Hoy es un día especial

Asintió a que Adnan no necesitase nada y con una amplísima sonrisa pagó todo, los tres volúmenes que acababa de adquirir, que por mucho que estuvieran usados, se conservaban lo suficientemente bien como para que fueran usados con mucho trote, tal y como ella probablemente los usaría, mucho, bastante, quizás demasiado si llegaban a apasionarle o gustarle.

Redujo los libros y les quitó el peso con un par de sencillos hechizos, y los guardó en la mochila, se despidió del tendero, asegurándole que volvería y salió junto con Yesenes, dados de la mano, de camino a seguir el plan que el egipcio tenía ya planeado para ese día que ella ni recordaba.

Sonrió al sentir como el amarre cambió y terminó por tener una mano y de paso también la capa, cubriéndole ambos hombros. Era agradable, poder caminar junto a él y que además le arropase un poquito para que no cogiese frío. Miró a Adnan en un par de ocasiones, poniendo cara de boba incluso pero dándose cuenta en el momento para dejar de poner esa cara tan boba y volver a mirar al frente, mirando el lugar por el que caminaban.

Al escucharle hablar se rió un poquito, la verdad es que había sido todo un tanto rápido. - Es una leyenda, un cuento. - Le miró de reojo y suspiró. - Te lo dejaré para que lo leas. Es una historia gwishin de corea, por explicártelo de alguna forma. - Rió un poquito al darse cuenta de que dijo la palabra clave en coreano y negó un poquito con la cabeza. - Fantasmas, criaturas coreanas. - Le sacó la lengua y suspiró. Aprovecharía el caminito que tenían que recorrer hacia el restaurante para explicarle un poquitín aquello, para hacerle un resumen.

Le miró un momentito y al ver que su chico parecía esperar una explicación, sonrió feliz, empezando a dársela. - Gumiho es una zorra de 9 colas, una criatura legendaria que tiene sus orígenes en los antiguos mitos chinos. Aunque hay distintas versiones de esta figura en cuentos de China y Japón, cada uno con ligeras diferencias. Son conocidas por disfrazarse de bellas mujeres en el mundo humano y engatusar a los hombres, aunque a veces también pueden ser hombres. - Hizo una pausita, se estaba empezando a enrollar. - La gumiho coreana es, la mayoría de las veces, una figura maligna, carnívora que se alimenta de carne humana. - Dijo aquello tratando de poner voz grabe como de película de miedo, pero le dio la risa y negó con la cabeza para dejar de hacer el bobo y hablar normal.
- La Gumiho si se comporta bien, subirá a los cielos para colocarse en el palacio del Gran Emperador de Jade, que gobierna el cielo. Hay muchas historias sobre ella que son de terror, pero esta que yo compré trata de una Gumiho torturada, con un alma amable, que desea ser humana y salva la vida de los hombres. Si una gumiho se enamora y se casa con un hombre y consigue vivir 100 días sin ser atrapada, se convertirá en humana para poder vivir el resto de su vida con él.

Tras decir aquello suspiró un poquito y dejó de mirar al egipcio que prácticamente le había estado conduciendo al lugar al que practicamente ya estaban llegando, el restaurante al que Adnan iba a llevarla a cenar.

Se rió un poquito con el comentario que hizo el egipcio y asintió con la cabeza, explicándole un poco por encima que las leyendas con relación de cosas de terror eran bastante famosillas por darle un nombre, por esos países que ya había comentado.

Miró la puerta del lugar, abriendo mucho los ojos, quedándose ojiplática. ¿Realmente Adnan le acababa de llevar ahí? ¿Había reservado en un sitio tan lujoso solo por una cita? Casi ni podía creerlo, nunca jamás se le habría ocurrido, ni siquiera a ella, el ir a un sitio así.
Pasaron dentro, donde les preguntaron sobre los datos de reserva, y cuando les indicaron cual era el sitio que tenían para ellos, la chica, en el camino de la entrada hasta la mesa de ellos, no dejó de mirar en ningún momento alrededor, sin soltarse de la mano de su chico.

