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Hoy es un día especial
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Hoy es un día especial
Aquello de que hubieran suavizado un poco el castigo le iba a venir a Adnan de lujo, no estaba seguro de que era lo que iba a hacer, aquella era, con diferencia, la primera vez que intentaba algo así, algo “especial” para alguien que así era para él. Nunca se había molestado tantísimo por una sola persona, vamos por su hermano se preocupaba, por su mejor amigo había hecho grandes locuras… pero ella era un poco distinta, por ella estaba planeando (así, dicho a las claras) una cita de verdad, y una celebración de cumpleaños, ya que estaba.
Aún no era la fecha exacta. Faltaban horas. Aún era día 15 y su cumpleaños era el 16… pero no podría ir al día siguiente, además, al adelantarlo un día quedaba claro que le pillaría un poquito más por sorpresa ¿no? Había hablado con Young sobre la celebración del cumpleaños de ella en su casa, al parecer iban a retrasarlo un poco por unos asuntos que tenían al padre muy liado en esos momento, cosa que también le favorecía, pues tan solo podrían salir un día a la semana y no era cuestión de que lo gastara en él si quería ver a su familia.
La cosa es que… no le había avisado con antelación. Estaban en ese momento en una clase de medimagia a la que él acudía como oyente, y por puro aburrimiento decidió que era el momento de informarle, cogió un trozo de pergamino y con caligrafía un tanto tosca y descuidada le escribió una nota muy poco informativa que ella leería cuando viera oportuno… sobre todo porque, para no distraerla, había metido el trozo de pergamino directamente entre sus libros. Sabía de sobra que ella lo leería al llegar a su habitación, sabía que revisaría todo, siempre lo hacía, no tenía porque cambiar en ese momento.
El muchacho se sentía un poco incómodo en el sentido de que… bueno, quería ponerse bien y atractivo para ella, pero nunca se había esmerado en ese aspecto, no si tenía que ver directamente con él, y no estaba muy seguro de cómo debería lucir, pero se puso lo primero que encontró más o menos decente y así se fue a esperarla. Incluso le había dado un buen rato para que encontrase la nota, la leyera y se arreglara, o eso suponía él.
Aún no era la fecha exacta. Faltaban horas. Aún era día 15 y su cumpleaños era el 16… pero no podría ir al día siguiente, además, al adelantarlo un día quedaba claro que le pillaría un poquito más por sorpresa ¿no? Había hablado con Young sobre la celebración del cumpleaños de ella en su casa, al parecer iban a retrasarlo un poco por unos asuntos que tenían al padre muy liado en esos momento, cosa que también le favorecía, pues tan solo podrían salir un día a la semana y no era cuestión de que lo gastara en él si quería ver a su familia.
La cosa es que… no le había avisado con antelación. Estaban en ese momento en una clase de medimagia a la que él acudía como oyente, y por puro aburrimiento decidió que era el momento de informarle, cogió un trozo de pergamino y con caligrafía un tanto tosca y descuidada le escribió una nota muy poco informativa que ella leería cuando viera oportuno… sobre todo porque, para no distraerla, había metido el trozo de pergamino directamente entre sus libros. Sabía de sobra que ella lo leería al llegar a su habitación, sabía que revisaría todo, siempre lo hacía, no tenía porque cambiar en ese momento.
- Contenido de la nota:
- Rang, hoy me apetece salir contigo, utilicemos la tarde que tenemos libre para hacerlo.
Ponte tan bonita como siempre (si quieres, arréglate y vamos a cenar a algún sitio bonito) y ve a encontrarme a la entrada de la facultad hoy a las seis de la tarde.
Un gran beso. Adnan.
El muchacho se sentía un poco incómodo en el sentido de que… bueno, quería ponerse bien y atractivo para ella, pero nunca se había esmerado en ese aspecto, no si tenía que ver directamente con él, y no estaba muy seguro de cómo debería lucir, pero se puso lo primero que encontró más o menos decente y así se fue a esperarla. Incluso le había dado un buen rato para que encontrase la nota, la leyera y se arreglara, o eso suponía él.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Hoy es un día especial
Si se hubiera dado cuenta de que aquella notita fue colada entre sus libros y apuntes de medimagia, la habría leído en el momento. Pero no se dio cuenta en absoluto hasta el momento en que, ya en su habitación, tras haber pasado las clases de ese día y tras haberse de despedido de Adnan de haber estado un rato con él, se puso a revisar las cosas para guardar algunas y otras dejarlas a mano para más adelante o mas tarde, según se aconteciese el momento.
La cosa fue que, en el momento en que la encontró y la leyó, se puso completamente feliz, con una sonrisa de oreja a oreja, feliz por saber que Adnan quería aquello, y ella, obviamente, no diría que no.
El dato de que podrían ir a cenar después juntos si se ponía algo bonito hizo que enseguida se pusiese a buscar en su baúl y armario algo de ropa que ponerse. Le costó un poquito decidirse, y terminó por elegir de ponerse unos tacones que había comprado junto con los otros que ya estrenó, y el resto del conjunto. Parecía que a Adnan le había gustado aquél detalle de que Rang llevase tacones, y ella se lo tomó bastante en serio. Nunca dejaría de llevar su calzado cómodo, pero para una ocasión así... se alegró de sobremanera de haber escogido esos zapatos en el momento que los vio.
Rápidamente fue a la ducha, se dio una ducha rápida y corrió a vestirse con la ropa que había elegido para ese rato que pasaría junto con Yesenes cenando fuera, juntos y solos. También se decidió por usar un perfume que apenas usaba, de la misma marca y olor que el champú que utilizaba, de aroma de vainilla, y se puso un poquito de gloss rosado en los labios. Unos pendientes, un brazalete... y el dato del pelo suelto con las ondas naturales que solían salirle cuando se secaba el pelo de cierto modo, apenas sujetando un poco de pelo, a un lado, con una orquillita.
Con todo el conjunto se miró un poquito al espejo, suspiró, no estando muy segura de si aquello que llevaba era o no adecuado, de si le sentaba bien o le hacía ver ridícula.
Miró la hora, y para entonces ya no podría cambiarse, apenas quedaban cinco minutos, y la chica lo que hizo fue coger su mochila, que por suerte combinaba con la ropa que llevaba aunque no era de un estilo muy acorde, con la varita dentro, y salir rápidamente corriendo, como los tacones buenamente le dejaban, hasta el lugar en el que había quedado con Adnan.
Se mordió la boquita al verle, mientras ella misma aparecía por ahí, y le sonrió tiernamente, ladeando un poquito la cabeza, terminando por llegar junto a él, frente a él mas concretamtente. - Hola Adnan... - Dijo con las mejillas ligeramente sonrojadas, mirándole a los ojos fijamente.
La cosa fue que, en el momento en que la encontró y la leyó, se puso completamente feliz, con una sonrisa de oreja a oreja, feliz por saber que Adnan quería aquello, y ella, obviamente, no diría que no.
El dato de que podrían ir a cenar después juntos si se ponía algo bonito hizo que enseguida se pusiese a buscar en su baúl y armario algo de ropa que ponerse. Le costó un poquito decidirse, y terminó por elegir de ponerse unos tacones que había comprado junto con los otros que ya estrenó, y el resto del conjunto. Parecía que a Adnan le había gustado aquél detalle de que Rang llevase tacones, y ella se lo tomó bastante en serio. Nunca dejaría de llevar su calzado cómodo, pero para una ocasión así... se alegró de sobremanera de haber escogido esos zapatos en el momento que los vio.
Rápidamente fue a la ducha, se dio una ducha rápida y corrió a vestirse con la ropa que había elegido para ese rato que pasaría junto con Yesenes cenando fuera, juntos y solos. También se decidió por usar un perfume que apenas usaba, de la misma marca y olor que el champú que utilizaba, de aroma de vainilla, y se puso un poquito de gloss rosado en los labios. Unos pendientes, un brazalete... y el dato del pelo suelto con las ondas naturales que solían salirle cuando se secaba el pelo de cierto modo, apenas sujetando un poco de pelo, a un lado, con una orquillita.
Con todo el conjunto se miró un poquito al espejo, suspiró, no estando muy segura de si aquello que llevaba era o no adecuado, de si le sentaba bien o le hacía ver ridícula.
Miró la hora, y para entonces ya no podría cambiarse, apenas quedaban cinco minutos, y la chica lo que hizo fue coger su mochila, que por suerte combinaba con la ropa que llevaba aunque no era de un estilo muy acorde, con la varita dentro, y salir rápidamente corriendo, como los tacones buenamente le dejaban, hasta el lugar en el que había quedado con Adnan.
Se mordió la boquita al verle, mientras ella misma aparecía por ahí, y le sonrió tiernamente, ladeando un poquito la cabeza, terminando por llegar junto a él, frente a él mas concretamtente. - Hola Adnan... - Dijo con las mejillas ligeramente sonrojadas, mirándole a los ojos fijamente.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Hoy es un día especial
-Te has puesto… preciosa –aquel fue su saludo, solo porque no le salieron otras palabras. No fue premeditado ni mucho menos, el no solía halagar por gusto y placer si no que más bien era de los que pasaban de cómo fuera quien, sobre todo en términos de ropajes. Pero claro, no podía (ni quería) apartar la vista de su novia en ese momento. Aquel vestido que había escogido hacía que sus atributos femeninos (digamos, el pecho) se le notara más de lo nunca antes había notado, aún contando con que la había visto incluso en bikini.
Vio como se acercó a él y su mirada se deslizó por sus largas y bonitas piernas, era espectacular, sin lugar a dudas, para él sí que lo era y le daba igual que pudieran pensar el resto de personas.
-Ahora creo que yo me arreglé demasiado poco – lo dijo riendo un poco, por supuesto, no estaba entre sus intenciones la de hacerla sentir incómoda. Terminó de acortar distancias, poner sus manos en la cintura de ella e inclinarse un poco para darle un suave beso en los labios. Más rápido de lo usual, sobre todo porque la chica llevaba algún tipo de pintalabios o lo que fuera y él no quería quitárselo ni nada – y hueles de maravillas – ahora no evitó reírse, estaba nervioso de pronto ¿Cuántas chicas llegarían a ese extremo, de arreglarse tanto solo porque él se lo pidiera? Seguramente solo ella. Apoyó la frente en el hombro desnudo de la chica y con un leve suspiro se incorporó de nuevo –creo que voy a cambiar todos nuestros planes, voy a patear a todos mis compañeros del dormitorio y voy a besarte hasta que te aburras de mi, si, definitivamente.
Dicho aquello (una forma de explicar porque se reía y a la vez exteriorizar sus propios pensamientos) abrazó a la chica con dulzura y no le faltaron ganas de decirle cuanto la quería, pero se aguantó.
-Hoy será nuestra… ¿segunda cita? Espero que te lo pases aún mejor que la otra vez… tenemos mucho que hacer – dijo como si hubiera un plan predeterminado, cuando solamente había planeado lo que harían a partir de las ocho de la tarde, momento en el que tenía hecha la reserva en el restaurante – para empezar… salir de la universidad ¿te apetece ir a dar un paseo primero?
Le hizo un gesto para que, como poco, se alejaran de allí y fueran hacía la salida, para poder aparecerse donde más les apeteciera.
Vio como se acercó a él y su mirada se deslizó por sus largas y bonitas piernas, era espectacular, sin lugar a dudas, para él sí que lo era y le daba igual que pudieran pensar el resto de personas.
-Ahora creo que yo me arreglé demasiado poco – lo dijo riendo un poco, por supuesto, no estaba entre sus intenciones la de hacerla sentir incómoda. Terminó de acortar distancias, poner sus manos en la cintura de ella e inclinarse un poco para darle un suave beso en los labios. Más rápido de lo usual, sobre todo porque la chica llevaba algún tipo de pintalabios o lo que fuera y él no quería quitárselo ni nada – y hueles de maravillas – ahora no evitó reírse, estaba nervioso de pronto ¿Cuántas chicas llegarían a ese extremo, de arreglarse tanto solo porque él se lo pidiera? Seguramente solo ella. Apoyó la frente en el hombro desnudo de la chica y con un leve suspiro se incorporó de nuevo –creo que voy a cambiar todos nuestros planes, voy a patear a todos mis compañeros del dormitorio y voy a besarte hasta que te aburras de mi, si, definitivamente.
Dicho aquello (una forma de explicar porque se reía y a la vez exteriorizar sus propios pensamientos) abrazó a la chica con dulzura y no le faltaron ganas de decirle cuanto la quería, pero se aguantó.
-Hoy será nuestra… ¿segunda cita? Espero que te lo pases aún mejor que la otra vez… tenemos mucho que hacer – dijo como si hubiera un plan predeterminado, cuando solamente había planeado lo que harían a partir de las ocho de la tarde, momento en el que tenía hecha la reserva en el restaurante – para empezar… salir de la universidad ¿te apetece ir a dar un paseo primero?
Le hizo un gesto para que, como poco, se alejaran de allí y fueran hacía la salida, para poder aparecerse donde más les apeteciera.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Hoy es un día especial
Se sonrojó aún más tras escuchar las primeras palabras del egipcio, si cabía, y sonriendo negó con la cabeza, acercándose lo máximo posible a él para darle un suave y tierno besito sobre una de sus mejillas, muy sutil y suave, no queriendo pringarle con el gloss.
Le sonrió y suspiró un poquito, después mirando a Adnan con el comentario que había hecho sobre que se había arreglado poco. La coreana no tardó en negar con la cabeza. - Estás muy guapo, y arreglado. - Añadió. A fin de cuentas ella era la primera vez que veía a Adnan tan arreglado, nunca antes le había visto así, ni siquiera el día que se había colado en la fiesta del Samhain, podría decirse.
