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Smoking in Heaven
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Hákan Kristjánsson
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Karim Malik
31 participantes
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Re: Smoking in Heaven
Ella ya había retrocedido un par de pasos como pudo, ya que realidad todos iban apretados contra todos, con toda la intención de buscar a Pearlie y Aquila y decirles que ella regresaba a su dormitorio ya. No lo estaba pasando tan bien como había pensado, no conseguía quitarse aquella sensación, por más buena voluntad y disposición a probar algo nuevo que tuviera, de que no encajaba en ese lugar. Ni siquiera había tomado nada para beber, ni mucho menos fumar nada o tomar de las drogas que rondaban por ahí – que por supuesto, ella no hacía nada de eso -. Siobhan estaba ocupada con un chico y Martin tenía sus propios asuntos por resolver con Leslie, aunque tenía que decir, que lo que había alcanzado a escucharle le pareció lo más tierno posible. Tenía que decir que en un principio su aspecto le había parecido de lo más intimidante, y seguramente si su madre llegara a verlo algún día sería una veela muy escandalizada de pensar que ella tenía cualquier clase de relación con una persona así, pero el chico era dulce y así lo mostraba en su confesión a la rubia. Aquello había hecho calmar un poco su mal humor, aunque no tuviera pensado despedirse de él más que con un gesto para no distraerlo.
De verdad que no había creído que el chico iría tras de ella, si de hecho ya lo hacía bailando con la morena y cumpliendo deseos perversos. En verdad que si ese era la clase de atmósfera en esas fiestas ella estaba lejos, muy lejos de todo aquello y prefería mejor tomar algo en los lugares que ya conocía con gente en la que confiaba y ya.
Pero no, Malik, que por alguna razón pensaba que aquel era su nombre, se acercaba a pedirle justamente el suyo. Le sorprendió un poco. No es que fuera ingenua o tonta y no supiera del efecto que podía ejercer en algunas personas, pero nunca le había sucedido que aquel influjo fuera más fuerte que una promesa de sexo seguro como la que había escuchado. Esto era nuevo.
Alcanzó a ver a la chica de cabellos oscuros que se alejaba y hacía un gesto como disculpándose y Milena, sintiéndose repentinamente nerviosa, se mojó los labios y acomodó un mechón de cabello tras la oreja. Que no tenía porqué disculparse en verdad pero, ay, ya ni sabía…
- Disculpa, pensé que era tu nombre. ¿Entonces cuál es? Yo soy Milena. –
Poca oportunidad a preguntarle cualquier cosa por romper el hielo cuando se armaba más alboroto y al voltear veía a Aquila ya llorando. Inmediatamente frunció el ceño y pudo sentir a la perfección como la piel de la nuca se le erizaba por puro disgusto. Ella que sabía que Lillyvick tenía un momentáneo ataque de pánico a causa de experimentar con hierbas de dudosa procedencia. Lo que veía era a la chica llorando en medio del licántropo encargado del Bar del Campus y el chico O’Dwyer que parecía tener una actitud protectora para con ella, una que por el rostro del hombre lobo no tomaba de la mejor manera.
- Ese es el dueño del lugar, ¿verdad? – Preguntó a Malik sintiendo que le costaba demasiado apartar la mirada asesina de aquella escena. Cómo se llamaba, cómo se llamaba… Finn… Finnigan… Finnerty… Aquello no le daba buena espina. Ya le preguntaría a Pearlie después, a quien obviamente buscó con los ojos tratando de entender algo o por lo menos saber qué hacer. No se tranquilizó hasta que el Cerridwen se hacía cargo de la situación y también de Aquila. Suspiró.
- ¿Sabes donde puedo conseguir una cerveza? Tengo las manos vacías y comienzo a creer que me hace falta. – Se encogió un poco de hombros, entre cohibida y casi bromeando. No le cruzaba ni remotamente lejos por la mente el emborracharse, pero moría de sed y había visto a Pearlie saludarlo y sonreírle con mucha familiaridad así que eso le bastaba a ella para relajarse un poco a su lado
De verdad que no había creído que el chico iría tras de ella, si de hecho ya lo hacía bailando con la morena y cumpliendo deseos perversos. En verdad que si ese era la clase de atmósfera en esas fiestas ella estaba lejos, muy lejos de todo aquello y prefería mejor tomar algo en los lugares que ya conocía con gente en la que confiaba y ya.
Pero no, Malik, que por alguna razón pensaba que aquel era su nombre, se acercaba a pedirle justamente el suyo. Le sorprendió un poco. No es que fuera ingenua o tonta y no supiera del efecto que podía ejercer en algunas personas, pero nunca le había sucedido que aquel influjo fuera más fuerte que una promesa de sexo seguro como la que había escuchado. Esto era nuevo.
Alcanzó a ver a la chica de cabellos oscuros que se alejaba y hacía un gesto como disculpándose y Milena, sintiéndose repentinamente nerviosa, se mojó los labios y acomodó un mechón de cabello tras la oreja. Que no tenía porqué disculparse en verdad pero, ay, ya ni sabía…
- Disculpa, pensé que era tu nombre. ¿Entonces cuál es? Yo soy Milena. –
Poca oportunidad a preguntarle cualquier cosa por romper el hielo cuando se armaba más alboroto y al voltear veía a Aquila ya llorando. Inmediatamente frunció el ceño y pudo sentir a la perfección como la piel de la nuca se le erizaba por puro disgusto. Ella que sabía que Lillyvick tenía un momentáneo ataque de pánico a causa de experimentar con hierbas de dudosa procedencia. Lo que veía era a la chica llorando en medio del licántropo encargado del Bar del Campus y el chico O’Dwyer que parecía tener una actitud protectora para con ella, una que por el rostro del hombre lobo no tomaba de la mejor manera.
- Ese es el dueño del lugar, ¿verdad? – Preguntó a Malik sintiendo que le costaba demasiado apartar la mirada asesina de aquella escena. Cómo se llamaba, cómo se llamaba… Finn… Finnigan… Finnerty… Aquello no le daba buena espina. Ya le preguntaría a Pearlie después, a quien obviamente buscó con los ojos tratando de entender algo o por lo menos saber qué hacer. No se tranquilizó hasta que el Cerridwen se hacía cargo de la situación y también de Aquila. Suspiró.
- ¿Sabes donde puedo conseguir una cerveza? Tengo las manos vacías y comienzo a creer que me hace falta. – Se encogió un poco de hombros, entre cohibida y casi bromeando. No le cruzaba ni remotamente lejos por la mente el emborracharse, pero moría de sed y había visto a Pearlie saludarlo y sonreírle con mucha familiaridad así que eso le bastaba a ella para relajarse un poco a su lado
Milena Nikonova- Mensajes : 117
Fecha de inscripción : 16/09/2012
Re: Smoking in Heaven
Siobhan le parecía cada vez más y más bonita, y no era por influencia del alcohol, ni de la fiesta, ni de estar cada vez más cerca de ella debido al poco espacio que quedaba conforme más gente iba llegando al lugar. Le gustaba porque miraba con coquetería al parecer sin pretenderlo, cual si fuera una característica natural suya. Cuando lo rodeó con los brazos le sonrió y de manera casi automática, de impulso natural, rodeó su cintura con las manos, reconociendo la forma de la misma con firmeza.
Sonrió también por el beso aunque en lugar de hacer algún movimiento que terminara por delatar sus intenciones (como si no estuvieran ya muy claras), le pasó un mechón de cabello por detrás de la oreja, acarició su cuello y después la besó como era debido, pegándola a su cuerpo tratando de detener su mano para que no se fuera rápidamente hacia su espalda baja. Tenía que tomar las cosas con calma en la medida de lo posible.
Y de hecho tuvo que hacerlo como obligación porque de pronto Crawford interrumpía para ir a presentarle a uno de esos miembros de la KAU, de la que hasta ese momento, sabía más bien poco. Hákan miró a Ace of Spades con cara de quererlo matar, ¿no estaba viendo lo que estaba ocurriendo ahí? Encima el tipo ese era altísimo y se veía peligroso. Afianzó el agarre en la cintura de Siobhan un momento antes de soltarse de ella para estrecharle la mano al extranjero que Crawford les presentaba para luego irse a acosar a otro de los KAU.
Se incomodó inmediatamente, más por la interrupción que por otra cosa, no sabía muy bien qué decir cuando ahora lo único que quería hacer era besar a Siobhan y no compartirla con otro con pinta de interesante. Puto Crawford, le iba a romper toda la cara cuando estuviera más consciente. La verdad no tenía mucho que decirle a Zieliñski, ni sabía hacer plática casual, así que suponiendo que Siobhan era más sociable, él nada más le dio un largo trago a una cerveza nueva que hizo llegar levitando hasta él, esperando que ella resultara ser experta en entablar conversaciones.
Sonrió también por el beso aunque en lugar de hacer algún movimiento que terminara por delatar sus intenciones (como si no estuvieran ya muy claras), le pasó un mechón de cabello por detrás de la oreja, acarició su cuello y después la besó como era debido, pegándola a su cuerpo tratando de detener su mano para que no se fuera rápidamente hacia su espalda baja. Tenía que tomar las cosas con calma en la medida de lo posible.
Y de hecho tuvo que hacerlo como obligación porque de pronto Crawford interrumpía para ir a presentarle a uno de esos miembros de la KAU, de la que hasta ese momento, sabía más bien poco. Hákan miró a Ace of Spades con cara de quererlo matar, ¿no estaba viendo lo que estaba ocurriendo ahí? Encima el tipo ese era altísimo y se veía peligroso. Afianzó el agarre en la cintura de Siobhan un momento antes de soltarse de ella para estrecharle la mano al extranjero que Crawford les presentaba para luego irse a acosar a otro de los KAU.
Se incomodó inmediatamente, más por la interrupción que por otra cosa, no sabía muy bien qué decir cuando ahora lo único que quería hacer era besar a Siobhan y no compartirla con otro con pinta de interesante. Puto Crawford, le iba a romper toda la cara cuando estuviera más consciente. La verdad no tenía mucho que decirle a Zieliñski, ni sabía hacer plática casual, así que suponiendo que Siobhan era más sociable, él nada más le dio un largo trago a una cerveza nueva que hizo llegar levitando hasta él, esperando que ella resultara ser experta en entablar conversaciones.
Hákan Kristjánsson- Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Smoking in Heaven
En realidad sí pensaba que tenía diez mil cosas de las que hablar con el cabrón de Alechinsky, pero al mismo tiempo sentía que no era capaz de soltar una sola oración de forma elocuente gracias a toda esa mierda que fluía en mi sistema. Solía pasar, y no me quedaba más que reír y responder casi mecánicamente a cualquier cosa que me dijeran, que afortunadamente no era demasiado.
Eso sí, escuché perfectamente bien cuando Alechinsky daba algo así como la luz verde después de que yo le confesara andar tras de su prima…(y le guiñé el ojo a la propia Pearlie luego de comprobar que nos observaba) y bueno, ¿qué mejor que tener el consentimiento del mismísimo Per Alechinsky?. Le di una palmada en el hombro en tono de colegueo y en ese instante noté que cerca de ahí había una chica en pleno estado de histeria total, gritando y todo.
-Claro que si hombre, por eso y por todo lo que venga que… hey, joder FINNERTY, POR DIOS ¿QUIERES CONTROLAR A ESA MUJER? Pero qué mierda… ¿la conoces Alechinsky?, no sé si yo…-
Al principio no pude identificar de quién se trataba, pero bastó con verla un par de instantes para darme cuenta que se trataba de la tal Aquila, esa chica que joder… era de hecho algunos años mayor y también bastante insoportable durante sus años en Hogwarts. No podía decir que actualmente seguía siendo igual de jodidamente insoportable, pero me bastaba con escuchar el alboroto dramático para ni querer averiguarlo. Por supuesto, yo ni enterado de que la tal Aquila era de hecho bastante cercana a la propia Felicia, pero joder… que tiempo hay para todo.
-Como sea, el punto es que tenemos muchas cosas de qué hablar. En serio de lo digo viejo, lo que ustedes están haciendo… no me explico cómo es que son tan pocos considerando todo lo que se estaban jugando y tal, es decir mierda, hay que tener huevos, ¿sabes de lo que hablo?, por supuesto que sabes de lo que hablo…-
En realidad no estaba hablando más que de sandeces que seguramente en mi interior sonaban mucho mejor de lo que sonaban hacia afuera. Probablemente Per solo escuchaba a un jodido orangután tratando de articular palabras mientras yo me creía en la puta labor de convencimiento para unirme a la KAU. Como fuera, aun hablando de esas cosas mi vista no podía dejar de desviarse una y otra vez hasta donde se encontraba Pearlie, y me encontré entonces que efectivamente… había un maricón de cabello largo rondándola junto con otras personas.
-Después hablamos, ¿quieres?... tengo que cuidar el puto lazo familiar.-
Eso era precisamente lo que iba a hacer. Bebí lo último que quedaba del gin tonic que me había regalado el buen Alechinsky y caminé cuidando de mi puto equilibrio hacia donde se encontraba Pearlie y compañía. Aún estaba lo suficientemente sobrio como para pensar todavía en lo que estaba haciendo y en no cagarla con Felicia que ya me había dado la puerta abierta para comenzar con la conquista. Bueno joder, si quería conquistar primero tenía que apabullar a la competencia, la ley de la puta selva.
-Aldrich!, ¿todo bien hermano?, sé que sí. Perdón, coleguita, ¿dónde están mis modales?, joder… lindo cabello, ¿lo cepillas todas las noches?. Me llamo Joseph, pero tú puedes llamarme… Crawford. Los demás me llaman Joseph, Pearlie me llama Joe, pero tú me vas a llamar Crawford. ¿Quieres algo de beber?, lo que quieras hombre, de verdad-
Tomé la nuca del chico de cabello largo suavemente, no como una agresión ni tal, era más bien como decirle “tranquilo hombre, no hagas cosas estúpidas”, pero hasta ahí. Una simple advertencia sin aspavientos ni mierdas por el estilo, así de sencillo.
Eso sí, escuché perfectamente bien cuando Alechinsky daba algo así como la luz verde después de que yo le confesara andar tras de su prima…(y le guiñé el ojo a la propia Pearlie luego de comprobar que nos observaba) y bueno, ¿qué mejor que tener el consentimiento del mismísimo Per Alechinsky?. Le di una palmada en el hombro en tono de colegueo y en ese instante noté que cerca de ahí había una chica en pleno estado de histeria total, gritando y todo.
-Claro que si hombre, por eso y por todo lo que venga que… hey, joder FINNERTY, POR DIOS ¿QUIERES CONTROLAR A ESA MUJER? Pero qué mierda… ¿la conoces Alechinsky?, no sé si yo…-
Al principio no pude identificar de quién se trataba, pero bastó con verla un par de instantes para darme cuenta que se trataba de la tal Aquila, esa chica que joder… era de hecho algunos años mayor y también bastante insoportable durante sus años en Hogwarts. No podía decir que actualmente seguía siendo igual de jodidamente insoportable, pero me bastaba con escuchar el alboroto dramático para ni querer averiguarlo. Por supuesto, yo ni enterado de que la tal Aquila era de hecho bastante cercana a la propia Felicia, pero joder… que tiempo hay para todo.
-Como sea, el punto es que tenemos muchas cosas de qué hablar. En serio de lo digo viejo, lo que ustedes están haciendo… no me explico cómo es que son tan pocos considerando todo lo que se estaban jugando y tal, es decir mierda, hay que tener huevos, ¿sabes de lo que hablo?, por supuesto que sabes de lo que hablo…-
En realidad no estaba hablando más que de sandeces que seguramente en mi interior sonaban mucho mejor de lo que sonaban hacia afuera. Probablemente Per solo escuchaba a un jodido orangután tratando de articular palabras mientras yo me creía en la puta labor de convencimiento para unirme a la KAU. Como fuera, aun hablando de esas cosas mi vista no podía dejar de desviarse una y otra vez hasta donde se encontraba Pearlie, y me encontré entonces que efectivamente… había un maricón de cabello largo rondándola junto con otras personas.
