Smoking in Heaven

(Bueno se supone que es una fiesta. Y es libre, libre, groseramente libre)

Yo no sabía cuál era el plan de esa noche, mis únicas intenciones eran las de seriamente emborracharme, y mientras me bebía la segunda cerveza rebuscaba en mi reproductor mp3, conectado a un cable atado con cinta de pegar por que estaba a punto de dejar de funcionar, una canción adecuada. ¿Adecuada para qué? No tenía ni idea. Finnerty había hablado de haber invitado a cuanta santa gente había querido en un segundo y al otro me decía sólo vendrán un par de amigos así que ya no sabía nada, mientras hubiera alcohol todo estaba bien.

Así que puse una vieja canción de Rufus Thomas titulada "Bear Cat" que en nada empezó a sonar. No estaba sólo con Finnerty en su destartalado apartamento de Dalston, en el este de Londres, también estaba Bleeker Cleaverly y yo siempre pensaba que tenía pinta de contrabandista de los años cincuenta por su peinado y sus gafas anticuadas, se lo había dicho ya un par de veces. Quizás por eso la elección musical.

-Esta es nada menos que una versión de la canción "Hound Dog" de Big Mama Thornton, pero en vez de que una mujer se refiera a un mal hombre como perro, en este caso es un hombre refiriéndose a una mala mujer como una gata ¿Quién más dices que va a venir, Finnerty?

Ya sabía que a ninguno de los dos les interesaba mi palabrería de curiosidades musicales pero de todos modos iba a soltarla cada que pusiera música. Estaba desparramado sobre el sofá que era mi casa, moviendo el pie con ritmo y a la vez intentando equilibrar la botella de cerveza justo encima de mi ombligo, por lo que casi tiro la botella y me llené el antebrazo de espuma.

-Por que si su idea de diversión es vernos las caras toda la noche, jugar cartas y caernos de borrachos sin al menos un especímen femenino, creo que mejor bajaré a algún pub. Dios, es que son tan perdedores ustedes... ¿Hay algo de comer?

¿Quién iba a ir, eso era una fiesta? Miró entre desconcertado y asqueado a Malik que estaba como niño hiperactivo en el sofá, hablando de música creyéndose muy conocedor mientras él analizaba cuidadosamente su mano de cartas pensando que tenía un juego de mierda pero no iba a evidenciarlo ante Finnerty, menos por que con seguridad había apostado fácilmente la cuarta parte de su sueldo como auror.

-La versión más famosa es la de el Rey Elvis, le pese a quien le pese... ¿Fue demasiado alta mi apuesta Finnerty, es todo tu mes en el bar de Brigantia? Lo siento, es que soy tan exitoso que no mido, no mido...

Él también sabía un par de cosas de música, a pesar de no haber tenido contacto muggle en el núcleo familiar. O sea que su conocimiento tenía más mérito y punto. No estaba tomando cerveza sino un trago de un whisky mágico que le gustaba bastante, escocés, no de fuego por que ese no lo volvería a tocar jamás después de haber tenido su primera congestión alcohólica a los dieciocho. Se levantó las gafas con el dedo anular, un gesto que repetía casi como tic nervioso antes de volver a atender las quejas de Malik deseando que se fuera al pub si lo que quería era compañía, aunque dudaba mucho que fuera a conseguirla fácilmente con esa pinta de malviviente que tenía.

-¿De verdad va a venir gente, Finnerty? ¿Por qué me haces esto? Sabes que odio a la gente. Mi idea de diversión es que te quedes toda la noche callado Malik ¿Qué tal te suena?

Ambos sabían que era un amargado y quizás cada año lo era más, seguramente quien llegara sin conocerlo de nada se preguntaría por qué alguien querría pasar tiempo con un tipo como él. Dejó sus cartas volteadas sobre la mesa y se desperezó empezando a resignarse con la idea de que eso era el inicio de una fiesta, así que más valía terminar su trago y ponerse otro por que la interacción social en estado sobrio le parecía ridícula.

No, no había perdonado nada. Probablemente no lo iba a hacer. A ella no le causaba mucha gracia lo pasado, pero ya no había mucho que pudiera hacer, porque si algo tenía bien en claro es que no iba a andar rogando por nada. La abrupta aparación de Malik y compañía le habían jodido hasta lo indecible, pero en fin, ya poco podía hacer al respecto. ¿Que si se le había quitado la locura con Angus de la noche a la mañana? No. Pero si él no la buscaba ella tampoco lo iba a hacer.

Seguía enojada (no precisamente con él sino con la situación) cuando le había comentado lo de la fiesta improvisada en su piso, pero a pesar de todo Loreen nunca se había perdido de una cosa así, por muy poca gente que fuera la convocada o el tipo de reunión de la que se tratara y no iba a comenzar ahora. Todo lo demás después de unas cuantas botellas iba hasta a dejar de importarle. Probablemente hasta ligaba algo y ya, solucionaba aquella frustración que se cargaba, fin de la historia.

Llevaba consigo varios cartones de cerveza y un par de botellas de whisky, cortesía de la taberna Luttrell por las que su madre casi le hacía firmar un contrato para pagar a base de trabajo forzado hasta que mencionaba que era su aporte para una fiesta del cachorro Finnerty, y con eso santo remedio. Llevaba todo bien empacado en su enorme bolso de cuero imbuido con el siempre útil hechizo de expansión. Se vistió casual, se esponjó el cabello tanto como pudo y apareció en el departamento de Angus y Malik por medio de la chimenea.