Cuando finalmente quedaron sentados el uno frente al otro, giró el rostro para mirar a su novio y se mordió un momento la boquita, escuchando lo que él decía con toda la atención del mundo puesta en él, en sus palabras. - Estás loco Adny... - Musitó un poquito y cerró los ojos con fuerza. Le habían dado ganas de llorar, pero no por estar triste, sino por felicidad. Saber que Adnan había preparado aquello para ella...

Volvió a abrirlos y asintió con algo de atraso a sus palabras. - Si... tiene toda la pinta de que vamos a estar aquí por bastante ratito. - Le sonrió de forma tierna. - Pero no pasa nada, seguro que nos lo pasamos bien. - Estaba claro que no había comprendido muy bien que solo era una broma, por que la verdad, aspecto tenía de ir lento...

Parecía que Adnan estaba teniendo un debate propio ,y ella solo ladeó un poquito la cabeza para quedarse mirándole con la cabeza ladeada, parpadeando apenas un momentito hasta que el egipcio habló, dirigiéndose a ella.
Park miró la carta que estaba colocada entre ambos, sin siquiera cogerla por que ponía un muy claro “Carta de vinos y licores” que delataba lo que era, y después de mirar a Yesenes de nuevo, a los ojos, se encogió un poquito de hombros. - Pues no sé... supongo que agua, ¿no? - Se mordió un momento el labio inferior y volvió a mirar la carta, después a Adnan y de nuevo repitió aquello un par de veces, como dudando de qué decir o proponer.

- Si quieres podrías pedir tu algo de ahí. - Puso un momentito morritos y después, sin durarle mucho el gestito, le sonrió. - Te quiero mucho. - Le susurró, con las mejillas un poquito sonrojadas.

Estaba poniéndose un poquito tontita al recordar que Adnan estaba haciendo todo aquello solo por ella, que la parecer, no lo había hecho nunca antes y se estaba esforzando hasta ese grado, solo por ella, por una cita con ella.
Tendría que dejar de mirarle, al menos un ratito, para no estar atontándose con nada, y la solución más rápida que se le ocurrió, fue ponerse a mirar la mesa y las cosas (en ese momento pocas) que había sobre la misma.

Asintió un poquito a lo que dijo, a aquella especie de propuesta sobre que él pedía algo y ella lo probase. No le iba a decir que no... total, solo por poblarlo no pasaría tampoco nada, ¿no? Le sonrió y en el momento en que aparecieron las cosas frente a ambos, la chica se quedó mirando las cosas. Aquél sitio era muy muy pijo... estaba claro, y sobretodo sería caro... Pensar aquello le hizo sentir un poquito mal, saber que Adnan estaba derrochando tanto dinero en una simple cita...

Pero entonces escuchó las palabras de respuesta de él y se sonrojo, suspirando dichosa y mordiéndose la boquita, riendo un poquito también, acabando por asentir ella misma con la cabeza.
Apretó un poquito la mano de él entre ambas propias tras haber llevado la otra junto al otro par de manos, quedándose acariciando con mimo la mano del egipcio.

Sonrió un poquitín cuando escuchó la pregunta. - Pues supongo que mucha... tenemos que aprovechar, que todo esto no creo que lo vayamos a probar muchas veces, y eso si podemos volver a un sitio tan fino. - Utilizó aquella palabra por no decir de forma clara que estaban en un sitio pijo. Pijo... se miró a si misma, las ropas, y se mordió la boquita. ¿Iba bien vestida? ¿Lo suficientemente arreglada como para estar ahí? Apenas se había puesto un vestidito que solía ponerse en verano con alguna que otra cosita que quizás lo hacía ver en conjunto algo mas arreglado. Aunque su mochila... ¡tenía que haberse comprado un bolso!

Dejó de pensar esas tontadas al escuchar como Yesenes volvía a hablarle y sonrió un poquito. - No, está bien, no te preocupes. - Sonrió tontamente cuando le vio que estaba un poquito nervioso, y apretó un poquito mas la mano de él entre las propias, queriendo decirle con ese gestito que todo estaba bien, y después le soltó.