-Después hablamos, ¿quieres?... tengo que cuidar el puto lazo familiar.-
Eso era precisamente lo que iba a hacer. Bebí lo último que quedaba del gin tonic que me había regalado el buen Alechinsky y caminé cuidando de mi puto equilibrio hacia donde se encontraba Pearlie y compañía. Aún estaba lo suficientemente sobrio como para pensar todavía en lo que estaba haciendo y en no cagarla con Felicia que ya me había dado la puerta abierta para comenzar con la conquista. Bueno joder, si quería conquistar primero tenía que apabullar a la competencia, la ley de la puta selva.
-Aldrich!, ¿todo bien hermano?, sé que sí. Perdón, coleguita, ¿dónde están mis modales?, joder… lindo cabello, ¿lo cepillas todas las noches?. Me llamo Joseph, pero tú puedes llamarme… Crawford. Los demás me llaman Joseph, Pearlie me llama Joe, pero tú me vas a llamar Crawford. ¿Quieres algo de beber?, lo que quieras hombre, de verdad-
Tomé la nuca del chico de cabello largo suavemente, no como una agresión ni tal, era más bien como decirle “tranquilo hombre, no hagas cosas estúpidas”, pero hasta ahí. Una simple advertencia sin aspavientos ni mierdas por el estilo, así de sencillo.
Joseph Crawford- Mensajes : 248
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Smoking in Heaven
Entonces……………. Aquila salía disparada en busca de Angus. Muy bien, como había insinuado ya no se sabía quien, si lo quería que vaya a buscarlo y el compromiso o casamiento o lo que fuera que se rumoreaba, pues… Postergar y ya… Pearlie parecía encantada con el chico que Aldrich había traído, Alain o algo así… y si bien escuchó de boca de su amiga eso de que ella era bonita ni sonreír pudo pues Sofie estaba muy muy ensimismada mirando de reojo y protestando contra Aldrich todo lo que sucedía en la fiesta que no la incluía.
- No seas tonto, no hablo del gusto de la cerveza, sino del pastelito – Contestó a Aldrich atrapándolo más con su brazo porque parecía que el chico quería escapársele o algo… - estás borracho!...- Una obviedad a la que le siguió una carcajada pues si Aldrich estaba borracho ella podía catalogarse como drogada, aunque no lo supiera. Era la primera vez que consumía marihuana y siquiera estaba conciente!
- esa… esa no es?... mmm… como se llama? ABBY! – la morocha pasaba cerca de ellos con una cara de perros horrible, directo a encerrarse en la cocina – que pasó con ella? Me dijeron que en la fiesta levitadota pues.. tu y ella… pues… eso!... y? – Estaba preguntando a Aldrich por Abby pero miraba a Luke y Loulou ya sin disimulos. Si el odio al Zombi había pasado a un segundo plano era porque no lo veía desde esa posición, pero el sentimiento de mal humor seguía en ella entre carcajada y carcajada, y como no tenía que hacer Aldrich tendría que aguantarla…
- Que hacen? Que dicen?? Quien es esa con que charla?....- Pobre Aldrich, pobre pobre niño Burroughs!... Ahora Joe estaba con ellos y no se que del cepillar a Alain – jajajaja…cepillar.... jaja... ay dios! – Se rió porque lo pensó en doble sentido llevándose una mano a la boca para frenar la carcajada, pero de inmediato volvió a dedicarse a Aldrich a buscar su oído y seguir, seguir insistiendo con lo de Luke… secretear y molestar con todo el cotilleo insistente posible -… ya, dime… entonces no sabes quien es esa?... Será una novia? Loulou siempre mira feo a las chicas de Luke, me ha pasado… Ay no se, le veo tanta cara conocida, tiene algo esa… familiar…. Entonces… no la conoces? De Hogwarts? De algún lado?... No es que el mundo mágico es un poroto!
- No seas tonto, no hablo del gusto de la cerveza, sino del pastelito – Contestó a Aldrich atrapándolo más con su brazo porque parecía que el chico quería escapársele o algo… - estás borracho!...- Una obviedad a la que le siguió una carcajada pues si Aldrich estaba borracho ella podía catalogarse como drogada, aunque no lo supiera. Era la primera vez que consumía marihuana y siquiera estaba conciente!
- esa… esa no es?... mmm… como se llama? ABBY! – la morocha pasaba cerca de ellos con una cara de perros horrible, directo a encerrarse en la cocina – que pasó con ella? Me dijeron que en la fiesta levitadota pues.. tu y ella… pues… eso!... y? – Estaba preguntando a Aldrich por Abby pero miraba a Luke y Loulou ya sin disimulos. Si el odio al Zombi había pasado a un segundo plano era porque no lo veía desde esa posición, pero el sentimiento de mal humor seguía en ella entre carcajada y carcajada, y como no tenía que hacer Aldrich tendría que aguantarla…
- Que hacen? Que dicen?? Quien es esa con que charla?....- Pobre Aldrich, pobre pobre niño Burroughs!... Ahora Joe estaba con ellos y no se que del cepillar a Alain – jajajaja…cepillar.... jaja... ay dios! – Se rió porque lo pensó en doble sentido llevándose una mano a la boca para frenar la carcajada, pero de inmediato volvió a dedicarse a Aldrich a buscar su oído y seguir, seguir insistiendo con lo de Luke… secretear y molestar con todo el cotilleo insistente posible -… ya, dime… entonces no sabes quien es esa?... Será una novia? Loulou siempre mira feo a las chicas de Luke, me ha pasado… Ay no se, le veo tanta cara conocida, tiene algo esa… familiar…. Entonces… no la conoces? De Hogwarts? De algún lado?... No es que el mundo mágico es un poroto!
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Smoking in Heaven
Le hubiese dicho algo a Aquila de no haber estado todavía manteniendo el equilibrio, pero de hecho tampoco sabía qué le hubiese dicho porque no le encontraba la seriedad al asunto, lo que más resaltó de las palabras de ella era aquello de que estaba por casarse con el hermano de uno de los jugadores de los Appleby Arrows. Era una suerte que no le hubiese salido nada de la boca porque lo más probable es que hubiese hecho el ridículo preguntándole si podía conseguirle entradas para la final de la Copa del Hipogrifo, estaban agotadas desde junio.
No sabía mucho de la vida porque no había vivido lo suficiente, pero creía entender que el trasfondo de eso era que ella sentía cosas por Finnerty, aunque eso a él le parecía que respondía a un simple gusto o al magnetismo animal al que su hermana alguna vez había hecho referencia cuando hablaba de Angus. De hecho por algunos segundos se identificó con aquella idea, no con el que le guste alguien que considerase inferior, pero supuso que en algún punto de su vida se esperaría de él que no fuese frecuente con cierta gente o que se casase con alguna muchacha correcta.
El chisme de Per dando la mano de Pearlie lo sacó un poco de ese pensamiento y se carajeó por un momento mientras buscaba a ese par con la mirada, los encontró sin mucho problema y se volvió a reír mientras Alain le decía alguna cosa a su prima. Luego se volvió a carcajear por lo que decía Sofie. Crawford era todo lo que Abner odiaría, alguien que podría enseñarle a su hijita cosas que no se dicen en voz alta y que probablemente la harían parecida a la oveja negra de la familia, su tía Frances, la favorita de su madre para cuando no estaba en casa con su padre. Entre más hijo de puta mejor, ya luego verían qué decirle a sus tíos, que era él con multijugos y que finalmente eran novios aunque hubiese posibilidad de que sus hijos tuviesen seis dedos en la nariz.
Volteó cuando Sofie le preguntaba por una evidentemente jodida Abigail, sabía que supuestamente un caballero no tenía memoria, pero estaba demasiado tomado como para que su boca le hiciese caso a su cerebro.
-No, eso fue otro día. Cuando seas periodista cambia tus fuentes, en esa fiesta con quien me besé fue con la hermana de tu hombre.-evidentemente se refería a Autumn, pero no le dijo el nombre porque ella ya se carcajeaba y el verla hizo que la risa surgiese de su boca también. -No escucho un carajo, pero para qué…
No acabó de preguntarle a Sofie el por qué quería saberlo porque Crawford ya llegaba con toda una verborrea lista, apenas lo saludó que se quedó divertido y cruzado de brazos mirando cómo iba tratando a Alain, que el francés lidiase con él, de todos modos por muy amigo suyo que fuese no podía decir que no creyese que lo de Joseph se merecía unos puntos extra, tenía huevos y eso contaba en los tiempos de One Direction y Britney, o quien estuviese de moda en esos días.
Él no sabía qué asuntos podía tener Sofie con ese grupo que parecía muy metido en lo suyo, pero ya que era mejor dejar fluir las cosas entre los otros miembros del grupo que hora formaba, pasó su brazo por detrás de los hombros de ella para irse al menos por un rato.-Pear, te dejo con el primo Joseph. La cuidas, ¿no Crawford?. Suerte Alain.-un par de palmadas en el hombro de Alain le parecían suficiente despedida, y que lo perdonase pero su postura respecto a esa disputa estaba bastante clara, aunque sea por puesta de mano.-¿Qué vamos a decir para unirnos a ellos? Tú eres la periodista, inventa algo que me siento osado por la borrachera.-ya iban caminando hacia ellos, mejor que pensase en algo rápido.-
No sabía mucho de la vida porque no había vivido lo suficiente, pero creía entender que el trasfondo de eso era que ella sentía cosas por Finnerty, aunque eso a él le parecía que respondía a un simple gusto o al magnetismo animal al que su hermana alguna vez había hecho referencia cuando hablaba de Angus. De hecho por algunos segundos se identificó con aquella idea, no con el que le guste alguien que considerase inferior, pero supuso que en algún punto de su vida se esperaría de él que no fuese frecuente con cierta gente o que se casase con alguna muchacha correcta.
El chisme de Per dando la mano de Pearlie lo sacó un poco de ese pensamiento y se carajeó por un momento mientras buscaba a ese par con la mirada, los encontró sin mucho problema y se volvió a reír mientras Alain le decía alguna cosa a su prima. Luego se volvió a carcajear por lo que decía Sofie. Crawford era todo lo que Abner odiaría, alguien que podría enseñarle a su hijita cosas que no se dicen en voz alta y que probablemente la harían parecida a la oveja negra de la familia, su tía Frances, la favorita de su madre para cuando no estaba en casa con su padre. Entre más hijo de puta mejor, ya luego verían qué decirle a sus tíos, que era él con multijugos y que finalmente eran novios aunque hubiese posibilidad de que sus hijos tuviesen seis dedos en la nariz.
Volteó cuando Sofie le preguntaba por una evidentemente jodida Abigail, sabía que supuestamente un caballero no tenía memoria, pero estaba demasiado tomado como para que su boca le hiciese caso a su cerebro.
-No, eso fue otro día. Cuando seas periodista cambia tus fuentes, en esa fiesta con quien me besé fue con la hermana de tu hombre.-evidentemente se refería a Autumn, pero no le dijo el nombre porque ella ya se carcajeaba y el verla hizo que la risa surgiese de su boca también. -No escucho un carajo, pero para qué…
No acabó de preguntarle a Sofie el por qué quería saberlo porque Crawford ya llegaba con toda una verborrea lista, apenas lo saludó que se quedó divertido y cruzado de brazos mirando cómo iba tratando a Alain, que el francés lidiase con él, de todos modos por muy amigo suyo que fuese no podía decir que no creyese que lo de Joseph se merecía unos puntos extra, tenía huevos y eso contaba en los tiempos de One Direction y Britney, o quien estuviese de moda en esos días.
Él no sabía qué asuntos podía tener Sofie con ese grupo que parecía muy metido en lo suyo, pero ya que era mejor dejar fluir las cosas entre los otros miembros del grupo que hora formaba, pasó su brazo por detrás de los hombros de ella para irse al menos por un rato.-Pear, te dejo con el primo Joseph. La cuidas, ¿no Crawford?. Suerte Alain.-un par de palmadas en el hombro de Alain le parecían suficiente despedida, y que lo perdonase pero su postura respecto a esa disputa estaba bastante clara, aunque sea por puesta de mano.-¿Qué vamos a decir para unirnos a ellos? Tú eres la periodista, inventa algo que me siento osado por la borrachera.-ya iban caminando hacia ellos, mejor que pensase en algo rápido.-
Aldrich Burroughs- Mensajes : 252
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Smoking in Heaven
- Un trio Pearlie! Un trio! – le sacó la lengua toda descarada a su amiga cuando Aldrich sin preguntarle ni que nada la quitaba de ese grupo para ir a ponerla en otro. Definitivamente Sofie ya no tenía remedio, no se daba cuenta en absoluto pero estaba alocada, decía cualquier tontería sin explicarse ni que viniera a cuento, dando por sentado que el resto escuchaba sus pensamientos o algo así…
- A donde me llevas?... no, no quiero irme.. O si! si quiero irme, pero primero voy a decirle a ese unas cuantas cosas sabes?... Unas cuantas, tengo toda una lista por aquí… - Caminaban entre la multitud, con Aldrich abrazándola, mientras ella se tanteaba la falda como buscando un real trozo de pergamino donde enlistados estaban expuestas las aclaraciones que vaya a saberse a quien quería hacerle… Pues a Luke claro, pero esa parte no la había dicho en voz alta como para que Aldrich lo supiera...
En algún momento, seguramente a dos pasos de los hermanos Rayder entendió a donde iban y respiró profundo, no sin antes decirle a Aldrich en el oído- eres malo… porque me llevas con él?, no ves que le odio… así tantísimo!... bueno ni tanto… - miró a Luke con odio total, pero al mismo tiempo pensando lo del periodismo, y en que debía hacer una tarea para el lunes siguiente, y en que esa noche no sabía como volvería a Brigantia, o mejor se tomaba un tren a París!...
-BuEEnas – ese era todo el discurso de periodista que tenía para ofrecer, a la desconocida (ann), a Luke y a Loulou, con un tono cantarino típico buena ondita y una sonrisa de oreja a oreja que no descansó hasta que (sin soltarse de Aldrich y tampoco interrumpiendo la visual de Loulou, a la cual le tenía tanto miedo como respeto) volvió a mirar solo a Luke de manera insistente haciéndole cara extrañas, pidiéndole explicaciones mudas que nadie entendería…
- A donde me llevas?... no, no quiero irme.. O si! si quiero irme, pero primero voy a decirle a ese unas cuantas cosas sabes?... Unas cuantas, tengo toda una lista por aquí… - Caminaban entre la multitud, con Aldrich abrazándola, mientras ella se tanteaba la falda como buscando un real trozo de pergamino donde enlistados estaban expuestas las aclaraciones que vaya a saberse a quien quería hacerle… Pues a Luke claro, pero esa parte no la había dicho en voz alta como para que Aldrich lo supiera...
En algún momento, seguramente a dos pasos de los hermanos Rayder entendió a donde iban y respiró profundo, no sin antes decirle a Aldrich en el oído- eres malo… porque me llevas con él?, no ves que le odio… así tantísimo!... bueno ni tanto… - miró a Luke con odio total, pero al mismo tiempo pensando lo del periodismo, y en que debía hacer una tarea para el lunes siguiente, y en que esa noche no sabía como volvería a Brigantia, o mejor se tomaba un tren a París!...
-BuEEnas – ese era todo el discurso de periodista que tenía para ofrecer, a la desconocida (ann), a Luke y a Loulou, con un tono cantarino típico buena ondita y una sonrisa de oreja a oreja que no descansó hasta que (sin soltarse de Aldrich y tampoco interrumpiendo la visual de Loulou, a la cual le tenía tanto miedo como respeto) volvió a mirar solo a Luke de manera insistente haciéndole cara extrañas, pidiéndole explicaciones mudas que nadie entendería…
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Smoking in Heaven
Ya sabía él que Loulou no iba a irse a parar a aquella fiesta precisamente con ánimos conciliadores. Tenía la misma cara de bulldog gruñón que ponía cuando estaba a punto de bañar a alguien en pintura roja y harina o cualquier otra porquería que tuviera a la mano para dejar en claro su punto cuando alguien que le pareciera particularmente detestable se fuera por ahí pavoneando con cueros y pieles. Lo sabía de sobra porque más de una vez la había acompañado y hasta terminado preso con ella por lo mismo. Y de acuerdo, que hacerse un historial de noches en la cárcel por disturbios públicos era una cosa, pero no quería que Loulou agregara a eso agresión por arrancarle el cuero cabelludo con las manos a alguien más, mucho menos si resultaba que compartían la mitad de los genes con dicha persona.
