Una vez a la semana

Suspiró un poco y se pasó la mano por la cabeza, mordiéndose la boca mientras miraba aun a su hermano de reojo. No quería joderlo, ni verlo jodido por supuesto, y por eso mismo le había dicho aquellas cosas. No quería tener que volver a verlo tan sumamente hecho mierda una vez más, no si podía evitarlo.

Asintió a sus palabras cuando le comentó aquello de dejarlo poco a poco, sería lo más lógico, lo mejor al fin y al cabo... No quería un Adnan jodido, y si lo hacía poco a poco él mismo intentaría estar a su lado cuando lo necesitase, aunque fuese en un arranque de ira para que el mayor le diese unas buenas hostias, con tal de que no estuviese jodido o mal.
- Yo ya te he dicho que creo que eso es lo mejor. - Arrugó la nariz y dejó de mirar a su hermano para quedarse mirando a las dunas. - Y sabes que yo voy a estar contigo para lo que necesites.

Gruñó un poco al escuchar lo que su hermano decía, estaba claro que algo de lo que había dicho le molestó, pero más de lo que le había dicho no podría decirle, no sabría que decirle... así que simplemente negó un poco con la cabeza y se terminó de un trago la cerveza que le quedaba.

Un cambio bastante radical a la conversación... El menor miró a Adnan y le bufó. - No estoy más delgado, y claro que no solo como basbusa... al menos no cuando estoy en el piso. - Musitó por lo bajo y se encogió de hombros, esperando que su hermano no tuviese mucho en cuenta aquél comentario, a fin de cuentas casi todos los días comía en donde los hipogrifos y ahí comer basbusa era lo que menos le hacía perder el tiempo.
Se encogió de hombros, no veía un tema muy... a tratar, y menos aún cuando el mayor de los Yesenes le iba con amenazas de darle de hostias hasta llorar.

- A veces salgo allí a comprar cuando no es muy tarde... y si veo que no me dará tiempo cojo aquí la comida, total... - Hizo un gesto que denotaba que no le importaba realmente la comida. Comía muy variado y prácticamente de todo, por lo que le facilitaba bastante no tener que depender de la comida que compraba en Berlín o en Egipto.

Rodó los ojos a las palabras de su hermano tras haber estado escuchando sus gruñidos a cada una de sus explicaciones, el mayor también era un tanto idiota, al fin y al cabo se preocupaban demasiado el uno para con el otro cuando luego ni ellos mismos se preocupaban sobre sus propias personas... resultaba casi irónico incluso.

- Supongo que podría ir a comer allí alguna vez... - Musitó y se quedó mirando a su hermano. Suspiró un poco y se paso la mano por la tripa, como tratando de constatar las palabras que el mayor acababa de decir sobre que estaba más delgado. A él no se lo parecía, pero quien sabe... quizás era cierto y él no se había dado ni cuenta, ¿no?

Puso una mueca cuando las palabras de su hermano incitaban a que se tendría que marchar ya... pero si no eran ni las tres siquiera... suspiró pesadamente y frunció el ceño, encogiéndose de hombros. - Bueno... pues ve si quieres. - Se cruzó de brazos, claramente enfadado, con el característico gesto de un niño pequeño picado.
Pero el ver como Adnan se incorporaba él también lo hizo y tras coger ambos botellines ya vacíos y tirarlos, se volvió a acercar rápidamente al mayor, con semblante serio.

- Iré contigo,... ya sabes, te acompaño y así tengo más tiempo para que estemos juntos. Y si salimos antes de que tengas que irte del palacete pues podríamos ir a comer algo a la tienda que dijiste... - Se encogió de hombro y de forma algo tímida se pasó la mano por la nuca, haciendo amago de rascarse.

Sonrió un poco al mayor y le hizo un gesto con la mano de que esperas tras que hubiesen andado un poco. - ¡No tardo, le digo al viejo que tendrá que apañárselas solo un rato! - Dicho aquello fue a hacer lo que le explicó al mayor y no tardó en volver corriendo, parándose de pie junto a Adnan. - Listo, venga, vayamos a por lo que sea que necesites. - Le miró de reojo. - Ah, de paso podrías pillarte lo que te fuese útil, ¿no? Ya que haces el viaje...

Negó con la cabeza ante lo que su hermano mayor acababa de decir. - No, tu habitación está intacta... - Musitó y miró de reojo a Adnan. - Algún par de veces que vi a alguien con intenciones de entrar lo eché a patadas, pero es tu habitación aún aunque te hayas ido... a padre no le molesta, hay muchas habitaciones en el palacete al fin y al cabo. - Musitó de nuevo y se encogió de hombros.