Fue a contestarle a la propuesta sobre pedir entrantes comunes, pero entonces el comentario que hizo el chico hizo que la coreana se riese de forma un tanto abierta, sin ser una simple sonrisita, teniendo que llevarse ambas manos al rostro para cubrirse la boca. - ¡Bobo! - Le dijo mientras aún se reía, tratando de calmarse poquito a poco. Que sacase esa lógica de que si dos cosas ricas se juntaban no podría estar malo le hizo gracia. Ella misma solía pensarlo, pero nunca se habría imaginado, jamás se le habría pasado por la cabeza que Adnan pudiese decir o pensar algo parecido.

Cuando finalmente se le cortó la risa suspiró sonriendo de forma abierta, solo para él, y no por que estuviesen en una zona mas o menos privada, sino por que iba dirigida entera para él. - Comeré lo que sea, así que está bien, Adny.

Sonreía feliz por todo, sabiendo de sobra que Adnan había estado haciendo aquello por ella, y no podía borrar aquella sonrisita de su rostro, no en un buen rato al menos, o incluso en unos días, demasiado feliz y dichosa por todo aquello.
Le vio reírse y aquello solo hizo que la coreana suspirase. No podían estar mejor por mucho que fuera en un sitio que no les pegase mucho a ninguno de los dos.

Cuando la pregunta de que querría comer quedó resuelta, escuchó lo que Adnan le dijo y ella asintió. Estaba bien que él pidiese, así no se tendrían que estar demorando demasiado, total, ella comía de todo sin problemas, al menos normalmente.

Le vio servir las copas y después escuchó el ofrecimiento. Se mordió un poquito la boca, dudando. El aroma del licor le había llegado en el mismo momento en el que el egipcio hubo abierto la botella. Moras... rico. Asintió un poquito tras dudar y cuando fue a estirar el brazo para alcanzar la copa de su chico, los platos aparecieron, haciendo que se mordiese un poco la boquita y mirase los platos, la comida mejor dicho.

Asintió a sus palabras y tras poner un momentito morritos terminó por estirar el brazo para pedir a su novio que le dejase probar aquello que le había ofrecido. Vio como Yesenes sonrió con aquello y tras coger el vaso y acercárselo un poco a los labios, bebió, saboreandolo y relamiéndose un poquito, dándoselo de vuelta. - Está rico... - Dijo casi como sin poder creerlo, poniendo un gestito que quedó gracioso en su rostro antes de coger su propia copa con la otra mano y beber un trago para suavizar el sabor que le había quedado en la boca.

Le devolvió la copa y dejó la propia, cogió el tenedor dudando un poquito de qué coger antes, y terminó por decantarse por la ensalada, probando un poquito y sonriendo. Estaba deliciosa, y se lo dejó claro al egipcio con un leve asentimiento de la cabeza. Cuando terminó lo que tenía en la boca fue a coger un poquito de lo otro tras ver que Adnan lo miraba con ganas de probarlo, y ella misma cogió un poco de aquello que llevaba jamón y huevo y se lo ofreció a él con su propio tenedor. - Venga, prueba antes tu esto, bobo. - Le dijo sonriéndole, sacándole un poquito la lengua.

Sonrió ámpliamente en el momento en el que su novio dijo que aquél otro plato también estaba bueno. Aquello era perfecto, ambos comerían comida rica de forma tranquila, en una cita bonita y sin que nadie les fuese a molestar. Y claro, ¡también sin romper ninguna regla de la escuela! Eso también era importante.

No tardaron en empezar a comer, alternando un poquito un plato y después el otro, bebiendo algo de agua de vez en cuando en cortitos sorbos. Miraba a Adnan atontada, sobre todo cuando al chico se le veía sonreír de aquella forma que ni ella sabía si alguien mas habría visto. Suspiró un poco y siguió comiendo, tratando de mirar a su novio lo menos posible para no demorar mucho más la comida ya que, se quedaba mirándole y perdía la noción del tiempo dejando de comer. Por mucho que otras personas dijesen cosas malas de Yesenes, ella sabía que Adnan era alguien bueno, ahí estaba demostrándolo. Aunque solo lo fuese con ella, aquello no quitaba que no fuese bueno.