- Ajá. - Respondió escuetamente cuando le pedía confirmar si la rubia de más allá era o no su prima. Si, esa era Elisa. - ¿Golpearte? Estás enfermita del cerebro, aspirar tanta pintura ya te hizo daño, aquí nadie se va a golpear. Y no sé sé Loulou, no sé qué hacer, todo esto es muy raro. - Se llevó una mano a la nuca, sintiéndose ansioso como nunca y maldiciendo ni siquiera haber tenido la cabeza como para meterse la cajetilla de cigarros en el bolsillo. Que en medio de una fiesta el licor, el tabaco y las drogas eran lo más sencillo de conseguir, pero no iba de ánimos para festejar. No sabía qué estaba esperando que le dijera. Él también lo llevaba mal. De hecho creía que que ellos dos y Zack lo habían tomado hasta peor que su madre. No los entendía. Cuando se trataba de la carrera de Dave todo era discusiones y separaciones con reconciliaciones después, pero cuando se trataba de hijos secretos ahí estaba sujetándole la mano y todo.
Sintió que casi daba una arcada cuando la chica que ambos estaban seguros era Ann hacía contacto visual con ellos y después de lo que le pareció una eternidad por fin se acercaba. Era idéntica a Dave. Incluso tenía en la mejilla el mismo lunar que él tenía y había heredado a Loulou. La incomodidad de los tres era tanta que por un segundo se sintió dentro de un tunel en el cual todos a su alrededor se callaban, no había música ni gritos ni olor a marihuana y cerveza y lo único que tenía en frente era a su hermana y Anne.
Ni siquiera atinó a asentir cuando preguntaba si eran ellos los Rayder. Le miraba con insistencia, quizá de la manera más penetrante en que nunca hubiera mirado a nadie, como si acaso tratara de descubrir algo que estuviera pasando por alto. Eventualmente agachó la mirada, miró a Loulou, luego a Anne de nuevo y no fue hasta entonces que se percató que les tendía la mano.
- Lucas. - Le estrechó la mano y se presentó de esa manera porque encontraba demasiado contradictorio el mostrarse con tanta familiaridad con alguien a quien veía por primera vez y con quien irónicamente compartía tanto. Al contrario de Loulou él no estaba enojado con ella. A como lo veía quien menos responsabilidad tenía de nada era ella. Todo aquel lío era culpa de sus padres. Se sentía hasta mal por ella. Que si bien había estado con Dave cuando, que si quien se había embarazado primero, un desastre, vamos.
Hizo su mejor esfuerzo por sonreirle aunque tal vez no salió como esperaba. Luego miró a su hermana como esperando a que dijera o hiciera algo, por que bien podía intervenir con un "esta es Loulou", pero confiaba en que podrían mantener todo lo más en calma posible. Y por eso mismo creía que aquel no era un buen lugar para eso. Incluso le pareció escuchar a una chica llorando y por reflejo volteó a su alrededor buscándola.
No encontró a la chica que lloraba, pero si a Aldrich y a Sofie que con todo el descaro del mundo se acercaba sonriente como si nada. No iba a disimular que seguía furioso y dolido y que no quería ni verla ni hablarle, mucho menos tenerla tan cerca con la situación que tenía en frente. Ni un Hola tan siquiera. Tan solo enarcó una ceja levemente cuando le miraba de aquella manera, saludó a Aldrich con un escueto asentimiento y volvió a colocar la mano sobre la espalda de Loulou. Que ese. No era. Lugar para discutir nada.
- ¿Podemos llevar esto a otro lado? - Les dijo a Loulou y Anne entre dientes. Y a la mierda lo que nadie más pensara.
- Ajá. - Respondió escuetamente cuando le pedía confirmar si la rubia de más allá era o no su prima. Si, esa era Elisa. - ¿Golpearte? Estás enfermita del cerebro, aspirar tanta pintura ya te hizo daño, aquí nadie se va a golpear. Y no sé sé Loulou, no sé qué hacer, todo esto es muy raro. - Se llevó una mano a la nuca, sintiéndose ansioso como nunca y maldiciendo ni siquiera haber tenido la cabeza como para meterse la cajetilla de cigarros en el bolsillo. Que en medio de una fiesta el licor, el tabaco y las drogas eran lo más sencillo de conseguir, pero no iba de ánimos para festejar. No sabía qué estaba esperando que le dijera. Él también lo llevaba mal. De hecho creía que que ellos dos y Zack lo habían tomado hasta peor que su madre. No los entendía. Cuando se trataba de la carrera de Dave todo era discusiones y separaciones con reconciliaciones después, pero cuando se trataba de hijos secretos ahí estaba sujetándole la mano y todo.
Sintió que casi daba una arcada cuando la chica que ambos estaban seguros era Ann hacía contacto visual con ellos y después de lo que le pareció una eternidad por fin se acercaba. Era idéntica a Dave. Incluso tenía en la mejilla el mismo lunar que él tenía y había heredado a Loulou. La incomodidad de los tres era tanta que por un segundo se sintió dentro de un tunel en el cual todos a su alrededor se callaban, no había música ni gritos ni olor a marihuana y cerveza y lo único que tenía en frente era a su hermana y Anne.
Ni siquiera atinó a asentir cuando preguntaba si eran ellos los Rayder. Le miraba con insistencia, quizá de la manera más penetrante en que nunca hubiera mirado a nadie, como si acaso tratara de descubrir algo que estuviera pasando por alto. Eventualmente agachó la mirada, miró a Loulou, luego a Anne de nuevo y no fue hasta entonces que se percató que les tendía la mano.
- Lucas. - Le estrechó la mano y se presentó de esa manera porque encontraba demasiado contradictorio el mostrarse con tanta familiaridad con alguien a quien veía por primera vez y con quien irónicamente compartía tanto. Al contrario de Loulou él no estaba enojado con ella. A como lo veía quien menos responsabilidad tenía de nada era ella. Todo aquel lío era culpa de sus padres. Se sentía hasta mal por ella. Que si bien había estado con Dave cuando, que si quien se había embarazado primero, un desastre, vamos.
Hizo su mejor esfuerzo por sonreirle aunque tal vez no salió como esperaba. Luego miró a su hermana como esperando a que dijera o hiciera algo, por que bien podía intervenir con un "esta es Loulou", pero confiaba en que podrían mantener todo lo más en calma posible. Y por eso mismo creía que aquel no era un buen lugar para eso. Incluso le pareció escuchar a una chica llorando y por reflejo volteó a su alrededor buscándola.
No encontró a la chica que lloraba, pero si a Aldrich y a Sofie que con todo el descaro del mundo se acercaba sonriente como si nada. No iba a disimular que seguía furioso y dolido y que no quería ni verla ni hablarle, mucho menos tenerla tan cerca con la situación que tenía en frente. Ni un Hola tan siquiera. Tan solo enarcó una ceja levemente cuando le miraba de aquella manera, saludó a Aldrich con un escueto asentimiento y volvió a colocar la mano sobre la espalda de Loulou. Que ese. No era. Lugar para discutir nada.
- ¿Podemos llevar esto a otro lado? - Les dijo a Loulou y Anne entre dientes. Y a la mierda lo que nadie más pensara.
Luke Rayder- Mensajes : 56
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Smoking in Heaven
Los efectos de la hierba y de todo lo demás la hacían ir medio lento a ella, más bien. No entendió nada de a qué se refería Alain con lo de que si Amelié no le había dicho no sé qué. Pero sí soltó una carcajada con la pregunta de que qué opinaba sobre que Per estuviera cerrando el trato. Se tapó la boca con la mano para dejarse de reír tanto y negó con la cabeza mirando de reojo a Per y a Crawford.
-No no no no, no es lo que YO opine, es lo que TÚ opines lo que...mira, quisiera pensar que Per sabe lo que hace.
Y tanto que sabía que llegó Joe, con su pinta de loco de siempre. Le frunció el ceño con lo del lindo cabello pero luego se rió por la carcajada de Sofie, que fue muy contagiosa. Todo fuera dicho, la actitud de macho territorial de Crawford le pareció atractiva, a la par que molesta, ¿a qué niña no le gustaba sentir que alguien se trataba de imponer por ella?. Y la manera en que tomaba a Alain del cuello. ¿Y Alain respondería? Por un momento le pareció emocionante pero luego lo que dijo Sofie sobre hacer un trío la hizo reír de nuevo.
Y encima, ¡encima! Aldrich seguía con el jueguito y lo llamaba “primo Joseph”. Desquiciados dementes, los odiaba a todos, pero igual le daban mucha risa. De pronto se quedó sola con ellos dos y se puso muy nerviosa para mal. De nuevo tuvo que hacerse un lavado de cerebro exprés. Que se calmara, que todo estaba bien, que Crawford era muy claro declarando sus intenciones pero que ya estaba, que no era para tanto. Alain probablemente no iba a caer en su jueguito de provocaciones, ni mucho menos.
Menos mal –en el buen sentido- que de pronto se acordó que Aquila estaba llorando, y eso era mucho más importante que un par de hombres guapos o feos, o lo que fuera.
-Decidan quién es alfa y quien es beta.
Le dio unas palmadas a Crawford y se pasó por en medio de ellos para ir hacia donde Aquila, que estaba en medio de dos hombres. Uno, Markus. A Pearlie se le hizo rarísimo verlo ahí, igual de raro que verlas a ellas dos ahí. Se sentía mareada, desubicada, extraña, pero con un objetivo muy claro en la mente: tomar a Aquila de la mano, paso uno. Alejarla de esos desgraciados, paso dos.
-¿Estás bien? Ven…¿Quieres que nos vayamos? Me siento muy rara, no les hagas caso, no entienden nada.
Pero de nuevo, se recordaba que estaban en pésimo estado para aparecerse, igual que cualquiera ahí.
-No no no no, no es lo que YO opine, es lo que TÚ opines lo que...mira, quisiera pensar que Per sabe lo que hace.
Y tanto que sabía que llegó Joe, con su pinta de loco de siempre. Le frunció el ceño con lo del lindo cabello pero luego se rió por la carcajada de Sofie, que fue muy contagiosa. Todo fuera dicho, la actitud de macho territorial de Crawford le pareció atractiva, a la par que molesta, ¿a qué niña no le gustaba sentir que alguien se trataba de imponer por ella?. Y la manera en que tomaba a Alain del cuello. ¿Y Alain respondería? Por un momento le pareció emocionante pero luego lo que dijo Sofie sobre hacer un trío la hizo reír de nuevo.
Y encima, ¡encima! Aldrich seguía con el jueguito y lo llamaba “primo Joseph”. Desquiciados dementes, los odiaba a todos, pero igual le daban mucha risa. De pronto se quedó sola con ellos dos y se puso muy nerviosa para mal. De nuevo tuvo que hacerse un lavado de cerebro exprés. Que se calmara, que todo estaba bien, que Crawford era muy claro declarando sus intenciones pero que ya estaba, que no era para tanto. Alain probablemente no iba a caer en su jueguito de provocaciones, ni mucho menos.
Menos mal –en el buen sentido- que de pronto se acordó que Aquila estaba llorando, y eso era mucho más importante que un par de hombres guapos o feos, o lo que fuera.
-Decidan quién es alfa y quien es beta.
Le dio unas palmadas a Crawford y se pasó por en medio de ellos para ir hacia donde Aquila, que estaba en medio de dos hombres. Uno, Markus. A Pearlie se le hizo rarísimo verlo ahí, igual de raro que verlas a ellas dos ahí. Se sentía mareada, desubicada, extraña, pero con un objetivo muy claro en la mente: tomar a Aquila de la mano, paso uno. Alejarla de esos desgraciados, paso dos.
-¿Estás bien? Ven…¿Quieres que nos vayamos? Me siento muy rara, no les hagas caso, no entienden nada.
Pero de nuevo, se recordaba que estaban en pésimo estado para aparecerse, igual que cualquiera ahí.
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Smoking in Heaven
Miraba a Ann con intensidad porque no podía hacerlo de otro modo, aunque fuese increíblemente irracional para ella era una intrusa que había llegado a la vida de su familia para alejar a su padre, porque sí, la prensa amarillista se había enterado del asunto y no había faltado una noticia en internet que leyese cuando visitaba a su madre que indicaba algo acerca de la casa nueva de Ann o de que se fue de viaje con Dave, o lo peor, que la llevó en su última gira americana y que una de las canciones de nuevo disco de la banda iba a tener una colaboración de ella, supuestamente la niña era un prodigio y su voz era demasiado buena para desperdiciarse.
No soportaba la idea de que Dave les dijese que ahora ella iba a ir a casa para navidad, que les contase que ahora tenían que incluirla en las vacaciones, que deberían compartir tras bambalinas con la nueva superestrella o que tenían que elegir si iba con ellos en tal fecha o cual por tener que compartir con ella. Luke podía entender que ella no tenía culpa de nada pero para ella esa chiquita sólo quería colgarse de la fama de su padre para iniciar su carrera, sólo quería el dinero y los privilegios, sólo quería quitarle a su madre la sonrisa del rostro porque si bien las cosas estaban más calmadas seguramente Sandra no soportaría ver ese rostro.
Encima los llamaba ‘Rayders’, es decir, era ese su apellido pero la Cerridwen criticaría todo lo que pudiese de ella sólo para sentirse mejor, para sobrellevar mejor eso que su hermano parecía manejar mejor que ella. Ya ni recordó ver a la semiveela o a la otra chica con el tal Malik, o dónde estaba el vaso que llevaba en la mano hacía un rato, la vio acercarse y estirar la mano pero ella no levantó la propia, sólo seguía distinguiendo en su rostro aquellas señas inequívocas de su identidad, de que era su hermana y que debía tratarla como tal aunque fuese el producto de un engaño o de una noche de mucho licor, el problema era que no quería.
La calma de Luke le hacía bien, y fue por él que trató de quitar la tensión de su rostro y musitarle su nombre a Ann, Ann Star Starr, esa que ahora seguramente tenía puesta ropa que su padre le había comprado. Buscaba excusas infantiles para no quererla o para que no le agradase, de hecho jamás hacía eso porque para ella eso de discriminar a la gente o prejuzgarla era de retrasados, sin embargo algo calcinante había respecto a ella, el daño que su existencia le había hecho a su familia lo estaba colocando sobre los hombres de quien la miraba ahora, no era justo, pero no se veía haciendo otra cosa.
Miró a Luttrell llegando con Burroughs y volteó la cabeza para mirar de nuevo a quien iba haciendo hervir su sangre desde hacía un rato, afortunadamente Luke tuvo más tino que ella para hacer algo y Loulou simplemente asintió a su hermano para dar un par de pasos hacia la puerta.-Vamos, Starcita..-le dijo a Anna al pasar a su lado porque aquel ambiente no era propicio para una conversación y menos si ella tenía ya planeado algo con sus amigos o quién sabía qué.-
No soportaba la idea de que Dave les dijese que ahora ella iba a ir a casa para navidad, que les contase que ahora tenían que incluirla en las vacaciones, que deberían compartir tras bambalinas con la nueva superestrella o que tenían que elegir si iba con ellos en tal fecha o cual por tener que compartir con ella. Luke podía entender que ella no tenía culpa de nada pero para ella esa chiquita sólo quería colgarse de la fama de su padre para iniciar su carrera, sólo quería el dinero y los privilegios, sólo quería quitarle a su madre la sonrisa del rostro porque si bien las cosas estaban más calmadas seguramente Sandra no soportaría ver ese rostro.
Encima los llamaba ‘Rayders’, es decir, era ese su apellido pero la Cerridwen criticaría todo lo que pudiese de ella sólo para sentirse mejor, para sobrellevar mejor eso que su hermano parecía manejar mejor que ella. Ya ni recordó ver a la semiveela o a la otra chica con el tal Malik, o dónde estaba el vaso que llevaba en la mano hacía un rato, la vio acercarse y estirar la mano pero ella no levantó la propia, sólo seguía distinguiendo en su rostro aquellas señas inequívocas de su identidad, de que era su hermana y que debía tratarla como tal aunque fuese el producto de un engaño o de una noche de mucho licor, el problema era que no quería.