Y entonces fue el egipcio quien hizo que las distancias volviesen a acortarse, sintiendo sus manos sobre su cintura, y finalmente un besito en los labios que hizo que Rang sonriese de forma algo tonta. El cumplido le hizo sonreír ámpliamente. - Vainilla. - Comentó, sin ser realmente una aclaración, puesto que con solo olerlo ya se sabía decir a que olía la coreana en esos precisos instantes.
Le miró de reojito, sintiendo como suspiraba y su aliento rozaba su piel, la frente del chico sobre su hombro... y vio como terminó por ponerse bien, de pie.
Rang sonrió tiernamente a su novio, feliz de ver que había elegido bien la ropa, que había acertado y que podía dejar de dudar de si iba bien o mal vestida para lo que quisiera que fueran a hacer. Pero las palabras de él nunca se las habría esperado, no tan de repente y pudiendo sonar tan convincentes. Consiguió que el sonrojo que se había ido poco a poco de sus mejillas, volviese a ellas en apenas un abrir y cerrar de ojos.
Le abrazó con fuerza como un simple reflejito, y notó como él correspondía, suspirando de forma boba, cerrando los ojos por un momentito.
Asintió un poquito, feliz de pensar que, tal y como había supuesto, aquella era una cita. - Si, la segunda. - Le sacó la lengua y se rió un poquito, cogiendo la mano del egipcio tras haberse adelantado un poquito a él, caminando ahora ya si, a la par, saliendo enseguida de la facultad. - ¿A dónde vamos a ir? - Se miró a si mismo y ladeó un poquitín la cabeza antes de volver a mirar a Adnan. - Si vamos a estar caminando mucho por un sitio descubierto creo que debería de ir a por una capa o algo... - Musitó poniendo morritos, sintiéndose algo tonta por no haberlo pensado antes.
Le sonrió y suspiró un poquito, después mirando a Adnan con el comentario que había hecho sobre que se había arreglado poco. La coreana no tardó en negar con la cabeza. - Estás muy guapo, y arreglado. - Añadió. A fin de cuentas ella era la primera vez que veía a Adnan tan arreglado, nunca antes le había visto así, ni siquiera el día que se había colado en la fiesta del Samhain, podría decirse.
Y entonces fue el egipcio quien hizo que las distancias volviesen a acortarse, sintiendo sus manos sobre su cintura, y finalmente un besito en los labios que hizo que Rang sonriese de forma algo tonta. El cumplido le hizo sonreír ámpliamente. - Vainilla. - Comentó, sin ser realmente una aclaración, puesto que con solo olerlo ya se sabía decir a que olía la coreana en esos precisos instantes.
Le miró de reojito, sintiendo como suspiraba y su aliento rozaba su piel, la frente del chico sobre su hombro... y vio como terminó por ponerse bien, de pie.
Rang sonrió tiernamente a su novio, feliz de ver que había elegido bien la ropa, que había acertado y que podía dejar de dudar de si iba bien o mal vestida para lo que quisiera que fueran a hacer. Pero las palabras de él nunca se las habría esperado, no tan de repente y pudiendo sonar tan convincentes. Consiguió que el sonrojo que se había ido poco a poco de sus mejillas, volviese a ellas en apenas un abrir y cerrar de ojos.
Le abrazó con fuerza como un simple reflejito, y notó como él correspondía, suspirando de forma boba, cerrando los ojos por un momentito.
Asintió un poquito, feliz de pensar que, tal y como había supuesto, aquella era una cita. - Si, la segunda. - Le sacó la lengua y se rió un poquito, cogiendo la mano del egipcio tras haberse adelantado un poquito a él, caminando ahora ya si, a la par, saliendo enseguida de la facultad. - ¿A dónde vamos a ir? - Se miró a si mismo y ladeó un poquitín la cabeza antes de volver a mirar a Adnan. - Si vamos a estar caminando mucho por un sitio descubierto creo que debería de ir a por una capa o algo... - Musitó poniendo morritos, sintiéndose algo tonta por no haberlo pensado antes.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Hoy es un día especial
Lo único que hizo cuando ella dijo que estaba bien vestido y demás fue encogerse un poquito de hombros, no estaba del todo seguro de si lo decía en serio, al fin y al cabo él se veía un poco como cualquier día, o mejor dicho, aquella era ropa que alguna vez se había puesto incluso para salir de misión, pero claro, no tenía nada mucho mejor. Sus mejores galas se habían quedado en Egipto y él nunca había tenido ánimos ni ganas de ir a recogerlas, no volvería a casa por ropa… pero igual algún día podría pedirle a Rang que lo acompañara a buscar algo, salida de compras. Eso sí.
Al verla sonrojarse hasta ese punto rio un poquito, al menos había acertado en cuantas citas llevaban, sobre todo porque para él todo era lo mismo, estar con ella, y con eso iba feliz, pero a ella la primera vez le hizo muchísima ilusión que le pidiese una cita así que de nuevo se lo dijo para ver si la hacía igualmente feliz… pero era raro que no hubiera hecho referencia a su propio cumpleaños aún cuando estaba tan cercano. Cuando ya se habría imaginado que todo eso era una pequeña treta o algo así.
El chico negó un poco con la cabeza, no tenía planeado tenerla todo el rato paseando ni nada, y él de todas formas llevaba su capa, si tenía frio en algún momento podría dejársela por un ratito, o… como ella quisiera en realidad, era su día.
-Pensaba ir a alguna parte a tomarme un café caliente, nada de dulces, hoy no, que hay que dejar espacio para la cena, a las ocho tenemos que estar en el restaurante. Ya me encargué de todo. No creo que pases frio… y si quieres, entre una cosa y otra podríamos ir a mirar tiendas, la de animales está muy cerca de la heladería, así no hay que estar mucho fuera… no pensé en todo porque no sabía que te apetecería más –dijo aquello como explicación rápida, realmente si que querría haberlo tenido planeado del todo y en realidad incluso tenía detalles bonitos arreglados para ella… había pensado en llevarla a ver a Ephraïm un rato, pero joder, así vestida, tan bonita como iba, no quería estropear su atuendo yendo a una granja de hipogrifos, aunque seguramente si a la mañana siguiente seguían juntos le daría algo de ropa cómoda y la llevaría a volar, si lo tenía más que seguro, era su cumpleaños, el día de hacer todo lo que a ella le gustaba – ¿prefieres ir a por la capa? Antes de que nos alejemos más… que hablando casi hemos llegado a la puerta – hizo que se parase, para decidir – aunque siempre podría dejarte la mía si te da frío, yo voy bien abrigado bajo la capa también.
Se descubrió un poquito para que viera la camisa de manga larga que llevaba dentro y entonces ya decidiera que hacer.
Al verla sonrojarse hasta ese punto rio un poquito, al menos había acertado en cuantas citas llevaban, sobre todo porque para él todo era lo mismo, estar con ella, y con eso iba feliz, pero a ella la primera vez le hizo muchísima ilusión que le pidiese una cita así que de nuevo se lo dijo para ver si la hacía igualmente feliz… pero era raro que no hubiera hecho referencia a su propio cumpleaños aún cuando estaba tan cercano. Cuando ya se habría imaginado que todo eso era una pequeña treta o algo así.
El chico negó un poco con la cabeza, no tenía planeado tenerla todo el rato paseando ni nada, y él de todas formas llevaba su capa, si tenía frio en algún momento podría dejársela por un ratito, o… como ella quisiera en realidad, era su día.
-Pensaba ir a alguna parte a tomarme un café caliente, nada de dulces, hoy no, que hay que dejar espacio para la cena, a las ocho tenemos que estar en el restaurante. Ya me encargué de todo. No creo que pases frio… y si quieres, entre una cosa y otra podríamos ir a mirar tiendas, la de animales está muy cerca de la heladería, así no hay que estar mucho fuera… no pensé en todo porque no sabía que te apetecería más –dijo aquello como explicación rápida, realmente si que querría haberlo tenido planeado del todo y en realidad incluso tenía detalles bonitos arreglados para ella… había pensado en llevarla a ver a Ephraïm un rato, pero joder, así vestida, tan bonita como iba, no quería estropear su atuendo yendo a una granja de hipogrifos, aunque seguramente si a la mañana siguiente seguían juntos le daría algo de ropa cómoda y la llevaría a volar, si lo tenía más que seguro, era su cumpleaños, el día de hacer todo lo que a ella le gustaba – ¿prefieres ir a por la capa? Antes de que nos alejemos más… que hablando casi hemos llegado a la puerta – hizo que se parase, para decidir – aunque siempre podría dejarte la mía si te da frío, yo voy bien abrigado bajo la capa también.
Se descubrió un poquito para que viera la camisa de manga larga que llevaba dentro y entonces ya decidiera que hacer.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Hoy es un día especial
Cuando Adnan empezó a hablar, Rang giró el rostro para mirarle, parpadeando, casi incrédula, lo que el chico empezó a decirle. ¿Iban a ir a un restaurante? Pero... aquello no lo dijo en la notita que le dio... solo dijo que si se ponía algo arreglado podrían ir a cenar... ¡Aquello era trampa! Él ya había pensado en llevarla a cenar. Suspiró un poquito y poco a poco se fue parando para hacer que Yesenes también se parase. Ella sonrió un poquito y terminó por plantarse frente a él en el mismo momento en el que ambos se detuvieron.
Aprovechó para rodearle con ambos brazos por el cuello y achucharse con él, dándole exactamente igual estar en medio de la universidad. - Muchas gracias por ir a llevarme a cenar a un restaurante. - Comentó en un susurrito, con un tono algo cantarín que denotaba lo feliz que era la chica en esos precisos instantes.
Cuando se separó volvió a entrelazar los dedos con la mano de Yesenes y le miró de reojito. - ¿Entonces vamos a ir ya a que tomes un café? Yo prefiero un té, el café no me gusta mucho, me gusta más el té. - Dijo sintiendo que se repetía un poquito, por los nervios.
Si, se había puesto nerviosa de pensar en que aquella era la segunda cita de ambos... y que iban a ir a cenar a un sitio donde habría mas gente, y quizás les mirarían y... y... no sabía, estaba nerviosa y se sentía un poquito tonta por estar nerviosa por algo así. - Está bien como lo has pensado Ad... me gusta mucho que pienses en mi,... y hagas estas cosas por mi. - Le confesó, con un deje de timidez en su tono de voz, sus palabras.
Negó con la cabeza cuando le preguntó si quería ir a por la capa, y con una amplísima sonrisa concluyó. - No hace falta, tu has dicho que si tengo frío te puedo robar a ti tu capa. - Le sacó la lengua y rió un poquito, dándole a entender que si necesitaba algo de calor para no helarse, se lo diría a él.
- Venga, vayamos ya. - Añadió entusiasmada.
Tiró un poquito de Adnan, con intención de que no se quedase quieto y siguiesen andando. Si se quedaba quieta por mucho rato si que terminaría necesitando pedirle la capa al egipcio, pero al menos, mientras andasen, no.
Aprovechó para rodearle con ambos brazos por el cuello y achucharse con él, dándole exactamente igual estar en medio de la universidad. - Muchas gracias por ir a llevarme a cenar a un restaurante. - Comentó en un susurrito, con un tono algo cantarín que denotaba lo feliz que era la chica en esos precisos instantes.
Cuando se separó volvió a entrelazar los dedos con la mano de Yesenes y le miró de reojito. - ¿Entonces vamos a ir ya a que tomes un café? Yo prefiero un té, el café no me gusta mucho, me gusta más el té. - Dijo sintiendo que se repetía un poquito, por los nervios.
Si, se había puesto nerviosa de pensar en que aquella era la segunda cita de ambos... y que iban a ir a cenar a un sitio donde habría mas gente, y quizás les mirarían y... y... no sabía, estaba nerviosa y se sentía un poquito tonta por estar nerviosa por algo así. - Está bien como lo has pensado Ad... me gusta mucho que pienses en mi,... y hagas estas cosas por mi. - Le confesó, con un deje de timidez en su tono de voz, sus palabras.
Negó con la cabeza cuando le preguntó si quería ir a por la capa, y con una amplísima sonrisa concluyó. - No hace falta, tu has dicho que si tengo frío te puedo robar a ti tu capa. - Le sacó la lengua y rió un poquito, dándole a entender que si necesitaba algo de calor para no helarse, se lo diría a él.
- Venga, vayamos ya. - Añadió entusiasmada.
Tiró un poquito de Adnan, con intención de que no se quedase quieto y siguiesen andando. Si se quedaba quieta por mucho rato si que terminaría necesitando pedirle la capa al egipcio, pero al menos, mientras andasen, no.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Hoy es un día especial
-¿Por qué me agradeces eso? – dijo él riendo un poquito, respondiendo al abrazo que ella le estaba dando. No lo terminaba de entender. Quizás sí que sabía que todo aquello era por su cumpleaños pero se esperaría algo menos ostentoso o algo así, o vete a saber, quizás simplemente le haría ilusión que la cita fuera más “cita” convencional y no esa cosa rara que tuvieron la otra vez. Por ese día, sentía, que terminaría con dolor muscular en la cara, no podía parar de sonreír, incluso se sentía estúpido. Ella estaba contenta, se le notaba, y bien nerviosa… y ese era su objetivo, no ponerla nerviosa, si no feliz, porque había pasado algunos días un poquito triste y era justo lo que planeaba evitar ese día y con algo de suerte por unos pocos más, con un simple recuerdo – si, ahora vamos a por café para mí y té para ti, podemos ir a un salón del té que conozco, en lugar de a la cafetería, así seguro tú tienes más variedad y yo ya sé que ahí tienen justo lo que yo quiero.
En realidad no, nunca antes había entrado al Salón de Té Madame Tudipié, pero era el único que conocía para el cual no tuvieran que cruzar medio mundo… o bueno… era él quien se aparecería y lo que si sabía es que en ninguna parte del mundo hacían los tés que él había probado en determinados lugares de su ciudad, por decirlo de alguna manera, si ella quería podrían ir juntos hasta África, solo para que probara algún tipo de té exótico, o incluso podría llevarla a Corea, donde ella podría guiarlo o… mejor dejaba de pensar, porque se le estaba yendo un poquito de las manos.