- ¡Oye lobo! ¿Dónde dejo esto? No quiero empezar a chorrear cerveza y whisky por la bolsa. - Le llamó desde la cocina y al acercarse hasta la sala lo primero que vio fue a Bleeker. Bien. Eso le ponía algo nerviosa. Porque si el auror estaba ahí probablemente Dan también se pasaría, y aunque podía decir que lo llevaba bien con él a la vez le era un tema delicado. - Hola Bleeker. - Mucho trato con él no tenía, pero lo conocía por medio de su hermano cuando habían sido pareja.

- ¿Va a venir mucha gente? Llegué tempranísimo, no me vayas a querer poner a barrer. - Decidió mejor ir a tumbarse en el sillón junto a Malik en lo que la gente llegaba. Dejó su bolso en el suelo para que el anfitrión se hiciera del licor y lo acomodara donde le diera en gana antes de tumbarse junto a Karim, desparramándose con toda la mala intención de dejarle menos espacio a él. - Yo no sé, pero tú de alguna manera me tienes que compensar por daños y perjuicios. - Aunque todo sea dicho, llevaba una sonrisa bastante maliciosa en el rostro.

La invitación le había llegado por dos lados distintos: por Finnerty y por Crawford. Los dos le daban igual de vergüenza por una razón u otra, pero más le valía no parecer un ratoncito asustado y no mostrarse arrepentida por sus tonterías de llegar borracha al bar que manejaba el licántropo, Seguro por eso la había invitado. Lo que le sorprendió fue descubrir que Aquila también había sido invitada. Lo platicaron y decidieron ir al final. Aquila hasta le prestó un brazalete para terminar con su atuendo. Iba casual, no se había arreglado demasiado, parecía que estaba en un día común de la Universidad, así que nadie podría decir que iba sobreproducida, aunque ese término debería estar prohibido.

Tomaron la chimenea desde casa de Aquila. Nadie pareció cuestionarles nada porque nadie esperaba que si salían juntas, fueran para llegar a una fiesta de gente extraña en una zona nada confiable. Y con gente de apellidos que seguramente harían a las dos familias arrugar la nariz. Pearlie hasta les dijo que probablemente se les uniera Milena. Eso les ponía todo más fácil.

La chimenea a la que llegaron estaba en una cocina. Puso cara de circunstancias y avanzó con Aquila hasta donde escuchaba música y ruidos. No era como si hubiera salvado las distancias en una residencia enorme tampoco. Ellas también llevaban ofrendas que dejaron en la cocina, por su parte, algunos aguardientes que ella jamás había tomado pero que a Aldrich le encantaba robar de la reserva de su abuelo. Tomó una de las botellas.

Fue raro inmediatamente. A Bleeker ni lo conocía, sentía que Loreen la odiaba –no estaba segura, se lo decía su intuición de mujer- y Angus y Karim…bueno, eran caso aparte. Respiró profundo y sonrió a Aquila antes de acercarse a Karim. Si no le dio un apretado beso en la mejilla fue porque no quería que Lillyvick pensara que ya se había convertido en una libertina.

-A ver, les traje esto a ti y a tu hermano lobo.

Sonrió a Angus, a quien saludó con un gesto de la mano, como a Loreen y a Bleeker. Sabía lo que había pasado con Aquila a la mitad, o sea, que según la versión que tenía Pearlie, se habían encontrado por casualidad y no habían ido a lugares muggles grasientos. Era la reina de los momentos incómodos al parecer, había escogido un pésimo timing para llegar. Y ella ni enterada.

De compartir una cena exprés con Leslie a ser invitado por ella a una fiesta, no había mucha diferencia. Era una chica extraña, pero por eso a Hákan le gustaba, porque no se parecía en nada a ninguna de las otras inglesas que había conocido. Crawford también le comentó algo de la fiesta, del hombre lobo y del alcohol a raudales, y le dijo que estaría ahí con la chica Ayres. Un poco de alcohol y marihuana, que era la única droga que tomaba, no le iba a caer mal a su organismo, ni Ayres padre tenía que darse cuenta de nada porque no iba a decaer su rendimiento. Se lo tomaba en serio pero también necesitaba diversión.

Por otro lado, había conocido a Sofie Luttrell en la cafetería, hacía no mucho, cuando tuvieron que compartir mesa porque el resto estaba atascado a una hora poco conveniente. Y le había parecido linda y nada peligrosa y por eso la invitó también, sin permiso de nadie, haciéndose el hombre de mundo que invitaba a fiestas, llevado por sus cada vez más latentes ganas de socializar como era debido. Su inglés estaba mejorando.

Había quedado con Leslie de llegar juntos, no creía que se molestara si llevaba a Sofie con ellos y le pidió de buena gana y buen modo que la recogieran en el salón de convivencia de cerridwen, en donde para su sorpresa, Sofie estaba acompañada de otra chica muy guapa. Guiñó a Leslie como un confianzudo. No estaban a tiempo de entender sus lenguajes corporales y sin palabras pero más valía ir practicando con ella por si quedaban en el mismo equipo de quidditch. Que entendiera que al parecer, se sentía de suerte.

No sabía si se conocían o no, así que cometió la prudencia de presentarlas la una con la otra aunque pasara la vergüenza en caso de que se conocieran y después pasaron al traslador, una botella vacía de plástico del mismo bar de Finnerty que Leslie tenía.

Él no llevaba nada para ofrecer al dueño de la casa, iba como un gorrón, y todavía le debía dinero de la vez que se había llevado una caja del bar prometiéndole que le pagaría, pero esperaba que olvidara eso y lo dejara estar. Si era necesario, ya encontraría una licorería donde comprar algo. Al llegar a casa de Finnerty los cuatro juntos, buscó con la mirada a alguien conocido, pero ahí no estaba nadie que el conociera más que la acosada de Crawford.