La calma de Luke le hacía bien, y fue por él que trató de quitar la tensión de su rostro y musitarle su nombre a Ann, Ann Star Starr, esa que ahora seguramente tenía puesta ropa que su padre le había comprado. Buscaba excusas infantiles para no quererla o para que no le agradase, de hecho jamás hacía eso porque para ella eso de discriminar a la gente o prejuzgarla era de retrasados, sin embargo algo calcinante había respecto a ella, el daño que su existencia le había hecho a su familia lo estaba colocando sobre los hombres de quien la miraba ahora, no era justo, pero no se veía haciendo otra cosa.
Miró a Luttrell llegando con Burroughs y volteó la cabeza para mirar de nuevo a quien iba haciendo hervir su sangre desde hacía un rato, afortunadamente Luke tuvo más tino que ella para hacer algo y Loulou simplemente asintió a su hermano para dar un par de pasos hacia la puerta.-Vamos, Starcita..-le dijo a Anna al pasar a su lado porque aquel ambiente no era propicio para una conversación y menos si ella tenía ya planeado algo con sus amigos o quién sabía qué.-
Loulou Rayder- Mensajes : 48
Fecha de inscripción : 12/09/2012
Re: Smoking in Heaven
Con lágrimas en los ojos miró a Markus y empezó a reírse, nunca se hubiera imaginado que tuviera consejos tan sensatos para situaciones como esa, entonces le pareció lo más gracioso que había escuchado esa noche y su risa se prolongó más de lo que se prolongaba una risa normal. No sabía si sólo iba a dejarse proteger por su querido ex-novio o si iba a seguir comportándose como una loca (ella misma se sentía impredecible) y pensó que sería bueno estar en sus cinco sentidos para desaparecer e ir a su cama limpia y mullida, o al menos a la cama del dormitorio de Cerridwen, que tampoco estaba mal.
Con todo y la regresión momentánea a la adolescencia de la última frase de Markus, no podía olvidarse de que tenía también a Finnerty muy cerca.
Detuvo su risa tonta y le puso una mano en el rostro, donde antes lo hubiera abofeteado por impulso, como para recordar el tiempo en el que se habían querido demasiado. Y entonces, como señal de los dioses, llegaba Pearlie a tomarla de la mano y se lo agradeció con una sonrisa inmediata. Era extraño pero en un pequeño gesto se sintió de pronto muy lúcida, aunque en otro parpadeo volvió a esa sensación horrenda de haber perdido la cordura.
-No, no entienden nada. Necesitamos dormir
Al menos no había perdido la cordura, por que si intentaban desaparecerse terminarían tasajeadas en mil partes, con el trasero en Shangai y el resto del cuerpo en Brigantia o algo así. Salir al Londres muggle era otro potencial suicidio así que tenían que resignarse a quedarse ahí, pero ya no más fiesta. Le dio unas palmaditas a Markus en el hombro como para tranquilizarlo y después se acercó a Finnerty, tironeándolo del brazo y sin haber soltado a Pearlie de la mano.
-Saca a quien quiera que se esté manoseando en tu habitación, Pearlie y yo nos vamos a dormir ahí
Por que no pensaba quedar medio inconsciente en un sillón, o seguir escuchando sus músicas aturdidoras, o las carcajadas, o seguir sintiendo que estaba enloqueciendo y ya no había manera de arreglarse el cerebro o el corazón que no le latía. Dormir sería lo mejor, la habitación de Angus sería la más limpia (esperaba), o la menos ruidosa, o lo que fuera. Era lo más prudente, teniendo en cuenta lo borracho que iba Crawford, la ilustre presencia de la KAU y otro montón de factores más. Ya había sido suficiente.
Con todo y la regresión momentánea a la adolescencia de la última frase de Markus, no podía olvidarse de que tenía también a Finnerty muy cerca.
Detuvo su risa tonta y le puso una mano en el rostro, donde antes lo hubiera abofeteado por impulso, como para recordar el tiempo en el que se habían querido demasiado. Y entonces, como señal de los dioses, llegaba Pearlie a tomarla de la mano y se lo agradeció con una sonrisa inmediata. Era extraño pero en un pequeño gesto se sintió de pronto muy lúcida, aunque en otro parpadeo volvió a esa sensación horrenda de haber perdido la cordura.
-No, no entienden nada. Necesitamos dormir
Al menos no había perdido la cordura, por que si intentaban desaparecerse terminarían tasajeadas en mil partes, con el trasero en Shangai y el resto del cuerpo en Brigantia o algo así. Salir al Londres muggle era otro potencial suicidio así que tenían que resignarse a quedarse ahí, pero ya no más fiesta. Le dio unas palmaditas a Markus en el hombro como para tranquilizarlo y después se acercó a Finnerty, tironeándolo del brazo y sin haber soltado a Pearlie de la mano.
-Saca a quien quiera que se esté manoseando en tu habitación, Pearlie y yo nos vamos a dormir ahí
Por que no pensaba quedar medio inconsciente en un sillón, o seguir escuchando sus músicas aturdidoras, o las carcajadas, o seguir sintiendo que estaba enloqueciendo y ya no había manera de arreglarse el cerebro o el corazón que no le latía. Dormir sería lo mejor, la habitación de Angus sería la más limpia (esperaba), o la menos ruidosa, o lo que fuera. Era lo más prudente, teniendo en cuenta lo borracho que iba Crawford, la ilustre presencia de la KAU y otro montón de factores más. Ya había sido suficiente.
Aquila Lillyvick- Mensajes : 250
Fecha de inscripción : 10/09/2012
Re: Smoking in Heaven
Angus rió por el golpe de Aquila en lugar de enojarse y después, cuando Markus empezó su discurso sobre la señorita Lillyvick y que la conocía de Hogwarts y que habían cenado juntas sus preciadas y sagradas familias, soltó una carcajada de animal que no pudo acallar, aunque no le hacía mucha gracia las presunciones que estaba escuchando. Además le estaba hablando de usted. Se limpió una lagrimita del ojo por la risa, aunque también tenía muchas ganas de soltarle un puñetazo. Escuchó los gritos de Crawford y en vez de reírse le contestó también a gritos. -TÚ CÁLLATE, CABRÓN-pero ni tenía la más remota idea de cuál era la ubicación real de Joseph y lo gritó a la nada.
-Bueno ya ya ya, ¿no escuchaste que se iba a casar? Deja de estártele pegando.-El licántropo intentó apartar a Aquila con suavidad al ver con asco toda esa parafernalia dulzona de pegar sus frentes, darse besos de esquimales y decirse palabras de amor que seguro ni su padre usaba ya. Y él los interrumpía una vez tras otra diciéndoles que ya estaba bien.-Es mi casa, yo sé dónde está el agua. Yo lo haré..
No se calmó ni dejó de comportarse como niño de 15 bajo los efectos de la herbóloga Mills hasta que llegó Pearlie a tomar de la mano a Aquila. Las vio con los ojos entornados mientras se apartaban de ellos y decían que no entendían nada. Estaba anonadado por todo desde los modos de Ministrista de Markus, hasta las locuras de Aquila.
Tenía las manos dormidas o eso sentía y también bastante sed. Quería ponerse de malas pero no podía y se quedó dos segundos con la boca medio abierta cuando Aquila lo volvía a tomar del brazo y le exigía su cuarto para dormir ahí con Pearlie. Primero pensó en una reverenda grosería y tuvo que cerrar los ojos y sacudir la cabeza para no ser grosero ni en sus pensamientos y luego asintió.
-¿En mi cuarto? ¿Dormir? ¿Ahora?-Parecía de vuelta a los tiempos del australophitecus como la noche de la cena, pero pasaba que su cabeza estaba empezando a mandar mensajes de alarma y no dejaba de repetirle. No recogiste tu cuarto, está todo regado como un mantra. Carraspeó. -Sí. Sí, vengan.
Caminó entre la gente guiándolas hacia su recámara, que no tenía casi nada más que una laptop sobre un escritorio que había sido de su padre, pósters de películas malas, la cama deshecha que se apresuró a medio hacer tropezándose con un montón de ropa, un clóset abierto, varios vasos acumulados en un buró al lado de la cama que quiso aventar de un manazo. La única ventana daba a un pequeño patio con jardín, que era del vecino. -¿Y qué le digo al señor Ministro allá afuera?-Se refería a Markus.
-Bueno ya ya ya, ¿no escuchaste que se iba a casar? Deja de estártele pegando.-El licántropo intentó apartar a Aquila con suavidad al ver con asco toda esa parafernalia dulzona de pegar sus frentes, darse besos de esquimales y decirse palabras de amor que seguro ni su padre usaba ya. Y él los interrumpía una vez tras otra diciéndoles que ya estaba bien.-Es mi casa, yo sé dónde está el agua. Yo lo haré..
No se calmó ni dejó de comportarse como niño de 15 bajo los efectos de la herbóloga Mills hasta que llegó Pearlie a tomar de la mano a Aquila. Las vio con los ojos entornados mientras se apartaban de ellos y decían que no entendían nada. Estaba anonadado por todo desde los modos de Ministrista de Markus, hasta las locuras de Aquila.
Tenía las manos dormidas o eso sentía y también bastante sed. Quería ponerse de malas pero no podía y se quedó dos segundos con la boca medio abierta cuando Aquila lo volvía a tomar del brazo y le exigía su cuarto para dormir ahí con Pearlie. Primero pensó en una reverenda grosería y tuvo que cerrar los ojos y sacudir la cabeza para no ser grosero ni en sus pensamientos y luego asintió.
-¿En mi cuarto? ¿Dormir? ¿Ahora?-Parecía de vuelta a los tiempos del australophitecus como la noche de la cena, pero pasaba que su cabeza estaba empezando a mandar mensajes de alarma y no dejaba de repetirle. No recogiste tu cuarto, está todo regado como un mantra. Carraspeó. -Sí. Sí, vengan.
Caminó entre la gente guiándolas hacia su recámara, que no tenía casi nada más que una laptop sobre un escritorio que había sido de su padre, pósters de películas malas, la cama deshecha que se apresuró a medio hacer tropezándose con un montón de ropa, un clóset abierto, varios vasos acumulados en un buró al lado de la cama que quiso aventar de un manazo. La única ventana daba a un pequeño patio con jardín, que era del vecino. -¿Y qué le digo al señor Ministro allá afuera?-Se refería a Markus.
Angus Finnerty- Mensajes : 258
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Smoking in Heaven
De pronto, se quedo de pasar a saludar y hasta cierto punto ofender, a quedarse pasmada. La caja que le había ofrecido a Finnerty había temblado ligeramente al ver a todas esas personas y pronto todo fue como un flashazo, como un flash back…
Una escena única que se perdió entre la mirada de Per Alechinsky, entre el estiron de pelo de Govinda y el abrazo de Ferdynand, este ultimo dejándola si aliento sin duda.
Estaba segura que si contesto algo a alguna de las personas ahí presentes fue en automatico y en monosílabas simples como cuando estaba en la universidad en sus primeros años:
Lo veía claro y conciso, la casa de Holland, Ferdynand llegando y besando a Shyam mientras el olor a hachis y alcohol andaba por doquier, Govinda en flor de loto fumando y bromeando con Leia, con Holland, Arjuna usando esa cosa larga y extraña que utilizaba para fumar, música…. Todo parecía entre brillo tal y como si fuera ayer. Miro una vez a Per Alechisnky, pudo recordar aquella ocasión horrible, aquella situación en la morge, la muerte de su hermano….
Escucho que Ferdynand le dijo algo, Abb había llegado y hablaban, pero Rune solo contestaba casi cual pequeño robot que no podía creer lo que estaba pasando.
Se giro, esperando que alguien mas tuviera la misma impresión que ella estaba teniendo, Ferdynand se había separado de ella y entonces…Ahí estaba, el chico Reed.
Saludo de la misma manera en como se encontraba actualmente, parpadeo un par de veces y sus ojos viajaron un momento a los de Shyam y a los de Ferdynand dedicándole una mirada larga a este ultimo con sus ojos bicolores antes de suspirar, era como su el color volviera hasta cierto punto a ella.
-Bienvenidos a casa… -les murmuro a ambos con cierto sentimiento, estaba segura que se pondria a llorar si fuera posible, si no hubiera ya derramado muchísimas lagrimas en el pasado. Asi que solo les trato de sonreir un poco. –Aun andan por ahí algunos cigarrillos sueltos… asi que ire a por uno… -se excuso ridículamente perdiéndose de la vista de ambos. En parte porque necesitaba girarse, pellizcarse y abofetearse la cara para decirse a si misma, que sus pociones de filtros de paz y su yoga realmente si la habían ayudado, no, no estaba alucinando, ellos estaban ahí… ¡Despues de quien sabe cuantos años!
Lo primero que hizo fue dirigirse hacia Abby a quien le miro un momento. –Necesito un trago, y me sacrificare para ser la primer conejilla de indias. En este preciso instante voy a robarme la barra… -dijo dirigiéndose hacia las bebidas y sacando unas copas, de estas les agrego Ron suave y con ello llevo unos cuantos hasta donde estaba Govinda a quien la miro un momento seriamente con sus ojos fijos en ella le ofrecio una de esas copas.
-Y esa cajita… -dijo abriéndola y mostrando unas extrañas gomilonas de colores. –contiene la entrada al cielo… y no, antes de que me lleven a Azkaban por drogas, no, no lo son… -metio una de sus gomilonas en la bebida y estas se comenzaron a disolver en esta. –Un trago por mi… y por donde carajos se habían metido ustedes… -dijo mirando mas alla a Ferdynand, buscando su mirada una vez mas, una vez mas como aquella ultima vez que le vio… Antes de no volver a saber de el de nuevo.
Le dio un trago largo y la bebida caló de verdad en la garganta pero el sabor era bastante bueno… jodidamente bueno, recordándole aquella noche en la Fraternidad cuando George Suberland decía que Rune tenía esas gotitas mágicas que los iban a envenenar, una vez mas miro a la rubísima.
-Te extrañe. Mills… -
Tal y como la trataba, esa amistad enemistad ridícula, sonrio recordando aquellas clases de pociones junto a Aleyda Ayres cuando se hacían cada una la vida de cuadritos compitiendo por quien era mejor en la clase, pero siempre a espaldas la una de la otra en las batallas.
Le extendió a Mills la cajita solo quedándose con una copa con una de ellas, esa, estaba definitivamente reservada.
Y podría culpar al alcohol, o al menos si alguien no sabia que tenia una tonta habilidad especial secreta de su aguante al alcohol caería en su mentira, pero que importaba. Asi que con copa en mano y (quitándole un cigarrillo a alguien de paso) se dirigio hacia donde estaba Ferdynand.
-No… realmente no todo anda bien conmigo… -dijo al fin después de tanto tiempo mientras le extendia la copa. –creo que tu aun me debes 100 galeones, polaco… -le sonrio, y se impresiono de lo que le había dicho, ¡definitivamente no entendia porque sucedia eso! Era la bebida, estaba segura que era la bebida la que hizo que se parara de puntillas, rodeara el cuello de Ferdynand y le plantara un beso, no como esos que el había comenzado a regalar cual navidad compartida, un poco de casto y un poco de esos tres malditos años que aquel chico anduvo desaparecido. Una vez que se separo de el se quedo un instante ahí, tan cerca de su rostro.
-Cartas muggles, postales indesifrables para mentes inferiores o una maldita caja de chocolates Zieliñski… no me importa que sea solo una rana de chocolate al año o una fotografía de sus 80 hijos…. Pero, no vuelvas a irte asi… -
Fue un simple susurro antes de separarse de el y esperar no llamar la atención, estaba sonrojada pero no sabia si era por hablar demasiado, o que sin duda, ese licor de esencia de dragon había salido peor de lo que imaginaba.
-Ahora, puedes escapar… -
Y si el no lo hacia, ella estaba ya buscando la puerta mas proxima y a Tucker para decirle que se esconderia en Alaska en algun tiempo, la vida dentro de un iglu deberia ser mas relajada que su corazon lleno de emociones...
Una escena única que se perdió entre la mirada de Per Alechinsky, entre el estiron de pelo de Govinda y el abrazo de Ferdynand, este ultimo dejándola si aliento sin duda.