Asintió a todo, a que se fueran, a que le daría calor y siguió el camino con ella, cogiéndola de mano hasta que llegaron a la puerta, ahí les pidieron los datos, nombres y eso (por temas de no estar bajo responsabilidad directa el decanato al salir firmaban ser responsables de sí mismos) y ya, una vez fuera, Adnan se giró y la abrazó con fuerza, haciendo que ambos se aparecieran en ese mismo momento.
-Había pensado… – dijo soltando el abrazo, estaban justo delante del saloncito de té al que había pensado llevarla en primer momento, sobre todo porque era el que más cerca quedaba y menos la incomodaría – bueno, pensé en llevarte a corea a que tomaras tu té favorito, pero no sabía si realmente sería adecuado ir tan lejos para solo té… también pensé que podría llevarte a una tetería árabe, allí son un poco distintos, pero quizás no estabas cómoda, así que otro día te llevaré a esos sitios, y hoy, nos quedamos aquí.
Si ella había estudiado en Hogwart tanto tiempo quizás habría salido alguna vez a tomar algo por allí y conocería el lugar, era coqueto y arreglado para parejas (casi siempre) así que sin más demora Adnan le hizo un gesto para que pasara y la guió hasta una mesa vacía donde ambos podrían sentarse y pedir lo que quisieran.
-¿Qué tipo de té, te apetece más?
En realidad no, nunca antes había entrado al Salón de Té Madame Tudipié, pero era el único que conocía para el cual no tuvieran que cruzar medio mundo… o bueno… era él quien se aparecería y lo que si sabía es que en ninguna parte del mundo hacían los tés que él había probado en determinados lugares de su ciudad, por decirlo de alguna manera, si ella quería podrían ir juntos hasta África, solo para que probara algún tipo de té exótico, o incluso podría llevarla a Corea, donde ella podría guiarlo o… mejor dejaba de pensar, porque se le estaba yendo un poquito de las manos.
Asintió a todo, a que se fueran, a que le daría calor y siguió el camino con ella, cogiéndola de mano hasta que llegaron a la puerta, ahí les pidieron los datos, nombres y eso (por temas de no estar bajo responsabilidad directa el decanato al salir firmaban ser responsables de sí mismos) y ya, una vez fuera, Adnan se giró y la abrazó con fuerza, haciendo que ambos se aparecieran en ese mismo momento.
-Había pensado… – dijo soltando el abrazo, estaban justo delante del saloncito de té al que había pensado llevarla en primer momento, sobre todo porque era el que más cerca quedaba y menos la incomodaría – bueno, pensé en llevarte a corea a que tomaras tu té favorito, pero no sabía si realmente sería adecuado ir tan lejos para solo té… también pensé que podría llevarte a una tetería árabe, allí son un poco distintos, pero quizás no estabas cómoda, así que otro día te llevaré a esos sitios, y hoy, nos quedamos aquí.
Si ella había estudiado en Hogwart tanto tiempo quizás habría salido alguna vez a tomar algo por allí y conocería el lugar, era coqueto y arreglado para parejas (casi siempre) así que sin más demora Adnan le hizo un gesto para que pasara y la guió hasta una mesa vacía donde ambos podrían sentarse y pedir lo que quisieran.
-¿Qué tipo de té, te apetece más?
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Hoy es un día especial
Firmó las cosas necesarias para salir de la universidad, y en cuanto les dieron vía libre y ambos estuvieron fuera del perímetro que evitaba la aparición, sintió el abrazo de Adnan seguido de aquella sensación que daba el aparecerse siendo como el paquete de otra persona.
Miró a Adnan a los ojos, escuchando todo lo que tenía que decirle, apenas en un principio pues enseguida se puso a mirar alrededor, se mordió la boquita y sonrió, suspirando un poco al ver en donde estaban. Recordaba el lugar, no había ninguna duda, apenas había pasado por delante de aquella tetería tan conocida en el londres mágico.
- No te preocupes tanto Adny... solo vamos a tomar un poco de té y de café, no hace falta ir hasta la otra punta del mundo como quien dice. - Le sonrió y estiró una de las manos para acercarla al rostro del egipcio, y le acarició la mejilla con mimo. - Tenemos tiempo... ya iremos más adelante a corea y a alguna tetería árabe cuando nos de la gana, ¿si?
Vio el gesto de él y le sonrió, asintiendo un poquito y pasando dentro del establecimiento. Fueron saludados y les dijeron que tomasen asiento donde más gustasen. La coreana siguió al egipcio sin dejar de mirar a todos lados, curiosa ya que nunca había visto aquél sitio por dentro, únicamente por fuera, y una vez ambos estuvieron acomodados, escuchó como Yesenes le preguntaba sobre si ya sabía que tipo de té tomaría.
Negó con la cabeza y mágicamente aparecieron un par de cartas frente a ambos. En las páginas de aquél panfleto se podían leer muchísimos nombres y tipos de tés, al igual que algunas variedades de cafés, bebidas dulces, refrescos, batidos y semejantes. Aunque lógicamente, siendo una tetería, lo que más destacaba en la lista, eran esos mismos.
Rang se puso a mirarlos todos, por encima, leyéndolos sin mucha dificultad. En el momento que el nombre de alguno le llamaba la atención, miraba a ver de que se componía, y tras dudar un momentito, terminó por decidirse, alzando la vista para mirar a Adnan.
- Ya sé lo que quiero. - Le sacó la lengua y le explicó. - Este té verde aromatizado. - Le dijo señalando la descripción para que él lo viera. “Crema de Mango: Mezcla de tés verdes de China: Lung Ching, Yunnan y Sencha japonés y té blanco Pai mu tan aromatizado con trozos de mango, coco y rosas amarillas”.
Cerró la carta y no tardó en desaparecer la misma, y aparecer frente a ella lo que acababa de decir que querría, junto a un par de pastitas en la misma taza.
Miró a Adnan a los ojos, escuchando todo lo que tenía que decirle, apenas en un principio pues enseguida se puso a mirar alrededor, se mordió la boquita y sonrió, suspirando un poco al ver en donde estaban. Recordaba el lugar, no había ninguna duda, apenas había pasado por delante de aquella tetería tan conocida en el londres mágico.
- No te preocupes tanto Adny... solo vamos a tomar un poco de té y de café, no hace falta ir hasta la otra punta del mundo como quien dice. - Le sonrió y estiró una de las manos para acercarla al rostro del egipcio, y le acarició la mejilla con mimo. - Tenemos tiempo... ya iremos más adelante a corea y a alguna tetería árabe cuando nos de la gana, ¿si?
Vio el gesto de él y le sonrió, asintiendo un poquito y pasando dentro del establecimiento. Fueron saludados y les dijeron que tomasen asiento donde más gustasen. La coreana siguió al egipcio sin dejar de mirar a todos lados, curiosa ya que nunca había visto aquél sitio por dentro, únicamente por fuera, y una vez ambos estuvieron acomodados, escuchó como Yesenes le preguntaba sobre si ya sabía que tipo de té tomaría.
Negó con la cabeza y mágicamente aparecieron un par de cartas frente a ambos. En las páginas de aquél panfleto se podían leer muchísimos nombres y tipos de tés, al igual que algunas variedades de cafés, bebidas dulces, refrescos, batidos y semejantes. Aunque lógicamente, siendo una tetería, lo que más destacaba en la lista, eran esos mismos.
Rang se puso a mirarlos todos, por encima, leyéndolos sin mucha dificultad. En el momento que el nombre de alguno le llamaba la atención, miraba a ver de que se componía, y tras dudar un momentito, terminó por decidirse, alzando la vista para mirar a Adnan.
- Ya sé lo que quiero. - Le sacó la lengua y le explicó. - Este té verde aromatizado. - Le dijo señalando la descripción para que él lo viera. “Crema de Mango: Mezcla de tés verdes de China: Lung Ching, Yunnan y Sencha japonés y té blanco Pai mu tan aromatizado con trozos de mango, coco y rosas amarillas”.
Cerró la carta y no tardó en desaparecer la misma, y aparecer frente a ella lo que acababa de decir que querría, junto a un par de pastitas en la misma taza.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Hoy es un día especial
Asintió a sus palabras aún con el gesto un poco fruncido, él quería que ESA vez fuera especial, pero claro, por su total tontería no lo había planeado antes y por ello no la había podido llevar, pero bueno, ya lo haría, tendrían otras mil cosas que celebrar y él seguiría con ella entonces y siempre, lo tenía bien claro.
Adnan, una vez sentados y con la lista de productos delante, pasó de los tés, si que le gustaban y todo eso, pero a esas horas él necesitaba su dosis de cafeína, podría decirse que en cierto modo era adicto a ella, pero ya era difícil diferenciar cuando el egipcio era adicto a algo y cuando repetía una rutina por gusto y placer.
-Que rápido – musitó aquello mientras cerraba su carta, él iba a pedir café, no tenía mucho más que pensar, solo había mirado las variedades que tenía y pidió un café cubano, que se llamaba así por el motivo más estúpido del mundo, pero ahí estaba, a él le gustaba sin más – yo voy a pedir un café cubano.
Mágicamente todo estuvo servido en cuestión de segundos, su café, el té de ella y Adnan no evitó una risa estúpida el ver todo lo que apareció por el pedido de ellos. La taza tan adornada como podía, la tetera y las pastitas en las que Rang ya se había fijado, pero además en el centro de la mesa apareció un surtido de dulcecitos, muffins, más concretamente. Por suerte, lo que él mandó servir era mucho más simple, aunque la taza si resultó ser como la de ella, suponía que por hacer juego. De no ser así le habría costado bebérselo tranquilamente.
-¿Qué es eso que has pedido? – se asomó un poquito sobre la mesa para ver el interior del vaso notando que el té no lo ponían servido, si no entero en la tetera – ¿Lo ponen así para que no se enfríe? – sentía auténtica curiosidad, para él la tetera siempre había sido un modo de calentarlo tradicional, no algo que pudiera servir de adorno para hacer aún más pijo el momento de servir las cosas – lo ponen todo muy… no sé, no hemos pedido esto del centro, quizás lo ponen para que no tengas que andar pidiendo, o quizás solo sea a modo de oferta y promoción, o vete a saber… - notó la mirada de ella y se encogió de hombro –bueno, realmente nunca había venido aquí, pero si que conocía el sitio.
Adnan, una vez sentados y con la lista de productos delante, pasó de los tés, si que le gustaban y todo eso, pero a esas horas él necesitaba su dosis de cafeína, podría decirse que en cierto modo era adicto a ella, pero ya era difícil diferenciar cuando el egipcio era adicto a algo y cuando repetía una rutina por gusto y placer.
-Que rápido – musitó aquello mientras cerraba su carta, él iba a pedir café, no tenía mucho más que pensar, solo había mirado las variedades que tenía y pidió un café cubano, que se llamaba así por el motivo más estúpido del mundo, pero ahí estaba, a él le gustaba sin más – yo voy a pedir un café cubano.
Mágicamente todo estuvo servido en cuestión de segundos, su café, el té de ella y Adnan no evitó una risa estúpida el ver todo lo que apareció por el pedido de ellos. La taza tan adornada como podía, la tetera y las pastitas en las que Rang ya se había fijado, pero además en el centro de la mesa apareció un surtido de dulcecitos, muffins, más concretamente. Por suerte, lo que él mandó servir era mucho más simple, aunque la taza si resultó ser como la de ella, suponía que por hacer juego. De no ser así le habría costado bebérselo tranquilamente.
-¿Qué es eso que has pedido? – se asomó un poquito sobre la mesa para ver el interior del vaso notando que el té no lo ponían servido, si no entero en la tetera – ¿Lo ponen así para que no se enfríe? – sentía auténtica curiosidad, para él la tetera siempre había sido un modo de calentarlo tradicional, no algo que pudiera servir de adorno para hacer aún más pijo el momento de servir las cosas – lo ponen todo muy… no sé, no hemos pedido esto del centro, quizás lo ponen para que no tengas que andar pidiendo, o quizás solo sea a modo de oferta y promoción, o vete a saber… - notó la mirada de ella y se encogió de hombro –bueno, realmente nunca había venido aquí, pero si que conocía el sitio.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Hoy es un día especial
Miró todas y cada una de las cosas que fueron apareciendo sobre la mesa. El té, el café de Adnan, las pastas y unos pastelitos adornando el centro de la misma. La coreana ladeo un poco la cabecita y mientras se echaba en la taza el té, cogiendo con sumo cuidado la tetera no fuese a quemarse, y acto seguido empezaba a servir azúcar en su té, después poniéndose a removerlo, se fijó algo mejor en aquellos dulcecitos. En un primer momento no tenían en absoluto aspecto de ser comestibles, mas bien parecía que eran unos simples adornos.
Escuchó la duda de Adnan, sonaba realmente curioso y aquello hizo que la chica se riese un poquito. Se mordió la boca y asintió con la cabeza. - Si... en algunos sitios suelen ponerlo así. Te vas sirviendo el té que quieres, manteniendo en la tetera la temperatura sin que se enfríe. - Le comentó con una sonrisita. - Es un té con una mezcla de tés verdes, de hierbas. - Comentó haciendo memoria de lo que había leído momentos antes.
Cogió la tacita entre las manos y la olisqueó tras sacar de la misma la cucharita, suspirando un poquito al haber percibido el aroma floral y frutal de aquello que ella misma se había pedido. Sonrió un poquito de forma tonta y tras llevarse la tacita algo mas cerca de los labios, sopló, y dio un muy pequeño sorbito, sacando después la lengua un poquito. - Quema... - Musitó en una quejita, mirando al chico con los ojos un poquito lloroso. Por impaciente, que solo en ese tipo de cosas se volvía así, se acababa de quemar y le dolió.