Antes de poder decir nada mas se quedó ahí solo, de pie, y tras rodar los ojos y suspirar con resignación imitó a su hermano para aparecerse junto a él, acercándose el par de pasos que habían quedado de distancia. Asintió a sus palabras. - A ver si hay suerte...

Negó con la cabeza a lo de ir a su habitación a por lo que fuera, si era necesario iría después, aprovechando que había entrado ahí... pero de momento estaba bien y prefería estar con su hermano, que si se daba la vez de que necesitaba ayuda o lo que fuera, quería estar a su lado para matar a quien hiciera falta o cualquier cosa.

Se puso a mirar alrededor, hacía mucho que no pasaba a la habitación de Adnan, y simplemente se quedó mirando alrededor, terminando por acercarse a la cama para quedarse ahí tal cual sentado, mirando de paso a su hermano mientras este se ponía a buscar lo que quisiera que fuera. Y hasta que no escuchó su queja no salió de su ensimismamiento y dejó de mirar de vez en cuando alrededor, abstraído o cualquier mierda.

- ¿Qué libros son? - Se puso en pie y caminó lentamente hasta quedar parado de pie junto a su hermano, inclinándose un poco para mirar como buenamente podía los libros que el mayor tenía entre las manos. Leyó el título y frunció un poco el ceño. - Esos me suenan... - Se pasó un momento la mano por la cabeza, como tratando de hacer memoria, pero terminó por encogerse de hombros y negar con la cabeza. - ¿No lo tendrás e algún otro sitio guardado?

Arrugó la nariz ante sus palabras y suspiró, encogiéndose de hombros. Tan pronto como el mayor nombró quienes eran esas personas de las que estaba hablando, esas dos, que se volvieron tren, personas que entraban libremente a su habitación, no costó mucho – por no decir nada – saber quien debía de tener el libro que en esos momentos le faltaba a Adnan.

Si la madrastra de ambos no gustaba de leer y él mismo no había sido, solo quedaba la hermana, Ban.

Suspiró un poco y en el momento en el que el mayor hizo aquellos gestos que indicaban que le ayudase a guardar las cosas, no tardó en ponerse a ello, habiendo asentido con la cabeza y ahora ya simplemente ayudando al mayor a guardar las cosas que iba pasándole dentro de la mochila. Suspiró un poco cuando aquello ya lo habían medio arreglado, por decirlo de alguna forma, y se puso en pie tras Adnan con intención de largarse del cuarto para ir al de la hermana.

- ¿Ya podremos entrar? No sé, como tenga algún hechizo que impida el paso de quienes sean yo me veo en la pared de enfrente pegado del impacto. - Arrugó la nariz y gruñó. El siempre había pensado que su hermana le odiaba por ser el más pequeño y encima con la “idea” de que no era hijo de la misma madre y aún así había sido reconocido. Nunca habría pensado que eran celos... pero bueno, la cosa es que no se habían llegado a llevar bien.

Caminaron de forma tranquila pero vigilando a los lados para que nadie los viese por ahí, cualquiera de sus hermano, cualquier guarda o cualquier persona que estuviese por ahí y los viese, podría meterles en un problema si lo deseaba, y claro, si era mas rápido que alguno de ellos dos.

Vio a su hermano mayor hacer, tratar de abrir la puerta sin más y como terminó por utilizar la magia para abrirla. Suspiró un poco y rodó los ojos, negando con la cabeza y antes de poder hacer o decir nada, se sintió jalado y de un tirón se encontraba dentro de la habitación de la chica, escuchando como la puerta era cerrada de nuevo, tras de si, por Adnan.

Miró a la chica con el ceño fruncido, vio como Kadar se acercaba a ella y como la misma no tardó en colgarse del cuello del mayor, cosa que hizo que Ayyûb mirase a la chica con el ceño aún mas fruncido y los ojos entrecerrados, mirándole fríamente. Los celos que sentían el uno hacia el otro desde siempre seguían ahí.
Arrugó la nariz y bufó cuando sintió como su hermana le miraba, pero entonces se hecho a llorar y tanto el uno como el otro se quedaron bastante pillados.

Ahora la mirada de su hermano le hizo encogerse de hombros. Por mucho que le pidiese ayuda sobre qué hacer en ese momento con la hermana de ambos, él no tenía ni la más mínima idea...

