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Lamentos, quizás tontos, pero para mi no.
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Re: Lamentos, quizás tontos, pero para mi no.
Vio el pergamino que había rellenado Rang con instrucciones y cosas similares, no pudo evitar una sonrisa estúpida al verla tan aplicada con algo que realmente él le iba a enseñar, aunque era de suponer, Rang siempre era aplicada.
-No puedes solo cortar ingredientes o nunca aprenderás bien a hacer pociones. A ver… – se acercó a la lista de cosas que había que usar y fue poniéndolas en la mesa por orden de utilización. Acercó un caldero lo puso sobre el mechero más cercano entonces le dijo a Rang que ella lo llenase de agua y regulara el fuego (mediante magia, claro), primero debía hervir el agua y cuando comenzaran a ponerle las cosas dentro debía bajarlo al mínimo solo para que se mantuviera caliente – lo primero que debes dominar es el control de la temperatura del caldero, con este aparatito puesto así – dijo enganchando una cosa parecida a un reloj digital mediante un conjuro fácil a la tripa del caldero – podrás ver a que temperatura está su interior en todo momento. Ya con eso llevas la mitad de la poción bien hecha, porque el calor de más o de menos suele ser lo que más la cague en estas cosas.
Asintió pensando que realmente estaba diciéndole cosas útiles, y con un poquito de suerte al estar cerca del fuego ella entraría mejor en calor, pero después pensó que igual era una pequeña escusa y ella quería que él la abrazara o algo así. Cuando entraba en el aula de pociones esas opciones a veces se desaparecían de su mente.
-O… bueno… ¿prefieres esperar un poco antes de ponernos con esto? – cerró la puerta con un impulso mágico y se acercó a ella, rodeándola con sus brazos, intentando darle un poco de calor corporal o algo así – si quieres puedes ponerte la capa… o si lo prefieres puedo encender yo mismo el fuego y esperar a que la habitación coja un poco de calor… o besarte mucho par que tu seas la que entre un poquito en calor.
Aquello último era casi una broma dirigida a ella, una pequeña burla que en cualquier otra situación habría podido considerarse una indirecta pero no en esa, pues justo en esos momento no estaba pensando en meterle mano a la chica si no en hacer aquella poción cuya realización nunca antes había llevado a cabo.
-No puedes solo cortar ingredientes o nunca aprenderás bien a hacer pociones. A ver… – se acercó a la lista de cosas que había que usar y fue poniéndolas en la mesa por orden de utilización. Acercó un caldero lo puso sobre el mechero más cercano entonces le dijo a Rang que ella lo llenase de agua y regulara el fuego (mediante magia, claro), primero debía hervir el agua y cuando comenzaran a ponerle las cosas dentro debía bajarlo al mínimo solo para que se mantuviera caliente – lo primero que debes dominar es el control de la temperatura del caldero, con este aparatito puesto así – dijo enganchando una cosa parecida a un reloj digital mediante un conjuro fácil a la tripa del caldero – podrás ver a que temperatura está su interior en todo momento. Ya con eso llevas la mitad de la poción bien hecha, porque el calor de más o de menos suele ser lo que más la cague en estas cosas.
Asintió pensando que realmente estaba diciéndole cosas útiles, y con un poquito de suerte al estar cerca del fuego ella entraría mejor en calor, pero después pensó que igual era una pequeña escusa y ella quería que él la abrazara o algo así. Cuando entraba en el aula de pociones esas opciones a veces se desaparecían de su mente.
-O… bueno… ¿prefieres esperar un poco antes de ponernos con esto? – cerró la puerta con un impulso mágico y se acercó a ella, rodeándola con sus brazos, intentando darle un poco de calor corporal o algo así – si quieres puedes ponerte la capa… o si lo prefieres puedo encender yo mismo el fuego y esperar a que la habitación coja un poco de calor… o besarte mucho par que tu seas la que entre un poquito en calor.
Aquello último era casi una broma dirigida a ella, una pequeña burla que en cualquier otra situación habría podido considerarse una indirecta pero no en esa, pues justo en esos momento no estaba pensando en meterle mano a la chica si no en hacer aquella poción cuya realización nunca antes había llevado a cabo.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Lamentos, quizás tontos, pero para mi no.
Puso un poco morritos y negó con la cabeza cuando, tras verse tan entusiasmado en empezar con la poción, le propuso un abrazo y cosas similares. Negó una vez mas con la cabeza y suspiró un poquito, separándose del egipcio antes de acercarse con cuidado al caldero. - Empecemos ya, seguro que con el fuego dejo de tener las manos tan frías. - Le sonrió cálidamente y se acercó a donde estaban las cosas preparadas.
Sacó la varita de la mochila y no tardó en ponerse a hacer las cosas que él mismo acababa de decirle que tendría que hacer. Miró los ingredientes de reojo antes de nada, pensado que, aunque aquello no era todo lo que se debía de hacer en una poción, si que podría ser algo que a ella se le pudiese dar bien. Puso un momento morritos y apuntó con la varita, consiguiendo que en apenas un momento estuviese el caldero lleno de agua, y acto seguido, tras mirar la temperatura a la que debería de estar, encendió el fuego y calculó con el objeto que Yesenes le había indicado, hasta conseguir que la temperatura fuera la exacta. Entonces ya cuando tocaba, bajó la misma al mínimo, tal y como el egipcio le había indicado.
Aprovechó que aquello primero que le indicó que hiciese ya estaba listo, para extender un poquito las manos hacia el caldero, queriendo que se le templasen un poquito, habiendo dejado la varita sobre una de las mesas para que no sufriera ningún accidente. Suspiró al notar la calidez que manaba de aquella fuente de calor y sonrió un poquito, quedándose algo embobada mirando las llamas.