Suspiró un poquito y dejó la tacita sobre el platito a juego y miró a su chico, riéndose un poquito cuando le escuchó confesar que él nunca antes había estado allí.
- Bueno... supongo que lo pondrán por el simple hecho de haber venido aquí. - Se encogió un poquito de hombros y le miró. - Ya es un sitio muy caro, así que por lo que nos costará un té y un café deberíamos de comer al menos un poquito de lo que han puesto. - Le dijo poniendo un poquito morritos, suspirando. Le ofrecería ayuda a la hora de pagar, sabía que aquél sitio era caro a fin de cuentas y no quería que Adnan tuviese que pagarlo todo él, se sentiría mal.
Alcanzó una de las pastitas que tenía en su platito del té y se la llevó a los labios, dándole un pequeño bocadito.
Escuchó la duda de Adnan, sonaba realmente curioso y aquello hizo que la chica se riese un poquito. Se mordió la boca y asintió con la cabeza. - Si... en algunos sitios suelen ponerlo así. Te vas sirviendo el té que quieres, manteniendo en la tetera la temperatura sin que se enfríe. - Le comentó con una sonrisita. - Es un té con una mezcla de tés verdes, de hierbas. - Comentó haciendo memoria de lo que había leído momentos antes.
Cogió la tacita entre las manos y la olisqueó tras sacar de la misma la cucharita, suspirando un poquito al haber percibido el aroma floral y frutal de aquello que ella misma se había pedido. Sonrió un poquito de forma tonta y tras llevarse la tacita algo mas cerca de los labios, sopló, y dio un muy pequeño sorbito, sacando después la lengua un poquito. - Quema... - Musitó en una quejita, mirando al chico con los ojos un poquito lloroso. Por impaciente, que solo en ese tipo de cosas se volvía así, se acababa de quemar y le dolió.
Suspiró un poquito y dejó la tacita sobre el platito a juego y miró a su chico, riéndose un poquito cuando le escuchó confesar que él nunca antes había estado allí.
- Bueno... supongo que lo pondrán por el simple hecho de haber venido aquí. - Se encogió un poquito de hombros y le miró. - Ya es un sitio muy caro, así que por lo que nos costará un té y un café deberíamos de comer al menos un poquito de lo que han puesto. - Le dijo poniendo un poquito morritos, suspirando. Le ofrecería ayuda a la hora de pagar, sabía que aquél sitio era caro a fin de cuentas y no quería que Adnan tuviese que pagarlo todo él, se sentiría mal.
Alcanzó una de las pastitas que tenía en su platito del té y se la llevó a los labios, dándole un pequeño bocadito.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Hoy es un día especial
Asintió a lo que le dijo, quedando su curiosidad cubierta con el dato de que lo hacían para que no se enfriase, tenía sentido, al fin y al cabo el té debía tomarse caliente, o al menos debía servirse caliente para que el sabor fuera el ideal, o eso tenía entendido, el era muy poco dado a esas cosas, su estilo iba más por los cafés y las bebidas alcohólicas que por los sutiles té de hierbas.
-¿Y en esa tetera hay para más de una taza? – preguntó aquello con la firme intención de ir a robarle un poquito, solo por probarlo, eso de que fueran tés mezclados se le hacía raro y quería ver como sabía, ese día estaba curioso. Al verla con aquella expresión frunció el ceño y se olvidó de probar el té y de todo – ¿te quemaste? – preguntó rápidamente a la vez que extendió el brazo sobre la mesa y le acariciaba con el dedo gordo el labio con mimo.
No estaba muy seguro de si lo que ella había dicho era una medio queja, por llevarla a un lugar claro, o simplemente su opinión de porqué habían puesto cosas sin haberlas pedido, fuera lo que fuera él solo asintió un poco, no quería que estuviera preocupándose por el dinero que le iba a costar aquello, era su cumpleaños, aunque aún parecía que ella no lo había notado ¿o si lo había hecho pero no quería hablar de ello? Quizás pensara que él no lo sabía o no lo recordara, bueno, así estaba bien, más tarde le daría la sorpresa, junto a su regalo real.
Apenas podía apartar los ojos de ella y en una de esas que lo consiguió probó el café, sin añadirle azúcar aún, solo poco más que mojarse los labios para ver que necesitaría, y bueno… no estaba mal, llevaba la cantidad justa de ron.
-Yo no sé si deberías comerte un dulce de esos ¿te quedará hambre para la cena? Aunque bueno, tampoco hace falta que allí comas tantísimo… está bien, uno para cada uno – por supuesto solo habían puesto dos y el resto eran adornos, así que seguramente la chica llevaba razón, serían un regalo por consumir ahí o algo así – ¿está bueno el té o aún quema demasiado como para tomarlo?
Se entretuvo un poco moviendo el café con la cucharilla, ahora si le había puesto un poco de azúcar, la justa, no era muy dado a excederse con ella.
-¿Y en esa tetera hay para más de una taza? – preguntó aquello con la firme intención de ir a robarle un poquito, solo por probarlo, eso de que fueran tés mezclados se le hacía raro y quería ver como sabía, ese día estaba curioso. Al verla con aquella expresión frunció el ceño y se olvidó de probar el té y de todo – ¿te quemaste? – preguntó rápidamente a la vez que extendió el brazo sobre la mesa y le acariciaba con el dedo gordo el labio con mimo.
No estaba muy seguro de si lo que ella había dicho era una medio queja, por llevarla a un lugar claro, o simplemente su opinión de porqué habían puesto cosas sin haberlas pedido, fuera lo que fuera él solo asintió un poco, no quería que estuviera preocupándose por el dinero que le iba a costar aquello, era su cumpleaños, aunque aún parecía que ella no lo había notado ¿o si lo había hecho pero no quería hablar de ello? Quizás pensara que él no lo sabía o no lo recordara, bueno, así estaba bien, más tarde le daría la sorpresa, junto a su regalo real.
Apenas podía apartar los ojos de ella y en una de esas que lo consiguió probó el café, sin añadirle azúcar aún, solo poco más que mojarse los labios para ver que necesitaría, y bueno… no estaba mal, llevaba la cantidad justa de ron.
-Yo no sé si deberías comerte un dulce de esos ¿te quedará hambre para la cena? Aunque bueno, tampoco hace falta que allí comas tantísimo… está bien, uno para cada uno – por supuesto solo habían puesto dos y el resto eran adornos, así que seguramente la chica llevaba razón, serían un regalo por consumir ahí o algo así – ¿está bueno el té o aún quema demasiado como para tomarlo?
Se entretuvo un poco moviendo el café con la cucharilla, ahora si le había puesto un poco de azúcar, la justa, no era muy dado a excederse con ella.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Hoy es un día especial
Asintió a la pregunta de si había la cantidad suficiente como para más de una taza de té. - Si... la verdad es que parece que hay incluso para tres tazas. - Le sonrió cálidamente antes de seguir a lo suyo.
Con la pregunta de Adnan de si se quemó, asintió con la cabeza e hizo un pucherito, notando la caricia que hizo el chico sobre sus labios, y ella suspiró, entrecerrando un instante muy pequeñito los ojos antes de volver a abrirlos normal para mirarle a los ojos de forma fija y sonreirle de forma adorable. - Me quemé, pero está bien, en un poquito se pasa... siempre me pasa lo mismo cuando voy a beber té. - Dijo riéndose un poquito, mirando al chico atontada un poco antes de negar con la cabeza y volver a prestar atención a la tacita.
Dejó la pastita que había mordido en donde estaba, con una mueca de asco que ni pudo disimular. No le gustó para nada en absoluto, y quedó demasiado claro.
Estiró el brazo para ir a alcanzar uno de los pastelitos que había en el centro y entonces escuchó lo que Adnan le dijo, cosa que le hizo poner morritos y suspirar un poco. - Bueno... - Escuchó las razones que le dio y demás y ella misma terminó por proponer algo.
- ¿Y si nos comemos uno entre los dos? Son iguales, y prefiero no comer mucho para después que cenemos los dos bien. - Le sonrió de forma tierna.
Sin esperar respuesta del egipcio, cogió el dulce finalmente y con cuidado lo partió en dos, ofreciéndole uno de los pedazos, el que quedó más grande de los dos, y cuando Adnan lo cogió escuchó lo que le preguntó sobre el té.
- Si, aunque solo probé un poquito cuando me quemé. - Se rió y suspiró un poco, puso un momentito la parte de la muñeca sobre el liquido y cogiendo su taza tras dejar el pastelito con cuidado en la taza de la vajilla, y le ofreció la misma. - Mira, prueba, ya no tiene que quemar. - Le dijo sin perder la sonrisa, cogiendo con la otra mano un pellizco del dulce y llevándoselo a la boca, esperando que eso si estuviese bueno y no como las pastitas para acompañar al té.
Con la pregunta de Adnan de si se quemó, asintió con la cabeza e hizo un pucherito, notando la caricia que hizo el chico sobre sus labios, y ella suspiró, entrecerrando un instante muy pequeñito los ojos antes de volver a abrirlos normal para mirarle a los ojos de forma fija y sonreirle de forma adorable. - Me quemé, pero está bien, en un poquito se pasa... siempre me pasa lo mismo cuando voy a beber té. - Dijo riéndose un poquito, mirando al chico atontada un poco antes de negar con la cabeza y volver a prestar atención a la tacita.
Dejó la pastita que había mordido en donde estaba, con una mueca de asco que ni pudo disimular. No le gustó para nada en absoluto, y quedó demasiado claro.
Estiró el brazo para ir a alcanzar uno de los pastelitos que había en el centro y entonces escuchó lo que Adnan le dijo, cosa que le hizo poner morritos y suspirar un poco. - Bueno... - Escuchó las razones que le dio y demás y ella misma terminó por proponer algo.
- ¿Y si nos comemos uno entre los dos? Son iguales, y prefiero no comer mucho para después que cenemos los dos bien. - Le sonrió de forma tierna.
Sin esperar respuesta del egipcio, cogió el dulce finalmente y con cuidado lo partió en dos, ofreciéndole uno de los pedazos, el que quedó más grande de los dos, y cuando Adnan lo cogió escuchó lo que le preguntó sobre el té.
- Si, aunque solo probé un poquito cuando me quemé. - Se rió y suspiró un poco, puso un momentito la parte de la muñeca sobre el liquido y cogiendo su taza tras dejar el pastelito con cuidado en la taza de la vajilla, y le ofreció la misma. - Mira, prueba, ya no tiene que quemar. - Le dijo sin perder la sonrisa, cogiendo con la otra mano un pellizco del dulce y llevándoselo a la boca, esperando que eso si estuviese bueno y no como las pastitas para acompañar al té.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Hoy es un día especial
A veces Rang era como un libro abierto, era tan fácil leer sus expresiones que se sorprendía. Primero se había quemado, esa pasta no le había gustado y aún así seguía feliz. En su rostro cualquier sentimiento, pensamiento o pequeña expresión era fácil de reconocer y casi siempre quedaba realmente adorable poniendo esos gestos.
-He de suponer que no te gustó mucho – no evitó una sutil sonrisa, y en cuanto a lo del té, aún no dijo nada, lo probaría solo si ella le ofrecía, al fin y al cabo tres vasitos era mucho, estaba claro que los tés eran así de caros porque solían pedir para compartir, o así pensaba él, pero claro, Adnan solía beber poco si no era en momentos específicos. Alargó la mano y cogió él mismo la pasta, para probarla, o más bien para mirarla bien y de cerca, a ver de que demonios estaba hecha para que no le gustara, por lo que había visto a Rang le gustaba prácticamente todo.
Soltó la pasta a un lado, no quería ni probarla en realidad, solo con olisquearla dio por hecho que lo otro que le estaba ofreciendo su pareja era mucho mejor, al menos parecía más apetecible. Cuando fue a llevarse el otro de pastelito a la boca vio como ella misma en lugar de eso, le ofrecía té. Se sentía un tanto avasallado y no sabía por dónde empezar pero viendo que la muchacha mantenía la taza en alto pensó que primero probaría el té, así no la haría tenerla ahí demasiado tiempo, y así también constataría él que ya no quemaba y ella podría tomarlo tranquilamente.
Dio un corto trago al mismo y se relamió antes de darle uno un poquitito más largo, solo porque realmente le gustó el sabor y suponía que, sabiendo que ella tenía más en la tetera, no le importaría aquello.
-Está realmente bueno… creo que reconozco algunos sabores ¿puede llevar mango? – la pregunta fue un poco estúpida, tampoco es que se fuera a poner a hacer una degustación y separación de ingredientes completa, por mucho que eso le gustara, sobre todo porque estaban ahí para disfrutar, no para andar estudiando compuestos ni nada parecido – ya puedes beberlo, no quema, solo está caliente – le devolvió la taza y fue a coger un trozo del muffin que ella había partido por la mitad, probándolo, llevaba trocitos de fruta, a él le agradó – esto también está rico… supongo que podría decirse que a pesar de lo rosa que es el lugar, me gusta.
Se encogió un poquito de hombros, no estaba seguro de que el comentario fuera oportuno hacerlo con ella, pues solía usar el rosa de vez en cuando y tal, y era un color que le sentaba muy bien a su tono de piel, pero igualmente le salió sin más, así que ni modo de volver atrás.
-Yo te ofrecería un poco de mi café, pero lleva un poquito de ron, por eso se llama cubano, y realmente no creo que te agrade.
-He de suponer que no te gustó mucho – no evitó una sutil sonrisa, y en cuanto a lo del té, aún no dijo nada, lo probaría solo si ella le ofrecía, al fin y al cabo tres vasitos era mucho, estaba claro que los tés eran así de caros porque solían pedir para compartir, o así pensaba él, pero claro, Adnan solía beber poco si no era en momentos específicos. Alargó la mano y cogió él mismo la pasta, para probarla, o más bien para mirarla bien y de cerca, a ver de que demonios estaba hecha para que no le gustara, por lo que había visto a Rang le gustaba prácticamente todo.