También estaba una chica de apariencia demasiado elegante como si fuera a un bautizo pero muy guapa y alguien casi encima de Haider Malik, de bonitos ojos. Saludó a los hombres con un apretón de manos, presentándose y dejando que las niñas, que seguro conocían más gente ahí, hicieran lo suyo. A Pearlie le dijo que Crawford ya casi llegaba, que solo había dicho que iría a recoger a unas mujeres. Con la última con la que se presentó fue con Aquila, aunque sentía que en cualquier momento le iba a dar una bofetada.

No le quedó más que regresar a donde estaban las chicas que lo habían invitado (aunque hubiera sido al revés) y esperar a que Leslie tuviera la bondad de darle algo de beber, porque a él le dio pena llegar a absorber el alcohol sin haber llevado nada.

Desde que tomó la chimenea supo que había sido una pésima idea. Ninguna de las dos tenía razones de peso para estar ahí pero al final habían acordado que lo mejor sería ir, y esa vez no se puso vestidos rojos ni faldas para que nadie jodiera con que siempre iba muy formal. Una blusa blanca con un lazo negro al cuello, un pantalón azul marino, tacones dorados y un blazer en verde imperial no tenían que ser el atuendo más elaborado del mundo ¿No?

Miró todo alrededor, la cocina pequeña, los artefactos muggles y claro, el ruido de la estancia desde donde venían las pláticas. Era ridículamente temprano y al parecer Pearlie estaba tan desenvuelta entre esa gente que no se lo pensó ni un minuto para ir, saludar y decir que había llegado con regalos. Ella no llevaba nada más que su presencia y sentía que eso era un error en muchos niveles, más mirando a Bleeker Cleverley sin saber por qué en sexto año el tipo le había gustado un poco (¿Qué estaba pensando?) y a otros con los que nunca había tenido trato, como Karim Malik de Ravenclaw al que Pearlie saludaba con aparente afecto, o confianza, o lo que fuera.

Sonrió un poco más que de manera forzada, apenas moviendo los labios y decidiendo que lo primero que haría sería desaparecerse de escena para plantearse seriamente la posibilidad de irse, aunque le supera mal por Pearlie. Se dirigió a Finnerty ¿Era el dueño de la casa, qué no?

-Hola... ¿Me permites tu baño?

Le importó un carajo que fuera de mal gusto llegar fingiendo que quería ir al baño pero fue lo único que se le ocurrió. No iba a saludar a nadie de los presentes, y como había muy poca gente todavía no podía perderse entre la multitud o pasar un poco desapercibida. Con el extranjero (se notaba en su acento) que se presentaba por pura cortesía sólo le sonrió a medias sin decirle su nombre ni nada antes de disponerse a pasar unos minutos a solas en el baño del apartamento de Finnerty, para plantearse la posibilidad de a) quedarse ahí dos horas o b) largarse mucho antes de lo previsto.

Había escuchado sobre la fiesta que había en estos momentos. Pues Malik me había mencionado de esta.
Me había quedado en mi habitación pensando si asistir o no, mire por un momento mi cama que se encontraba llena de libros y apuntes y mire mi closet rápidamente para poder coger mi atuendo para esta noche.

Prefiero mil veces una fiesta a quedarme estudiando como si fuera una matada.
Espero encontrarme a Regina que nos habíamos rencontrado en el lago después de darnos miradas matadoras en Hogwarts o a Sofie aquella española que había conocido en la cafetería pues son las únicas que conozco por ahora, o tal vez termine encontrándome a algunos compañeros y obvio que a Malik.

Al llegar al lugar identifique a Karim que andaba platicando con algunos y me acerque a estos con una sonrisa algo pequeña en mi cara, pues no los conocía de nada.

-Hola.- Los salude al momento que llegaba.

Me hubiera gustado llegar con Reg directamente, pero tenía cosas qué hacer y había preferido tomar el traslador ella misma. De todos modos estaba muy bien acompañada por mi nuevo amigo Hákan Kristjánsson a quien tenía qué buscarle ya un sobrenombre por que ni su apellido ni su nombre eran algo sencillo de pronunciar para mi lengua anglosajona, y de otras niñas bonitas que quién sabe de dónde había sacado pero no se veían malas personas. Yo me presenté con ellas cuando las encontramos una a una en el campus y fuimos hablando de trivialidades hasta que llegamos a donde Finnerty.

¿Todos llevaban cosas? Yo lo único que tenía era mis bolsillos vacíos, veinte libras guardadas en el corpiño y una botella de cuarto de vodka que había logrado colar a Brigantia, del corriente. Corriente era poco. La abrí antes de que abriéramos la puerta para entrar y se la dejé a Hákan en la bolsa de su pantalón trasero, a fuerzas, todavía más confianzuda que él. Daba igual, si iba a ser mi amigo que se acostumbrara a la manera en que yo trataba a mis amigos.

Ya dentro se me escapó una carcajada idiota al ver a Pearlie Burroughs y a Aquila Lillyvick ahí, tempranísimo y vestidísimas en plan princess. Vi a la hermana de Parker Luttrell, a Karim Malik y al hermano de Regina que siempre me había caído bien aunque tenía claro que era experto en ser antipático, y me gustaban sus tatuajes.

-Perdón, es que me hizo gracia. ¡¡ANGUS!!

Fui hasta el licántropo y le salté encima sabiendo que no lo iba a derribar por que era como treinta centímetros más pequeña que él y por que teníamos ensayado ese saludo, aunque me le bajé de encima sin ser mono araña por más de dos minutos para que la gente no se escandalizara pensando que era una más de las enamoradas del barbudo.