Giró el rostro hacia Adnan en el momento en el que sintió que este se acercaba a ella y le sonrió. - Ya está. - Le dijo sin apartar las manos de la posición en la que las había dispuesto para que entrasen en calor. - Creo que lo hice bien... - Le dijo poniendo morritos. Los hechizos de agua y fuego que se utilizaban para eso eran bastante básicos, prácticamente los mismos que se usaban en la escuela, y si alguien no los dominaba...
Se mordió la boquita, ahora solo quedaba saber si Adnan decía si estaba bien, mal, como mejorar aquello, o lo que fuera. Por algo tan simple que fuese, podía haberlo hecho mal, y no quería cometer ni el más mínimo error en clases, y si ahí tenía a Adnan, él le diría. - ¿Tengo que mejorar algo? ¿Cambiar el como lo hice? ¿Algo?
Sacó la varita de la mochila y no tardó en ponerse a hacer las cosas que él mismo acababa de decirle que tendría que hacer. Miró los ingredientes de reojo antes de nada, pensado que, aunque aquello no era todo lo que se debía de hacer en una poción, si que podría ser algo que a ella se le pudiese dar bien. Puso un momento morritos y apuntó con la varita, consiguiendo que en apenas un momento estuviese el caldero lleno de agua, y acto seguido, tras mirar la temperatura a la que debería de estar, encendió el fuego y calculó con el objeto que Yesenes le había indicado, hasta conseguir que la temperatura fuera la exacta. Entonces ya cuando tocaba, bajó la misma al mínimo, tal y como el egipcio le había indicado.
Aprovechó que aquello primero que le indicó que hiciese ya estaba listo, para extender un poquito las manos hacia el caldero, queriendo que se le templasen un poquito, habiendo dejado la varita sobre una de las mesas para que no sufriera ningún accidente. Suspiró al notar la calidez que manaba de aquella fuente de calor y sonrió un poquito, quedándose algo embobada mirando las llamas.
Giró el rostro hacia Adnan en el momento en el que sintió que este se acercaba a ella y le sonrió. - Ya está. - Le dijo sin apartar las manos de la posición en la que las había dispuesto para que entrasen en calor. - Creo que lo hice bien... - Le dijo poniendo morritos. Los hechizos de agua y fuego que se utilizaban para eso eran bastante básicos, prácticamente los mismos que se usaban en la escuela, y si alguien no los dominaba...
Se mordió la boquita, ahora solo quedaba saber si Adnan decía si estaba bien, mal, como mejorar aquello, o lo que fuera. Por algo tan simple que fuese, podía haberlo hecho mal, y no quería cometer ni el más mínimo error en clases, y si ahí tenía a Adnan, él le diría. - ¿Tengo que mejorar algo? ¿Cambiar el como lo hice? ¿Algo?
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Lamentos, quizás tontos, pero para mi no.
Al notar cómo se separó de él suspiró un poquito, suponía que ella también tenía ganas de aprender algo nuevo ¿no? De otro modo no habría sido así, vamos, él le había ofrecido estar un rato juntos, dándose cariños y demás. Incluso había cerrado la puerta para evitar miradas indiscretas y cosas así.
La observó hacer, era demasiado linda cuando fruncía así la boca, cuando hacía aquellos gestos. Le resultaba jodidamente adorable y esperaba no distraerse mucho ni cagar la poción por quedarse mirándola como un idiota, porque aquello era algo que hacía demasiado a menudo y bueno, había ocasiones que realmente no debería pasarle, como en esa.
Él mientras ella hacía todo aquello con el fuego se había acercado disimuladamente a verla hacer, esas cosas a ella le vendrían bien practicarlas, es por eso que la dejaba hacer totalmente sola, además esa poción no llevaba nota, daba igual cuán bien o exacta resultaba ser.
-Ten cuidado con el fuego y las manos… bueno, ahora está bajo, pero si estuviera muy fuerte el agua hirviendo podría saltar en una burbuja y quemarte, a veces hacer pociones puede resultar un poquito peligroso.
Le dijo aquello desde lejos mientras veía como se templaba las manos, con el tema de la realización de pociones dejaría de ser “su novio”, o al menos dejaría de tratarla como muñequita a la que adorar de lejos, si no la corregía nunca aprendería.
-De todas formas, como dices, lo has hecho bien - comentó sobre lo que ella había dicho, acercándose a mirar el fuego, hervía pero muy lentamente, había logrado el punto exacto –no tienes nada que mejorar, ahora deja eso así y ven conmigo a cortar los ingredientes, seguro que como dijiste eso lo haces bien, además, vas a encargarte de echarlos al caldero con cuidado y también de removerlo todo. Creo que tu harás la poción y yo simplemente te vigilaré ¿si?
Le ofreció aquella opción porque pensaba que sería bueno para ella, no porque él no quisiera hacerlo, eso debía estar más que claro, al menos para él lo estaba.
Acercó a su mismo el primer ingrediente a añadir, se había confundido, no había que empezar cortando si no con un líquido, otra poción, era azul y muy espeso, se mordió un poquito el labio pero intentó disimularlo.
-Empezamos con algo difícil, tienes que mezclar esto con el agua del caldero, puedes poner a remover con magia, la cuchara de madera esta se puede mover con un conjuro y así no se te cansan los brazos, yo mientras haces eso voy cortando los trocitos de esto que igual no te agrada – eran larvas de gusano, había que dejarlo picado del todo, menuda poción había escogido para compartir con ella… - en fin, cuando tengas eso bien mezclado coges las larvas y las metes también, después puedes cortar estos tallos mientras yo sigo moviendo y así nos turnamos por un rato ¿te parece?
