Te espero después de clase

por **Milou Leloup** Lun Oct 08, 2012 2:47 pm

El término “como amigos” le daba derecho a mandarle lechuzas y salir con él de vez en cuando sin resultar una joven loca que no deja escapar a su primer amor, ¿verdad? ¿Entonces por que sentía que parecía eso, una loca enamorada traumada, por pedirle verse después de clases?

No habían terminado mal, de hecho aún lo apreciaba y podía hablar con él tranquilamente sin que ninguno se sintiese incómodo. Además lo había visto en Navidad cuando fue a felicitar a su familia con quién siempre había tenido muy buen trato y había sido un momento de lo más agradable. Los Bonnaire siempre habían sido muy lindos, independientemente de que fuera o no novia de Oliver, y les tenía mucho cariño.

Conocía a Oliver desde siempre y lo quería tanto que no podía dejar que el simple hecho de no ser más novios destruyera su amistad para siempre. Si, tal vez era cierto que no habían puesto mucho de su parte para continuar con la convivencia y que limitaban esta a las reuniones a las que indudablemente coincidirían; pero lo había visto pasar por un pasillo, de lejos y sintió horrible no acercársele.

No era una cita cita. Era una reunión de amigos de toda la vida que se ven después de mucho tiempo en la universidad. Por eso ni siquiera fue a Ogmios para cambiarse de ropa por algo más bonito, no había tenido clases prácticas, así que lucía decente. Lo único que hizo, eso si, fue adecentarse el cabello y el maquillaje. Casual. Tampoco quería que él viera que se había arreglado demasiado para verlo.

Compró bagels en la cafetería y cerveza en el bar de la universidad, antes de dirigirse al campo de Quidditch. Lo había citado ahí, en las gradas, por que sentía que en la cafetería habría demasiado bullicio, y ni mencionar el comedor, quería un lugar neutro. Fuera de la universidad no le parecía tan casual, no para ellos dos.

Como no tenía ni idea de su horario llevó consigo un libro, una novela de ficción, y se puso a leerlo tranquilamente, recargada en la grada de arriba.

por **Oliver Bonnaire** Lun Oct 08, 2012 9:07 pm

Se había librado de una de las últimas clases del día, justamente esa de Artes Oscuras que le resultaba algo tediosa y aburrida también, es que el hecho de que fuera tan densa y teórica hacía que el tiempo pasara lentísimo y sea una de las mas pesadas de sobrellevar, normalmente las clases donde llevaban las cosas más a la práctica eran las preferidas del francés pero también era verdad que sin teoría de base no se podía hacer mucho. El caso es que esa pesadez teórica nunca llegó a darse por otros asuntos que el profesor tenía y que la lección había quedado postergada. Excelente, era un golpe de buena suerte.

De hecho acababa de llegar a su habitación antes de tiempo cuando llegó una lechuza después que solo pasaron pocos momentos en los que apenas le dio tiempo a Oliver para dejar ciertas cosas. No era demasiado intervalo de tiempo pero estaba bien, sí iba a poder llegar a tiempo. De hecho desde su modo de ver la racha de buena suerte seguía, no solo porque iba a poder ir sin problemas sino que también había sido precisamente Milou quien lo estaba citando en el campo de Quidditch. Le gustó mucho la idea de volverla a ver, había pasado tiempo y volver a saber de ella de manera más personal que los saludos y demás encuentros ocasionales que habían tenido, le traían hasta nostalgia, o bueno, también era que realidad era que la había extrañado bastante, de eso no tenía muchas dudas.

La manera en que estaba puesto el mensaje daba a pensar que no era nada demasiado serio y eso era lo que se le antojaba a Oliver, era claro que también coincidía con Milou en eso. Y estaba bien, por lo menos en ese inicio después de haber pasado cierto tiempo sin la relación, era buen plan y se daba pues quizás y hasta hablaban un poco del tema. De cualquier modo eso de hacer planes previos no era del estilo de Oliver. Quedó listo y llevó consigo un vino francés, del viñedo de unos amigos de la familia, el mismo al que alguna vez había llevado a Milou en una pequeña apuesta sobre qué vino era mejor y tal, y vaya que la habían pasado bien. Sonrió con el recuerdo y se percató que en muchos de sus mejores recuerdos siempre aparecía ella.

Al llegar al lugar acordado, el campo de Quidditch, buscó de inmediato con la mirada a Milou que estaba leyendo. Oliver se acercó tranquilamente subiendo hasta donde ella estaba tomándola suavemente del hombro por si estaba muy abstraída en la lectura y que se diera cuenta que había llegado.

-Milou, que guapa-

Le saludó tomando su rostro suavemente para besarla en los labios en un beso corto, un pico. Era una costumbre que no podía dejar del todo, o no quería hacerlo. Esperaba no haber creado tensión o incomodidad de manera innecesaria.

-¿Cómo estás, Milou? Echaba de menos verte-

por **Milou Leloup** Vie Oct 12, 2012 1:48 am

Nunca había ido a leer ahí y la verdad le gustó. Claro, tendría que hacerse de más sombra si iba temprano, pero fuera de eso era un lugar agradable y tranquilo. Sintió el toquecito en el hombro y se sobresaltó sólo un poco. No lo recordaba así, tan guapo, lo que resultaba ridículo por que siempre había sido inmune a él pies por algo se habían considerado casi primos. Le sonrió algo nerviosa, pero sabía que era cuestión de unos minutos para que todo se hiciera normal. Nadie podía estar tan tranquilo frente a quien fuera el amor de su vida.

Gracias. Te esperaba un poco más tarde.

Estaba a punto de decirle lo poco elegante que era hacer esperar a una señorita, mientras de acercaba para besarlo en la mejilla; a cambio recibió uno en los labios idéntico a los de antaño. Lejos de indignarse, Milou se rió, la había sorprendido y no tiempo le había dado de apartarse. Aunque con el seguro no haría tal cosa, al menos que buscara molestarlo.

Los amigos no se besan - le riñó con gesto socarrón dándole un toquecito en los labios y se hizo a un lado (aunque en las gradas había muchísimo espacio por todos lados) para que se sentara-. También te extañé muchísimo. ¿Puedes creerlo? Pero he estado bien. Me gusta mucho Brigantia, aunque digan que es la cuna del liberalismo. ¿Y tu?

Estaba segura de que a Oliver le pasaba igual. A veces cuando pensaba en él, Milou creía que se había acostumbrado a su prescencia y que sólo extrañaba tener a alguien. No lo extrañaba precisamente a él. Pero quería saber qué había sido de él, que hacia en sus rayos libres y a quien frecuentaba.

¿Tienes hambre? Nos traje de comer

Saco los dos bagels y le ofreció uno.

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