-Qué linda tu casa, deberías hacer fiestas más seguido... Hola Bleek, Karim, Loreen... sus nombres rimaron. Bueno ¿Ya conocen a mis amigos? ¿Dónde hay cerveza? Prometo traer más cuando se termine al rato con Hákan, ofrecemos nuestros servicios. Soy Leslie, por si alguien no me conoce, o por si ya se les olvidó

Que sus planes para la festejar sus primeros días en la universidad estuviesen limitados a pasar la noche con Bleeker y sus amigotes no le causaba tanta emoción. Por eso hizo una carota cuando Leslie le dijo que fueran. Le encantaba estar con ellos, mucho, pero la verdad ella hubiera preferido que mejor se fueran a un pub muggle con identificaciones falsas.

Así que le dio un rotundo no, inventando que tenía que ordenar su papeleo y quién sabe cuántas cosas más. ¡Ya se imaginaba! Su súper reunión estaría limitada a hablar de música muggle que ella ni conocía o a jugar cartas. Y a las póker mágico ya había jugado el día anterior en la sala de convivencia. Además de que no estaba segura si su hermano había ido o no a trabajar, por lo que no sabía si estaría de humor.

Pero luego se encontró con uno de Ogmios que le preguntó cómo iba a irse, luego alguien más y su desconcierto se hizo gigantesco. No fue hasta que Finnerty la invitó que se dio cuenta de que mejor si le hubiera dicho a Leslie que sí. Le tuvo que pedir a Angus uno de sus trasladores por que no se acordaba ni de cómo se hacían ni de cómo llegar.

Si acaso, Regina solo se cambió las pantuflas por unas sandalias bonitas. Se dejó la camisa de su hermano y el short que había llevado puesto toda la tarde. Mientras esperaba a que sus pinzas para hielo se prendieran para que pudiese irse se preguntó cuánto tiempo tardaría Dan en darse cuenta que había estado usando su ropa toda la semana.

!Voy a ir con Finnerty! –anunció en voz alta. Sonrió cuando vio que Lucian se acercó y le acercó su traslador para que él y todos los que se acercaran lo pudieran tomar. Y se fue. Como siempre, no aterrizó de pie y al caerse hizo un ruido sonoro que anunció su llegada. Literal, ella no llevaba nada. Le pediría dinero prestado a Bleeker si lo necesitaba o se lo pediría de regalo de cumpleaños adelantado.

Abrió la puerta y entró. Le hubiera gustado no llegar sola, pero eso le pasaba por amargada. Solo dijo un “buenas noches” lo más formal que pudo y, habría resultado así de no ser por que ella lo había dicho. Sonó más bien gracioso.

Se acercó a la mesa en donde estaban jugando Bleek y Finnerty y dejó las pinzas para hielo. De seguro las iban a necesitar.

¿Ya te ganó Finnerty toda tu quincena? –le preguntó con sorna a su hermano desde atrás, al echarle un vistazo a su juego y dándole unas palmaditas en la espalda a modo de saludo. Al girarse se encontró con Gabrielle, así que le sonrió-. Gabrielle, que bonita te ves. Mira, él es mi hermano Bleeker y al que acaba de medio golpear Leslie, ¿te acuerdas de ella?, es Angus. Pero de seguro ya lo conoces

A Karim no se lo presentó por que pensó que ya lo conocía. Seguramente a su hermano no le iba a agradar la idea de que anduviera presentándoselo a todo el mundo; pero tampoco era correcto dejarla ahí sola.

Hola Karim


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off: si quieren, si quieren eh, pueden decir que llegaron conmigo para no perderse o algo. Sino, pues no.

Escuche que me hablaban y me gire para ver de quien se trataba y me encontré con Regina y le sonreí.

-Hola Regina.-La salude.- Muchas gracias igual tu.-Le comente con una sonrisa.

Me presento a su hermano y lo mire bien tenían algún parecido y se veía agradable el chico.

-Un gusto Bleeker. -Le dije extendiendo mi mano y mire hacia los mencionados de Regina.- No, no tengo el gusto -Le comente con una mueca, mirando que algunos trajeron sus bebidas, se me había olvidado a mi traerlas.- No traje mis bebidas.-Comente con una mueca.

A decir verdad no me dijeron que trajera, pero me sentía fuera de lugar, tal vez me limite a tomar un vaso de agua o de algún jugo.

Me estaba terminando la cerveza, dándole gusto al amargo de Bleeker quedándome callado justo después de que lo dijera, pero me tuve que carcajear groseramente cuando perdía al póquer con Finnerty, y ya quería replicarle cosas sobre la versión de Elvis Presley de Hound Dog, pero me quedé con las ganas por que Loreen Luttrell hacía acto de presencia. Ya debería estar avergonzándome por arruinarle su noche con Finnerty pero en vez de eso intenté enorgullecerme de las idioteces que el alcohol me hacía hacer.

Y me pregunté si todos en Brigantia eran ricos o qué carajo, por que llegaban con dádivas dignas de un canciller, a darle botellas y botellas a Finnerty como si acabara de ser nombrado ministro. Yo apenas si tenía para comprar un six pack que guardaba celosamente bajo el sofá por que no pensaba sacarlo esa noche si todos andaban tan generosos. Yo no era rico, es más, no tenía en qué caerme muerto, salvo el sofá mismo donde estaba sentado y ahora Loreen me acompañaba, o me desplazaba si así quería alguien llamarle.

-No te me pongas tan cerca, que soy tímido. Te lo compensaré con una canción de los Beach Boys... y seguro será más divertido que lo que hubieras hecho con Finnerty. Jugar damas chinas seguramente

Puse "Surfin' USA" cuando escuchaba que alguien llegaba en la cocina para que Bleeker se fuera poniendo de peor humor, pero de todos modos seguro no se iría. Era nada más y nada menos que Pearl Burroughs dirigiéndose a mi en particular como si fuera su mejor amigo. Me tuve que reír, pero no lo hice en plan burla, además se veía apenada por la tontería esa de llegar al bar. La jalonée para que se sentara a mi lado en el sofá, y quedar entre dos mujeres como un jeque árabe.