Escuchó hablar a la chica, terminando incluso por acercarse un poco más a sus hermanos, y quedándose prácticamente de pie frente a ambos, se cruzó un poco de brazos. Aquél mismo gesto se volvió algo mas duro cuando Adnan le dijo que si quería que se podía largar, seguido del resto de cosas, y el menor simplemente negó con la cabeza.

- ¿Y qué se supone que vais a hacer? Si ella desaparece y alguien da el aviso de que has estado por aquí, no tardarán en relacionarte. Además... - Miró a la chica que parecía intentar calmarse, dejar de llorar, pero que no soltaba a Adnan. - Ni siquiera haría falta realmente que alguien diga que has estado por aquí, padre sospechará de sobra que algo has tenido que ver... - Suspiró de forma pesada y trató de pensar algo que podría ayudarles, no solo a la chica, sino también a su hermano mayor, que no quería que se metiese en problemas.

Se mordió la mejilla, casi incluso costándole decir lo que iba a decir. - Podría coger alguno de los hipogrifos nuevos... padre no los conoce, aunque dudo que conozca ninguno... la cosa es que siempre podría decir que lo compró alguien y poner yo el dinero...

No era un plan nada elaborado, pero apenas fue lo primero que se le fue a la cabeza.

Se quedó de pie, sin haber dicho nada más y quedándose totalmente quieto al menos hasta el momento en que la chica se dirigió a él.

Estaba loca si se pensaba que podría llevarse su hipogrifo, aquello ya no solo sería meter a Adnan, sino también a si mismo en todo el marrón... y no tenía ganas de que su padre fuese a ponerse a joderle, para nada. Además, que la cosa era disimular y no ser tan estúpidamente claros en lo que trataban de hacer. - Hay un par de hembras bastante jóvenes, podrías coger una de esas, probablemente te sea más fácil cuidar una de esas, a parte que hay una a la que ya enseñé las cosas básicas...

Suspiró un momento y cuando escuchó como Adnan quería hablar con él solo asintió un poco con la cabeza. Ni idea tenía de qué era lo que podría querer...

Después de escuchar todas las palabras del mayor se encogió de hombros. - Podría, si quieres. - Puso una mueca y se quedó un instante apenas pensativo. - No tendrás alguna poción multijugos, ¿no? Sería una forma sencilla para poder sacarla al menos del palacete. - Musitó un poco. - O... con que simplemente se pudiese sacarla de la habitación ya bastaría. - Miró al mayor, susurrando aún para que la chica no les escuchase.

Se quedó mirando a su hermano fijamente a los ojos y terminó por hablar. - Yo creo que lo mejor sería usar una poción de esas, aunque fuesen un par de gotas, lo justo para sacarla de la habitación... podría llevarla al apartamento, ahí aplicarle el conjuro, o incluso aquí mismo... y llevarle al lugar donde ella necesitase ir. A fin de cuentas el piso ya tiene varios de esos hechizos que tú pusiste, e incluso yo mismo le puse alguno más...- Aquél era un dato que no le había dado a Adnan antes, pero dudaba de que le fuese a importar.

No estaba haciendo aquello solamente por su hermana, sino que más bien lo estaba haciendo por su hermano, por Adnan, por que él le estaba pidiendo ayuda para sacar a la chica de allí, por nada más.

Escuchaba las palabras de su hermano, cada vez mas incoherentes, cada palabra que decía tenía menos sentido que la siguiente, no eran acordes y … era demasiado claro que el idiota de Adnan se estaba liando él solo. Ayyûb había propuesto un plan, luego Adnan dio otro, el menos aceptó el que dio el hermano mas o menos con una de las ideas que dio Khâliq, y ahora Kadar no había hecho mas que entremezclar todas las cosas... el muy idiota.

Ayyûb le dio un golpecito a su hermano mayor en el pecho, queriendo que se calmase, cuando se había más o menos erguido tras estar apoyado un ratito en el lavabo.
El menor rodó los ojos, estresandose un poco, contagiandosele los nervios que tenía el mayor, y tras carraspear, consiguiendo que el mayor de los Yesenes se callase finalmente y dejase de decir mierda.

- Deja de liarte, hermano... el hipogrifo se queda donde está... nosotros simplemente le daremos a Ban la poción multijugos, que ella salga por su propio pie, me encuentro con ella en algún lugar desde donde pueda aparecerme con ella, que no quede muy sospechoso, por que si me la llevo según directamente salgamos de aquí será muy cantoso.... y en el piso le aplico todas las cosas necesarias antes de volver a aparecerme en donde ella quiera de américa.