Asintió con la cabeza a su pregunta y sonrió, lamiéndose un poquito el labio inferior que notó un poco manchado de la comida. - Si, hablé con él y me dio permiso para asistir. - Le dijo sonriente. - Me ayudó incluso con el horario para poder asistir a todas las carreras de ogmios. Obviamente centrándome en las mías y yendo a Pociones y a Herbología cuando pudiese. - Le comentó feliz.

Con la pregunta de los duces la chica dejó el cubierto reposar un momentito sobre su labio inferior, pensativa, y tras golpear un par de veces suave el mismo, lo dejó sobre el plato. - Pues no sé... quizás algún dulcecito pequeño, alguna tarta pequeña, para los dos. - Le sonrió y suspiró un poco . - ¡Y quizás acompañado con una bolita de helado! - Añadió después con una risita que quedó algo infantil.

Miró a Adnan a los ojos de forma fija y suspiró. - Muchas gracias por ser tan atento conmigo, por cuidarme tanto... soy muy feliz de que mis sentimientos hayan sido correspondidos con los tuyos... soy realmente felíz gracias a ti, Adnan.

Asintió a la pregunta que el egipcio hubo realizado. La verdad es que agradeció muchísimo que el decano le hubiese ayudado, o mas bien, le hubiese solucionado aquello del tema de los horarios en apenas un abrir y cerrar de ojos, quitándole a ella esa tarea. Sonrió un poquito de nuevo con las palabras del egipcio y terminó por sacarle la lengua, riéndose después un poco. - No se yo si será para tanto... - Dijo con las mejillas algo sonrojadas por las palabras que acababa de decir su chico sobre que Immëndorff valorase su potencial.

Sonrió de nuevo ante la aceptación de Yesenes de pedir un pedazo de tarta de postre, y cuando dio el dato de nata y sirope sobre el helado puso morritos un momento, pensativa. - Umm... no se... ¿A ti te gusta con eso? Si te gusta si, sino no. - A ella le daba igual aquello, de hecho solía preferir comer los helados sin más, todo sea dicho, según que tipo de helado fuese.

Le escrutó un poco con la mirada, entrecerrando los ojos y ladeando incluso un poco la cabeza. No entendía por que decía aquello de que era un día especial. Cuando fue a preguntar las cartas de comida aparecieron y se le olvidó de pronto el ir a preguntarle aquello. Cogió una de las cartas y se puso a ojearla, mirando a ver si se terminaba por decidir sobre qué pedir.

Sonrió y se rió un poquito en el momento en el que Adnan dijo de aquél modo que debían de pedir la comida, y ella asintió. Volvió a mirar la misma y poniendo morritos, sin saber decidirse, al menos en un primer momento, alzó la vista para mirarlo a él cuando habló.

Se rió y asintió. - La verdad es que seguro que en un sitio así sabemos mucho mejor que pedir que aquí. - Susurró muy bajito, solo para él, y le sacó la lengua.

Volvió a echar un vistazo a la comida y terminó por elegir un plato que decía que llevaba algo de pollo con verduras, sin llegar a entender del todo el nombre que tenía el plato en si, suponiendo que no podría estar muy malo si era pollo. - Yo quiero esto. - Le dijo señalándolo en el momento que giró un poquito la carta para que el egipcio pudiese ver bien a que se refería.

Pidieron ambos platos y la chica sonrió, mirando un poco alrededor y suspirando antes de volver a clavar sus ojos verde oliva sobre los ojos tan bonitos de Adnan. - Bueno... - Puso morritos. - ¿Cómo se te ocurrió preparar una cita tan... elegante? - Preguntó por hablar de algo y por que le había dado también algo de curiosidad.