Estaba segura que si contesto algo a alguna de las personas ahí presentes fue en automatico y en monosílabas simples como cuando estaba en la universidad en sus primeros años:
Lo veía claro y conciso, la casa de Holland, Ferdynand llegando y besando a Shyam mientras el olor a hachis y alcohol andaba por doquier, Govinda en flor de loto fumando y bromeando con Leia, con Holland, Arjuna usando esa cosa larga y extraña que utilizaba para fumar, música…. Todo parecía entre brillo tal y como si fuera ayer. Miro una vez a Per Alechisnky, pudo recordar aquella ocasión horrible, aquella situación en la morge, la muerte de su hermano….
Escucho que Ferdynand le dijo algo, Abb había llegado y hablaban, pero Rune solo contestaba casi cual pequeño robot que no podía creer lo que estaba pasando.
Se giro, esperando que alguien mas tuviera la misma impresión que ella estaba teniendo, Ferdynand se había separado de ella y entonces…Ahí estaba, el chico Reed.
Saludo de la misma manera en como se encontraba actualmente, parpadeo un par de veces y sus ojos viajaron un momento a los de Shyam y a los de Ferdynand dedicándole una mirada larga a este ultimo con sus ojos bicolores antes de suspirar, era como su el color volviera hasta cierto punto a ella.
-Bienvenidos a casa… -les murmuro a ambos con cierto sentimiento, estaba segura que se pondria a llorar si fuera posible, si no hubiera ya derramado muchísimas lagrimas en el pasado. Asi que solo les trato de sonreir un poco. –Aun andan por ahí algunos cigarrillos sueltos… asi que ire a por uno… -se excuso ridículamente perdiéndose de la vista de ambos. En parte porque necesitaba girarse, pellizcarse y abofetearse la cara para decirse a si misma, que sus pociones de filtros de paz y su yoga realmente si la habían ayudado, no, no estaba alucinando, ellos estaban ahí… ¡Despues de quien sabe cuantos años!
Lo primero que hizo fue dirigirse hacia Abby a quien le miro un momento. –Necesito un trago, y me sacrificare para ser la primer conejilla de indias. En este preciso instante voy a robarme la barra… -dijo dirigiéndose hacia las bebidas y sacando unas copas, de estas les agrego Ron suave y con ello llevo unos cuantos hasta donde estaba Govinda a quien la miro un momento seriamente con sus ojos fijos en ella le ofrecio una de esas copas.
-Y esa cajita… -dijo abriéndola y mostrando unas extrañas gomilonas de colores. –contiene la entrada al cielo… y no, antes de que me lleven a Azkaban por drogas, no, no lo son… -metio una de sus gomilonas en la bebida y estas se comenzaron a disolver en esta. –Un trago por mi… y por donde carajos se habían metido ustedes… -dijo mirando mas alla a Ferdynand, buscando su mirada una vez mas, una vez mas como aquella ultima vez que le vio… Antes de no volver a saber de el de nuevo.
Le dio un trago largo y la bebida caló de verdad en la garganta pero el sabor era bastante bueno… jodidamente bueno, recordándole aquella noche en la Fraternidad cuando George Suberland decía que Rune tenía esas gotitas mágicas que los iban a envenenar, una vez mas miro a la rubísima.
-Te extrañe. Mills… -
Tal y como la trataba, esa amistad enemistad ridícula, sonrio recordando aquellas clases de pociones junto a Aleyda Ayres cuando se hacían cada una la vida de cuadritos compitiendo por quien era mejor en la clase, pero siempre a espaldas la una de la otra en las batallas.
Le extendió a Mills la cajita solo quedándose con una copa con una de ellas, esa, estaba definitivamente reservada.
Y podría culpar al alcohol, o al menos si alguien no sabia que tenia una tonta habilidad especial secreta de su aguante al alcohol caería en su mentira, pero que importaba. Asi que con copa en mano y (quitándole un cigarrillo a alguien de paso) se dirigio hacia donde estaba Ferdynand.
-No… realmente no todo anda bien conmigo… -dijo al fin después de tanto tiempo mientras le extendia la copa. –creo que tu aun me debes 100 galeones, polaco… -le sonrio, y se impresiono de lo que le había dicho, ¡definitivamente no entendia porque sucedia eso! Era la bebida, estaba segura que era la bebida la que hizo que se parara de puntillas, rodeara el cuello de Ferdynand y le plantara un beso, no como esos que el había comenzado a regalar cual navidad compartida, un poco de casto y un poco de esos tres malditos años que aquel chico anduvo desaparecido. Una vez que se separo de el se quedo un instante ahí, tan cerca de su rostro.
-Cartas muggles, postales indesifrables para mentes inferiores o una maldita caja de chocolates Zieliñski… no me importa que sea solo una rana de chocolate al año o una fotografía de sus 80 hijos…. Pero, no vuelvas a irte asi… -
Fue un simple susurro antes de separarse de el y esperar no llamar la atención, estaba sonrojada pero no sabia si era por hablar demasiado, o que sin duda, ese licor de esencia de dragon había salido peor de lo que imaginaba.
-Ahora, puedes escapar… -
Y si el no lo hacia, ella estaba ya buscando la puerta mas proxima y a Tucker para decirle que se esconderia en Alaska en algun tiempo, la vida dentro de un iglu deberia ser mas relajada que su corazon lleno de emociones...
Rune Drane- Mensajes : 44
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Smoking in Heaven
De pronto, se quedo de pasar a saludar y hasta cierto punto ofender, a quedarse pasmada. La caja que le había ofrecido a Finnerty había temblado ligeramente al ver a todas esas personas y pronto todo fue como un flashazo, como un flash back…
Una escena única que se perdió entre la mirada de Per Alechinsky, entre el estiron de pelo de Govinda y el abrazo de Ferdynand, este ultimo dejándola si aliento sin duda.
Estaba segura que si contesto algo a alguna de las personas ahí presentes fue en automatico y en monosílabas simples como cuando estaba en la universidad en sus primeros años:
Lo veía claro y conciso, la casa de Holland, Ferdynand llegando y besando a Shyam mientras el olor a hachis y alcohol andaba por doquier, Govinda en flor de loto fumando y bromeando con Leia, con Holland, Arjuna usando esa cosa larga y extraña que utilizaba para fumar, música…. Todo parecía entre brillo tal y como si fuera ayer. Miro una vez a Per Alechisnky, pudo recordar aquella ocasión horrible, aquella situación en la morge, la muerte de su hermano….
Escucho que Ferdynand le dijo algo, Abb había llegado y hablaban, pero Rune solo contestaba casi cual pequeño robot que no podía creer lo que estaba pasando.
Se giro, esperando que alguien mas tuviera la misma impresión que ella estaba teniendo, Ferdynand se había separado de ella y entonces…Ahí estaba, el chico Reed.
Saludo de la misma manera en como se encontraba actualmente, parpadeo un par de veces y sus ojos viajaron un momento a los de Shyam y a los de Ferdynand dedicándole una mirada larga a este ultimo con sus ojos bicolores antes de suspirar, era como su el color volviera hasta cierto punto a ella.
-Bienvenidos a casa… -les murmuro a ambos con cierto sentimiento, estaba segura que se pondria a llorar si fuera posible, si no hubiera ya derramado muchísimas lagrimas en el pasado. Asi que solo les trato de sonreir un poco. –Aun andan por ahí algunos cigarrillos sueltos… asi que ire a por uno… -se excuso ridículamente perdiéndose de la vista de ambos. En parte porque necesitaba girarse, pellizcarse y abofetearse la cara para decirse a si misma, que sus pociones de filtros de paz y su yoga realmente si la habían ayudado, no, no estaba alucinando, ellos estaban ahí… ¡Despues de quien sabe cuantos años!
Lo primero que hizo fue dirigirse hacia Abby a quien le miro un momento. –Necesito un trago, y me sacrificare para ser la primer conejilla de indias. En este preciso instante voy a robarme la barra… -dijo dirigiéndose hacia las bebidas y sacando unas copas, de estas les agrego Ron suave y con ello llevo unos cuantos hasta donde estaba Govinda a quien la miro un momento seriamente con sus ojos fijos en ella le ofrecio una de esas copas.
-Y esa cajita… -dijo abriéndola y mostrando unas extrañas gomilonas de colores. –contiene la entrada al cielo… y no, antes de que me lleven a Azkaban por drogas, no, no lo son… -metio una de sus gomilonas en la bebida y estas se comenzaron a disolver en esta. –Un trago por mi… y por donde carajos se habían metido ustedes… -dijo mirando mas alla a Ferdynand, buscando su mirada una vez mas, una vez mas como aquella ultima vez que le vio… Antes de no volver a saber de el de nuevo.
Le dio un trago largo y la bebida caló de verdad en la garganta pero el sabor era bastante bueno… jodidamente bueno, recordándole aquella noche en la Fraternidad cuando George Suberland decía que Rune tenía esas gotitas mágicas que los iban a envenenar, una vez mas miro a la rubísima.
-Te extrañe. Mills… -
Tal y como la trataba, esa amistad enemistad ridícula, sonrio recordando aquellas clases de pociones junto a Aleyda Ayres cuando se hacían cada una la vida de cuadritos compitiendo por quien era mejor en la clase, pero siempre a espaldas la una de la otra en las batallas.
Le extendió a Mills la cajita solo quedándose con una copa con una de ellas, esa, estaba definitivamente reservada.
Y podría culpar al alcohol, o al menos si alguien no sabia que tenia una tonta habilidad especial secreta de su aguante al alcohol caería en su mentira, pero que importaba. Asi que con copa en mano y (quitándole un cigarrillo a alguien de paso) se dirigio hacia donde estaba Ferdynand.
-No… realmente no todo anda bien conmigo… -dijo al fin después de tanto tiempo mientras le extendia la copa. –creo que tu aun me debes 100 galeones, polaco… -le sonrio, y se impresiono de lo que le había dicho, ¡definitivamente no entendia porque sucedia eso! Era la bebida, estaba segura que era la bebida la que hizo que se parara de puntillas, rodeara el cuello de Ferdynand y le plantara un beso, no como esos que el había comenzado a regalar cual navidad compartida, un poco de casto y un poco de esos tres malditos años que aquel chico anduvo desaparecido. Una vez que se separo de el se quedo un instante ahí, tan cerca de su rostro.
-Cartas muggles, postales indesifrables para mentes inferiores o una maldita caja de chocolates Zieliñski… no me importa que sea solo una rana de chocolate al año o una fotografía de sus 80 hijos…. Pero, no vuelvas a irte asi… -
Fue un simple susurro antes de separarse de el y esperar no llamar la atención, estaba sonrojada pero no sabia si era por hablar demasiado, o que sin duda, ese licor de esencia de dragon había salido peor de lo que imaginaba.
-Ahora, puedes escapar… -
Y si el no lo hacia, ella estaba ya buscando la puerta mas proxima y a Tucker para decirle que se esconderia en Alaska en algun tiempo, la vida dentro de un iglu deberia ser mas relajada que su corazon lleno de emociones...
Una escena única que se perdió entre la mirada de Per Alechinsky, entre el estiron de pelo de Govinda y el abrazo de Ferdynand, este ultimo dejándola si aliento sin duda.
Estaba segura que si contesto algo a alguna de las personas ahí presentes fue en automatico y en monosílabas simples como cuando estaba en la universidad en sus primeros años:
Lo veía claro y conciso, la casa de Holland, Ferdynand llegando y besando a Shyam mientras el olor a hachis y alcohol andaba por doquier, Govinda en flor de loto fumando y bromeando con Leia, con Holland, Arjuna usando esa cosa larga y extraña que utilizaba para fumar, música…. Todo parecía entre brillo tal y como si fuera ayer. Miro una vez a Per Alechisnky, pudo recordar aquella ocasión horrible, aquella situación en la morge, la muerte de su hermano….
Escucho que Ferdynand le dijo algo, Abb había llegado y hablaban, pero Rune solo contestaba casi cual pequeño robot que no podía creer lo que estaba pasando.
Se giro, esperando que alguien mas tuviera la misma impresión que ella estaba teniendo, Ferdynand se había separado de ella y entonces…Ahí estaba, el chico Reed.
Saludo de la misma manera en como se encontraba actualmente, parpadeo un par de veces y sus ojos viajaron un momento a los de Shyam y a los de Ferdynand dedicándole una mirada larga a este ultimo con sus ojos bicolores antes de suspirar, era como su el color volviera hasta cierto punto a ella.
-Bienvenidos a casa… -les murmuro a ambos con cierto sentimiento, estaba segura que se pondria a llorar si fuera posible, si no hubiera ya derramado muchísimas lagrimas en el pasado. Asi que solo les trato de sonreir un poco. –Aun andan por ahí algunos cigarrillos sueltos… asi que ire a por uno… -se excuso ridículamente perdiéndose de la vista de ambos. En parte porque necesitaba girarse, pellizcarse y abofetearse la cara para decirse a si misma, que sus pociones de filtros de paz y su yoga realmente si la habían ayudado, no, no estaba alucinando, ellos estaban ahí… ¡Despues de quien sabe cuantos años!
Lo primero que hizo fue dirigirse hacia Abby a quien le miro un momento. –Necesito un trago, y me sacrificare para ser la primer conejilla de indias. En este preciso instante voy a robarme la barra… -dijo dirigiéndose hacia las bebidas y sacando unas copas, de estas les agrego Ron suave y con ello llevo unos cuantos hasta donde estaba Govinda a quien la miro un momento seriamente con sus ojos fijos en ella le ofrecio una de esas copas.
-Y esa cajita… -dijo abriéndola y mostrando unas extrañas gomilonas de colores. –contiene la entrada al cielo… y no, antes de que me lleven a Azkaban por drogas, no, no lo son… -metio una de sus gomilonas en la bebida y estas se comenzaron a disolver en esta. –Un trago por mi… y por donde carajos se habían metido ustedes… -dijo mirando mas alla a Ferdynand, buscando su mirada una vez mas, una vez mas como aquella ultima vez que le vio… Antes de no volver a saber de el de nuevo.
Le dio un trago largo y la bebida caló de verdad en la garganta pero el sabor era bastante bueno… jodidamente bueno, recordándole aquella noche en la Fraternidad cuando George Suberland decía que Rune tenía esas gotitas mágicas que los iban a envenenar, una vez mas miro a la rubísima.
-Te extrañe. Mills… -
Tal y como la trataba, esa amistad enemistad ridícula, sonrio recordando aquellas clases de pociones junto a Aleyda Ayres cuando se hacían cada una la vida de cuadritos compitiendo por quien era mejor en la clase, pero siempre a espaldas la una de la otra en las batallas.
Le extendió a Mills la cajita solo quedándose con una copa con una de ellas, esa, estaba definitivamente reservada.
Y podría culpar al alcohol, o al menos si alguien no sabia que tenia una tonta habilidad especial secreta de su aguante al alcohol caería en su mentira, pero que importaba. Asi que con copa en mano y (quitándole un cigarrillo a alguien de paso) se dirigio hacia donde estaba Ferdynand.
-No… realmente no todo anda bien conmigo… -dijo al fin después de tanto tiempo mientras le extendia la copa. –creo que tu aun me debes 100 galeones, polaco… -le sonrio, y se impresiono de lo que le había dicho, ¡definitivamente no entendia porque sucedia eso! Era la bebida, estaba segura que era la bebida la que hizo que se parara de puntillas, rodeara el cuello de Ferdynand y le plantara un beso, no como esos que el había comenzado a regalar cual navidad compartida, un poco de casto y un poco de esos tres malditos años que aquel chico anduvo desaparecido. Una vez que se separo de el se quedo un instante ahí, tan cerca de su rostro.
-Cartas muggles, postales indesifrables para mentes inferiores o una maldita caja de chocolates Zieliñski… no me importa que sea solo una rana de chocolate al año o una fotografía de sus 80 hijos…. Pero, no vuelvas a irte asi… -
Fue un simple susurro antes de separarse de el y esperar no llamar la atención, estaba sonrojada pero no sabia si era por hablar demasiado, o que sin duda, ese licor de esencia de dragon había salido peor de lo que imaginaba.
-Ahora, puedes escapar… -
Y si el no lo hacia, ella estaba ya buscando la puerta mas proxima y a Tucker para decirle que se esconderia en Alaska en algun tiempo, la vida dentro de un iglu deberia ser mas relajada que su corazon lleno de emociones...