-A mi y a mi hermano lobo. Para nadie más ¿Les quedó claro, malvivientes?

Poco después la gente se empezó a hacer presente así que mi estar tirado en el sillón como si estuviera drogado (todavía no lo estaba) tenía que terminarse pronto. Mucha gente que no conocía de Brigantia y muchas visitas inesperadas, como la de Lillyvick que parecía querer irse en el instante en que puso pie en el apartamento y le fue a preguntar algo a Finnerty, ignorando o casi ignorando al islandés que había visto ya varias veces por la facultad. Yo por mi parte saludaba a cada uno que iba llegando desde mi lugar, moviendo la mano o llamándolos por su nombre si lo conocía. Lo que también me sorprendía aunque de mejor manera que lo de Lillyvick era que Gabrielle hubiera ido ¿En qué momento había tenido tanto poder de convocatoria? Bueno, seguro era el poder de convocatoria de Finnerty.

-¡Pero si es Gabrielle Ross en persona!

La hermanita de Bleeker, un capullo de flor silvestre, me hacía el favor de presentarlo ante Gabrielle mientras yo me desperezaba del sofá y me levantaba para ir por otra cerveza, una para mi y otra para la Slytherin claro. Y de paso, una para Regina.

-Capullo de flor silvestre, hónrrame aceptando esta cerveza. Hay una para ti también, Gabrielle Ross en persona.

-Ojalá te mueras en un pozo de serpientes, marica

No tenía la menor idea de los planes de Finnerty sobre el variopinto grupo de gente al que había notificado y era mejor así, por que de otro modo hubiera de verdad montado en cólera. Lo del pozo de serpientes era algo que repetía desde los trece años y se le había quedado, por pura nostalgia de la niñez. Le dio igual perder por que pronto buscaría la revancha, de eso estaba seguro, y entonces sería su oportunidad para humillarlo. Lo bueno era que la flor imperial que le escupía su derrota en la cara había quedado sólo entre ellos.

-¿Tienes quince años o qué?¿A quién mierda le sigue importando ser popular?

Sabía que no iban a seguir jugando cartas pero se puso a barajar el otro mazo cuando llegó Loreen a la cuál respondió el saludo con un gesto estilo militar de ponerse la mano en la sien y luego quitarla. Así hacía con quien conocía de vista y con quien no conocía de nada, bastaba quedarse en silencio, como con ese par de niñas bien vestidas que llegaban, aunque luego de unos segundos se acordó de Aquila Lillyvick la de la escuela, la clase de gente a la que le importaba (y mucho) ser popular, pero seguro no serlo entre ellos. Miró a Finnerty como si le preguntara si estaba mal de la cabeza al invitarla o qué se traía.

Claro que si llegaban a saludarlo presentándose y todo como la gente decente, correspondía de igual manera, y hasta sonreía. Bleeker Cleverley, un gusto fue como respondió a Hókan, o Hákan, o lo que hubiera dicho, tenía un nombre complicado y como inglés holgazán prefería que el del habla extranjera hiciera méritos para hablar inglés y no al contrario. Volteó a la puerta cuando escuchaba la voz de su hermana la más pequeña (su única hermana de hecho) y negó con la cabeza cuando vio que en efecto, había perdido y la cosa no había quedado entre ellos.

-Ya, no lo hagas público, Ginny. Le tendió la mano a la chica que su hermanita le presentaba también sonriendo un poco, por que sabía ser educado, claro. -Un gusto, lo mismo digo. ¿Qué haces tú aquí, niña? ¿Qué no tienes tarea?... y no te preocupes por las bebidas ¿Gabrielle, verdad? Aquí compramos suficiente, mira, ahí lo tienes

Por que sin tardar demasiado Malik ya le estaba ofreciendo algo, y de paso a su hermana, a lo que sólo entornó los ojos con odio, aunque si de verdad le molestara que ese interactuara con Regina ya lo hubiera golpeado. No, Malik era terreno seguro, aunque fuera casi siempre insoportable. Se disculpó un momento con la rubia y su hermana para jalar del brazo un poco a Finnerty luego de que otra rubia demente se le colgara como fan adolescente de Gilderoy Lockhart. Casi en la cocina se atrevió a cuestionarlo.

-¿Y a ti qué te pasa, tú la invitaste? ¿Estás mal de la cabeza?

Lo que mas me fastidiaba era que me trataran de niñita rodee los ojos al escuchar el comentario de Bleeker y tome la cerveza que Karim me entregaba.

-Antes que termine por molestarme...¿Tu comentario era para mi o para tu hermana? -Le pregunte colocando mis manos sobre mi cintura menos aquella que andaba ocupada por la cerveza que minutos antes Karim me había entregado.- Gracias Karim -Le agradecí.

Mire como Bleeker le reclamaba a Karim sobre invitar a su hermana y bufé un poco... hermano celoso, era lo que en mi mente decía al ver como se ponía.

-Tranquilo Bleeker, tu hermana no tiene tarea ni nada y creo que es libre de socializar con quien ella guste.- Le comente mientras bebía de mi cerveza.

Y ahí entendí que su comentario no era dirigido hacia mi, pues termine por entenderlo ante el comentario que le hizo a Karim.