Postre decidido finalmente siguieron con la charla durante un ratito más, decidiendo cada uno lo que iría a pedir, lo que irían a comer como segundo plato, y una vez también quedó esa duda resuelta, pidieron.

La coreana puso morritos ante la respuesta que le dio Yesenes y se quedó mirándole con gesto interrogatorio, o al menos lo intentó. Cuando fue a acribillarle a preguntas, apareció justo la comida. Esta vez había tardado bastante menos que los platos anteriores... justo en ese momento que ella tenía unas ganas enormes de saber el porqué había dicho aquello.
Vio como Adnan partía un pedacito de la carne que había pedido, y sin quitarle el ojo de encima, mirándole con el ceño algo fruncido al igual que los labios, le escuchó reírse. - ¡Adnan! - Se quejó dando un botecito en el asiento, aún sin haber tocado ella misma la comida de su plato.

Le vio de nuevo reírse y finalmente le confesó algo, aunque a ella no pareció quedarle nada muy claro con aquello que le había dicho. Ladeó un poquitín la cabeza. - ¿Mañana? ¿Qué pasa mañana? - Frunció un poquito mas el ceño y de pronto abrió la boca, como sorprendida, como si hubiese recordado algo de pronto, pero más bien, se le hubo ocurrido una razón de por que su chico decía eso. - ¡¿Mañana es tu cumpleaños y me olvidé?!

Se puso en pie de golpe, mordiéndose la boquita, el labio inferior mas concretamente, y con ambas manos apoyadas sobre su propio pecho, acentuando esa zona de su cuerpo algo más, se quedó mirando a los ojos al egipcio. Ella realmente no tenía ninguna idea de qué día era, no sabía por que Adnan había preparado todo eso, no sabía por que su novio decía todas esas cosas. Se había olvidado de que en unas horas, sería su propio cumpleaños.

- Y-yo... tendré que ir a comprarte algo... - Dijo apretando las manos en puño, nerviosa, sintiéndose tonta y algo torpe por haber olvidado cuando era el cumpleaños de él. Por los nervios ni siquiera pensó que ella ya sabía cuando era el cumpleaños de Yesenes, y que el mismo, era a principios de año y no a finales como ya prácticamente estaban.

Se quedó mirándole con aquél mismo gesto en el rostro por un ratito. Le vio reírse, ¡pero a ella no le hacía nada de gracia! ¡Si se había olvidado de su cumpleaños no era nada bueno! No era una buena novia...

Vio a Adnan incorporarse, ponerse en pie y dirigirse a donde tenía la capa, rebuscar un poco y después volver a dejar algo sobre la mesa. La chica no le quitaba el ojo de encima, pero entonces él se acercó algo mas a ella y le cogió las manos. Sintió como las apretaba un poquito y ella suspiró, sobre todo cuando escuchó aquello. Asintió un poquito con la cabeza, sintiendo que se le había quitado un peso enorme de encima. Hizo un momentito memoria, y era cierto. Recordaba cuando era el cumpleaños de Yesenes... ¿entonces? ¿qué se suponía que era tan importante?

Miró a Adnan con la cabecita algo ladeada. - ¿Por mi...? - Se mordió un momento la boquita y negó, indicándole que no entendía por que decía aquello. Sintió el besito que le dio sobre la frente y suspiró un momento antes de mirar hacia el plato, hacia la comida que habían pedido y que tal y como acababa de decir el egipcio, se estaría enfriando y acabaría totalmente asquerosa, desperdiciada si no se la comían.

Asintió un poco y ella misma apretó un poco las manos de él entre las propias. - Si...

Miró la cajita cuando él mismo la señaló y asintió un poco. ¿A caso era por alguna celebración como que hacía tantos meses que estaban saliendo? Y ni tantos, por que empezaron a ser pareja, si no contaba como desde que estaban en Brigantia juntos, contaba desde el verano y... pues no, no podía considerarse un tiempo considerable como para algo así.