Soltó la pasta a un lado, no quería ni probarla en realidad, solo con olisquearla dio por hecho que lo otro que le estaba ofreciendo su pareja era mucho mejor, al menos parecía más apetecible. Cuando fue a llevarse el otro de pastelito a la boca vio como ella misma en lugar de eso, le ofrecía té. Se sentía un tanto avasallado y no sabía por dónde empezar pero viendo que la muchacha mantenía la taza en alto pensó que primero probaría el té, así no la haría tenerla ahí demasiado tiempo, y así también constataría él que ya no quemaba y ella podría tomarlo tranquilamente.
Dio un corto trago al mismo y se relamió antes de darle uno un poquitito más largo, solo porque realmente le gustó el sabor y suponía que, sabiendo que ella tenía más en la tetera, no le importaría aquello.
-Está realmente bueno… creo que reconozco algunos sabores ¿puede llevar mango? – la pregunta fue un poco estúpida, tampoco es que se fuera a poner a hacer una degustación y separación de ingredientes completa, por mucho que eso le gustara, sobre todo porque estaban ahí para disfrutar, no para andar estudiando compuestos ni nada parecido – ya puedes beberlo, no quema, solo está caliente – le devolvió la taza y fue a coger un trozo del muffin que ella había partido por la mitad, probándolo, llevaba trocitos de fruta, a él le agradó – esto también está rico… supongo que podría decirse que a pesar de lo rosa que es el lugar, me gusta.
Se encogió un poquito de hombros, no estaba seguro de que el comentario fuera oportuno hacerlo con ella, pues solía usar el rosa de vez en cuando y tal, y era un color que le sentaba muy bien a su tono de piel, pero igualmente le salió sin más, así que ni modo de volver atrás.
-Yo te ofrecería un poco de mi café, pero lleva un poquito de ron, por eso se llama cubano, y realmente no creo que te agrade.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Hoy es un día especial
Sonrió al ver como después de beber un poquito,Yesenes volvió a dar un nuevo trago, y cuando ella misma recuperó la taza, la sostuvo entre ambas manos. Asintió a su pregunta y le dijo más concretamente todos los tés y aromas y demás que tenía el mismo. Apenas de haberlo leído una vez en la carta ya se le había quedado en la cabeza. - ¿Esta rico, si? - Le sacó un poquito la lengua y habiendo escuchado la advertencia de su chico sobre que ya no quemaba, que simplemente estaba caliente, en ese momento fue ella misma quién dio un trago al té, suspirando después, dejando la taza sobre la mesa.
Le vio como probaba el dulcecito que ella ya había comido un poco y asintió con la cabeza. Volvió a coger un pellizquito del mismo, evitando coger algún cachito con algún pedazo de fruta, cogiendo solo el bizcocho del dulce. No le gustaba mezclar esos sabores, no es cosas que practicamente eran bizcocho, en las tartas le daba igual.
- A mi la verdad... es que siempre me habían dado ganas de entrar aquí. Cuando se hacían las excursiones, las salidas de Hogwarts por aquí alguna vez me quedaba mirando la parte de fuera. - Le sonrió y suspiró un poquito. - Me daban muchas ganas de ver el sitio por dentro, siempre había escuchado muy buenos comentarios del sitio. - Se había quedado mirando la taza, y alzó la vista para clavar los ojos en las orbes claritas de su chico. - La verdad es que parece un pastel esta tetería. - Susurró y se rió. - Pero lo importante es que lo que se consuma esté bueno. - Dijo totalmente convencida antes de dar un bocadito a aquél pedazo de muffin que aún tenia, evitando, de nuevo, la fruta.
Dio un traguito al té, esta vez algo más largo, y para repartir mejor el azúcar, se echó algo más de lo que quedaba en la tetera.
Escuchó lo que Adnan dijo y ella negó, arrugando un poco la nariz con el dato del ron. - ¿Y ya esta rico es? ¿Mezclar café con eso... ? ¿Y algo así con los dulces? - Para ella el olor de toda cosa alcohólica era un olor desagradable, muy fuerte para su olfato por mínima cantidad que fuese, todo lo contrario a lo dulce que parecía llamarle.
Le vio como probaba el dulcecito que ella ya había comido un poco y asintió con la cabeza. Volvió a coger un pellizquito del mismo, evitando coger algún cachito con algún pedazo de fruta, cogiendo solo el bizcocho del dulce. No le gustaba mezclar esos sabores, no es cosas que practicamente eran bizcocho, en las tartas le daba igual.
- A mi la verdad... es que siempre me habían dado ganas de entrar aquí. Cuando se hacían las excursiones, las salidas de Hogwarts por aquí alguna vez me quedaba mirando la parte de fuera. - Le sonrió y suspiró un poquito. - Me daban muchas ganas de ver el sitio por dentro, siempre había escuchado muy buenos comentarios del sitio. - Se había quedado mirando la taza, y alzó la vista para clavar los ojos en las orbes claritas de su chico. - La verdad es que parece un pastel esta tetería. - Susurró y se rió. - Pero lo importante es que lo que se consuma esté bueno. - Dijo totalmente convencida antes de dar un bocadito a aquél pedazo de muffin que aún tenia, evitando, de nuevo, la fruta.
Dio un traguito al té, esta vez algo más largo, y para repartir mejor el azúcar, se echó algo más de lo que quedaba en la tetera.
Escuchó lo que Adnan dijo y ella negó, arrugando un poco la nariz con el dato del ron. - ¿Y ya esta rico es? ¿Mezclar café con eso... ? ¿Y algo así con los dulces? - Para ella el olor de toda cosa alcohólica era un olor desagradable, muy fuerte para su olfato por mínima cantidad que fuese, todo lo contrario a lo dulce que parecía llamarle.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Hoy es un día especial
- Si, está muy bueno – le respondió justo después de oír toda las cosas que llevaba ese té, demasiadas cosas y por suerte ellas las sabía, si no se había puesto a intentar adivinarlas todas y habría terminado con todo el té él solito y no era cuestión de robarle a ella su bebida. Se sentía un tanto raro, sonriendo sin parar, lo hacía por ella, vamos, no intentaba dejar de sonreír y estar serio sin más porque pensaba que seguramente a la coreana le agradaría poder estar con él así, verlo feliz con ella. Era lo que toda novia quería ¿no? Un novio que demostrara que disfrutaba de la compañía ajena, y él lo hacía, carajos que si lo hacía.
Desde luego no evitó la carcajada cuando dijo aquello de que toda la tetería parecía un pastel gigante, ella pensaba como él, de modo que sabía que no le habría sentado mal el comentario.
-¿Y porque no habías entrado nunca? Digo… tantos años en Hogwarts seguro que tuviste un ratito para venir, no hay muchas cosas más interesantes por aquí – omitió el comentario que estuvo a punto de hacer “a no ser que solo vinieras para comprar cosas de estudio y volver” pues supuso que era su caso, ella ya le había dicho que no había tenido muchas amigas en su antiguo colegio y si iba allí sola quizás no se le había apetecido demasiado ir a hacer ese tipo de cosas sin nadie que la acompañara. Y al reflexionar sobre aquello casi deseó no haberlo dicho. Dio un trago al café, quizás para olvidar aquello.
- A mi me gusta, y si lo venden en casi todas las cafeterías será porque es le agrada a más gente – comentó encogiéndose de hombros. Él lo había probado una de esas veces en las que no había modo de conseguir ningún estupefaciente a horas en las que en ninguna parte vendían alcohol y al hallar un café que lo llevaba… pues bueno, eso mejor que nada. Al final le agradó y ahora lo bebía de vez en cuando, además era lo único que pensaba consumir esa noche, no quería arruinar el día de su novia, o quizás en la cena alguna copa de vino, no estaba seguro, ya vería – el mezclarlo con dulces se hace un poco más raro, supongo, pero como este no es excesivamente dulce no sabe mal. A mi me gusta. Te ofrecería para que vieras que no sabe mal, pero supongo a ti no te gustaría en realidad.
Soltó la tacita y removió un poco, cualquiera que lo viera tendría todo el derecho del mundo de reírse de él, bebiendo café en una taza de esos colores y removiéndolo (para que el alcohol no quedara abajo, claro). Debía ser una estampa digna de ver.
- ¿Qué te apetecería más hacer cuando salgamos de aquí? Hay como mil opciones… desde dar un paseo por las tiendas del lugar, hasta ir al parque que hay por aquí cerca y sentarnos un rato a besarnos… o incluso ir a una librería cercana que conozco, no está en la calle principal y venden libros de segunda mano, quizás haya alguno que te agrade.
Desde luego no evitó la carcajada cuando dijo aquello de que toda la tetería parecía un pastel gigante, ella pensaba como él, de modo que sabía que no le habría sentado mal el comentario.
-¿Y porque no habías entrado nunca? Digo… tantos años en Hogwarts seguro que tuviste un ratito para venir, no hay muchas cosas más interesantes por aquí – omitió el comentario que estuvo a punto de hacer “a no ser que solo vinieras para comprar cosas de estudio y volver” pues supuso que era su caso, ella ya le había dicho que no había tenido muchas amigas en su antiguo colegio y si iba allí sola quizás no se le había apetecido demasiado ir a hacer ese tipo de cosas sin nadie que la acompañara. Y al reflexionar sobre aquello casi deseó no haberlo dicho. Dio un trago al café, quizás para olvidar aquello.
- A mi me gusta, y si lo venden en casi todas las cafeterías será porque es le agrada a más gente – comentó encogiéndose de hombros. Él lo había probado una de esas veces en las que no había modo de conseguir ningún estupefaciente a horas en las que en ninguna parte vendían alcohol y al hallar un café que lo llevaba… pues bueno, eso mejor que nada. Al final le agradó y ahora lo bebía de vez en cuando, además era lo único que pensaba consumir esa noche, no quería arruinar el día de su novia, o quizás en la cena alguna copa de vino, no estaba seguro, ya vería – el mezclarlo con dulces se hace un poco más raro, supongo, pero como este no es excesivamente dulce no sabe mal. A mi me gusta. Te ofrecería para que vieras que no sabe mal, pero supongo a ti no te gustaría en realidad.
Soltó la tacita y removió un poco, cualquiera que lo viera tendría todo el derecho del mundo de reírse de él, bebiendo café en una taza de esos colores y removiéndolo (para que el alcohol no quedara abajo, claro). Debía ser una estampa digna de ver.
- ¿Qué te apetecería más hacer cuando salgamos de aquí? Hay como mil opciones… desde dar un paseo por las tiendas del lugar, hasta ir al parque que hay por aquí cerca y sentarnos un rato a besarnos… o incluso ir a una librería cercana que conozco, no está en la calle principal y venden libros de segunda mano, quizás haya alguno que te agrade.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Hoy es un día especial
Se mordió un poquito la boca cuando Yesenes formuló aquella pregunta. Agachó la cabeza y suspiró un poquito, negando con la cabeza. - No... realmente no creo que fuese muy interesante entrar a una tetería yo sola... - Comentó y alzó al vista para mirarle a los ojos, fijamente y de paso, permanecer así por un ratito, por corto que fuera.
Suspiró de nuevo y desvió la mirada a la taza de té para darle un nuevo trago, disfrutando del sabor y aroma de la bebida, de la calidez que desprendía el mismo líquido y del calor que estaba sintiendo en las manos al sostener aquello.
Adnan habló y la coreana alzó la vista para mirarle mientras le escuchaba decir aquello sobre el café, respondiendo a su pregunta de si era un sabor agradable.
En cuanto escuchó la oferta de que le iba a haber ofrecido, la chica negó con la cabeza, e hizo un gesto también de negación con una de las manos, después riéndose al ver que había parecido demasiado apurada por responder que no a aquello. - Para ti todo. - Le sacó un poco la lengua.
Y como el egipcio supuso que a alguien le causaría risa verlo en esa estampa, a Rang le hizo gracia ver a Adnan hacer aquello, y se cubrió un poquito la boca con una de las manos mientras evitaba reírse, al menos, hasta que notó la mirada de él que ya no pudo evitar reírse. - Te ves un poquito gracioso... pero a mi me gustas mucho, así que no pasa nada. - Suspiró un poquito con intención de dejar de reir y le sonrió.
El chico pareció dejar aquello a parte y habló, haciendo que la chica, mientras se terminaba el té tranquilamente, le mirase.
Se mordió el labio inferior, quedándose por un ratito pequeño pensativa. Eran muchas opciones y para ella cualquiera era válida, se entretendría de cualquier forma mientras estuviese con Adnan. Cuando terminó la bebida dejó la taza en su sitio y decidió finalmente decantarse por aquella última opción. - ¿Que tal si me llevas a esa librería que dices? Quizás encuentre algún libro interesante o útil para alguna de las carreras, o alguno sobre pociones que nos ayudase a ambos en la asignatura. - Sonrió y se quedó mirándole, esperando una respuesta.
Suspiró de nuevo y desvió la mirada a la taza de té para darle un nuevo trago, disfrutando del sabor y aroma de la bebida, de la calidez que desprendía el mismo líquido y del calor que estaba sintiendo en las manos al sostener aquello.
Adnan habló y la coreana alzó la vista para mirarle mientras le escuchaba decir aquello sobre el café, respondiendo a su pregunta de si era un sabor agradable.
En cuanto escuchó la oferta de que le iba a haber ofrecido, la chica negó con la cabeza, e hizo un gesto también de negación con una de las manos, después riéndose al ver que había parecido demasiado apurada por responder que no a aquello. - Para ti todo. - Le sacó un poco la lengua.
Y como el egipcio supuso que a alguien le causaría risa verlo en esa estampa, a Rang le hizo gracia ver a Adnan hacer aquello, y se cubrió un poquito la boca con una de las manos mientras evitaba reírse, al menos, hasta que notó la mirada de él que ya no pudo evitar reírse. - Te ves un poquito gracioso... pero a mi me gustas mucho, así que no pasa nada. - Suspiró un poquito con intención de dejar de reir y le sonrió.