Angus me había invitado a una fiesta que se armaría en su casa. Me parecía buena idea y sinceramente necesitaba un poco de esparcimiento después de todas las clases que había decidido –malamente- tomar. Eso me pasaba por alocarme más de la cuenta a la hora del registro y por eso ahora tenía que pasar las tardes o en el salón de convivencia, la biblioteca o en la cafetería haciendo deberes o ensayos o mil cosas que a los profesores, además del viejillo, se les ocurriera. Empezando por Medimagia ¿en qué estaba pensando?

Estar en casa los fines de semana era una bendición, sinceramente. La comida de mamá era mucho mejor que la de la cafetería o el comedor y la compañía de Romina me ponía de buenas cuando no tenía nada mejor que hacer que estar de niñera. La niña se estaba convirtiendo en toda una florecita bella y eso era todo gracias a Charlotte –claro que Jonathan era muy guapo, era mi hermano, todo sea dicho, pero Charlotte era la culpable de todo-, y papá era caso aparte. Con esa sonrisa sempiterna y el carácter de un ángel. Me gustaba pasar tiempo con él leyendo en su despacho o haciéndole preguntas sobre los deberes que dejaba la Decana. Siempre era bueno pasar tiempo con él.

Luca había insistido en ir a la fiesta pero me había negado rotundamente. Además, Pietro estaba ahí y seguramente se aburrirían –lo dudaba- pero yo también quería pasar un tiempo a solas con Adrian- si es que iba-. Que hablando de Adrian, en casa se habían portado bastante intrigados y preguntaban todos los días por él, como si alguien –y por ese alguien me refiero a Adair- les hubiera comentado a ellos o a Jonathan sobre lo que fuera que hubiera empezado con Adrian. Mi madre era quien más interesada se mostraba. Claro, no necesitaba que le dijera mucho porque mi madre es legeremaga y ya estaba. Que odioso era eso.

Terminé de vestirme mientras Luca pululaba por ahí con una estola color magenta y unos lentes oscuros de hippie decadente haciéndome carcajear. No había recibido noticia de si Adrian iría pero terminé mandándole una lechuza con la dirección diciéndole para vernos directamente en casa de Angus. Tomé la botella de Kraken que había comprado y que en lo personal era mi favorita. Quizá por el sabor a vainilla que le daba. Lo metí a mi bolso junto con la varita y tomé la dirección, pronunciándola claramente en la chimenea, no fuera a ser que me mandar a casa de Aquila Lyllyvick o algo así.

Y hablando de Aquila, la había visto pasar corriendo a quien sabía donde en el momento en que había llegado por la chimenea. Chasqueé la lengua. No tenía especial trato con la semiveela ni había tenido percances directos con ella, pero de que me caía gorda, pues era obvio. Era tan distinta a mi que me daba no se qué.

-¡Pearlieeee!-la miré de arriba abajo y me reí un poco. Siempre me daba mucha risa la forma en que Pearlie se vestía, pero ella sabía que era en broma y nunca se lo tomaba a mal. Me giré a Angus y en realidad no me importó mucho que Bleeker, hermano de Dan y Regina, estuviera como que regañándolo y algo y me tomñe la libertad de abrazarlo por el cuello y darle un beso bien tronado en la mejilla, recibiendo cosquillas por parte de su barba a la que no me terminaba de acostumbrar -Espero no llegar en mal momento.- y saqué la botella de mi bolso.-¿Dónde dejo esto?

Saludé a Leslie. Nunca me llevé particularmente bien con ella pero tampoco me llevé mal, supongamos que era una convivencia tranquila y soportable que a veces me daba risa la forma en que se vestía. Luca alguna vez me dijo que la reformaría pero que al mismo tiempo le gustaba su estilo. Claro, jamás se lo dijo a Leslie.

Miré a Karim pero estaba con… ugh, Gabrielle Ross. Me le quedé mirando sin miramientos e incluso solté una carcajada sin poder evitarlo y con un tono de voz bastante audible para la mayoría-¿A Ross se le han olvidado los pantalones o es un estilo nuevo del que nadie tiene conocimiento?-Pues me había quedado sin poder ir a saludar a Karim porque –como siempre- andaba en el ligue descarado. Le hice un gesto con la mano a Regina junto con una sonrisa bien grande.

-No no, hay más en la cocina, no las iba a traer cargando.

Se aseguró de aclarar que no le llevaba nada más ofrendas a los salvajes hombres de la casa, sino que los demás podían beber también si querían, mientras Karim la sentaba de golpe en el sillón, aunque ella estaba más al pendiente de ver si llegaba alguien más o de no separarse mucho de Aquila, porque de pronto se dio cuenta que haber sacado a bailar a Finnerty una canción de Yelle y haber interrumpido su romance, no era el equivalente a tener la confianza de plantarse en su casa, o ser amiga de Malik, o lo que fuera. Claro, se daba cuenta cuando estaba sobria.

Notó que Aquila, con todo y lo discreta que podía ser, no estaba nada feliz. Esa fue la razón principal por la que casi ni pusiera atención al islandés cuando llegaba a decir quién sabe qué cosa de Crawford, a lo que Pearlie solo respondió con una fingida cara de “ajá ¿y a mi me importa por qué…?”.

El islandés había llegado con Sofie y con otra chica de su facultad que creía, estudiaba Historia, como Crawford. Precisamente. Ach, ni se iba a enojar por las palabras del islandés, ni nada, que a ella qué. Fue directamente hacia Sofie pero lo hizo con urgencia porque al parecer Aquila iba para el baño o algo así. Abrazó a la rubia Luttrell y a ella sí le dio tres tronados besos en la mejilla muy rápidos.

-Muy lista, tú.

Se lo dijo por el islandés, esperaba que ella entendiera a qué se refería y no que se le quedara viendo con cara de retrasada o algo esperando que fuera literal. Saludó a la otra chica con un gesto de la mano y le hizo cara a Sofie de “espérame”. Fue tras Aquila antes de que se encerrara en el cuarto de baño. La detuvo jalándole muy suave la muñeca y miró a todos lados antes de entrar al baño con ella.