Le miró una última vez, después de nuevo a la caja, y terminó por coger los cubiertos para comer un poquito de lo que había pedido, disfrutando de la comida que realmente estaba buena, pero no dejaba de lanzar miraditas hacia su chico y alguna que otra también hacia la cajita que tenían ambos en frente. - Y no soy una niña. - Le dijo antes de seguir comiendo de aquello tranquilamente, como queriendo dejárselo totalmente claro.

Comía despacito, sin prisa, mas que por no tener ganas de saber que es lo que había causado todo aquello, por pura costumbre. No iba a ponerse a comer todo rápido, aunque ganas no le faltaban.
No dejaba de mirar la cajita, y de vez en cuando miraba también a su novio que parecía estar un poquito divertido con la situación o algo así.

Sonrió un poquito cuando escuchó que su novio no pensaba que ella fuera una niña, aquello le gustó saberlo, escucharlo, ya que no tenía modo de saber lo que él realmente pensaba sobre ese tema, pero bueno, lo que dijo fue lo que ella sabría y lo que le hizo sonreír ámpliamente.

Cuando todo quedó terminado la coreana asintió a la pregunta de si había sido de su agrado mientras se limpiaba un poquito la boca con la servilleta que tenía al lado de trapo. La dejó sobre la mesa y asintió totalmente segura a aquello de si aún les quedaba el postre. - ¡Claro! El postre nunca se puede dejar sin comer. - Dijo con el ceño un poquito fruncido y asintió con la cabeza. Rieron un poquito por la respuesta que ella misma había dado y en el siguiente instante, los ojos de ella adquirieron un brillo de curiosidad al instante con la nueva pregunta formulada por su pareja.

Vio como le acercó la cajita y frunció el ceño un poquito. La miró y después a Adnan, viendo como le hacía un gesto que indicaba que lo abriese. Ella algo nerviosa asintió con la cabeza y tras haber alcanzado la caja, y notar como los nervios la invadían, terminó por abrirla para encontrar de golpe, en primer plano, aquella notita que estaba felicitándola.

Abrió un poquito la boca, quedando apenas con los labios entreabiertos y tras lanzar una mirada a Yesenes, volvió la atención a la caja, sacando de ella el colgante que el chico le había comprado para quedarse mirándolo fijamente. Era precioso... y era suyo, de Adnan....

Irremediablemente los ojos se le llenaron de lágrimas y se tuvo que morder el labio inferior para aguantarse las ganas de llorar. Dejó las cosas con cuidado: la caja, la nota y el collar sobre la mesa, y se incorporó para ir corriendo hacia Adnan para abrazarle con fuerza, casi quedando un poco sentada sobre su regazo.

Había sido tonta, se había olvidado de su cumpleaños. Estaba casi que ni sabía a que día estaban. - ¿H-hoy... hoy es dieciséis? - Le preguntó contra su cuello, teniendo el rostro escondido en el mismo, sin soltar el abrazo. Sin darle tiempo a responder al chico ella misma volvió a hablar. - Gracias, gracias, gracias y mil veces más gracias... Te quiero Adnan, te amo... - Consiguió articular con la voz algo ahogada por la emoción.

No pudo aguantarse, no pudo limitarse a quedarse sentada con cara de tonta mirando el regalo que le había hecho. Tuvo la necesidad de incorporarse para ir enseguida a abrazar a su novio, y aquello fue lo que hizo. Se puso en pie, le abrazó y se acomodó un poco sobre su regazo. Sintió como el chico correspondía al abrazo, cosa que le hizo sentir aún más feliz. Asintió al dato de que aún no era la fecha, pero que apenas quedarían una o dos horas para la misma.

Tras confesar aquello por decirlo de alguna manera, después de decirle al egipcio de aquella forma todo lo que le quería, sintió como el abrazo de nuevo se hubo hecho algo más fuerte, mas sentido que antes, y ella misma apretó un poco más al chico como buenamente pudo entre sus brazos. Sintió como tenía las mejillas algo sonrojadas y como apenas un par de lagrimotas caían por sus mejillas por las lagrimas acumuladas en ese ratito, pero no más. La mano de Adnan, cálida como siempre, alzó su rostro de su escondite e hizo que se besaran, en un principio la chica dejándose besar pero terminando por corresponder ella misma al gesto.