La observó hacer, era demasiado linda cuando fruncía así la boca, cuando hacía aquellos gestos. Le resultaba jodidamente adorable y esperaba no distraerse mucho ni cagar la poción por quedarse mirándola como un idiota, porque aquello era algo que hacía demasiado a menudo y bueno, había ocasiones que realmente no debería pasarle, como en esa.
Él mientras ella hacía todo aquello con el fuego se había acercado disimuladamente a verla hacer, esas cosas a ella le vendrían bien practicarlas, es por eso que la dejaba hacer totalmente sola, además esa poción no llevaba nota, daba igual cuán bien o exacta resultaba ser.
-Ten cuidado con el fuego y las manos… bueno, ahora está bajo, pero si estuviera muy fuerte el agua hirviendo podría saltar en una burbuja y quemarte, a veces hacer pociones puede resultar un poquito peligroso.
Le dijo aquello desde lejos mientras veía como se templaba las manos, con el tema de la realización de pociones dejaría de ser “su novio”, o al menos dejaría de tratarla como muñequita a la que adorar de lejos, si no la corregía nunca aprendería.
-De todas formas, como dices, lo has hecho bien - comentó sobre lo que ella había dicho, acercándose a mirar el fuego, hervía pero muy lentamente, había logrado el punto exacto –no tienes nada que mejorar, ahora deja eso así y ven conmigo a cortar los ingredientes, seguro que como dijiste eso lo haces bien, además, vas a encargarte de echarlos al caldero con cuidado y también de removerlo todo. Creo que tu harás la poción y yo simplemente te vigilaré ¿si?
Le ofreció aquella opción porque pensaba que sería bueno para ella, no porque él no quisiera hacerlo, eso debía estar más que claro, al menos para él lo estaba.
Acercó a su mismo el primer ingrediente a añadir, se había confundido, no había que empezar cortando si no con un líquido, otra poción, era azul y muy espeso, se mordió un poquito el labio pero intentó disimularlo.
-Empezamos con algo difícil, tienes que mezclar esto con el agua del caldero, puedes poner a remover con magia, la cuchara de madera esta se puede mover con un conjuro y así no se te cansan los brazos, yo mientras haces eso voy cortando los trocitos de esto que igual no te agrada – eran larvas de gusano, había que dejarlo picado del todo, menuda poción había escogido para compartir con ella… - en fin, cuando tengas eso bien mezclado coges las larvas y las metes también, después puedes cortar estos tallos mientras yo sigo moviendo y así nos turnamos por un rato ¿te parece?
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Lamentos, quizás tontos, pero para mi no.
Asintió a aquello que dijo y escondió las manos en su propio regazo, no queriendo que le saltase nada y le estropease las manos. Estar en Zoología y en Medimagia a veces también hacía que las manos se le pusiesen feas, pero aquello simplemente fue un acto reflejo para evitar tener un dolor encima en esos momentos.
Miró de reojo a Adnan y le sonrió y asintió con la cabeza cuando le escuchó decir que aquello lo había hecho bien. Eso estaba bien, que para después de la última clase de pociones, que ya hacía tiempo de aquello, lo hubiese conseguido bien a la primera. Y sobre todo por que en Hogwarts tampoco es que pidiesen taaaanta precisión en la temperatura como ahora, que ni podía confundirse en lo más mínimo.
Cuando le escuchó decir aquello de que ella haría todo, puso morritos, fingiendo estar molesta. - Eso es trampa, así hago yo todo y tú no haces nada. - Se quedo con el mismo gesto por un momentito hasta que se rió sin poder evitarlo, enseñando todos sus blanquísimos dientes, negando un poquito también con la cabeza. - Lo haré yo si quieres, pero no quiero estropearla, así que estate vigilandome, porfi, ¿si? - Le sonrió de nuevo y junto con el egipcio, fue a donde tendría que ponerse de momento a preparar el resto de cosas antes de volver a donde estaba el caldero.
Le hizo gracia el comentario que hizo su novio, y ahora su profesor particular, sobre que él se ocuparía de cortar las larvas por si a ella no le agradaba. No evitó ocultar una risita y negó con la cabeza, cogiendo el frasquito que Adnan le ofrecía, pero no quitándose de enfrente de él. - Pareces bobo Adny... - Le dijo claramente, pero con todo el cariño del mundo. - ¿De verdad crees que me dará asco picar unas larvas? ¿Tengo que recordarte cuales son mis otras dos clases en las que estoy matriculada, y a la que voy de oyente?
Preguntó aquello por el simple hecho de que si le dieran asco los bichos, insectos, no podría estar en herbología lo mas seguro. Además de que estudiaba medimagia donde de sobra había cosas peores que aquella, y zoología, donde estudiaba todo tipo de criaturas mágicas, algunas muchísimo más asquerosas que unos simples gusanitos como eran aquellos.
Sacó la lengua y después se dirigió al caldero para hacer lo que el egipcio le había indicado. Encantó la cuchara para que se removiese ella sola en todo momento mientras ella con cuidado vertía el líquido azul en su medida justa, tratando de no descuidarse, totalmente concentrada.
Cuando lo hizo giró el rostro para mirar a Adnan, y en el momento en el chico le indicó que se acercase, cogió las larvas ya prácticamente siendo un nuevo ingrediente para la poción, las vertió en el caldero mientras la cuchara de madera seguía removiendo la mezcla.