-Oye, si quieres nos vamos. Como que esto no luce tan bien. Digo Finnerty es lindo y el amor y todo lo que tú quieras, pero ya me disculpé oficialmente con esas botellas de aguardiente por mi tontería.

Entre el tipo ese de los lentes y los tatuajes siendo un huraño, la risa de esa niña medio corriente que se le había colgado a Angus, el comentario en un terrible pero comprensible inglés del islandés y la ropa de la rubia despampanante que estaba vestida para que todo mundo se le quedara mirando (y claro que también era corriente eso para una niña como Pearlie), se sentía pero totalmente fuera de lugar. Sofie se manejaba entre esa gente, pero ella no tanto.

-Bueno, luego dirán que somos unas ñoñas, pero da igual. Tú me dices.

Le sonrió y la dejó en paz. Si habían llegado juntas, se iban juntas, así eran las cosas. Salió del baño para volver a donde estaba la gente en lo que Aquila se decidía y ahí ya estaba Gianna, a quien también saludó feliz, aunque no estuviera taaaan contenta. Le dio un empujoncito en el hombro por la risilla, que seguramente era por la ropa.

-Que a todas ustedes les encante estar fodongas todo el tiempo…y a algunas usar solo calzones, no es mi problema, Vercelli.

Le sacó la lengua. Solo estaba jugando con ella. Más bien ella se hubiera reído mucho de saber que todo mundo pensaba que estaba fresísima solamente por…lucir normal. Ni les adelantó que tal vez se iría pronto.

Rodee los ojos al escuchar la voz mas irritante que mis oídos pudieron escuchar en estos momentos, era nada mas ni nada menos que Gianna Vercelli.

Gianna y yo nunca fuimos las mejores amigas ni conocidas que se podría tenerle importancia en mi vida... Para mi esta chica podría morirse en este momento y yo andaría encantada de la vida sin tener que verla o escucharla mas.

-Pero valla... nada mas ni nada menos que Vercelli y su ropa de segunda... -Comente rodando los ojos.- Otra cosa que no sepas lo que se le llama calidad y comodidad a mi gusto. Comente para ir por otra cerveza a la mesa que estaba llena de bebidas y sonreí mientras caminaba.

Ignore olímpicamente a Vercelli y me dedique a servirme un trago quedándome ahí mismo mirando a los que llegabam

Había que decirlo, la puta fiesta de inicio de cursos dentro de los terrenos de Brigantia hace un par de semanas había resultado… bueno, un auténtico fiasco. No lo sé, es decir pese a que había tenido ratos bastante interesantes y había contado con mi propia disposición de nunca permitir aburrirse y tal, esos esporádicos detalles de buen rollo no compensaban, ni un poco, lo que de verdad necesita una maldita fiesta en toda la extensión de la jodida palabra. Claro, ahí había sido el primer contacto visual mutuo con Pearlie Burroughs, pero eso es cosa aparte.

Así que bueno, el plan era armar un auténtico desmadre como los que solo se podían armar si encontrabas el conjunto adecuado de personas para ello. Angus había invitado a esa conjunción adecuada de personas dentro de su propia casa, y sería algo así como el anfitrión junto a Malik y Cleverley, ese par de hijos de puta que habían estado como un centenar de veces en las borracheras organizadas por el buen licántropo.

Aquí sí, debo admitir, había tomado una decisión tal vez un poco precipitada si es que se quiere ver de esa forma. Pensando justamente en la mierda de la fiesta anterior y conectándola a la coincidencia de que en aquella ocasión yo había llegado completamente sobrio y con mis límites químicos partiendo desde cero, por alguna estúpida razón creí que si pasaba lo contrario, entonces el ambiente de la jodida fiesta sería seguramente muy distinto. Pero Crawford, que para eso no tienes que ponerte hasta las manitas antes de las seis de la tarde, coño, que solo bastaba con saber quién organizaba la peda!. Ah pero no…

Pues sí, que efectivamente iba dando tumbos rumbo a la casa de Finnerty con una jodida botella de vodka en la mano y algunos sobres de cocaína en los bolsillos de mis pantalones. Había decidido no aparecerme hasta la puerta porque bueno ya saben, uno en este puto estado bien podía desplazarse cierta distancia pero dejando en el camino alguna pierna o un brazo, y joder… que cómo vería Joe Crawford sin un miembro?, no no… para qué arriesgarse. Total, que durante el camino iba yo cantando cualquier mierda que se me viniera a la mente y pensando también en la buena idea que había sido invitar a Pearlie a aquella fiesta. Sería buena oportunidad para dar un paso hacia adelante con el fin de conquistar ese lindo coño, puta madre que sí.

Llegue a la casa de Finnerty mientras tarareaba el inicio de Ace of Spades de los jodidos Motörhead, justo cuando un par de sujetos entraban a la casa, así que aproveché para detener la puerta antes de que se cerrara, sostenerme en ella unos segundos para no terminar por caerme, abrirla de puto golpe y, dadas mis ganas y mi humor, gritar a todo pulmón la letra de la puta canción independientemente de la mierda de música que tuvieran puesta allá dentro.

-IF YOU LIKE TO GAMBLE, I TELL YOU I’M YOUR MAN. YOU WIN SOME, LOSE SOME… IT’S – ALL – THE – SAME - TO - ME-

Me acerqué hacia el grupo fingiendo que la botella de vodka era una puta guitarra mientras ya saben, trataba de hacer el sonido de la guitarra en esa parte de la canción y tal. De inmediato me había dado cuenta de la presencia de Pearlie a quien le planté un beso rápido en la boca, para después alborotar el cabello de la puta loca de Leslie que también estaba cerca. Había ya un buen número de gente reunida que, como ya les había dicho yo, era la adecuada para reventarnos hasta morir como dios mandaba.