Se quedó en silencio un momento, mirando fijamente a su hermano y suspirando un poco. Estaba demasiado nervioso, y le estaba pegando los malditos nervios.

Miró con mala cara al mayor, pero al ver que el otro seguía con los nervios a flor de piel, el menor decidió por abrazarle de golpe, queriendo aunque fuera así, que se enfadase con él, pero que se dejase de estar así por que no servía para una mierda el estado de Adnan en esos precisos instantes, cuando debería de estar calmado para que aquello no saliese mal.

- Y cuando acabe con Ban, tú y yo nos encontramos en el piso, ¿si?

En el momento en el que el mayor se despidió de su hermana para desaparecerse de allí para ir a por la poción que habían hablado, Ayyûb se puso a contarle a la hermana el plan que había quedado finalmente zanjado. A esta le pareció bien, y simplemente, sin cruzar muchas palabras, por la escueta relación que habían tenido siempre, se quedaron esperando a que Adnan volviese para de paso, hacer que aquél incomodo momento se acabase.

Cuando este apareció y Khâliq vio como le tendía aquella poción, frunció el ceño con una mueca de asco. Se quejó de que él también tuviese que tomarse la poción, pero tras un par de palabras de su hermano mayor, accedió (como no).

Ayyûb simplemente se esperaba que Adnan hubiese tenido en cuenta que la poción que a él le entrego fuese con el pelo de algún varón, pero para cuando ya ambos menores tomaron la poción, ya sin Adnan delante, el menor de los dos no evitó quejarse, sino que estuvo explayándose y quejándose durante lo menos un cuarto de hora, mientras veía como su hermana se medio reía de la situación. La chica había adquirido el aspecto de su hermana mayor, y él... en fin, él había tenido la mala suerte de acabar con el aspecto de una de las mejores amigas de la misma. ¿Cómo cojones había podido su hermano ser tan gilipollas de no asegurarse de coger el pelo de la habitación de algún tío?

A regañadientes terminó por cambiarse de ropa, por petición de Ban alegando que sino serían descubiertos, y tras guardarse su propia ropa en una especie de mierda de bolsa de niña, salió junto a su hermana para hacer el plan que tenían completamente ya planeado de antemano.

En el apartamento soltó su ropa y le dio la bolsa a la chica para que se la quedase ella, ya que él... ella.... agg, aquella mierda de aspecto desaparecería enseguida, en cuanto pillase a su hermano y pudiese darle dos hostias por cabrón. En fin, la cosa: el menor aplicó todos los hechizos que pudiesen ayudar a su hermana y tras darle algo de dinero con el que como mínimo podría comprarse una varita nueva y mantenerse comida por unos días, le llevó a donde ella le pidió.

Cuando todo estuvo hecho, Ayyûb volvió al apartamento se dejó caer en el sofá, dejándose después caer para quedar tumbado de lado, con los ojos cerrados, donde se quedó quejándose en su idioma natal de lo imbécil que había resultado el mayor, quedándose tan aburrido que incluso se había quedado medio dormido esperando al otro.

Se quedó dormido finalmente mientras esperaba a que el mayor volviese, teniendo la esperanza de que no tardase demasiado, pero sin haber sido realmente así.

Suspiró un poco, dormido, en el momento que sintió como el mayor le daba un beso en la frente, simplemente por la calidez, pero entonces, en el momento en el que sintió algo de movimiento entreabrió los ojos, mirando al mayor que prácticamente le tenía sujeto en poco, entre sus brazos.

- ¿Pero qué cojones-...? - Miró bien la situación, viendo como Adnan le tenía sujeto entre sus brazos, probablemente con intención de ir a zarandearle un poco para despertarle o lo que fuera pero...¿por qué? Frunció el ceño y entonces escuchó como le trataba. ¿Ese imbécil se creía en serio que él era Ban? Aunque claro...
Miró al mayor entrecerrando los ojos y chasqueó la lengua, separándose de él tras darle un pequeño empujón y terminó por ponerse en pie frente a Adnan. - ¿A caso eres tonto? ¿Tanto te costaba ir a la habitación de alguno de nuestros hermanos? ¡O simplemente a la habitación de un tío!

Gruñó y se quedó tal cual, de pie, con los brazos estirados hacia abajo, apretando los puños, y con el ceño fruncido. Aunque no fuese el aspecto real de Ayyûb, había algunos gestos que eran claramente de él.