Rune Drane- Mensajes : 44
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Smoking in Heaven
Aparentemente mi iPod había dado en el clavo toda la noche o eso me parecía a mi por que después de que me quedara pasmada sin saber por qué Martin había llegado como loco a besarme, y después de Azealia Banks y su rima del Harlem, empezaba una canción que a mi me parecía el romanticismo total, aunque seguro en ese punto de la noche ya nadie estaba escuchando lo que sonando. Ladée un poco la cabeza que movía al ritmo de la música un poco cuando empecé a escuchar su respuesta.
Era inevitable sonreír al ver que no encontraba palabras para decir lo que fuera a decir y hasta me puse un tanto nerviosa pensando que quizás sí era algo como una apuesta pero no sabía cómo inventarse una buena coartada. Me reí más cuando decía que le gustaba, pero no en plan burla. La verdad era que mis risas siempre eran inadecuadas y hacían enojar a mucha gente, aunque esperé que ese no fuera el caso.
-Bueno ¿Cómo más se dicen estas cosas? Si es que se dicen...
Por que era cierto. Nadie antes me había hecho una confesión parecida, yo tampoco había confesado a nadie mi amor por que tampoco estaba muy segura de haber querido hacerlo y todo me parecía inusual y confuso pero no me sentía ni la mitad de estresada de lo que parecía estar Martin ¿Qué pensaba, que era una de esas niñas malvadas que desairaban a sus pretendientes o algo así? No tenía la menor idea de cómo comportarme como una perra y aunque la tuviera, no iba a hacerlo. Además, yo también lo encontraba guapo y todo. Y eso era demasiada suerte en una noche.
-¿Cómo, salir contigo? ¿Eso qué quiere decir? ¿Que nos vamos a seguir cayendo bien, y platicando y tal, y también nos vamos a besar? ¿O sea que vas a ser mi novio? ¿Cuántas preguntas hice en una sola frase? Ese es mi talento oculto.
Y si hacía tantas preguntas era por que de verdad quería saber exactamente a qué se refería, para no hacer el ridículo a posteriori y estar diciéndole a la gente que Martin era mi novio cuando esa no era su intención o alguna tontería así. Le di un empujón amistoso (más fuerte que amistoso, tenía la mano pesada) y luego lo volví a besar. Por que si no había entendido su pregunta, más valía que lo hiciera, quizás fuera la última vez en caso de estarlo malinterpretando.
Era inevitable sonreír al ver que no encontraba palabras para decir lo que fuera a decir y hasta me puse un tanto nerviosa pensando que quizás sí era algo como una apuesta pero no sabía cómo inventarse una buena coartada. Me reí más cuando decía que le gustaba, pero no en plan burla. La verdad era que mis risas siempre eran inadecuadas y hacían enojar a mucha gente, aunque esperé que ese no fuera el caso.
-Bueno ¿Cómo más se dicen estas cosas? Si es que se dicen...
Por que era cierto. Nadie antes me había hecho una confesión parecida, yo tampoco había confesado a nadie mi amor por que tampoco estaba muy segura de haber querido hacerlo y todo me parecía inusual y confuso pero no me sentía ni la mitad de estresada de lo que parecía estar Martin ¿Qué pensaba, que era una de esas niñas malvadas que desairaban a sus pretendientes o algo así? No tenía la menor idea de cómo comportarme como una perra y aunque la tuviera, no iba a hacerlo. Además, yo también lo encontraba guapo y todo. Y eso era demasiada suerte en una noche.
-¿Cómo, salir contigo? ¿Eso qué quiere decir? ¿Que nos vamos a seguir cayendo bien, y platicando y tal, y también nos vamos a besar? ¿O sea que vas a ser mi novio? ¿Cuántas preguntas hice en una sola frase? Ese es mi talento oculto.
Y si hacía tantas preguntas era por que de verdad quería saber exactamente a qué se refería, para no hacer el ridículo a posteriori y estar diciéndole a la gente que Martin era mi novio cuando esa no era su intención o alguna tontería así. Le di un empujón amistoso (más fuerte que amistoso, tenía la mano pesada) y luego lo volví a besar. Por que si no había entendido su pregunta, más valía que lo hiciera, quizás fuera la última vez en caso de estarlo malinterpretando.
Leslie Ayres- Mensajes : 53
Fecha de inscripción : 18/09/2012
Re: Smoking in Heaven
Pensó que no estaba funcionando su persuasión y por primera vez se sintió más que insegura esperando una respuesta de Finnerty por lo que sintió que se sonrojaba cuando se le quedaba mirando sin más, quizás pensando en decirle que ya estaba bien de numeritos y se fuera a dormir donde carambas pudiera sin tener que involucrarlo. Sus tres preguntas fueron aún peores, por que le confirmaban que se había cansado un poco de todas sus tonterías desatadas por todo lo que había consumido esa noche, pero después de que se aclarara la garganta se tranquilizó.
Aún cuando casi se despedía de Markus afectuosamente se largaba sin decirle nada, pero nadie podría culparla, aún estando un poco ebria se olvidaba fácilmente de los modales cuando estaba en una fiesta. También recordó que tenía mucho tiempo sin estar en una fiesta propiamente dicha, después de todo no había estado tan mal. Siguió a Finnerty aunque no era que tuviera que recorrer largos pasillos llenos de candelabros para llegar hasta su habitación por que el lugar de verdad era pequeño.
Entornó los ojos cuando entraban en la recámara y podía ver todo, algo desordenado aunque no al extremo, con un montón de cosas muggles y un cartel de algo con dos tipas que decía "Ginger Snaps" a lo que sólo arqueó las cejas y quizás se quedó más tiempo mirando del debido por que no entendía qué diablos era eso.
-¿A quién?... Ah a Mark, no tienes qué decirle nada.
Dijo todavía curioseando por la habitación, quitándose los tacones de inmediato y quedando más baja antes de caminar hacia él. Estaba muy consciente de que Pearl estaba ahí y que iban a dormir antes de cometer más locuras, pero de todos modos iba a agradecerle la atención, por que después de todo simplemente podría haberla mandado al diablo. Tenía que levantar más el rostro para verlo, lo que significaba que nunca antes había estado frente a él sin tacones.
-¿Me prestas una camiseta?
Se contuvo antes de decirle que de preferencia estuviera limpia así que sólo se rió por lo bajo, se deshizo del blazer verde que había llevado puesto toda la noche y se quedó con la blusa blanca con moño que dejaba descubiertos sus brazos. La cama le pareció el lugar donde debía estar, dormida y acompañada por Pearlie igual de dormida, ya había sido suficiente.
Aún cuando casi se despedía de Markus afectuosamente se largaba sin decirle nada, pero nadie podría culparla, aún estando un poco ebria se olvidaba fácilmente de los modales cuando estaba en una fiesta. También recordó que tenía mucho tiempo sin estar en una fiesta propiamente dicha, después de todo no había estado tan mal. Siguió a Finnerty aunque no era que tuviera que recorrer largos pasillos llenos de candelabros para llegar hasta su habitación por que el lugar de verdad era pequeño.
Entornó los ojos cuando entraban en la recámara y podía ver todo, algo desordenado aunque no al extremo, con un montón de cosas muggles y un cartel de algo con dos tipas que decía "Ginger Snaps" a lo que sólo arqueó las cejas y quizás se quedó más tiempo mirando del debido por que no entendía qué diablos era eso.
-¿A quién?... Ah a Mark, no tienes qué decirle nada.
Dijo todavía curioseando por la habitación, quitándose los tacones de inmediato y quedando más baja antes de caminar hacia él. Estaba muy consciente de que Pearl estaba ahí y que iban a dormir antes de cometer más locuras, pero de todos modos iba a agradecerle la atención, por que después de todo simplemente podría haberla mandado al diablo. Tenía que levantar más el rostro para verlo, lo que significaba que nunca antes había estado frente a él sin tacones.
-¿Me prestas una camiseta?
Se contuvo antes de decirle que de preferencia estuviera limpia así que sólo se rió por lo bajo, se deshizo del blazer verde que había llevado puesto toda la noche y se quedó con la blusa blanca con moño que dejaba descubiertos sus brazos. La cama le pareció el lugar donde debía estar, dormida y acompañada por Pearlie igual de dormida, ya había sido suficiente.
Aquila Lillyvick- Mensajes : 250
Fecha de inscripción : 10/09/2012
Re: Smoking in Heaven
Menos mal que no tenía que decirle nada a Markus porque Angus sentía que todavía estaba en un fácil punto de ebullición. Malik siempre lo jodía con que tenía “sus días del mes” que siempre eran antes de la luna llena, pero a veces pensaba que no era necesario si quiera estar cerca de la luna llena porque la humanidad simplemente lo hacía enojar con sus modos. Las miró poniéndose muy nervioso y hasta quiso esconder la laptop por si se les ocurría agarrarla y desarmarla como niños destroyers de cinco años porque se les veía en la cara que muy acostumbradas a lo muggle, pues no estaban precisamente.
Angus volvió a incomodarse y pasmarse cuando Aquila le pedía una camiseta. No recordaba donde mierda había puesto las limpias. Rebuscó en el clóset y sacó una vieja de los Smiths que no tenía mucho de especial y se la lanzó a la semiveela preguntándole a Pearlie si ella también necesitaba una sacando una deslavada de River Phoenix dejándola sobre la cama.
Carraspeó otra vez, incómodo por si la ropa no olía bien, pero ya no se iba a quedar más tiempo ahí para seguirse preguntando las cosas que estaban mal en su habitación a la que supuestamente nadie iba a entrar. -Bueno…¿buenas noches?-Fue pregunta con el mismo tono estúpido que tenía desde hacía un rato.
El licántropo le sonrió a Aquila porque le parecía irreal que después de todo lo que había pasado ella terminara durmiendo en su cama, acompañada de otra chica. No estaba tan bien como sonaba realmente porque la connotación era muy distinta a lo que se daba a entender en la frase pero el punto era que todo resultaba extraño al final. Se despidió de ambas con un gesto y cerró la puerta tras él.
Se talló la cara para espabilar y trató de enfocar con esfuerzo, ni había notado que seguía con la botella de whisky en la mano. Caminó hasta Per y le dio unas palmadas en la espalda.-No tengo ni puta idea de lo que acaba de pasar allá adentro. Son raras.-Per podía no tener idea de qué estaba pasando, pero daba lo mismo.-Voy a hablar con Bleeker.-Dijo recordando de pronto el episodio de lo que parecían años. Iba a hablar con él porque no quería ningún tipo de problemas por lo que asumía que era su culpa.
Angus volvió a incomodarse y pasmarse cuando Aquila le pedía una camiseta. No recordaba donde mierda había puesto las limpias. Rebuscó en el clóset y sacó una vieja de los Smiths que no tenía mucho de especial y se la lanzó a la semiveela preguntándole a Pearlie si ella también necesitaba una sacando una deslavada de River Phoenix dejándola sobre la cama.
Carraspeó otra vez, incómodo por si la ropa no olía bien, pero ya no se iba a quedar más tiempo ahí para seguirse preguntando las cosas que estaban mal en su habitación a la que supuestamente nadie iba a entrar. -Bueno…¿buenas noches?-Fue pregunta con el mismo tono estúpido que tenía desde hacía un rato.
El licántropo le sonrió a Aquila porque le parecía irreal que después de todo lo que había pasado ella terminara durmiendo en su cama, acompañada de otra chica. No estaba tan bien como sonaba realmente porque la connotación era muy distinta a lo que se daba a entender en la frase pero el punto era que todo resultaba extraño al final. Se despidió de ambas con un gesto y cerró la puerta tras él.
Se talló la cara para espabilar y trató de enfocar con esfuerzo, ni había notado que seguía con la botella de whisky en la mano. Caminó hasta Per y le dio unas palmadas en la espalda.-No tengo ni puta idea de lo que acaba de pasar allá adentro. Son raras.-Per podía no tener idea de qué estaba pasando, pero daba lo mismo.-Voy a hablar con Bleeker.-Dijo recordando de pronto el episodio de lo que parecían años. Iba a hablar con él porque no quería ningún tipo de problemas por lo que asumía que era su culpa.
Angus Finnerty- Mensajes : 258
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Smoking in Heaven
Ella también se mostró bastante sorprendida por algunas de las cosas que estaban ahí. Efectivamente le dieron ganas de ir hacia la laptop que se veía tal cual uno de esos aparatos rarísimos tecnológicos que tendría muchas ganas de probar de no estar tan drogada. Ni manera de decirle a Finnerty que le enseñara algo o que la dejara probarla. Ni la tocaría si no estaba él, que miedo. Ni tuvo tiempo –ni cabeza, más bien- para contestarle a Finnerty que sí quería una playera, en cambio solo se acercó cuando él adivinaba que la necesitaría de todos modos y le lanzaba una a la cama con la cara de un niño fumador. Licántropo vicioso.
Miró la camiseta por todos lados y cuando el licántropo por fin cerró la puerta, se quedó todavía unos segundos pasmada como si estuviera en otro mundo. Que raro se sentía eso, que raro se sentía todo, que ganas de tirarse en la cama y no hacer nada, o reírse mucho, o hablar sobre lo bonito que sonaba el apellido de Aquila cuando se repetía muchas veces. Pero lo mejor era ya terminar con esa locura, dormirse y largarse muy temprano en la mañana apenas tuvieran fuerzas para aparecerse.
Se quitó el saquito que llevaba y también la blusa, para ponerse encima la camiseta del niño fumador. Se miró a si misma y soltó una risa porque se veía ridícula totalmente.
-Ay, mejor deja le cierro bien, no vayan a venir Finnerty y Crawford a violarnos con los ojos encendidos de lujuria.
Dicho eso soltó una carcajada de loca mientras se acercaba a la puerta para asegurarse de que estaba bien cerrada antes de sacarse la falda como si estuviera en su casa. Segundos después la broma ya no le hizo nada de gracia, pero nada, como si el pastel estuviera actuando de forma extraña y ahora quisiera hacerla entrar en un túnel de paranoia.
Miró la camiseta por todos lados y cuando el licántropo por fin cerró la puerta, se quedó todavía unos segundos pasmada como si estuviera en otro mundo. Que raro se sentía eso, que raro se sentía todo, que ganas de tirarse en la cama y no hacer nada, o reírse mucho, o hablar sobre lo bonito que sonaba el apellido de Aquila cuando se repetía muchas veces. Pero lo mejor era ya terminar con esa locura, dormirse y largarse muy temprano en la mañana apenas tuvieran fuerzas para aparecerse.
Se quitó el saquito que llevaba y también la blusa, para ponerse encima la camiseta del niño fumador. Se miró a si misma y soltó una risa porque se veía ridícula totalmente.
-Ay, mejor deja le cierro bien, no vayan a venir Finnerty y Crawford a violarnos con los ojos encendidos de lujuria.
Dicho eso soltó una carcajada de loca mientras se acercaba a la puerta para asegurarse de que estaba bien cerrada antes de sacarse la falda como si estuviera en su casa. Segundos después la broma ya no le hizo nada de gracia, pero nada, como si el pastel estuviera actuando de forma extraña y ahora quisiera hacerla entrar en un túnel de paranoia.
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Smoking in Heaven
La tensión aumentaba más y más, vertiginosamente. De pronto deseó haberse comido dos de los pasteles de Elisa porque la sensación que le provocaban sus hermanos no era otra más que la del rechazo y el odio. Especialmente de Loulou. Sintió que Luke le estrechaba la mano de forma tan impersonal, tan correcta, tan carente de cualquier otra cosa que no fuera un protocolo necesario por que compartían padres que la incomodidad fue evidente incluso en ella. Creyó que Lucas le había intentado sonreír y todo, pero no estaba muy segura de que lo que le había regalado hubiera sido una sonrisa tal cual.
Casi quiso volver a mirar mejor hacia donde estaba Crawford con el rubio, o decirles que mejor hablaban luego y largarse de esa zona específica, pero eso habría sido muy cobarde de su parte. Ella había sido quien había pedido a Loulou que fuera a la fiesta, aunque su idea del encuentro había sido bastante distinta. No pretendía que se abrazaran y lloraran de gusto, pero sí llevar las cosas de una manera no tan tirante. Ninguno de los dos dejaba de mirarla como si buscaran en su cara algo que la delatara como una impostora. Loulou ni siquiera le había devuelto el saludo y se había presentado con un aparente esfuerzo descomunal.