-THE PLEASURE IS TO PLAY, IT MAKES NO DIFFERENCE WHAT YOU SAY!-

Me quite la camiseta y se la lancé en toda la cara al islandés Hakan, con quien para entonces ya había congeniado de puta madre, o al menos lo suficiente como para tener la confianza de ir y… aventarle un puto trapo sudoroso en la cara. Finalmente me acerqué a Angus y lo tomé con fuerza por detrás de la cabeza.

-I DON’T SHARE YOUR GREED, THE ONLY CARD I NEED IS.. THE ACE OF SPADES!, THE ACE OF SPADES!-

Le di un cabezazo al maldito licántropo mientras me carcajeaba y luego comencé a repartir abrazos efusivos entre Malik, Bleeker, la pequeña Regina, Hakan, y regresar mañosamente a Pearlie para también abrazarla y… claro joder, demorarme más de lo que era necesario para un abrazo de bienvenida.

-Puta mierda colega, PU-TA MIERDA… vamos a pasarla bien joder. LOREEN!, reparte este polvo quieres nena?, anda… reparte a todos el puto polvo del tío Joe. ¿A quién más invitaste Angus?, quiten esa música de mierda por todos los putos…-

-¡No, qué lindo tú! Me bajé de Angus por que se lo llevaban a quien sabe donde, y luego de saludar a Reg con un beso en la mejilla me dieron ganas de hacer lo mismo con Gabrielle Ross por más que la hubiera fastidiado en Hogwarts. Habíamos hecho las paces, además -Claro que Ross se acuerda de mi, ahora somos amigas ¿Verdad?. Y eso hice, le troné un beso en la mejilla a la rubia después de que empezara a arrojar bitchslaps verbales a Gianna Vercelli, a quien sólo sonreí.

A tiempo me acerqué a Hákan para quitarle mi botella de vodka barato del bolsillo trasero del pantalón cuando una chica guapa lo estaba saludando y le di un buen trago. Pensé que todo iba a estar tranquilo hasta que Joe llegaba hecho una cabra para animarlos a todos, que parecían estar en cena con el Ministro de Magia o algo así. No me importó saber que no le gustaba mi música por que tenía demasiados sintetizadores, así que puse una canción con mi propio iPod dejando el de quién sabe quién ahí a un ladito.

Sólo me carcajée luego de que Joe le plantara un beso a esa niña que iba vestida para primera comunión, y haciéndome todavía la que no me daba cuenta, ver de reojo a Martin que acababa de llegar y por cierto no me había saludado. Luego de que terminara con su ronda de abrazos me acerqué a él y le puse la botella de mi vodka barato en la boca para que bebiera (seguro le había pegado en los dientes) y luego le vertí un poco del contenido en la cabeza, sin desperdiciarlo demasiado, claro, era mi preciado vodka barato.

-BEBE, LO NECESITAS PARA CALMARTE.

Se lo había dicho gritando y sin darle tiempo de responderme o vengarse por haberlo llenado de vodka (seguro después lo haría) me fui hasta donde Lucian para empujonearlo y plantarle un beso tronador en la mejilla, igual que el que le había dado a Gabrielle, pero seguramente sería mejor recibido que ese.

-Qué hijoputismo, encima de que me honra con su presencia la pones de malas, Bleeker, hay que ser...

Lo que sí no podía creer era esa tensión social tan de la escuela que se generaba entre la susodicha rubia, la recién llegada Vercelli y también con otra chica de cabello rubio casi blanco. Me quedé mirando como si fuera un espectáculo de otro mundo, entre trago y trago de cerveza, sin entender qué pasaba por la cabeza de las mujeres cuando se decían esa clase de cosas. Todo era mejor resolverlo a cabezazos, amistosos o no, así como los de Crawford.

De pronto había un montón de gente, varios que no conocía, varias chicas que seguramente me iban a voltear la cara si las saludaba y tal. Por un instante miré a Bleeker y a Finnerty hablar de algo que no parecía tan divertido, todo eso antes de que Crawford irrumpiera, Leslie cambiara la música y todo empezara a parecer una fiesta, así, en cosa de dos segundos. Estaba empezando a parecerme muy claro que entre Crawford y Finnerty tenían o querían tener algún asunto con ese par de chicas que se veían algo descolocadas entre nosotros.

Empecé a sentir una rara claustrofobia social que sólo se curaba con hierba, así que hábilmente, sin soltar la cerveza, saqué de mi bolsillo una bolsa plástica con un porro ya liado entre otra parafernalia fumeta y lo encendí con el más muggle de los encendedores, por que lo necesitaba si no iban a dejarme, en adelante poner reggae y filosofar sobre los aspectos más sensibles de la existencia humana. De todos modos, eso no le importaba a nadie.

-¿Quieren dejar lo de la ropa y las bellezas ya? A nadie le importa cómo vengan vestidas. Por mi mejor que no trajeran nada, todos iguales...

No se lo estaba diciendo a Gabrielle en particular, ni a Gianna en general, ni a la rubia extraña, sólo lo dije al aire y en son de paz antes de ver cómo abrazoneaban a Mi-mejor-amiga-Pearl. Le hice señas por si quería fumar hierba lo cual era bastante improbable, pero ya hacía mi buena acción invitándola. Y me darían ganas de ver cómo le sentaría. Por eso, también se lo pregunté a Gabrielle y a la hermanita de Bleeker, a quien todavía tenía cerca, seguramente no por mucho más tiempo.

-¿Fuman?