enfadaban y en nada ya estaban comiéndose la boca el uno al otro como si no hubiera mañana.
Se relamió mientras suspiraba, notándose completamente pegado a el debido a aquella especie de abrazo improvisado inicial, sin quejarse, sino que correspondiendo a aquella muestra de afecto, él también aprovechó a hacer algo, pasándole los brazos por la cintura con una leve sonrisilla en los labios.
- Por calentarme en ese sentido si, aunque también podía haberte dado mas y distinto, claramente... - Susurró en un tono jocoso, haciendo cierto énfasis en la palabra de “dar”. Correspondió al beso, hambriento de sus labios, rozando su lengua con la propia, lamiendo su oquedad. Gruñó poniendo un poco morros torcidos al notar como le ponía la mano en el trasero y después como prácticamente lo agarraba en sus manos, haciendo que pegase su cuerpo al de él por esa zona tan delicada.
Sonrió de lado, dejándose hacer un poco y después al sentir como lo zafó, ampliando la sonrisa. - ¿Tantas ganas tienes de que te agarre del culo? - Dudó antes de acabar la frase, mordiéndose ahora el mismo los labios, conteniéndose aquella frase que pasó por su cabeza sonando tan brusca.
Abrió la boca al escucharle hablar, dispuesto a quejarse, bufandole a modo de desacuerdo o algo. - Soy mas grande que tu, que me llames enano ya no pega demasiado... Selvaggi. - Habría usado el mote estúpido que solo él podía usar en Elazar, pero entonces probablemente el rubio habría usado la misma moneda para atacarle. Estaba claro que aquel tipo de bromas, en verdad no les molestaban.
- Puedes seguir poniéndome de muy buen humor mientras sea en “ese” sentido... - Comentó poco antes de adelantarse un poco tras haberle dado una sonora palmada en el trasero, guiñándole el ojo, juguetón.
Cuando iba a haber andado un poco mas, tras escuchar las palabras de su pareja, no pudo evitar reírse por aquella interrupción por su estomago, negando con la cabeza mientras se carcajeaba un poco. - Venga... pilla algo de lo que tengo en la bolsa y te lo comes en el camino, o sino te vas a duchar tu solo y yo te espero en el comedor o donde sea. - Susurró guiñándole el ojo de nuevo, haciéndole un gesto para que se diera algo de prisa, ofreciéndole que cogiese el mismo lo que le diese en gana.
Se relamió mientras suspiraba, notándose completamente pegado a el debido a aquella especie de abrazo improvisado inicial, sin quejarse, sino que correspondiendo a aquella muestra de afecto, él también aprovechó a hacer algo, pasándole los brazos por la cintura con una leve sonrisilla en los labios.
- Por calentarme en ese sentido si, aunque también podía haberte dado mas y distinto, claramente... - Susurró en un tono jocoso, haciendo cierto énfasis en la palabra de “dar”. Correspondió al beso, hambriento de sus labios, rozando su lengua con la propia, lamiendo su oquedad. Gruñó poniendo un poco morros torcidos al notar como le ponía la mano en el trasero y después como prácticamente lo agarraba en sus manos, haciendo que pegase su cuerpo al de él por esa zona tan delicada.
Sonrió de lado, dejándose hacer un poco y después al sentir como lo zafó, ampliando la sonrisa. - ¿Tantas ganas tienes de que te agarre del culo? - Dudó antes de acabar la frase, mordiéndose ahora el mismo los labios, conteniéndose aquella frase que pasó por su cabeza sonando tan brusca.
Abrió la boca al escucharle hablar, dispuesto a quejarse, bufandole a modo de desacuerdo o algo. - Soy mas grande que tu, que me llames enano ya no pega demasiado... Selvaggi. - Habría usado el mote estúpido que solo él podía usar en Elazar, pero entonces probablemente el rubio habría usado la misma moneda para atacarle. Estaba claro que aquel tipo de bromas, en verdad no les molestaban.
- Puedes seguir poniéndome de muy buen humor mientras sea en “ese” sentido... - Comentó poco antes de adelantarse un poco tras haberle dado una sonora palmada en el trasero, guiñándole el ojo, juguetón.