Tras hacer aquello fue directamente a hacer lo siguiente que el chico le había dicho. Se puso a cortar los tallos tras dar una ojeada a los apuntes, para ver como debía de hacerlo, y se puso manos a la obra.
Aquello a parte de muy útil para aprender, le estaba resultando bastante divertido y entretenido.
Miró de reojo a Adnan y le sonrió y asintió con la cabeza cuando le escuchó decir que aquello lo había hecho bien. Eso estaba bien, que para después de la última clase de pociones, que ya hacía tiempo de aquello, lo hubiese conseguido bien a la primera. Y sobre todo por que en Hogwarts tampoco es que pidiesen taaaanta precisión en la temperatura como ahora, que ni podía confundirse en lo más mínimo.
Cuando le escuchó decir aquello de que ella haría todo, puso morritos, fingiendo estar molesta. - Eso es trampa, así hago yo todo y tú no haces nada. - Se quedo con el mismo gesto por un momentito hasta que se rió sin poder evitarlo, enseñando todos sus blanquísimos dientes, negando un poquito también con la cabeza. - Lo haré yo si quieres, pero no quiero estropearla, así que estate vigilandome, porfi, ¿si? - Le sonrió de nuevo y junto con el egipcio, fue a donde tendría que ponerse de momento a preparar el resto de cosas antes de volver a donde estaba el caldero.
Le hizo gracia el comentario que hizo su novio, y ahora su profesor particular, sobre que él se ocuparía de cortar las larvas por si a ella no le agradaba. No evitó ocultar una risita y negó con la cabeza, cogiendo el frasquito que Adnan le ofrecía, pero no quitándose de enfrente de él. - Pareces bobo Adny... - Le dijo claramente, pero con todo el cariño del mundo. - ¿De verdad crees que me dará asco picar unas larvas? ¿Tengo que recordarte cuales son mis otras dos clases en las que estoy matriculada, y a la que voy de oyente?
Preguntó aquello por el simple hecho de que si le dieran asco los bichos, insectos, no podría estar en herbología lo mas seguro. Además de que estudiaba medimagia donde de sobra había cosas peores que aquella, y zoología, donde estudiaba todo tipo de criaturas mágicas, algunas muchísimo más asquerosas que unos simples gusanitos como eran aquellos.
Sacó la lengua y después se dirigió al caldero para hacer lo que el egipcio le había indicado. Encantó la cuchara para que se removiese ella sola en todo momento mientras ella con cuidado vertía el líquido azul en su medida justa, tratando de no descuidarse, totalmente concentrada.
Cuando lo hizo giró el rostro para mirar a Adnan, y en el momento en el chico le indicó que se acercase, cogió las larvas ya prácticamente siendo un nuevo ingrediente para la poción, las vertió en el caldero mientras la cuchara de madera seguía removiendo la mezcla.
Tras hacer aquello fue directamente a hacer lo siguiente que el chico le había dicho. Se puso a cortar los tallos tras dar una ojeada a los apuntes, para ver como debía de hacerlo, y se puso manos a la obra.
Aquello a parte de muy útil para aprender, le estaba resultando bastante divertido y entretenido.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Lamentos, quizás tontos, pero para mi no.
No había pensado en lo que ella le dijo, el tema de que estaba estudiando cosas donde seguramente tendría que manipular y ver cosas peores que gusanitos a cortar. Sonrió ante el dato y admitió ser un poco tonto por no haber pensado eso en primer lugar, antes de seguir con todo lo demás.
Vigiló a la chica lo más posible mientras ella removía aquello, sin perder de vista a la vez su parte del quehacer. No serviría de nada que ella lo hiciera perfecto y él la cagara en la forma de corte.
Observó también como ella se ponía a cortar las cosas, con todo el cuidado del mundo. Él mismo siguió con aquello un ratito, iba y removía la poción. Dejó que ella lo hiciera también, mover, remover, subir el fuego, bajarlo, echar esto y aquello. Él se encargó de ser quien aplicara un conjuro espesante a la misma porque ella decía no estar segura de saber cómo hacerlo y quería joder la poción. Él al saber ese dato se apuntó mentalmente que era algo que debía enseñarle si o si, al fin y al cabo es algo muy importante en el proceso de muchas soluciones avanzadas y sobre todo algo que aligeraba mucho el tiempo de cocción.
Ya les quedaba muy poco para terminar la poción, dejó que la chica metiera el último ingrediente necesario y ahora tan solo tendrían que esperar una media hora antes de finalizarla, añadir un último ingrediente y ver si había salido bien.
-No tengo ni idea de cómo probar si funciona bien o no… – dijo sentándose encima de la mesa, un tanto apartado del caldero que hervía despacio – es una poción curativa, creo que tendremos que consultar con el profesor si está realmente bien, porque nosotros modo no tenemos.
Admitió aquello mientras le hacía un gesto para que se acercara a él, se sentara a su lado o simplemente se acercara para que él pudiera abrazarla.
-No ha sido tan… difícil como esperabas ¿no?
Vigiló a la chica lo más posible mientras ella removía aquello, sin perder de vista a la vez su parte del quehacer. No serviría de nada que ella lo hiciera perfecto y él la cagara en la forma de corte.
Observó también como ella se ponía a cortar las cosas, con todo el cuidado del mundo. Él mismo siguió con aquello un ratito, iba y removía la poción. Dejó que ella lo hiciera también, mover, remover, subir el fuego, bajarlo, echar esto y aquello. Él se encargó de ser quien aplicara un conjuro espesante a la misma porque ella decía no estar segura de saber cómo hacerlo y quería joder la poción. Él al saber ese dato se apuntó mentalmente que era algo que debía enseñarle si o si, al fin y al cabo es algo muy importante en el proceso de muchas soluciones avanzadas y sobre todo algo que aligeraba mucho el tiempo de cocción.