Suspiró de forma pesada tratando de calmarse y se volvió a acercar a su hermano. - Déjate de gilipolleces y dame alguna mierda para dejar de tener tetas, joder. - Se quejó de nuevo, desviando la mirada a la ropa estúpida que estaba llevando. Por suerte debajo de la ropa que su hermana le había puesto, llevaba sus pantalones y la parte superior estaba tirada encima del sofá. - No me gusta estar con esta mierda de aspecto Adnan, así que más te vale, ya que tenías ganas de joder, arreglarlo YA.

En el momento que su hermano mayor empezó a carcajearse de él se acercó con intención de darle una buena hostia. Que sí, que aquello podría resultar cómico y esas cosas pero... joder. Que tampoco era para tanto, y menos aún cuando Ayyûb estaba mal.

Ese imbécil había aprovechado a drogarse...
En cuando escuchó aquellas palabras que le dirigió, sin más tardar teniendo el sobeteo de uno de los pechos, que no eran suyos pero podía sentir la mano del mayor haciendo aquello, le dio un golpe en la cabeza, sin quedarse con las ganas en absoluto, sintiendo la mala mirada del mayor que apenas duró unos instantes, antes de volver a echarse a reír. - Eres un jodido imbécil, un maricón de mierda, ¡deja ya de reirte, hostia! - Estaba consiguiendo incluso hacerle enfadar con la tontería que Adnan tenía encima en ese momento.
Le apartó la mano con un buen golpe y se separó un par de pasos, reculando. Aquella maldita poción era un puto horror, joder.

Cuando escuchó que si que había ido a la habitación de alguno de sus hermanastros pero que al parecer el pelo que había cogido resultó ser de aquella que se follaba, de la cual en esos momento tenía él mismo el aspecto, solo chasqueó la lengua, queriendo matar a esa puta, a su hermanastro y a Adnan por no dejar de descojonarse

No se acercó cuando le vio hacer aquél gesto, pero el mayor terminó por acomodar una de las manos en uno de los hombros del menor que se puso a quejarse en seguida al ver que el otro idiota no dejaba de reírse. - ¡Dame ya algo para dejar de tener este puto aspecto!

Se quedó mirando a su hermano con el ceño fruncido, gesto serio, molesto. Aquello era una jodida mierda, y el otro no hacía más que vacilarle... pero al menos le terminó por ofrecer una solución.
Miró al mayor con mala cara y terminó por girarse, dándole la espalda para ir hacia el cuarto a por la poción que haría que esos diez minutos se adelantasen y dejase de ser una puta tia.

Se quedó mirándole por un rato mientras el mayor hablaba, habiendo estirado apenas el brazo con intención de ir a coger la poción pero que, por las palabras de Yesenes, se había quedado en eso mismo, un gesto, y una mala mirada hacia el mismo. - Eres un jodido pervertido de mierda. - Musitó quejándose, volviendo a estirar el brazo e incluso teniendo que ponerse algo de puntillas para alcanzar aquél frasco. Además de todo de tener el cuerpo de una puta tía, había menguado en cuanto a altura lo suficiente para molestarle el no llegar a ciertos sitios, ese, en ese preciso instante, en concreto.

Cuando escuchó aquello de que tendría que vomitar como efecto de tomar esa mierda se quedó un momento pensativo, abstraído tanto que ni siquiera se hubo percatado de que su hermano se le había acercado bastante, tanto como para llegar a rodearle por la cintura y demás.

Se quejó un poco y se removió, sin soltar el frasco y cuando por fin Adnan le soltó, tras escuchar esa sarta de gilipolleces que le había dicho, le miró fijamente a los ojos con el ceño fruncido. - Eres un cabrón... - Se quejó y bufó, arrugando la nariz y abriendo el frasquito. Olisqueó un poco y tras poner una mueca y mirar a su hermano, de mordió un momento el labio inferior, dudando.

No tenía ganas ni cuerpo de ponerse a vomitar por mucho que aquello fuese a contrarrestar el tener el cuerpo de una tía para volver a tener el propio.

Se quedó mirando el liquido que había dentro de aquél botecito de cristal con los ojos entrecerrados y terminó por alzar un poco la vista hacia Yesenes. - Mm... No me apetece ponerme a potar ahora mismo... - Se quejó mirando fijamente a los ojos a Adnan, desde su posición, bufando un poco y dejando de mirarle en el momento en el que notó como había menguado su estatura que si quería ver a su hermano a los ojos, con ese aspecto, incluso tendría que levantar algo la cabeza.