Cuando iba a haber andado un poco mas, tras escuchar las palabras de su pareja, no pudo evitar reírse por aquella interrupción por su estomago, negando con la cabeza mientras se carcajeaba un poco. - Venga... pilla algo de lo que tengo en la bolsa y te lo comes en el camino, o sino te vas a duchar tu solo y yo te espero en el comedor o donde sea. - Susurró guiñándole el ojo de nuevo, haciéndole un gesto para que se diera algo de prisa, ofreciéndole que cogiese el mismo lo que le diese en gana.
Draken U. Stall- Mensajes : 213
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Aire fresco si, pero tengo hambre
Le hacía un poco de gracia que dijera aquello de que lo calentaba en más de un sentido, para bien para mal y para andar peleando, todo eran calentamientos entre ellos, y los golpes llovían a diario, no iba a andar dándole vueltas como si fuera un puto crío, y no le iba a decir que el puñetazo en el pecho le hubiera dolido demasiado, que no era una nenita.
-¿Qué ibas a decirme…? – le había leído la mente, si, o más bien el gesto. Estaba claro que no estaba pensando en “agarrarte el culo” y bueno, suponía que era, pero no podía jurarlo así que siempre sería mejor oírlo de su boca, además, probablemente aquello le daría el pequeño empujoncito que necesitaba para llevárselo a empujones hasta la ducha y, para que mentirnos, dejarse hacer de todo – pues en realidad tengo ganas de eso y de más.
Aquello último lo dijo acercándose a su oído, exhalando ahí cada pequeño sonido que salió de su boca, oyéndolo suspirar por el gesto. Desde luego ya había pillado que aquello le agradaba, pero no era el lugar para seguir jugando a eso o ambos se verían en una situación bastante incómoda realmente.
Alargó la mano hasta coger la bolsa que le tendía el chico, cogiendo un pequeño dulce de dentro de la misma y comenzó a comérselo, sin pudor alguno, estaba acostumbrándose de nuevo a hacer de todo frente a él, a no sentirse mal por comer, no era tan malo al fin y al cabo llevarse cosas al estómago de vez en cuando.
-Ahora es cuando me lamento de que mi facultad quede tan lejos… – dijo aquello medio bromeando, ya estaban caminando hacía la misma y miró al chico de reojo. Se moría de ganas de darle un buen beso, un mayor abrazo y quedarse así por el resto del día – Draken… me muero de ganas de ti.
Dijo aquello en voz muy baja, sin mirarle directamente, sino con la vista clavada en el edificio de enfrente. Y después de decirlo desvió por un segundo la mirada. Ahí estaba él. Joder. Si es que no podía ser más jodidamente atractivo…
-¿Qué ibas a decirme…? – le había leído la mente, si, o más bien el gesto. Estaba claro que no estaba pensando en “agarrarte el culo” y bueno, suponía que era, pero no podía jurarlo así que siempre sería mejor oírlo de su boca, además, probablemente aquello le daría el pequeño empujoncito que necesitaba para llevárselo a empujones hasta la ducha y, para que mentirnos, dejarse hacer de todo – pues en realidad tengo ganas de eso y de más.
Aquello último lo dijo acercándose a su oído, exhalando ahí cada pequeño sonido que salió de su boca, oyéndolo suspirar por el gesto. Desde luego ya había pillado que aquello le agradaba, pero no era el lugar para seguir jugando a eso o ambos se verían en una situación bastante incómoda realmente.
Alargó la mano hasta coger la bolsa que le tendía el chico, cogiendo un pequeño dulce de dentro de la misma y comenzó a comérselo, sin pudor alguno, estaba acostumbrándose de nuevo a hacer de todo frente a él, a no sentirse mal por comer, no era tan malo al fin y al cabo llevarse cosas al estómago de vez en cuando.
-Ahora es cuando me lamento de que mi facultad quede tan lejos… – dijo aquello medio bromeando, ya estaban caminando hacía la misma y miró al chico de reojo. Se moría de ganas de darle un buen beso, un mayor abrazo y quedarse así por el resto del día – Draken… me muero de ganas de ti.
Dijo aquello en voz muy baja, sin mirarle directamente, sino con la vista clavada en el edificio de enfrente. Y después de decirlo desvió por un segundo la mirada. Ahí estaba él. Joder. Si es que no podía ser más jodidamente atractivo…
Elazar Selvaggi- Mensajes : 211
Fecha de inscripción : 09/09/2012
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