Ya les quedaba muy poco para terminar la poción, dejó que la chica metiera el último ingrediente necesario y ahora tan solo tendrían que esperar una media hora antes de finalizarla, añadir un último ingrediente y ver si había salido bien.
-No tengo ni idea de cómo probar si funciona bien o no… – dijo sentándose encima de la mesa, un tanto apartado del caldero que hervía despacio – es una poción curativa, creo que tendremos que consultar con el profesor si está realmente bien, porque nosotros modo no tenemos.
Admitió aquello mientras le hacía un gesto para que se acercara a él, se sentara a su lado o simplemente se acercara para que él pudiera abrazarla.
-No ha sido tan… difícil como esperabas ¿no?
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Lamentos, quizás tontos, pero para mi no.
Sonrió feliz en el momento en el que escuchó que aquello ya estaba como quien decía. Apenas les tocaba esperar, añadir el último ingrediente como Adnan le hubo informado, y estaría listo. La coreana suspiró en parte aliviada por no haber estropeado la poción, no al menos hasta ese punto, y cuando vio como el egipcio se acercó a una de las mesas, ella le siguió con la mirada.
En el momento en el que Yesenes le hizo un gesto para que ella también se acercase, correteó rápido para ir a donde él y le dio un achuchón, suspirando de paso con una muy amplia sonrisa, feliz. - Eso es por que me has enseñado muy bien. - Dijo con los ojos cerrados y sin soltarle, respondiendo a la pregunta que le acababa de hacer sobre si le había resultado difícil el completar la poción y demás. Ella negó un momento y se pegó un poquitín mas contra su cuerpo.
- Adny... ¿ahora puedo estar así un poco? Solo... no quiero tener frío y aún noto las manos un poquito heladas. - Le miró de soslayo con los ojos ligeramente entreabiertos, solo fijando la mirada en las orbes claras, de ese tono azul verdoso de su chico, y sonrió tontamente. - Podrías ponerte tu capa y yo meto las manos debajo de ella mientras te abrazo... ¿no? - Le sacó un poquito la lengua y sonrió, suspirando después.
No le dejó responder a aquello, y simplemente se separó de su cuerpo y se sentó en la misma mesa en la que él se había acomodado, sentándose a uno de sus lados.
Le miró un momentito de reojo y se mordió la boquita, desviando al mirada hacia el caldero antes de suspirar. - No te preocupes por lo que dije. - Le comentó a la par que alcanzaba su propia capa y la desdoblaba con intención de irsela a poner. Al fin y al cabo no quería estar molestando a su novio con tonterías de abrazos y esas cosas tontas.
- Mm... puedes... si quieres explicarme alguna de las cosas que tendría que saber de forma básica que pueda no saber... no se, o explícame algo que no pueda saber de los libros que me tengo que leer... quizás así me ayude un poquito a la hora de.... bueno, de tener que entender algo. Si, eso, podrías explicarme algo que pueda costarme entender... - Intentaba sacar algún tema de conversación.
Para ese momento ya tenía la capa puesta, y estaba intentando atarla, pero igual que cuando no pudo desabrochar uno de los broches por tener las manos frías, ahora no podía abrocharlos.
En el momento en el que Yesenes le hizo un gesto para que ella también se acercase, correteó rápido para ir a donde él y le dio un achuchón, suspirando de paso con una muy amplia sonrisa, feliz. - Eso es por que me has enseñado muy bien. - Dijo con los ojos cerrados y sin soltarle, respondiendo a la pregunta que le acababa de hacer sobre si le había resultado difícil el completar la poción y demás. Ella negó un momento y se pegó un poquitín mas contra su cuerpo.
- Adny... ¿ahora puedo estar así un poco? Solo... no quiero tener frío y aún noto las manos un poquito heladas. - Le miró de soslayo con los ojos ligeramente entreabiertos, solo fijando la mirada en las orbes claras, de ese tono azul verdoso de su chico, y sonrió tontamente. - Podrías ponerte tu capa y yo meto las manos debajo de ella mientras te abrazo... ¿no? - Le sacó un poquito la lengua y sonrió, suspirando después.
No le dejó responder a aquello, y simplemente se separó de su cuerpo y se sentó en la misma mesa en la que él se había acomodado, sentándose a uno de sus lados.
Le miró un momentito de reojo y se mordió la boquita, desviando al mirada hacia el caldero antes de suspirar. - No te preocupes por lo que dije. - Le comentó a la par que alcanzaba su propia capa y la desdoblaba con intención de irsela a poner. Al fin y al cabo no quería estar molestando a su novio con tonterías de abrazos y esas cosas tontas.
- Mm... puedes... si quieres explicarme alguna de las cosas que tendría que saber de forma básica que pueda no saber... no se, o explícame algo que no pueda saber de los libros que me tengo que leer... quizás así me ayude un poquito a la hora de.... bueno, de tener que entender algo. Si, eso, podrías explicarme algo que pueda costarme entender... - Intentaba sacar algún tema de conversación.
Para ese momento ya tenía la capa puesta, y estaba intentando atarla, pero igual que cuando no pudo desabrochar uno de los broches por tener las manos frías, ahora no podía abrocharlos.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Lamentos, quizás tontos, pero para mi no.
Aceptó su abrazo, le había restado importancia a eso que ella decía de que le había enseñado bien, no había que exagerar tanto, apenas había hecho nada hasta ese momento más que darle un par de indicaciones y trucos para que todo fuera más fluido y fácil para la chica, consejos que cualquiera sabría darle.