Vio como el mayor de ambos se empezaba a alejar de allí y suspiró con resignación, volviendo a olisquear la poción para de un trago bebérsela.

Dejó el frasco a un lado y enseguida, y tratando de evitar mirarse el pecho, se sacó aquella prenda, que básicamente era una tela estratégicamente enroscada al cuerpo, y caminando sin mirar más que al frente, incluso pasando por enfrente del salón y lanzándole una rápida mirada de odio a su hermano, fue rápido al baño para dedicarse a vomitar en el momento en el que adquiriese por fin su tan añorado aspecto real.

En el el mismo momento en el que llegó al baño, por suerte ya era como quien decía él, solo algunos rasgos de la cara quedaban por cambiar, pero ya notó las asquerosas ganas de vomitar todo lo que tenía en el cuerpo. Se agachó, por no decir que incluso le flaquearon las piernas y se puso a aquello que no le quedaba más remedio.

Para cuando ya no le quedaba nada más para vomitar en el cuerpo, suspiró, con los ojos algo llorosos, y se pasó un momento el dorso de la mano por los labios tras escupir, escuchando la voz de su hermano a un lado, girando el rostro para mirarle y encontrándoselo fumando tranquilamente apoyado en el marco de la puerta, diciéndole si le apetecía fumar o un café... - En estos momentos solo quiero morirme. - Vomitar era una de las cosas que más odiaba, siempre se le quedaba mal cuerpo, peor que lo que de normal solía quedarse, y ahí estaba, prácticamente tirado en el suelo...

Se puso en pie tras cerrar la tapa del baño y tras tirar de la cadena, con una mueca de asco se dedicó a enjuagarse la boca, después plantándose frente a su hermano mientras le seguía escuchando hablar de aquél tema que le había hecho descojonarse rato antes, y le robó el cigarrillo para darle una honda calada, saliendo del baño mirando a su hermano de reojo.- Que Iz se folle a quien le de la gana, a mi me da igual. - Musitó quejica.

Una vez llegó al salón se dejó caer en el sofá, mirando de reojo como la camiseta aún estaba ahí y suspiró, dejándose de forma perezosa el cigarrillo entre los labios mientras cerraba un momento los ojos y acababa por echar hacia atrás la cabeza.

- Ha sido la hora mas jodida de mi vida, yo creo. - Musitó entreabriendo un poco los ojos para mirar a su hermano desde su posición. - O al menos la más incomoda. - Habló aún teniendo entre los labios el cigarrillo.

Miró con mala cara a su hermano desde que se sentó a su lado, ya oliéndose que le diría alguna gilipollez, y exactamente, la misma no tardó en aparecer entre los labios de su hermano, haciéndole gruñir. - Eres un jodido imbécil. - Le miró con los ojos entrecerrados y chasqueó la lengua. - A mi no me jodas, yo ni quería ese cuerpo ni quiero tener a esa tía delante, ya vez tú lo que me importan a mi un par de tetas. - Volvió a chasquear la lengua y finalmente se sacó el cigarrillo de entre los labios para sostenerlo un momento en la mano, mirándolo.

Fue a quejarse diciéndole que se metiese el café por donde le entrase, pero entonces le escuchó aquella oferta. Aunque que le insultase de aquella forma ya le jodió algo más. - Púdrete... - Le musitó en lo que prácticamente fue un gruñido, y suspiró.

Se sentía tentado, tenía aquellas palabras que le prometían droga en al cabeza repitiéndose una y otra vez, e incluso se quedó mirando a su hermano de reojo, pensativo, pero... volvió a cagarla. La mierda que se había metido no estaba haciéndole bien por mucho que, probablemente, se la hubiese tomado para dejar de estar completamente gilipollas. - No tengo cara de amargado, quizás soy un amargado por que he crecido imitando a un puto amargado como tú. - Le bufó y tras darle un golpe volvió a llevarse el cigarrillo a los labios, dándole una honda calada.

Casi tragó el humo de mala forma que le dio la tos en el momento que escuchó aquello. - ¿Así que esa compañera con la que fuiste a los establos es tu novia? - Aprovechó a sacar el tema, ya que Adnan había mencionado a su novia y bueno... quería en verdad saber si era tal y como él lo había sospechado.

- Y en vez de tocar tetas podrías hacer algo mejor. - Le miró entrecerrando los ojos, terminando por caer en la tentación. - Dame un poco de eso que te has metido... se te ve demasiado feliz...