Le sonrió cuando escuchó las palabras de felicitación y asintió un poquito, pasándose las manos por los ojos para limpiarse las lágrimas, por suerte nunca se pintaba y en esa ocasión únicamente hubo utilizado un gloss que con el té, la comida y demás ajetreo ya se había desaparecido.

Sonrió un poquito de nuevo y notó los labios de Adnan sobre los propios, no dudando en responder al beso una vez más antes de quedarse mirándole a los ojos fijamente, escuchándole hablar.

Sin dudarlo asintió con la cabeza, y llevó una de las manos a una de las mejillas del egipcio para acariciarle con mimo. - Si, me gusta mucho... muchísimo... - Se mordió un poquito el labio inferior, de nuevo, y asintió con la cabeza. Todo era perfecto, más perfecto de lo que nunca jamás se habría imaginado... - El collar es precioso... nunca me lo quitaré... - Giró un poquito la cabeza para mirarlo y después volvió a clavar la vista en las orbes claras de Yesenes. - N-no hacía falta que me comprases otro regalo, te has gastado mucho dinero... Además de que el solo poder pasar el día de mi cumpleaños contigo es el mejor regalo, Adny...

Suspiró un poquito y terminó por asentir. Se olvidaría del tema del dinero, pero ella misma, cuando llegase el cumpleaños de Adnan, ya le compraría algo realmente bueno, que para algo tenía su buen dinero ahorrado y no lo gastaba en absolutamente nada.

Al escuchar aquello de que el otro regalo se lo hubo hecho Adnan ladeó un poquito la cabeza. Le vio estirar el brazo para coger el collar, y ella en ningún momento le quitó el ojo de encima, entrecerrando un poquito los ojos, con toda la curiosidad del mundo, queriendo saber. - ¿El collar lo has hecho tu? - Parpadeó un poquito pero entonces vio como el chico negaba y empezaba a explicarle, enseñándole las cosas, y explicándole todo.

Vio como el liquido que había quedado guardado dentro de la esfera del collar quedaba en uno de los vasos, y entonces vio como el chico sacaba de un doble fondo una poción. Le miró fijamente a los ojos, escuchando su explicación, asintiendo con la cabeza. - Pero si la has hecho tú me dará pena gastarla... - Musitó en voz baja poniendo morritos, mirando el frasquito, después el collar, y finalmente de nuevo al egipcio.

Y entonces la explicación que Yesenes se puso a darle le hizo morderse un poquito la boquita. Era muy útil realmente, y él se había molestado, a parte de en organizarlo todo, en hacerle una poción... era un bobo.
Negó repetidas veces con la cabeza. - No voy a malgastar la poción de Adnan para los estudios. - Dijo totalmente segura. - Solo la utilizaré cuando sea realmente necesario. Y solo será para ti y para mi. - Asintió despacito, dejando totalmente claras sus últimas palabras. Había sido un regalo del egipcio para la coreana, pero ella quería compartir aquella poción con él si era necesario, sino seguiría siendo conservada.

Cuando todas las explicaciones acabaron suspiró de forma profunda, tonta, y miró a Yesenes, acariciándole la mejilla con mimo. Giró el rostro para mirar la poción y el collar que estaban ambas cosas en las manos de su chico, y tras quitárselas para dejar ambas cosas sobre la mesa, seguras, le abrazó con fuerza, buscando de paso sus labios para besarle, profundizando apenas un poco el beso, terminando por separarse de él aún con los ojos cerrados.
- Gracias por todo Adnan... de verdad. - Abrió los ojos para quedarse mirándole fijamente, con las mejillas ligeramente teñidas de un tono rosadito.

Soltó un poco el abrazo y miró el frasquito y el collar. - ¿Meteremos la poción en el collar?