-Claro que puedes estar así, un ratito y todo el tiempo extra que quieras… me gusta abrazarte Rang, linda. Me encanta estar contigo – le abrazó intentando darle un poquito de calor y puso sus manos sobre las de ella, de un modo cariñoso, para calentarlas que realmente las tenía un poquito frías – si, puedo hacerlo, por supuesto… no te pongas tu capa, después al salir te daría frío, espera.
Se puso en pie cogió su propia capa mientras ella le seguía hablando y para cuando volvió para sentarse la vio con la propia puesta. ¿No le había dicho que no lo hiciera? Salió de su boca un suspiró cansino. Ni ganas tenía de discutir con ella, así que se acercó, fue a fingir que le ataría los botones y lo que hizo fue quitársela del todo y dejarla a un lado.
-Ya te dije que no.
Totalmente convencido de que iba a ser tal y como él quisiera y si ella se negaba él se negaría detrás se sentó a su lado y cubrió a ambos con la capa de invierno que llevaba, que además de ser gruesa era larga y amplia, no como la de ella que era una capita bien coqueta.
-No sé que podría enseñarte ahora mismo, y creo que has aprendido bastante para un buen rato… – su intención estaba clara, aún les quedaban unos veinte minutos de espera y quería pasarlo besando a su novia. Que se acababan de reencontrar y aún no habían celebrado en condiciones que volvían a estar juntos, que llevaban sin realmente estarlo ya semanas y que el egipcio la había añorado más de lo que echó jamás de menos a su difunta madre (así a las claras, aunque bueno, a ella nunca la extrañó, todo hay que decirlo – ¿no te parece bien descansar este ratito? Es poco y aún ni tan siquiera pudimos besarnos un poco… llevaba tanto tiempo esperando estar contigo que… me muero de ganas.
Aprovechando que ambos estaban cubiertos por la misma capa la cogió por la cintura y obligó a estar totalmente pegada a él, y unió sus labios con los propios. Por un ratito, por pequeño que fuera, mandaría al carajo las pociones. Quería besar a su novia, maldita sea.
-Claro que puedes estar así, un ratito y todo el tiempo extra que quieras… me gusta abrazarte Rang, linda. Me encanta estar contigo – le abrazó intentando darle un poquito de calor y puso sus manos sobre las de ella, de un modo cariñoso, para calentarlas que realmente las tenía un poquito frías – si, puedo hacerlo, por supuesto… no te pongas tu capa, después al salir te daría frío, espera.
Se puso en pie cogió su propia capa mientras ella le seguía hablando y para cuando volvió para sentarse la vio con la propia puesta. ¿No le había dicho que no lo hiciera? Salió de su boca un suspiró cansino. Ni ganas tenía de discutir con ella, así que se acercó, fue a fingir que le ataría los botones y lo que hizo fue quitársela del todo y dejarla a un lado.
-Ya te dije que no.
Totalmente convencido de que iba a ser tal y como él quisiera y si ella se negaba él se negaría detrás se sentó a su lado y cubrió a ambos con la capa de invierno que llevaba, que además de ser gruesa era larga y amplia, no como la de ella que era una capita bien coqueta.
-No sé que podría enseñarte ahora mismo, y creo que has aprendido bastante para un buen rato… – su intención estaba clara, aún les quedaban unos veinte minutos de espera y quería pasarlo besando a su novia. Que se acababan de reencontrar y aún no habían celebrado en condiciones que volvían a estar juntos, que llevaban sin realmente estarlo ya semanas y que el egipcio la había añorado más de lo que echó jamás de menos a su difunta madre (así a las claras, aunque bueno, a ella nunca la extrañó, todo hay que decirlo – ¿no te parece bien descansar este ratito? Es poco y aún ni tan siquiera pudimos besarnos un poco… llevaba tanto tiempo esperando estar contigo que… me muero de ganas.
Aprovechando que ambos estaban cubiertos por la misma capa la cogió por la cintura y obligó a estar totalmente pegada a él, y unió sus labios con los propios. Por un ratito, por pequeño que fuera, mandaría al carajo las pociones. Quería besar a su novia, maldita sea.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Lamentos, quizás tontos, pero para mi no.
Se quedó algo sorprendida en el momento en el que le vio, o mas bien sintió, como le quitaba la capa y la dejaba caer a un lado. Suspiró y entrecerró los ojos, buscando abrazar al egipcio, en el momento que quedaron ambos cubiertos bajo la capa del chico, acurrucándose ella misma contra él, olisqueando la capa de Adnan. - Echaba... de menos como hueles... te echaba de menos a ti... - Susurró en un tono de voz muy bajito, que aunque estaban solos, solo pudiese llegar a oírlo él y nadie más habría podido.
Suspiró y escuchó sus palabras, mientras ella misma permanecía por un ratito con los ojos cerrados, disfrutando del calor que conseguía robarle a Adnan de debajo de la capa. Ella misma se acercó un poco más al cuerpo de Yesenes y se acurrucó con una sonrisita algo tonta, terminando por abrazar uno de sus brazos, pegándolo contra su pecho de forma despreocupada, sin pensar en dobles o segundas intenciones al haberlo hecho.
Escuchó aquello de que ya había aprendido bastante para un buen rato, pero Park no replicó a ello, ya que sabía de sobra que para ella el aprender, saber, nunca era suficiente. Pero si Adnan no quería de momento estudiar, enseñarle mas, por el momento, estaría bien. Por él no le importaba dejar un poquito de lado los estudios... al menos en ese momento, ya que realmente había estado aprovechando mucho el tiempo, el día, estudiando y aprendiendo pociones.