El chico pareció dejar aquello a parte y habló, haciendo que la chica, mientras se terminaba el té tranquilamente, le mirase.
Se mordió el labio inferior, quedándose por un ratito pequeño pensativa. Eran muchas opciones y para ella cualquiera era válida, se entretendría de cualquier forma mientras estuviese con Adnan. Cuando terminó la bebida dejó la taza en su sitio y decidió finalmente decantarse por aquella última opción. - ¿Que tal si me llevas a esa librería que dices? Quizás encuentre algún libro interesante o útil para alguna de las carreras, o alguno sobre pociones que nos ayudase a ambos en la asignatura. - Sonrió y se quedó mirándole, esperando una respuesta.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Hoy es un día especial
-Bueno, piensa que ahora estás aquí, conmigo. A mí me gusta estar aquí por primera vez y que sea contigo, así lo disfruto más, seguro – en gran parte ese comentario era para animarla a ella, estaba claro, pero tenía parte de cierto, sobre todo porque si no hubiera sido con ella en cuanto hubiera visto aquella taza se habría puesto en pie e ido sin pagar.
Y como gesto de aceptación dio otro trago al café, si era todo para él así sería, lo tomaría entero y con gusto, a él si que le gustaba, además, no iba a obligar a ella a hacer algo que no le agradaba o apetecía, como era beber alcohol.
-Ya bueno, lo suponía… de todas formas esto lo haré pocas veces así que mírame mucho y quédate con la imagen mental – bromeó, llega a ser otra persona y se lo hubiera tomado bastante a mal, pero de ella no iba a sentirse ofendido, seguro que lo decía con buenas intenciones o al menos sin ganas de joder.
La dejó pensar y valorar las diferentes opciones que él mismo le había dado sobre a donde ir, su favorita, sin lugar a dudas, era la que incluía dar un paseo a solas por el parque, porque ahí podría abrazarla en cualquier rincón y colmarla a besos, pero ella había escogido ir a la librería, y eso tampoco estaba mal, sabía cuánto podría gustarle un libro y aunque su presupuesto se hubiera evaporado con el regalo ya comprado, el té y la futura comida… pues ella si que podría comprarse algo como auto regalo de cumpleaños.
-La librería me parece un lugar perfecto – se terminó él también le café. Seguramente a la tetera que la chica tenía delante aún le quedaba un poco de líquido, pero aquello no lo preocupaba realmente, ya habían tomado lo suficiente (sobre todo él) y ahora tocaba seguir con el plan, además si bebían más de la cuenta no tendrían ganas de comer pronto, y aunque el egipcio ya se había acostumbrado a los horarios de esa zona del mundo no sabía si ella, que solía esperar a última hora para no cruzarse con todo el mundo, tendría apetito a las ocho… -podemos ir ya.
Se levantó rápidamente retiró la silla de ella y le dio un beso en la frente, dejándola ahí plantada mientras fue a la zona de cobros para pagar él por completo aquello, aunque ella se acercó por detrás con intención de ayudar él ya había sacado el dinero y soltó un “ahora vemos fuera quien paga que, no te preocupes”. Y con eso, la cuenta saldada y todo la cogió de la mano y salió paseando tranquilo, con la capa sobre los hombros pero sin abrochar aún.
-[color=NavyBlue]No tienes que preocuparte por nada, boba, hoy invito yo.
Con un suave beso la guió hasta la puerta de la librería se notaba vieja y no destacaba mucho, además los estudiantes no iban mucho, no eran una librería orientada a ellos, había de todo. Cuando abrió la puerta la chica se puso encontrar con un gran espacio abierto lleno de estanterías, seguramente el lugar estaba encantando pues desde fuera se veía más pequeño… y entre las estanterías podías encontrar de todo, incluso, si rebuscabas mucho, zonas muy desordenadas.
Y como gesto de aceptación dio otro trago al café, si era todo para él así sería, lo tomaría entero y con gusto, a él si que le gustaba, además, no iba a obligar a ella a hacer algo que no le agradaba o apetecía, como era beber alcohol.
-Ya bueno, lo suponía… de todas formas esto lo haré pocas veces así que mírame mucho y quédate con la imagen mental – bromeó, llega a ser otra persona y se lo hubiera tomado bastante a mal, pero de ella no iba a sentirse ofendido, seguro que lo decía con buenas intenciones o al menos sin ganas de joder.
La dejó pensar y valorar las diferentes opciones que él mismo le había dado sobre a donde ir, su favorita, sin lugar a dudas, era la que incluía dar un paseo a solas por el parque, porque ahí podría abrazarla en cualquier rincón y colmarla a besos, pero ella había escogido ir a la librería, y eso tampoco estaba mal, sabía cuánto podría gustarle un libro y aunque su presupuesto se hubiera evaporado con el regalo ya comprado, el té y la futura comida… pues ella si que podría comprarse algo como auto regalo de cumpleaños.
-La librería me parece un lugar perfecto – se terminó él también le café. Seguramente a la tetera que la chica tenía delante aún le quedaba un poco de líquido, pero aquello no lo preocupaba realmente, ya habían tomado lo suficiente (sobre todo él) y ahora tocaba seguir con el plan, además si bebían más de la cuenta no tendrían ganas de comer pronto, y aunque el egipcio ya se había acostumbrado a los horarios de esa zona del mundo no sabía si ella, que solía esperar a última hora para no cruzarse con todo el mundo, tendría apetito a las ocho… -podemos ir ya.
Se levantó rápidamente retiró la silla de ella y le dio un beso en la frente, dejándola ahí plantada mientras fue a la zona de cobros para pagar él por completo aquello, aunque ella se acercó por detrás con intención de ayudar él ya había sacado el dinero y soltó un “ahora vemos fuera quien paga que, no te preocupes”. Y con eso, la cuenta saldada y todo la cogió de la mano y salió paseando tranquilo, con la capa sobre los hombros pero sin abrochar aún.
-[color=NavyBlue]No tienes que preocuparte por nada, boba, hoy invito yo.
Con un suave beso la guió hasta la puerta de la librería se notaba vieja y no destacaba mucho, además los estudiantes no iban mucho, no eran una librería orientada a ellos, había de todo. Cuando abrió la puerta la chica se puso encontrar con un gran espacio abierto lleno de estanterías, seguramente el lugar estaba encantando pues desde fuera se veía más pequeño… y entre las estanterías podías encontrar de todo, incluso, si rebuscabas mucho, zonas muy desordenadas.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Hoy es un día especial
Suspiró dichosa, estando con su chico, con la persona que más quería, en un lugar al que llevaba años queriendo ir. Y ahí estaba, con él, compartiendo aquella nueva experiencia que además lo era para ambos. Asintió a lo que decía, apoyando sus palabras antes de seguir tranquilamente con la velada en la tetería.
Hizo aquello que el egipcio le dijo, guardo aquella imagen de un Yesenes recatado, con buenos modales disfrutando de un café en una taza muy pastelosa, sonriendo, sonriéndole a ella. Era casi como si fuese un sueño tonto de niña pequeña. Le sacó un poquito la lengua y después escuchó las opciones para ver que hacían, eligió, realmente habiendo dudado un poquito entre dos de todas las opciones, y terminaron por moverse.
Se había quejado al ver que Adnan iba a pagarlo todo, pero con un poco de palabrería la convenció de que ya después verían quien pagaría qué.
Fuera, la coreana se abrazó al chico y le miró de reojo, aprovechando también un poquito para cubrirse un poco los hombros que llevaba totalmente descubiertos con la misma capa de Adnan que, además, la llevaba sin abrochar y facilitaba la intención de la chica. No iba a quedarse sin quejarse, y aprovechó el momento en el que estaban caminando, paseando de forma tanquila en dirección a la librería, para hacerlo. - No quiero que estés pagándolo tú todo, bobo. - Puso morritos y le miró de soslayo, tratando de parecer enfadada.
Una vez llegaron por fin a la puerta de dicho lugar, a Rang se le iluminaron los ojos, pero más aún en el momento en el que cruzaron aquella pobre puerta medio destartalada. La chica enseguida se alejó un poquito de Adnan, girándose a mirarlo, y haciéndole un gestito de que enseguida estaba con él, se puso a caminar enseguida hacia la sección que parecía más antigua, probablemente más valiosa en temas de conocimiento y menos valorada por los jóvenes de hoy en día.
No tardó mucho en salir de vuelta en busca de Adnan con un par de tomos de una buena cantidad de páginas, y se acercó a Adnan para mostrárselos. - ¡Mira! Llevo buscando este libro muchísimo tiempo. - Le dijo mientras enseñaba el que estaba encima del otro fasciculo. Trataba sobre animales complicados de encontrar, aquellos que eran a parte de complicados de ver, muy peligrosos. Infinidades de datos sobre los mismos, información, datos curiosos... una gran infinidad de información. El otro también se lo enseñó, este trataba sobre pociones, y creyó que sería muy útil para las clases.
- Me quedo con los dos. - Dijo totalmente segura de ello, pegando los tomos a su pecho, abrazando los libros. Se mordió un poco la boquita y después se quedó mirando alrededor, sonriendo al dependiente, un anciano, que le indicó que podía dejarlos junto a él para después pagarlos, que si quería mirar más lo hiciera tranquila.
Los dejó a buen recaudo y volvió junto a Adnan. - Vamos, ¡miremos alguno mas a ver si nos interesa o algo! Y esta vez se compre lo que se compre, pago yo. - dijo poniendo morritos, segura y confiada por lo que acababa de decir ella misma.
Hizo aquello que el egipcio le dijo, guardo aquella imagen de un Yesenes recatado, con buenos modales disfrutando de un café en una taza muy pastelosa, sonriendo, sonriéndole a ella. Era casi como si fuese un sueño tonto de niña pequeña. Le sacó un poquito la lengua y después escuchó las opciones para ver que hacían, eligió, realmente habiendo dudado un poquito entre dos de todas las opciones, y terminaron por moverse.
Se había quejado al ver que Adnan iba a pagarlo todo, pero con un poco de palabrería la convenció de que ya después verían quien pagaría qué.
Fuera, la coreana se abrazó al chico y le miró de reojo, aprovechando también un poquito para cubrirse un poco los hombros que llevaba totalmente descubiertos con la misma capa de Adnan que, además, la llevaba sin abrochar y facilitaba la intención de la chica. No iba a quedarse sin quejarse, y aprovechó el momento en el que estaban caminando, paseando de forma tanquila en dirección a la librería, para hacerlo. - No quiero que estés pagándolo tú todo, bobo. - Puso morritos y le miró de soslayo, tratando de parecer enfadada.
Una vez llegaron por fin a la puerta de dicho lugar, a Rang se le iluminaron los ojos, pero más aún en el momento en el que cruzaron aquella pobre puerta medio destartalada. La chica enseguida se alejó un poquito de Adnan, girándose a mirarlo, y haciéndole un gestito de que enseguida estaba con él, se puso a caminar enseguida hacia la sección que parecía más antigua, probablemente más valiosa en temas de conocimiento y menos valorada por los jóvenes de hoy en día.
No tardó mucho en salir de vuelta en busca de Adnan con un par de tomos de una buena cantidad de páginas, y se acercó a Adnan para mostrárselos. - ¡Mira! Llevo buscando este libro muchísimo tiempo. - Le dijo mientras enseñaba el que estaba encima del otro fasciculo. Trataba sobre animales complicados de encontrar, aquellos que eran a parte de complicados de ver, muy peligrosos. Infinidades de datos sobre los mismos, información, datos curiosos... una gran infinidad de información. El otro también se lo enseñó, este trataba sobre pociones, y creyó que sería muy útil para las clases.
- Me quedo con los dos. - Dijo totalmente segura de ello, pegando los tomos a su pecho, abrazando los libros. Se mordió un poco la boquita y después se quedó mirando alrededor, sonriendo al dependiente, un anciano, que le indicó que podía dejarlos junto a él para después pagarlos, que si quería mirar más lo hiciera tranquila.
Los dejó a buen recaudo y volvió junto a Adnan. - Vamos, ¡miremos alguno mas a ver si nos interesa o algo! Y esta vez se compre lo que se compre, pago yo. - dijo poniendo morritos, segura y confiada por lo que acababa de decir ella misma.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Hoy es un día especial
Al verla de aquella forma, en cuanto entraron en la librería, supuso que había acertado totalmente al proponerle ese lugar. Ella parecía haber encontrado la mayor tienda de chucherías del mundo, feliz, la vio alejarse casi corriendo, como si fuera una niña en busca de su golosina favorita. Le alegraba conocerla hasta el punto de saber que aquel lugar le parecía mágico, y nunca mejor dicho.
Él se quedó cerca de la entrada, el hombre mayor que rentaba el lugar le miró sonriendo, vete a saber que estaba pensando, pero claro, a un buen librero siempre le gustaría ver a un par de jóvenes interesados en su tienda, era buena señal ¿no? Y a Adnan probablemente lo conocería aquella tienda era genial para buscar libros que contenían alguna receta antiquísima y muy rara que nadie se molestó en meter en libros más importantes.
-Me alegro que lo encontrases aquí, supuse que te gustaría el lugar, y al estar tan escondido no lo habrías visto… a la gente le suele pasar inadvertido a pesar de ser de los mejores locales de Hogsmeade.
Por un momento le cogió ambos libros, ojeándolos un poco por encima, el de los animales se veía muy viejo pero bien conservado, el otro era ligeramente más reciente pero tampoco muy conocido. Ejemplares que no podrían encontrar en la biblioteca o al menos no sin una lista de espera de tres meses. Se los devolvió y vio como los abrazaba, feliz.