Se remojó los labios cuando una chica rubia llegaba a saludar acompañada de otro tipo con cara de presumido. Sonrió sin mostrar los dientes, si sinceramente, pero bastante nerviosa. Ni a Loulou ni a Lucas pareció importarles la llegada de los otros dos. Ellos lo que querían era lo que ella trataba de evitar: solemnidad, presentaciones extrañas, largos tratados y acuerdos. “Esto” no era precisamente la palabra que había esperado para definir una relación.
Volteó a ver a Crawford, pero ya ahora solo estaba el chico rubio y el cerridwen quién sabía a donde se había ido. Volvió a mirar a Sofie, por ninguna razón en particular. Luego miró a Lucas y finalmente soltó un hondo suspiro. -Sí, vamos.-soltó como resignada, y siguió a Loulou y a Lucas no sin antes buscar con la mirada a Elisa para decirle a señas que volvía más tarde.
Casi quiso volver a mirar mejor hacia donde estaba Crawford con el rubio, o decirles que mejor hablaban luego y largarse de esa zona específica, pero eso habría sido muy cobarde de su parte. Ella había sido quien había pedido a Loulou que fuera a la fiesta, aunque su idea del encuentro había sido bastante distinta. No pretendía que se abrazaran y lloraran de gusto, pero sí llevar las cosas de una manera no tan tirante. Ninguno de los dos dejaba de mirarla como si buscaran en su cara algo que la delatara como una impostora. Loulou ni siquiera le había devuelto el saludo y se había presentado con un aparente esfuerzo descomunal.
Se remojó los labios cuando una chica rubia llegaba a saludar acompañada de otro tipo con cara de presumido. Sonrió sin mostrar los dientes, si sinceramente, pero bastante nerviosa. Ni a Loulou ni a Lucas pareció importarles la llegada de los otros dos. Ellos lo que querían era lo que ella trataba de evitar: solemnidad, presentaciones extrañas, largos tratados y acuerdos. “Esto” no era precisamente la palabra que había esperado para definir una relación.
Volteó a ver a Crawford, pero ya ahora solo estaba el chico rubio y el cerridwen quién sabía a donde se había ido. Volvió a mirar a Sofie, por ninguna razón en particular. Luego miró a Lucas y finalmente soltó un hondo suspiro. -Sí, vamos.-soltó como resignada, y siguió a Loulou y a Lucas no sin antes buscar con la mirada a Elisa para decirle a señas que volvía más tarde.
Ann Star Starr- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 14/09/2012
Re: Smoking in Heaven
Además de los tacones, una vez Finnerty las dejó solas después de darles las buenas noches (a lo que respondió quizás con la sonrisa más sincera de la noche) se deshizo de sus pantalones que ya no seguían tan perfectamente planchados como antes y se puso la camiseta de The Smiths que Finnerty le había dejado. Tenía un olor a detergente y nada más, y se sintió demasiado cómoda aunque también pensó que se veía como una tonta y se rió mientras se ataba el cabello para dormir, borracha y despeinada como una mamarracha aún podía tener la decencia de ocuparse de su cabello.
No lo exteriorizó, ni pensaba hacerlo aunque tuviera suficiente confianza con Pearlie, pero cuando se metió bajo las sábanas volvió a reconocer ese olor tan suyo, como cuando lo había tenido involuntariamente cerca en esa tienda de pociones. Cerró los ojos un momento sintiendo que iba a caer dormida en un instante mínimo antes de que Pearlie, también con la camiseta, dijera que iba a cerrar bien la puerta.
Soltó una carcajada larga que casi la hizo llorar de risa, y poco a poco se fue calmando y se quedó mirando al techo, primero pensando en la camiseta que traía puesta, la cual había observado a detalle antes de ponérsela.
-¿Qué es esto de The Smiths? ¿Qué banda se haría llamar The Smiths? Es el apellido más corriente del mundo, ni siquiera es familia mágica conocida...
De pronto se sentía muy poco vestida, muy poco segura y en un lugar que realmente no podía terminar de ubicar geográficamente. Rememoró bajo el influjo de ese pastel del infierno todo lo que había pasado y empezó a pensar que había cometido demasiados errores, y el de estar durmiendo ahí con ropa ajena era quizás el peor. Miró a Pearlie con cara de espanto y se levantó de la cama como loca, tomando la silla que estaba ahí para el escritorio de Finnerty y asegurando el picaporte con esta.
-Lo dirás de broma, pero mejor atrancamos la puerta... Crawford estaba hecho un loco, como perro en celo ¡Puede que venga por ti!
No lo exteriorizó, ni pensaba hacerlo aunque tuviera suficiente confianza con Pearlie, pero cuando se metió bajo las sábanas volvió a reconocer ese olor tan suyo, como cuando lo había tenido involuntariamente cerca en esa tienda de pociones. Cerró los ojos un momento sintiendo que iba a caer dormida en un instante mínimo antes de que Pearlie, también con la camiseta, dijera que iba a cerrar bien la puerta.
Soltó una carcajada larga que casi la hizo llorar de risa, y poco a poco se fue calmando y se quedó mirando al techo, primero pensando en la camiseta que traía puesta, la cual había observado a detalle antes de ponérsela.
-¿Qué es esto de The Smiths? ¿Qué banda se haría llamar The Smiths? Es el apellido más corriente del mundo, ni siquiera es familia mágica conocida...
De pronto se sentía muy poco vestida, muy poco segura y en un lugar que realmente no podía terminar de ubicar geográficamente. Rememoró bajo el influjo de ese pastel del infierno todo lo que había pasado y empezó a pensar que había cometido demasiados errores, y el de estar durmiendo ahí con ropa ajena era quizás el peor. Miró a Pearlie con cara de espanto y se levantó de la cama como loca, tomando la silla que estaba ahí para el escritorio de Finnerty y asegurando el picaporte con esta.
-Lo dirás de broma, pero mejor atrancamos la puerta... Crawford estaba hecho un loco, como perro en celo ¡Puede que venga por ti!
Aquila Lillyvick- Mensajes : 250
Fecha de inscripción : 10/09/2012
Re: Smoking in Heaven
¿Qué podía decir sobre The Smiths? La verdad prefería la playera de Aquila, ¡a ella le había tocado un niño fumando! ¿Qué clase de barbaridad era esa? Una risilla se le volvió a escapar, pero parecía una cada vez más nerviosa, casi ansiosa, como si le costara trabajo sacarla pero tuviera la necesidad física de reírse de todas maneras. Se siguió riendo como con dolor cuando Aquila se levantaba como resorte y atrancaba la puerta con una silla. Un escalofrío le recorrió la espalda solo de pensar que Crawford podía ir por ella, lejos de pensar que sonaba increíble, comenzó a creer que era una verdadera locura y que además, ella lo había besado o sea que al fin y al cabo, si algo malo pasaba era su culpa porque ella lo había provocado como una casquivana.
Se acercó para ver si la silla estaba atrancando bien la puerta. Ni siquiera entendía bien por qué estaba así de pronto, si hacía un rato estaba de buenas, pero no había manera de concentrarse en nada, ni de pensar con claridad por más que se lo auto exigía. Se mordió los labios ansiosa y miró a Aquila con cara de espanto.
-Y Finnerty ¡y Finnerty! Si te persiguió toda la noche, con razón no quería que te fueras, ¡con razón!.
Y de pronto se le olvidó que eran ellas las que habían pedido quedarse a dormir en su habitación y no al revés o algo así, pero no pensaba con claridad y los pasteles esos estaban haciendo un feo efecto inverso a la mala.
-Por aquí Finnerty debe tener un bate de golpeador, ¿no? Lo voy a buscar…
Y de verdad lo hizo, revolvió algunas cosas en el clóset en lugar de conjurar un accio –había olvidado que tenía varita, además- sacó bastante ropa, una poción de quién sabía qué y encontró por fin un casco de guardián y un bate de golpeador bastante viejo.
-Ay no, ya me está dando miedo.
Dijo con un genuino tono de desesperanza. Hacía apenas un minuto no se le hubiera ni pasado por la cabeza semejante cosa, ella misma lo había dicho a broma primero, pero ver a Aquila atrancar la puerta le encendió una alarma en la cabeza.
Se acercó para ver si la silla estaba atrancando bien la puerta. Ni siquiera entendía bien por qué estaba así de pronto, si hacía un rato estaba de buenas, pero no había manera de concentrarse en nada, ni de pensar con claridad por más que se lo auto exigía. Se mordió los labios ansiosa y miró a Aquila con cara de espanto.
-Y Finnerty ¡y Finnerty! Si te persiguió toda la noche, con razón no quería que te fueras, ¡con razón!.
Y de pronto se le olvidó que eran ellas las que habían pedido quedarse a dormir en su habitación y no al revés o algo así, pero no pensaba con claridad y los pasteles esos estaban haciendo un feo efecto inverso a la mala.
-Por aquí Finnerty debe tener un bate de golpeador, ¿no? Lo voy a buscar…
Y de verdad lo hizo, revolvió algunas cosas en el clóset en lugar de conjurar un accio –había olvidado que tenía varita, además- sacó bastante ropa, una poción de quién sabía qué y encontró por fin un casco de guardián y un bate de golpeador bastante viejo.
-Ay no, ya me está dando miedo.
Dijo con un genuino tono de desesperanza. Hacía apenas un minuto no se le hubiera ni pasado por la cabeza semejante cosa, ella misma lo había dicho a broma primero, pero ver a Aquila atrancar la puerta le encendió una alarma en la cabeza.
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Smoking in Heaven
No sabía que los efectos de ese pastel si empezaba a preocuparse iban a ser una paranoia aguda por cualquier tontería. Eso de pensar que las iban a ultrajar lo era, pero había perdido sentido de la realidad y mucho peor si Pearlie también empezaba a a preocuparse por lo mismo. Se aseguró de haber cerrado bien la puerta y pensó que era buenísima idea hacerse de un bate de golpeador. Incluso había ido hacia la ventana pensando que podrían escapar por ahí, pero al ver a un nada amistoso perro decidió que era mejor que no.
Empezó, además, a sentirse terriblemente culpable por lo que "iba a pasar" pues de no haber buscado problemas no estarían en esa situación. Se acercó a Pearlie asintiéndole como si aprobara su búsqueda del bate de golpeador como si de verdad hubiera afuera bárbaros a punto de entrar y tomar a las doncellas.
-¡Ay no, yo me lo busqué! Mira nada más, vinimos hasta aquí ¡Y le dejé un beso pintado en el espejo! Soy una zorra
Casi volvía a llorar como cuando estaba entre Markus y Finnerty de verdad creyendo que habían cavado sus propias tumbas. Intentó respirar profundo y calmarse aunque volteaba ansiosamente hacia la puerta a cada ruido o paso que escuchaban. Decidió que iban a meterse de nuevo en la cama, varita (y bate) en la mano y a esperar lo peor. Un montón de ideas absurdas pasaron por su mente, como el saber que Pearlie era su responsabilidad por que ella era la mayor, que había solapado la locura de ir hasta ahí y que si paría hijos mestizos ella iba a ser la responsable directa ¿Con qué cuentas llegaría a casa de Abner Burroughs?
-¡Esto es un desastre! Mira, Pearlie, saldremos de esta... y si entra Crawford, aprietas las piernas
Era un consejo bastante absurdo, pero hasta pensó en un locomotor mortis por si las cosas iban muy mal, esa entre muchas otras tácticas de defensa absurdas contra los que supuestamente estarían enfermos de lujuria intentando derribar la puerta. Se burlaría de ella misma hasta la tumba después de ese episodio, aunque en ese momento, claro, no le parecía cosa de risa.
Empezó, además, a sentirse terriblemente culpable por lo que "iba a pasar" pues de no haber buscado problemas no estarían en esa situación. Se acercó a Pearlie asintiéndole como si aprobara su búsqueda del bate de golpeador como si de verdad hubiera afuera bárbaros a punto de entrar y tomar a las doncellas.
-¡Ay no, yo me lo busqué! Mira nada más, vinimos hasta aquí ¡Y le dejé un beso pintado en el espejo! Soy una zorra
Casi volvía a llorar como cuando estaba entre Markus y Finnerty de verdad creyendo que habían cavado sus propias tumbas. Intentó respirar profundo y calmarse aunque volteaba ansiosamente hacia la puerta a cada ruido o paso que escuchaban. Decidió que iban a meterse de nuevo en la cama, varita (y bate) en la mano y a esperar lo peor. Un montón de ideas absurdas pasaron por su mente, como el saber que Pearlie era su responsabilidad por que ella era la mayor, que había solapado la locura de ir hasta ahí y que si paría hijos mestizos ella iba a ser la responsable directa ¿Con qué cuentas llegaría a casa de Abner Burroughs?
-¡Esto es un desastre! Mira, Pearlie, saldremos de esta... y si entra Crawford, aprietas las piernas
Era un consejo bastante absurdo, pero hasta pensó en un locomotor mortis por si las cosas iban muy mal, esa entre muchas otras tácticas de defensa absurdas contra los que supuestamente estarían enfermos de lujuria intentando derribar la puerta. Se burlaría de ella misma hasta la tumba después de ese episodio, aunque en ese momento, claro, no le parecía cosa de risa.
Aquila Lillyvick- Mensajes : 250
Fecha de inscripción : 10/09/2012
Re: Smoking in Heaven
- Viste... ahí hay gato encerrado!- Dijo a Aldrich cuando aquellos tres salían del departamento. Y lo dijo como si fuera una verdad obvia, pues para ella lo era, porque conocía tantísimo a los Rayder y al chico como la palma de su mano, como para estar segurísima de que algo raro había que sino Luke la hubiera mirado de otro modo aunque fuera profundo odio por todo lo pasado... Suspiró y se dio la vuelta para mirar a Aldrich a la cara, cara que se movía y que cada tanto se hacía bicéfala y cíclope. Sacudió el rostro para ahuyentar las visiones y tomó al chico de ambas manos.- Ay algo raro... Entonces, no sabes quien era ella? ... Eres un tonto! No sirves para nada! ...- Hablaba de Ann Star, y se estaba enojando con Aldrich por algo en que el chico no tenía nada que ver. Una parte de Sofie lo sabía, pero otra parte estaba enojada por mil motivos.
Miró hacia la puerta pensando en seguir al trio, luego hacia la fiesta, solo porque estaba del otro lado, finalmente volvió a Aldrich. -Ay! no dejes que me enfade contigo!... No quiero pelearme contigo también!!! - Es que claro, desde que había entrado a la uni en vez de cosechar amigos estaba recolectando disgustos. No esperó respuesta, pues de algún modo ella misma había decidido que de ningún modo iba a discutir con Aldrich, no ese día, no con ese caos mental, y lo abrazó como si no hubiera mañana, usando toda la fuerza que no tenía, buscando también descansar el odio mental en el gesto de su mejilla rosada contra su hombro familiar...
- Debo estar borracha - se confesó, pensando que la bipolaridad, histeria cariño locura verbal, se debía a la pequeña lata de cerveza que había consumido, y no a los delirios provocados por un pastelito. Se sentía rara y agotada, como una niña pequeña a la que le había llegado la hora de ir a dormir... -... pero no me quiero ir... Bailemos un lento...jajajaj - De inmediato esa locura de ver, por sobre el hombro de Aldrich a todo mundo divirtiéndose... Menos a Angus que salía con cara de perro de algún sitio, y a Alain que parecía bajo amenaza, la cara de Joe ni interesaba y Pearlie... Donde? donde estaba?... Ella le había prometido no abandonarla sin varita... Y ahora? - donde está Pearlie?... Ah! la odio! Seguro se fue sin siquiera saludarme... no, yo no la odio, ella me odia a mi, seguro!... Tu eres el único que vale la pena... el único! lo juro!- Delirio total, pobre oido de Aldrich, al otro día ya se daría cuenta del fastidio que debía estar siendo para su amigo y le compraría un regalo, uno enorme y carísimo regalo... Un hipogrifo o algo así, bien bien ostentoso.