Asintió enseguida a lo de descansar un ratito, pero en cuando el chico siguió hablando sus mejillas se tiñeron un poquito de tono carmín y agachó la cabecita para mirarse los pies, mordiéndose un poco la boquita.
Cuando Adnan la pegó más a él alzó el rostro, notando los brazos del chico rodearle por la cintura, incluso haciendo que se girase un poquito para estar pegados de una forma más cómoda. Y entonces sintió sus labios sobre los propios, suspirando y cerrando los ojos, entreabriendo después un poquito los labios, correspondiendo al beso. Apoyó una de las manos sobre el pecho del chico, estrujando en la palma de la mano la camiseta que llevaba, y suspiró enseguida contra sus labios, separándose apenas, un poquito, lo justo para deshacer el beso y quedarse mirándole a los ojos.
- Adny... - Musitó contra su boca y se mordió los labios, mirando de reojo el caldero, tragando saliva, y volviendo de nuevo a mirarlo a él.
Suspiró y escuchó sus palabras, mientras ella misma permanecía por un ratito con los ojos cerrados, disfrutando del calor que conseguía robarle a Adnan de debajo de la capa. Ella misma se acercó un poco más al cuerpo de Yesenes y se acurrucó con una sonrisita algo tonta, terminando por abrazar uno de sus brazos, pegándolo contra su pecho de forma despreocupada, sin pensar en dobles o segundas intenciones al haberlo hecho.
Escuchó aquello de que ya había aprendido bastante para un buen rato, pero Park no replicó a ello, ya que sabía de sobra que para ella el aprender, saber, nunca era suficiente. Pero si Adnan no quería de momento estudiar, enseñarle mas, por el momento, estaría bien. Por él no le importaba dejar un poquito de lado los estudios... al menos en ese momento, ya que realmente había estado aprovechando mucho el tiempo, el día, estudiando y aprendiendo pociones.
Asintió enseguida a lo de descansar un ratito, pero en cuando el chico siguió hablando sus mejillas se tiñeron un poquito de tono carmín y agachó la cabecita para mirarse los pies, mordiéndose un poco la boquita.
Cuando Adnan la pegó más a él alzó el rostro, notando los brazos del chico rodearle por la cintura, incluso haciendo que se girase un poquito para estar pegados de una forma más cómoda. Y entonces sintió sus labios sobre los propios, suspirando y cerrando los ojos, entreabriendo después un poquito los labios, correspondiendo al beso. Apoyó una de las manos sobre el pecho del chico, estrujando en la palma de la mano la camiseta que llevaba, y suspiró enseguida contra sus labios, separándose apenas, un poquito, lo justo para deshacer el beso y quedarse mirándole a los ojos.
- Adny... - Musitó contra su boca y se mordió los labios, mirando de reojo el caldero, tragando saliva, y volviendo de nuevo a mirarlo a él.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Lamentos, quizás tontos, pero para mi no.
-¿No conservaste mi capa después de la interrupción de la decana? – Adnan casi se había vuelto loco buscándola tras volver de su encuentro con Holland y los demás mortífagos compañeros de clase… pero no tardó en darse cuenta o más bien recordar que se la había dejado a ella a modo de alfombra para sentarse en el invernadero y que con las prisas para desaparecerse por varios motivos él no la recuperó. Esperaba que ella sí, porque era una capa de la mejor calidad posible.
Sentía que la muchacha realmente estaba con mucho frio encima, no era difícil imaginarlo teniendo en cuenta que no parecía con ánimos ni ganas de soltarlo ni por un segundo, se sentía ligeramente presionado, entre su cuerpo, sus pechos contra sus brazos, sus suspiritos… a ver que podría hacer él para no terminar loco en esa posición.
Le encantó verla sonrojarse como siempre, se ponía realmente linda, le daba ganas de abrazarla y besarla por horas aún sabiendo que no podría hacerlo o mejor dicho, que su cuerpo no soportaría tanta presión sin estallar por alguna parte y por regla general prefería hacerlo lejos de ella, por evitar malos entendidos o hacer cosas indebidas.
-¿Te preocupa el caldero? – preguntó él en un tono más bien despreocupado, ya la había besado, ahora si, como Merlín mandaba, bien, en condiciones… nada de medias tintas ni medias hostias. Aún a pesar de eso ella parecía más preocupada por el bien de la poción, pues la miraba de reojo aún cuando él estaba intentando tener un momento apasionado, parecía ser algo imposible siendo ella su pareja… demonios – aún quedan más de quince minutos, aún tenemos tiempo para por lo menos tres o cuatro besos más… vamos, no tienes que fingir que no te apetecía estar conmigo de esta forma también.
Suponía que ella también quería, eran novios ¿no? ¿Qué tipo de novios no quería andar besuqueándose todo el día? Bueno, igual ella no quería hacerlo todo el día, pero cuando se ponía con él a besarse no es que se la viera incómoda ni triste ni nada parecido de modo que con una pequeña sonrisa en los labios el chico puso una mano en su cuello y volvió a unir sus labio con los propios.
-¿No te parece bien esto? Yo te doy clases particulares… y tú me pagas en besos.
No lo había dicho del todo en serio pero dio pie a darle otro beso, esta vez, jugando con la lengua, se moría de ganas de hacer eso y no estaba dispuesto a perder ni diez minutos esperando a quena poción se enfriara.
Sentía que la muchacha realmente estaba con mucho frio encima, no era difícil imaginarlo teniendo en cuenta que no parecía con ánimos ni ganas de soltarlo ni por un segundo, se sentía ligeramente presionado, entre su cuerpo, sus pechos contra sus brazos, sus suspiritos… a ver que podría hacer él para no terminar loco en esa posición.