- Si, vamos a mirar más, que entraste como si los libros te hubiera llamado a voces – el chico dijo aquello riendo un poco, realmente le sorprendió lo rápido que había encontrado aquello teniendo en cuenta el poco orden que había allí dentro, al menos en la mitad de los estantes era así – mira, fuiste directa a la zona didáctica, también hay muchos libros de entretenimiento, novelas e historias ¿de esos no te gustan? Yo pensé que podrías relajarte un poco de los estudios y leer un poquito de literatura – era como pedir un imposible pero quien sabe, quizás a la chica por una vez en la vida le interesaba dejar un poquito de lado los estudios y relajarse con algo más llevadero – mira este – sacó uno cualquiera del montón en el que se había parado a mirar, le gustó porque la ilustración de la portada era el mar abierto, una oleada y un barco intentando no hundirse (animada, por supuesto) el título era ilegible casi, se veía muy viejo y gastado pero al abrirlo el libro seguía perfecto, posiblemente había sido restaurado - quizás… te pueda interesar algo así, seguro que salen krakens y tritones o algo así.
Él se quedó cerca de la entrada, el hombre mayor que rentaba el lugar le miró sonriendo, vete a saber que estaba pensando, pero claro, a un buen librero siempre le gustaría ver a un par de jóvenes interesados en su tienda, era buena señal ¿no? Y a Adnan probablemente lo conocería aquella tienda era genial para buscar libros que contenían alguna receta antiquísima y muy rara que nadie se molestó en meter en libros más importantes.
-Me alegro que lo encontrases aquí, supuse que te gustaría el lugar, y al estar tan escondido no lo habrías visto… a la gente le suele pasar inadvertido a pesar de ser de los mejores locales de Hogsmeade.
Por un momento le cogió ambos libros, ojeándolos un poco por encima, el de los animales se veía muy viejo pero bien conservado, el otro era ligeramente más reciente pero tampoco muy conocido. Ejemplares que no podrían encontrar en la biblioteca o al menos no sin una lista de espera de tres meses. Se los devolvió y vio como los abrazaba, feliz.
- Si, vamos a mirar más, que entraste como si los libros te hubiera llamado a voces – el chico dijo aquello riendo un poco, realmente le sorprendió lo rápido que había encontrado aquello teniendo en cuenta el poco orden que había allí dentro, al menos en la mitad de los estantes era así – mira, fuiste directa a la zona didáctica, también hay muchos libros de entretenimiento, novelas e historias ¿de esos no te gustan? Yo pensé que podrías relajarte un poco de los estudios y leer un poquito de literatura – era como pedir un imposible pero quien sabe, quizás a la chica por una vez en la vida le interesaba dejar un poquito de lado los estudios y relajarse con algo más llevadero – mira este – sacó uno cualquiera del montón en el que se había parado a mirar, le gustó porque la ilustración de la portada era el mar abierto, una oleada y un barco intentando no hundirse (animada, por supuesto) el título era ilegible casi, se veía muy viejo y gastado pero al abrirlo el libro seguía perfecto, posiblemente había sido restaurado - quizás… te pueda interesar algo así, seguro que salen krakens y tritones o algo así.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Hoy es un día especial
Suspiró de forma algo bobita al escuchar como el propio Adnan parecía feliz por la reciente adquisición de la coreana, por mucho que no tuviese demasiado que ver con él, al menos, uno de los tomos que iba a comprarse.
- La gente es muy boba... esta tienda... es el ejemplo perfecto para decir que no se debe juzgar a un libro por su portada. - Se rió un poquito por lo dicho. La verdad es que esa tienda incluso le parecía infinitas veces más interesante que a la que le mandaban siempre a comprar los libros, desde Hogwarts hasta ese mismo año que había empezado la universidad. Estaba totalmente segura de que volvería a ir allí muchas veces, buscando nuevos libros e interesantes, y probablemente si en alguna de esas visitas a aquél nuevo paraíso que acababa de mostrarle Adnan, iba sola, le pediría consejo al anciano encargado de aquella librería. - Muchas gracias por traerme a un sitio tan genial, Adny.
Tras darle las gracias por eso mismo, caminaron juntos por la tienda, siguiendo prácticamente ella a él, escuchando lo que le tenía que decir, mirando un poquito por encima el libro que Adnan acababa de ofrecerle de comprarse para leer. Al parecer quería que se entretuviera no solo con cosas que el servirían como estudio, sino también con algún cuento o historia.
Se mordió la boquita, negando con la cabeza. Aquél libro que el egipcio le había enseñado no le gustó mucho, y una idea, de pronto, se le fue a la cabeza, pero dudó mucho, por un ratito al menos, de si preguntar a Adnan aquello que se le había ocurrido, pasado por la cabeza.
- O-oye... No sabrás de algún libro que cuente historias de algo... sucedido en Egipto, ¿no? - Aquello era un modo de decir, indirectamente, que quería saber más cosas sobre Adnan, sobre el país del que en parte provenía, y de donde sabía que se había criado por un buen tiempo de su infancia. Donde ella misma había tenido que ir en el verano a buscarle, preocupada.
Bajó un poquito la vista, con las mejillas ligeramente sonrojadas, jugando con sus propias manos entre ellas.
- La gente es muy boba... esta tienda... es el ejemplo perfecto para decir que no se debe juzgar a un libro por su portada. - Se rió un poquito por lo dicho. La verdad es que esa tienda incluso le parecía infinitas veces más interesante que a la que le mandaban siempre a comprar los libros, desde Hogwarts hasta ese mismo año que había empezado la universidad. Estaba totalmente segura de que volvería a ir allí muchas veces, buscando nuevos libros e interesantes, y probablemente si en alguna de esas visitas a aquél nuevo paraíso que acababa de mostrarle Adnan, iba sola, le pediría consejo al anciano encargado de aquella librería. - Muchas gracias por traerme a un sitio tan genial, Adny.
Tras darle las gracias por eso mismo, caminaron juntos por la tienda, siguiendo prácticamente ella a él, escuchando lo que le tenía que decir, mirando un poquito por encima el libro que Adnan acababa de ofrecerle de comprarse para leer. Al parecer quería que se entretuviera no solo con cosas que el servirían como estudio, sino también con algún cuento o historia.
Se mordió la boquita, negando con la cabeza. Aquél libro que el egipcio le había enseñado no le gustó mucho, y una idea, de pronto, se le fue a la cabeza, pero dudó mucho, por un ratito al menos, de si preguntar a Adnan aquello que se le había ocurrido, pasado por la cabeza.
- O-oye... No sabrás de algún libro que cuente historias de algo... sucedido en Egipto, ¿no? - Aquello era un modo de decir, indirectamente, que quería saber más cosas sobre Adnan, sobre el país del que en parte provenía, y de donde sabía que se había criado por un buen tiempo de su infancia. Donde ella misma había tenido que ir en el verano a buscarle, preocupada.
Bajó un poquito la vista, con las mejillas ligeramente sonrojadas, jugando con sus propias manos entre ellas.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Hoy es un día especial
Sonrió abiertamente por su agradecimiento y negó con la cabeza.
- No tienes que agradecer nada, estaba seguro de que este sitio te gustaría, tan solo tardé un poco en mostrártelo porque hemos estado un poco ajetreados últimamente – y era cierto, durante el verano les pillaba muy lejos y desde que comenzó al facultad apenas habían tenido tiempo para nada, de ser de otra forma la habría llevado allí hacía ya mucho tiempo, estaba claro.
Por supuesto, de nuevo, pudo leer en su chica lo que estaba pensando, aquel libro no le agradó. Él se lo ofreció porque sí, sin pensar ni saber siquiera su contenido, pero le hizo gracia que intentara negarse sin llegar a hacerlo en realidad. Después, al oír su pregunta, ladeó un poquito el gesto, lo justo para dar a entender que estaba pensando. ¿Sobre Egipto? Había mil y una opciones, miró por encima en la estantería y suspiró.
- Si, claro que sé de muchos libros que traten de mi país – Adnan no era un árabe orgulloso, no le gustaban las tradiciones del lugar, ni siquiera le gustaba mucho el lugar en sí, pero había que admitir que siempre había sentido mucha curiosidad por mil y una cosa y había leído y releído libros de historia, libros fantásticos e incluso revistas antiguas para conocer la fase más actual e histórica del país. Era un hombre curioso y con mucho tiempo libre, hasta hacía poco - ¿Qué te interesaría más?... ¿sabes que la civilización egipcia es una de las que tiene la historia más antigua? Los primeros magos tenían dioses muy curiosos… seguro que ese tipo de libros te gustan, los que narran con se vivía en la antigüedad, yo una vez leí uno que… – de pronto se sintió avergonzado ¿de verdad era él? Ni se creía que pudiera apasionarse así hablando de algo que surgía de su país. Negó con la cabeza enérgicamente - perdón, creo que me emocioné demasiado o algo, mira, yo te doy tres o cuatro libros distintos y los ojeas aquí. Así decides cual se te hace más interesante y si quieres ese te lo regalo yo.
Y no había más que hablar, se alejó de ella, cogió un libro de la zona y tras dar una vuelta por la librería volvió allí con el primero de narrativa fantástica, el segundo era literatura histórica. El tercero que portaba era la historia de egipcio, historia literalmente hablando algo más denso y seguramente aburrido, y el último era una crónica actual de la situación del país. Ahí seguro que salía el nombre de su familia.
- No tienes que agradecer nada, estaba seguro de que este sitio te gustaría, tan solo tardé un poco en mostrártelo porque hemos estado un poco ajetreados últimamente – y era cierto, durante el verano les pillaba muy lejos y desde que comenzó al facultad apenas habían tenido tiempo para nada, de ser de otra forma la habría llevado allí hacía ya mucho tiempo, estaba claro.
Por supuesto, de nuevo, pudo leer en su chica lo que estaba pensando, aquel libro no le agradó. Él se lo ofreció porque sí, sin pensar ni saber siquiera su contenido, pero le hizo gracia que intentara negarse sin llegar a hacerlo en realidad. Después, al oír su pregunta, ladeó un poquito el gesto, lo justo para dar a entender que estaba pensando. ¿Sobre Egipto? Había mil y una opciones, miró por encima en la estantería y suspiró.
- Si, claro que sé de muchos libros que traten de mi país – Adnan no era un árabe orgulloso, no le gustaban las tradiciones del lugar, ni siquiera le gustaba mucho el lugar en sí, pero había que admitir que siempre había sentido mucha curiosidad por mil y una cosa y había leído y releído libros de historia, libros fantásticos e incluso revistas antiguas para conocer la fase más actual e histórica del país. Era un hombre curioso y con mucho tiempo libre, hasta hacía poco - ¿Qué te interesaría más?... ¿sabes que la civilización egipcia es una de las que tiene la historia más antigua? Los primeros magos tenían dioses muy curiosos… seguro que ese tipo de libros te gustan, los que narran con se vivía en la antigüedad, yo una vez leí uno que… – de pronto se sintió avergonzado ¿de verdad era él? Ni se creía que pudiera apasionarse así hablando de algo que surgía de su país. Negó con la cabeza enérgicamente - perdón, creo que me emocioné demasiado o algo, mira, yo te doy tres o cuatro libros distintos y los ojeas aquí. Así decides cual se te hace más interesante y si quieres ese te lo regalo yo.
Y no había más que hablar, se alejó de ella, cogió un libro de la zona y tras dar una vuelta por la librería volvió allí con el primero de narrativa fantástica, el segundo era literatura histórica. El tercero que portaba era la historia de egipcio, historia literalmente hablando algo más denso y seguramente aburrido, y el último era una crónica actual de la situación del país. Ahí seguro que salía el nombre de su familia.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Hoy es un día especial
Sonrió agradecida en el momento en el que el chico le dijo que si, que sabía de unos cuantos libros que podrían ser para lo que ella quería, para saber algo más, pero algo que fuera lectura por diversión – aunque para ella siempre solía ser divertida toda lectura – y no para con el fin de estudio como siempre solía ser.
Se puso a escucharle hablar con una muy amplia sonrisa, viéndole y escuchándole disfrutar de aquello que estaba contándole, escuchando como hablaba sobre historias y cosas que él mismo había leído en algún momento de su vida. Pero cuando el chico cambió de actitud de forma tan brusca, disculpándose como si hubiese estado haciendo algo malo, Park puso morritos y le miró con el ceño ligeramente fruncido. - Adnan, no seas bobo... es bonito que te pongas a hablar así de algo que no sean las pociones... - Le dijo y suspiró, apenas habiendo susurrado aquellas últimas palabras ya que el chico ya se había alejado diciéndole que le buscaría unos libros y que ya ella se pusiera a ojearlos para ver cual se decidía por comprar.
Le habría gustado decirle antes de que se alejase con aquél cambio, que le gustaría leer aquél último que mencionó, que acertó diciendo que podría gustarle, pero el egipcio ya estaba algo alejado buscando.
Puso morritos cuando el chico volvió a ella con aquellos libros. Park se quedó ojeandolos sin moverse del sitio, apenas aprovechando a ver las portadas y los grosores de los libros, a parte, de terminando por mirar con un poquitín de mala cara a su novio. Era tonto. A ella le gustaba saber cosas de él, quería que confiase en ella y le contase cosas que quizás nadie más supiera... quería saberlo todo de Adnan, todo en el mayor grado posible.
- No quiero ninguno de esos... - Le dijo medio quejándose aún con el pucherito en los labios. - Yo... quiero poder leer un libro sobre ese que tú mismo has mencionado. Ese de los dioses que eran venerados por los mago antiguos...
Se puso a escucharle hablar con una muy amplia sonrisa, viéndole y escuchándole disfrutar de aquello que estaba contándole, escuchando como hablaba sobre historias y cosas que él mismo había leído en algún momento de su vida. Pero cuando el chico cambió de actitud de forma tan brusca, disculpándose como si hubiese estado haciendo algo malo, Park puso morritos y le miró con el ceño ligeramente fruncido. - Adnan, no seas bobo... es bonito que te pongas a hablar así de algo que no sean las pociones... - Le dijo y suspiró, apenas habiendo susurrado aquellas últimas palabras ya que el chico ya se había alejado diciéndole que le buscaría unos libros y que ya ella se pusiera a ojearlos para ver cual se decidía por comprar.