Miró hacia la puerta pensando en seguir al trio, luego hacia la fiesta, solo porque estaba del otro lado, finalmente volvió a Aldrich. -Ay! no dejes que me enfade contigo!... No quiero pelearme contigo también!!! - Es que claro, desde que había entrado a la uni en vez de cosechar amigos estaba recolectando disgustos. No esperó respuesta, pues de algún modo ella misma había decidido que de ningún modo iba a discutir con Aldrich, no ese día, no con ese caos mental, y lo abrazó como si no hubiera mañana, usando toda la fuerza que no tenía, buscando también descansar el odio mental en el gesto de su mejilla rosada contra su hombro familiar...
- Debo estar borracha - se confesó, pensando que la bipolaridad, histeria cariño locura verbal, se debía a la pequeña lata de cerveza que había consumido, y no a los delirios provocados por un pastelito. Se sentía rara y agotada, como una niña pequeña a la que le había llegado la hora de ir a dormir... -... pero no me quiero ir... Bailemos un lento...jajajaj - De inmediato esa locura de ver, por sobre el hombro de Aldrich a todo mundo divirtiéndose... Menos a Angus que salía con cara de perro de algún sitio, y a Alain que parecía bajo amenaza, la cara de Joe ni interesaba y Pearlie... Donde? donde estaba?... Ella le había prometido no abandonarla sin varita... Y ahora? - donde está Pearlie?... Ah! la odio! Seguro se fue sin siquiera saludarme... no, yo no la odio, ella me odia a mi, seguro!... Tu eres el único que vale la pena... el único! lo juro!- Delirio total, pobre oido de Aldrich, al otro día ya se daría cuenta del fastidio que debía estar siendo para su amigo y le compraría un regalo, uno enorme y carísimo regalo... Un hipogrifo o algo así, bien bien ostentoso.
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Smoking in Heaven
No necesitaba hacer algo sumamente exagerado, de verdad no. Ella era una de las pocas que podía decirse que todavía estaba consciente de lo que hacía y sus acciones era regidas por un pensamiento minimalista "menos es más"; esa sería la forma en la que describiría su beso, ya que al fin de cuentas, ¿Acaso los incendios no comienzan por una leve llama?, ¿Una pequeña chispa que luego desataría todo?, eso era precisamente lo que había hecho cuando besaba la comisura de los labios del islandés. Le agradaba específicamente, que se haya tomado la molestia de quitarle algunos mechones de encima antes de que sus labios colisionaran.
Un buen beso, sumado de atracción de sus cuerpos impulsados por las manos fuertes de Hákan. Un cosquilleo le recorrió todo el cuerpo y más cuando las manos del chico se iban desplazando lentamente por su espalda y posteriormente, su cintura. Sentía cierto vacilo para no ir más abajo, lo cual le hizo curvar sus labios un poco mientras seguía disfrutando de la boca del chico. En otra situación quizá si le hubiera recriminado la acción, pero en efecto, reiteradas veces se había dicho así misma que la verdad hoy estaba para darse a los placeres de la vida y contacto humano. Aparte, no negaba que el chico... pues le atraía y no lo negaría.
Sus manos subieron a su rostro, para sujetarle las mejillas y apegar un poco más. Le encantaba lo pasional que estaba haciendo, ya que hacía que una parte de ella se fundiera y tuviera un furor interno que le recorriera todo el cuerpo. No pensaba en nada más hasta que... la escena se vio cortada, ya que Crawford le quiso presentar a Hákan al gigantesco chico cuya leyenda se decía que había revivido entre los muertos, cual Jesucristo fuera.
¡Ja!, no podía decir lo muy decepcionada que se encontraba cuando se separó forzosamente de Hákan. Ya incluso pensaba que las cosas podrían ir mejor y experimentar un poco más; pero no, ahora tenía que iniciar una conversación casual o de lo contrario la incomodidad reinaría la noche. Iba a ser extraño, ya que curiosamente no encontraba como hablar sin tener que iniciar "Que hay de nuevo en tu vida" sabiendo que él prácticamente tenía una nueva vida.
- Emm... un gusto, soy Siobhan... y creo que te dijeron que él es Hákan... jam... si... pues, Crawford es todo un personaje ¿eh? - No sabía que más decir, ¿Qué más podían decirse? Ella podía ser buena conversando, pero bajo esas circunstancias el reñía la competencia en cuanto dotes de comunicación a un hipopótamo. Sin embargo, antes de que pudiera hacer algo más, una chica albina (Rune) le llegó al gigantón, hablándole de lo mucho que le extrañaba y no se cuantas cosas más. Rápidamente miró a Hákan - ¡Huyamos!, creo que la terraza ya está libre - Efectivamente, Aquila y compañía se habían retirado. Por lo que tomó de la mano al islandés y en un tirón le hizo saber que le siguiera rápidamente hasta el lugar. Y al ser tan pequeño todo no costó llegar demasiado hacia allá - Ja, ¿Y en qué estábamos? - Le dijo de manera sagaz y con algo de diversión entre mezclado, con la misma coquetería de siempre.
Un buen beso, sumado de atracción de sus cuerpos impulsados por las manos fuertes de Hákan. Un cosquilleo le recorrió todo el cuerpo y más cuando las manos del chico se iban desplazando lentamente por su espalda y posteriormente, su cintura. Sentía cierto vacilo para no ir más abajo, lo cual le hizo curvar sus labios un poco mientras seguía disfrutando de la boca del chico. En otra situación quizá si le hubiera recriminado la acción, pero en efecto, reiteradas veces se había dicho así misma que la verdad hoy estaba para darse a los placeres de la vida y contacto humano. Aparte, no negaba que el chico... pues le atraía y no lo negaría.
Sus manos subieron a su rostro, para sujetarle las mejillas y apegar un poco más. Le encantaba lo pasional que estaba haciendo, ya que hacía que una parte de ella se fundiera y tuviera un furor interno que le recorriera todo el cuerpo. No pensaba en nada más hasta que... la escena se vio cortada, ya que Crawford le quiso presentar a Hákan al gigantesco chico cuya leyenda se decía que había revivido entre los muertos, cual Jesucristo fuera.
¡Ja!, no podía decir lo muy decepcionada que se encontraba cuando se separó forzosamente de Hákan. Ya incluso pensaba que las cosas podrían ir mejor y experimentar un poco más; pero no, ahora tenía que iniciar una conversación casual o de lo contrario la incomodidad reinaría la noche. Iba a ser extraño, ya que curiosamente no encontraba como hablar sin tener que iniciar "Que hay de nuevo en tu vida" sabiendo que él prácticamente tenía una nueva vida.
- Emm... un gusto, soy Siobhan... y creo que te dijeron que él es Hákan... jam... si... pues, Crawford es todo un personaje ¿eh? - No sabía que más decir, ¿Qué más podían decirse? Ella podía ser buena conversando, pero bajo esas circunstancias el reñía la competencia en cuanto dotes de comunicación a un hipopótamo. Sin embargo, antes de que pudiera hacer algo más, una chica albina (Rune) le llegó al gigantón, hablándole de lo mucho que le extrañaba y no se cuantas cosas más. Rápidamente miró a Hákan - ¡Huyamos!, creo que la terraza ya está libre - Efectivamente, Aquila y compañía se habían retirado. Por lo que tomó de la mano al islandés y en un tirón le hizo saber que le siguiera rápidamente hasta el lugar. Y al ser tan pequeño todo no costó llegar demasiado hacia allá - Ja, ¿Y en qué estábamos? - Le dijo de manera sagaz y con algo de diversión entre mezclado, con la misma coquetería de siempre.
Siobhan Abadeer- Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 17/09/2012
Re: Smoking in Heaven
Markus era un tipo pacífico, realmente lo era. No le gustaba buscar peleas y solía tratar a la gente con toda la educación posible. Pero… ¡Que ganas tenía de lanzarle un bombarda en la cara a ese tipo de barba, carajos! ¿De dónde sacaba el muy imbécil que él trataba de aprovecharse de Aquila o algo? Sin duda no estaba en su elemento aquella noche, y quizás fuese mejor considerar una retirada antes de acabar en una clásica pelea de borrachos.
- No es mi actitud la que se puede mal interpretar aquí.-observó, despegándose de Aquila en cuanto apareció Pearlie. Ahora que lo pensaba, ¿Qué hacían esas dos allí? Parecían casi tan fuera de lugar como él mismo.
No dijo nada cuando el pesado se llevó a las chicas a su habitación. Los perdió de vista entre la gran masa de gente concentrada en tan reducido espacio y no fue capaz de ver a donde se metían, pero pensaba que su trabajo estaba hecho. Si ese par tanto insistía en quedarse ahí, debía de ser porque le tenían cierta confianza al tipo… aunque igual le parecía un imbécil.
Daba igual. Tenía una botella de tequila y acababa de fumar su primer… ¿era eso una “chicharra” que alguien dejó abandonada?
- Esta es la noche en que tu honor muere, Markus O’Dwyer.–Se dijo a sí mismo en tono solemne, mientras encendía el casi medio joint con la punta de la varita.
La combinación de hierba con tequila tuvo un efecto casi instantáneo, en pocos minutos Markus estaba tan ido como para considerar incluso darse una pasadita entre la gente, investigar si habría algún miembro de esos de la KAU entre ellos. Siempre se había preguntado por qué esa gente estaba tan convencida de que hacía lo correcto aun cuando sus métodos dejaban tanto que desear.
Un minuto de meditación lo llevó a la conclusión de que aquella idea no era tan mala después de todo, pro primero lo primero: ir al baño y asegurarse de no tener cara de borracho drogado, que aun tenía una reputación que mantener.
Atravesó la multitud, con cuidado de no chocar con nadie, o al menos eso pretendía. Claro que no tenía idea de dónde estaría el maldito baño, así que tocó en la primera puerta que vio. Tocó un par de veces con los nudillos, pero no creyó escuchar a nadie dentro, aunque la música no le permitía diferenciar muy bien los sonidos. Tocó de nuevo, y tampoco creyó escuchar nada. Estaba vacío, eso seguro.
- Ah bueno, espero que este sea el…
Curioso, la puerta parecía trabada. No notó ningún seguro, así que debía ser uno de esos detallitos molestos que tiene cualquier vivienda. La puerta de su habitación solía dar el mismo problema; el truco era empujar
Mierda.
- No es mi actitud la que se puede mal interpretar aquí.-observó, despegándose de Aquila en cuanto apareció Pearlie. Ahora que lo pensaba, ¿Qué hacían esas dos allí? Parecían casi tan fuera de lugar como él mismo.
No dijo nada cuando el pesado se llevó a las chicas a su habitación. Los perdió de vista entre la gran masa de gente concentrada en tan reducido espacio y no fue capaz de ver a donde se metían, pero pensaba que su trabajo estaba hecho. Si ese par tanto insistía en quedarse ahí, debía de ser porque le tenían cierta confianza al tipo… aunque igual le parecía un imbécil.
Daba igual. Tenía una botella de tequila y acababa de fumar su primer… ¿era eso una “chicharra” que alguien dejó abandonada?
- Esta es la noche en que tu honor muere, Markus O’Dwyer.–Se dijo a sí mismo en tono solemne, mientras encendía el casi medio joint con la punta de la varita.
La combinación de hierba con tequila tuvo un efecto casi instantáneo, en pocos minutos Markus estaba tan ido como para considerar incluso darse una pasadita entre la gente, investigar si habría algún miembro de esos de la KAU entre ellos. Siempre se había preguntado por qué esa gente estaba tan convencida de que hacía lo correcto aun cuando sus métodos dejaban tanto que desear.
Un minuto de meditación lo llevó a la conclusión de que aquella idea no era tan mala después de todo, pro primero lo primero: ir al baño y asegurarse de no tener cara de borracho drogado, que aun tenía una reputación que mantener.
Atravesó la multitud, con cuidado de no chocar con nadie, o al menos eso pretendía. Claro que no tenía idea de dónde estaría el maldito baño, así que tocó en la primera puerta que vio. Tocó un par de veces con los nudillos, pero no creyó escuchar a nadie dentro, aunque la música no le permitía diferenciar muy bien los sonidos. Tocó de nuevo, y tampoco creyó escuchar nada. Estaba vacío, eso seguro.
- Ah bueno, espero que este sea el…
Curioso, la puerta parecía trabada. No notó ningún seguro, así que debía ser uno de esos detallitos molestos que tiene cualquier vivienda. La puerta de su habitación solía dar el mismo problema; el truco era empujar
Mierda.
Markus O'Dwyer- Mensajes : 39
Fecha de inscripción : 21/09/2012
Re: Smoking in Heaven
No entendió muy bien lo del beso pintado en el espejo, pero ya ni le quiso decir que ella no le había dejado a Crawford uno en el espejo, sino en la boca, lo cual la convertía en una zorra mayor. Estaba angustiadísima y agarraba el bate de golpeador de Finnerty como si la vida se le fuera en ello. Se metió con ella en la cama, aunque no creía que fuera a poder conciliar el sueño con todos esos pensamientos horribles en la cabeza en los que Crawford y Finnerty entraban juntos como salvajes con la fuerza de mil hombres y las tomaban como guerreros romanos ávidos de carne virgen. Bueno, Aquila no era virgen y lo peor del caso es que comenzó a preocuparse porque al menos ella sabía a lo que se atenía, pero en su caso, ¿le iba a doler? ¿Le iba a doler más de lo debido?. No quería que las cosas terminaran así pero al parecer sería su fin.
Asintió a Aquila rápidamente cuando le dijo que si entraba Crawford apretara las piernas. Le parecía el consejo más sensato de la vida aunque seguramente en un posible caso de verdadera violación eso sirviera para dos cosas: nada y nada. Se tapó hasta la nariz con la sábana y la cobija de Finnerty sin pensar en otra cosa más que en mantenerse alerta. Y a cada ruido, apretaba el bate y sentía que los hombres entrarían a tomar a las doncellas por la fuerza. ¿Dónde estaban Sofie y Gianna? ¿Y Milena? Si fueran 5 chicas contra 2 tipos al menos se podría hacer algo.
La cosa se puso mucho peor cuando, primero, oyó unos golpecitos. No se puso a pensar que unos violadores desalmados como Finnerty y Crawford no tocarían educadamente la puerta primero, sino que por el contrario, entrarían con antorchas y punto.
-Ay no Aquila, son ellos, te lo dije. Estamos condenadas.
En un arrebato decidió que no se iba a dejar. Que iba a luchar –que idiota- y que al menos Per seguiría afuera y también Aldrich, que solo bastaría gritar como loca para que sus primos impidieran que fuera ultrajada, a menos que todo fuera un sucio complot.
En tanto el pobre de Markus que ni la debía ni la temía intentaba empujar la puerta, Pearlie ya estaba a un lado con el bate bien en alto…apenas asomara la cabeza el tipo…
-¡AUXILIO, UN VIOLADOR!
Y batazo en la cabeza.
Asintió a Aquila rápidamente cuando le dijo que si entraba Crawford apretara las piernas. Le parecía el consejo más sensato de la vida aunque seguramente en un posible caso de verdadera violación eso sirviera para dos cosas: nada y nada. Se tapó hasta la nariz con la sábana y la cobija de Finnerty sin pensar en otra cosa más que en mantenerse alerta. Y a cada ruido, apretaba el bate y sentía que los hombres entrarían a tomar a las doncellas por la fuerza. ¿Dónde estaban Sofie y Gianna? ¿Y Milena? Si fueran 5 chicas contra 2 tipos al menos se podría hacer algo.
La cosa se puso mucho peor cuando, primero, oyó unos golpecitos. No se puso a pensar que unos violadores desalmados como Finnerty y Crawford no tocarían educadamente la puerta primero, sino que por el contrario, entrarían con antorchas y punto.
-Ay no Aquila, son ellos, te lo dije. Estamos condenadas.
En un arrebato decidió que no se iba a dejar. Que iba a luchar –que idiota- y que al menos Per seguiría afuera y también Aldrich, que solo bastaría gritar como loca para que sus primos impidieran que fuera ultrajada, a menos que todo fuera un sucio complot.
En tanto el pobre de Markus que ni la debía ni la temía intentaba empujar la puerta, Pearlie ya estaba a un lado con el bate bien en alto…apenas asomara la cabeza el tipo…
-¡AUXILIO, UN VIOLADOR!
Y batazo en la cabeza.
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
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