Puso morritos mientras le escuchaba hablar, escuchando las explicaciones que Yesenes se puso a darle sobre aquella poción que le había regalado a parte del colgante. Asintió un poquito, pero tenía totalmente claro que aquello lo usaría solo para casos necesarios, nada de malgastar algo tan importante, un regalo, y de Adnan, por mucho que él dijera que era una simple poción. Solo la utilizaría en caso de ser realmente necesario el tener aquella ventajita.

Sonrió un poquito y suspiró, dejándose abrazar una vez mas, correspondiendo al achuchón un poquito con una muy amplia sonrisa y terminando por suspirar, mordiéndose un poco el labio inferior.

Escuchó la opción que el egipcio le daba, pero tenía muy claras sus propias intenciones. Se pondría le collar y no se lo quitaría nunca, nunca, nunca, para nada, y en cuanto saliesen de ahí y estuviesen en un sitio tranquilo, guardaría la poción dentro de la esfera que tenía el collar como recipiente. Siempre era mejor prevenir que curar.

Se incorporó, teniendo ahora ella ambas cositas en las manos y asintió a sus palabras, poniéndose enseguida el collar. Con una amplia sonrisa, teniendo totalmente claro que era precioso, y al vérselo puesto, teniendo aún mas claro que no se lo quitaría. Le gustaba mucho... - Tienes muy buen gusto, Adny... - Comentó mirándolo antes de alzar la vista hacia el.

Guardó el frasquito en el que estaba la poción en la cajita, y con todo el cuidado del mundo, junto también a la notita, lo guardó en la mochila, terminando por sentarse en su sitio correspondiente, justo en frente de Yesenes, sonriéndole ámpliamente.

Asintió con la cabeza. - Si, eso que dijimos está bien. - Le sacó un poquito la lengua, algo picadita por lo que acababa de escucharle decir. - Bobo, Adnan. - Ya le había dicho que con estar con él ya era feliz y todo adecuado.

Se sonrojó con sus palabras y negó con la cabeza, poniendo morritos y terminando por suspirar de forma algo pesada. Adnan a veces era un tonto... decirle esas cosas solo hacía que se consiguiese sonrojar. Le sacó la lengua y le terminó por sonreír, riéndose y negando con la cabeza. - No, sigo diciendo que elegiste bien el collar... y no por como se ve en mi. - Suspiró un poco y notó la mano del chico rozar su piel, mordiéndose e labio inferior, habiendo notado como un escalofrío le recorrió.

Suspiró un poquito y no tardaron apenas en aparecer las cosas que habían pedido delante. Asintió a las palabras de él y con una amplia sonrisa se estiró un poquitín hacia delante, abriendo la boquita para comer el pedacito que el egipcio estaba ofreciéndole, llevándoselo a los labios y saboreandolo en el momento en el que lo comió. Masticó y asintió un poquito con la cabeza en el momento en el que el egipcio le preguntó si estaba bueno. Una vez ya no tuvo nada en la boca sonrió. - Esta deliciosa.
Cogió después un poquito de helado con la otra cucharilla que había y se lo llevó a la boca, encogiéndose un poquitín de hombros. - Frío. - dijo al haberlo notado muy frío en un primer momento, pero después cogiendo el agua, bebió un poquito, y siguieron compartiendo aquél postre entre los dos, disfrutando.

No tardaron mucho en terminar con los postres, sobre todo por que la coreana parecía estar disfrutando con aquello más que con el resto de platos que habían degustado ese día, pero estaba todo bien, era todo perfecto.

Se relamió cuando ya no quedó nada y tras limpiarse alzó la vista a los ojos de Adnan, mirando la copa que él tenía con el licor de mora, y tras sacarle la lengua le robó un poquito la copa para darle un corto traguito, después dándosela de vuelta y sonriéndole. - Está rico. - Se rió un poco, mirando como ya apenas quedaba de aquél liquido en la copa de Adnan después del traguito de ella misma.

Suspiró un poquito y se mordió el labio inferior, algo nerviosa. - ¿Y... ahora? Estaría bien que... aprovechásemos bien el día... teniendo en cuenta la limitación que tenemos para salir... - Dijo poniendo morritos.