Le habría gustado decirle antes de que se alejase con aquél cambio, que le gustaría leer aquél último que mencionó, que acertó diciendo que podría gustarle, pero el egipcio ya estaba algo alejado buscando.
Puso morritos cuando el chico volvió a ella con aquellos libros. Park se quedó ojeandolos sin moverse del sitio, apenas aprovechando a ver las portadas y los grosores de los libros, a parte, de terminando por mirar con un poquitín de mala cara a su novio. Era tonto. A ella le gustaba saber cosas de él, quería que confiase en ella y le contase cosas que quizás nadie más supiera... quería saberlo todo de Adnan, todo en el mayor grado posible.
- No quiero ninguno de esos... - Le dijo medio quejándose aún con el pucherito en los labios. - Yo... quiero poder leer un libro sobre ese que tú mismo has mencionado. Ese de los dioses que eran venerados por los mago antiguos...
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Hoy es un día especial
Claro que había oído aquello de que le gustaba que se pusiera hablar de manera emocionada de más cosas además que de libros… pero joder, no se sentía muy cómodo, la mayor parte de la cultura árabe solía repeler a la gente, las costumbres machistas (agresivas), lo atrasado de la sociedad y lo cerrado de mentes que solían ser. Su padre era como el estereotipo típico. Todo lo que Adnan quería no ser en un futuro, él, desde que tenía doce años, estaba prometido, con una prima o vete a saber que tipo de consanguineidad tenían, pero desde ese mismo momento había actuado para repeler a la chica y cuando le hubiera tocado casarse (el con dieciocho y ella con catorce años) él lo evadió de maneras que no vienen al caso, pero joder, prefería no hablar con Rang de su sociedad con orgullo ni con esas ansias ni nada, no quería que pensara que él estaba de acuerdo con todo eso o que era un hombre tradicional, tan solo le gustaban algunas cosas.
Para cuando volvió y le dio los libros vio como ella seguía con un gesto molesto, cosa que le hizo suspirar, negó todos y cada uno de ellos y por lo tanto el egipcio volvió a cogerlos como si fueran propios, dejándolos a un lado sin ordenar, en una mesa que les pillaba cerca.
-¿Solo aceptarás entonces mi libro? – se acercó a ella y la rodeó por la cintura, con mimo y cariño, no quería hacerla sentir mal ese día, el problema es que ese libro lo tenía en casa, en su habitación junto a otros tantos de la misma tipología, la vida en el antiguo Egipto era muy curiosa y tenía tanto libros de narrativa como algunos más históricos. No pensaba ir a recogerlos pero… -está bien, hoy no te los puedo dar, pero mañana te prometo que te los dejaré, y no solo uno. Así tendrás para leer por bastante tiempo ¿si?
Llegar hasta el punto de estar dispuesto a ir a su casa solo por ella era casi increíble, pero realmente sí que lo estaba. Quería tenerla feliz y al parecer se había enfadado un poquito con ella.
-¿Nos vamos ya? – miró la hora disimuladamente, casi eran las ocho, entre el rato que tardaron en salir, la tetería y eso se le había pasado muy rápido el tiempo. Aunque estaba claro que no había nada de malo en ello.
Para cuando volvió y le dio los libros vio como ella seguía con un gesto molesto, cosa que le hizo suspirar, negó todos y cada uno de ellos y por lo tanto el egipcio volvió a cogerlos como si fueran propios, dejándolos a un lado sin ordenar, en una mesa que les pillaba cerca.
-¿Solo aceptarás entonces mi libro? – se acercó a ella y la rodeó por la cintura, con mimo y cariño, no quería hacerla sentir mal ese día, el problema es que ese libro lo tenía en casa, en su habitación junto a otros tantos de la misma tipología, la vida en el antiguo Egipto era muy curiosa y tenía tanto libros de narrativa como algunos más históricos. No pensaba ir a recogerlos pero… -está bien, hoy no te los puedo dar, pero mañana te prometo que te los dejaré, y no solo uno. Así tendrás para leer por bastante tiempo ¿si?
Llegar hasta el punto de estar dispuesto a ir a su casa solo por ella era casi increíble, pero realmente sí que lo estaba. Quería tenerla feliz y al parecer se había enfadado un poquito con ella.
-¿Nos vamos ya? – miró la hora disimuladamente, casi eran las ocho, entre el rato que tardaron en salir, la tetería y eso se le había pasado muy rápido el tiempo. Aunque estaba claro que no había nada de malo en ello.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Hoy es un día especial
Se quedó mirando como Adnan se alejaba, volvía, ella rechazaba todos y cada uno de los libros, y ya después el chico pareció entender al menos un poco por qué ella había reaccionado así. Suspiró un poquito y al ver como dejaba los libros a un lado, vio su gesto, después mirándole fijamente a los ojos.
Sintió sus brazos rodearle por la cintura mientras, ella con un suave gesto de la cabeza asentía a su pregunta, indicándole que si, que lo que ella quería era leer aquél libro que el mismo Adnan había mencionado. Le sonó bastante interesante. Ella alguna vez había escuchado sobre ese tipo de cosas, ya que incluso en su país, se veneraba a algunos dioses y se les rezaba, e incluso en esos tiempos, aún había gente que lo hacía. Su abuela por ejemplo era una de esas personas que rezaban a los dioses tras subir al templo que se había construido para el mismo.
Sonrió ámpliamente cuando le escuchó decir aquello, y ella misma hizo que el abrazo se volviese más abrazo que solo con el gesto del egipcio. Le rodeó con ambos brazos, con fuerza, por el cuello, y se pegó por completo a él. - Si, está bien... - Musitó sin perder la sonrisa.- De todas formas... podemos mirar a ver si hay alguno aquí y así me lo compro. Seguro que me gustan mucho. - Le comentó y se separó un poquito de él tras darle un suave besito en el mentón.
Cuando le dijo de irse ya de allí, le hizo un gestito con las manos de que esperase, y salió rápidamente hacia una sección que había visto de refilón en el momento en el que llegaron a la tienda, pero por las prisas y emoción de buscar otros, ni siquiera se había parado a mirar.
En aquella zona se puso a mirar libros. Había de todas las culturas, historias, cuentos, recetas... y lo que quería, era alguna fábula o algo semejante sobre corea. La verdad era que había dejado un poquito de lado su cultura durante los últimos años, en los que se centró demasiado en los estudios y además de ello, estudiando fuera de su país. Conservaba los modales, los típicos tabúes de los países asiáticos, de corea, manías incluso... pero quería volver a leer algún cuento con alguna leyenda de su tierra, como cuando era pequeña.
Tras buscar un poquito, tardándose como mucho unos diez minutos en los que se quejó bastante por no encontrar rápido lo que buscaba, finalmente encontró uno que le gustó, recordando que lo había leído hacía años en una biblioteca que cerró.
Con una sonrisa de oreja a oreja fue a donde Adnan, haciéndole gestitos con las manos para que se acercase él también a la caja, y tras dejar aquél cuento junto a los otros dos libros, en el mostrador, giró a mirarle. - Yo por mi parte está listo, ¿tú quieres algo? - Sonriendo.
Sintió sus brazos rodearle por la cintura mientras, ella con un suave gesto de la cabeza asentía a su pregunta, indicándole que si, que lo que ella quería era leer aquél libro que el mismo Adnan había mencionado. Le sonó bastante interesante. Ella alguna vez había escuchado sobre ese tipo de cosas, ya que incluso en su país, se veneraba a algunos dioses y se les rezaba, e incluso en esos tiempos, aún había gente que lo hacía. Su abuela por ejemplo era una de esas personas que rezaban a los dioses tras subir al templo que se había construido para el mismo.
Sonrió ámpliamente cuando le escuchó decir aquello, y ella misma hizo que el abrazo se volviese más abrazo que solo con el gesto del egipcio. Le rodeó con ambos brazos, con fuerza, por el cuello, y se pegó por completo a él. - Si, está bien... - Musitó sin perder la sonrisa.- De todas formas... podemos mirar a ver si hay alguno aquí y así me lo compro. Seguro que me gustan mucho. - Le comentó y se separó un poquito de él tras darle un suave besito en el mentón.
Cuando le dijo de irse ya de allí, le hizo un gestito con las manos de que esperase, y salió rápidamente hacia una sección que había visto de refilón en el momento en el que llegaron a la tienda, pero por las prisas y emoción de buscar otros, ni siquiera se había parado a mirar.
En aquella zona se puso a mirar libros. Había de todas las culturas, historias, cuentos, recetas... y lo que quería, era alguna fábula o algo semejante sobre corea. La verdad era que había dejado un poquito de lado su cultura durante los últimos años, en los que se centró demasiado en los estudios y además de ello, estudiando fuera de su país. Conservaba los modales, los típicos tabúes de los países asiáticos, de corea, manías incluso... pero quería volver a leer algún cuento con alguna leyenda de su tierra, como cuando era pequeña.
Tras buscar un poquito, tardándose como mucho unos diez minutos en los que se quejó bastante por no encontrar rápido lo que buscaba, finalmente encontró uno que le gustó, recordando que lo había leído hacía años en una biblioteca que cerró.
Con una sonrisa de oreja a oreja fue a donde Adnan, haciéndole gestitos con las manos para que se acercase él también a la caja, y tras dejar aquél cuento junto a los otros dos libros, en el mostrador, giró a mirarle. - Yo por mi parte está listo, ¿tú quieres algo? - Sonriendo.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Hoy es un día especial
La vio volver a alejarse camino a otra estantería de libros de otra sección, de verdad, esa chica en una librería podría pasarse horas y más horas y no querer irse, al menos ya sabía un lugar al que llevarla cuando salieran a simplemente dar un paseo, sabían dónde estaba y les gustaba a ambos, siempre era bueno saber de más lugares así (no como la tetería, demasiado rosa, ahí entraría las menos veces posibles).
Despacio se acercó a ella y se quedó mirándole desde lejos pero no tanto como para no ver que buscaba afanosa. Tardó un poquito, seguramente no veía nada que le interesara, sabía que aquello era un poco desordenado pero seguramente, fuera lo que fuera, podrían encontrarlo en ese momento o pedirlo para que otro día estuviera aquí y así lo pudiera comprar más adelante.
Cuando al fin vio como se había quedado satisfecha con la compra fue con ella hacía la caja y negó un poquito con la cabeza, viendo la compra que ella haría. Por suerte llevaba su mochila y con el conjuro para hacer las cosas muy pequeñas aquello apenas ocuparía lugar, porque esos libros (sobre todo el que trataba de animales) eran enormes y para lo que él quería hacer aún podría quedar un poco raro o incómodo más bien.
- No, yo no necesito nada, no te preocupes. Solo quería enseñarte el lugar – le dijo aquello muy bajito y se quedó un poco apartada mientras ella hacía los tramites, hasta que tuvo el libro comprado, entonces, tras guardarlos todos de manera cómoda, el muchacho cogió de la mano a su novia y la guió fuera, mirando por un segundo a todas partes para pensar en el camino más corto hacía el restaurante.
Una vez tuvo la idea de cómo llegar pasó una mano sobre su hombro, logrando así que quedara medianamente cubierta por la capa y a la vez por él.
- ¿De qué es el último libro que has comprado? No me diste tiempo a mirarlo ahí dentro… – lo dijo a modo de reproche aunque realmente no eran tan así - ahora vamos ya al restaurante, casi es la hora y no sé como harán ahí con las reservas si se atrasan – se encogió de hombros y se quedó mirando a su chica, sonriendo - ¿te está gustando la cita? –lo dijo con picardía, solo por incidir un poco en el tema de que él le había invitado a salir, porque sabía que eso la haría sonreír, un poquito más a ser posible.
Despacio se acercó a ella y se quedó mirándole desde lejos pero no tanto como para no ver que buscaba afanosa. Tardó un poquito, seguramente no veía nada que le interesara, sabía que aquello era un poco desordenado pero seguramente, fuera lo que fuera, podrían encontrarlo en ese momento o pedirlo para que otro día estuviera aquí y así lo pudiera comprar más adelante.
Cuando al fin vio como se había quedado satisfecha con la compra fue con ella hacía la caja y negó un poquito con la cabeza, viendo la compra que ella haría. Por suerte llevaba su mochila y con el conjuro para hacer las cosas muy pequeñas aquello apenas ocuparía lugar, porque esos libros (sobre todo el que trataba de animales) eran enormes y para lo que él quería hacer aún podría quedar un poco raro o incómodo más bien.
- No, yo no necesito nada, no te preocupes. Solo quería enseñarte el lugar – le dijo aquello muy bajito y se quedó un poco apartada mientras ella hacía los tramites, hasta que tuvo el libro comprado, entonces, tras guardarlos todos de manera cómoda, el muchacho cogió de la mano a su novia y la guió fuera, mirando por un segundo a todas partes para pensar en el camino más corto hacía el restaurante.
Una vez tuvo la idea de cómo llegar pasó una mano sobre su hombro, logrando así que quedara medianamente cubierta por la capa y a la vez por él.
- ¿De qué es el último libro que has comprado? No me diste tiempo a mirarlo ahí dentro… – lo dijo a modo de reproche aunque realmente no eran tan así - ahora vamos ya al restaurante, casi es la hora y no sé como harán ahí con las reservas si se atrasan – se encogió de hombros y se quedó mirando a su chica, sonriendo - ¿te está gustando la cita? –lo dijo con picardía, solo por incidir un poco en el tema de que él le había invitado a salir, porque sabía que eso la haría sonreír, un poquito más a ser posible.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
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