Le encantó verla sonrojarse como siempre, se ponía realmente linda, le daba ganas de abrazarla y besarla por horas aún sabiendo que no podría hacerlo o mejor dicho, que su cuerpo no soportaría tanta presión sin estallar por alguna parte y por regla general prefería hacerlo lejos de ella, por evitar malos entendidos o hacer cosas indebidas.
-¿Te preocupa el caldero? – preguntó él en un tono más bien despreocupado, ya la había besado, ahora si, como Merlín mandaba, bien, en condiciones… nada de medias tintas ni medias hostias. Aún a pesar de eso ella parecía más preocupada por el bien de la poción, pues la miraba de reojo aún cuando él estaba intentando tener un momento apasionado, parecía ser algo imposible siendo ella su pareja… demonios – aún quedan más de quince minutos, aún tenemos tiempo para por lo menos tres o cuatro besos más… vamos, no tienes que fingir que no te apetecía estar conmigo de esta forma también.
Suponía que ella también quería, eran novios ¿no? ¿Qué tipo de novios no quería andar besuqueándose todo el día? Bueno, igual ella no quería hacerlo todo el día, pero cuando se ponía con él a besarse no es que se la viera incómoda ni triste ni nada parecido de modo que con una pequeña sonrisa en los labios el chico puso una mano en su cuello y volvió a unir sus labio con los propios.
-¿No te parece bien esto? Yo te doy clases particulares… y tú me pagas en besos.
No lo había dicho del todo en serio pero dio pie a darle otro beso, esta vez, jugando con la lengua, se moría de ganas de hacer eso y no estaba dispuesto a perder ni diez minutos esperando a quena poción se enfriara.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Lamentos, quizás tontos, pero para mi no.
Asintió con la cabeza ante su pregunta y suspiró ante de explicarle. - Si... pero.. acabó por dejar de oler a ti y bueno... se lavó y ya dejó del todo de oler a ti aunque me dio bastante pena... - Le miró un poquito de reojo y se mordió la boca. - Además, también... la usé yo un par de veces... - Le sonrió un poquito de forma tímida y suspiró.
Cuando el egipcio dijo aquellas cosas, tan de seguidas, la tonalidad de su rostro fue cada vez siendo de un tono mas rojo, a cada medida que las palabras iban añadiéndose al discursito que estaba dando Adnan, la cara de Park iba tornandose más y más roja. - Bobo... - Agachó la cabeza completisimamente roja y escondió el rostro en su cuello, mordiéndose la boquita, pegándose aún más si era posible contra su cuerpo. Le preocupaba la poción, no quería que fuese a salir mal, para nada del mundo quería que Adnan hubiese malgastado ingredientes si se diera el caso de que, por su culpa se fuese a echar a perder.
Pero todo lo que él le había dicho era cierto. Quería besarle, estar por horas abrazándole mientras estaban solos, para no ser molestados por nadie, haciendo lo que les diese la gana.
Asintió un poquito con la cabeza y giró apenas la cabecita para buscar con los labios un pedazo de piel del cuello del egipcio, besándole en donde alcanzó, cerca de la nuez, y se separó lo justito para poder mirarle a los ojos de forma fija.
Suspiró contra su boca con el primer beso y no tardó en asentir a lo que él dijo de nuevo, apenas como una simple aprobación a que siguiesen, al menos por un ratito, besándose.
La coreana cerró los ojos y correspondió al primer par de besos superficiales de su chico, entreabriendo los labios al notar como los lamía para seguir ella también el beso, profundizándolo un poco tal y como los gestos de Yesenes indicaban a que se hiciera.
Acariciaba con una de las manos su pecho, subiéndola de paso un poco a su cuello para acariciarlo muy suavemente con la yema de los dedos, no queriendo que se enfriase por la temperatura de sus manos.
Tras un beso algo largo en el que las lenguas de los dos se encontraron en alguna que otra ocasión en la que jugaron a besarse, Rang se separó de Adnan con un suspirito. - Me gustas mucho... te quiero mucho Adnan... - Susurró con las mejillas aún mas rojitas que antes, mirándole con ojos entreabiertos.
Cuando el egipcio dijo aquellas cosas, tan de seguidas, la tonalidad de su rostro fue cada vez siendo de un tono mas rojo, a cada medida que las palabras iban añadiéndose al discursito que estaba dando Adnan, la cara de Park iba tornandose más y más roja. - Bobo... - Agachó la cabeza completisimamente roja y escondió el rostro en su cuello, mordiéndose la boquita, pegándose aún más si era posible contra su cuerpo. Le preocupaba la poción, no quería que fuese a salir mal, para nada del mundo quería que Adnan hubiese malgastado ingredientes si se diera el caso de que, por su culpa se fuese a echar a perder.
Pero todo lo que él le había dicho era cierto. Quería besarle, estar por horas abrazándole mientras estaban solos, para no ser molestados por nadie, haciendo lo que les diese la gana.
Asintió un poquito con la cabeza y giró apenas la cabecita para buscar con los labios un pedazo de piel del cuello del egipcio, besándole en donde alcanzó, cerca de la nuez, y se separó lo justito para poder mirarle a los ojos de forma fija.
Suspiró contra su boca con el primer beso y no tardó en asentir a lo que él dijo de nuevo, apenas como una simple aprobación a que siguiesen, al menos por un ratito, besándose.
La coreana cerró los ojos y correspondió al primer par de besos superficiales de su chico, entreabriendo los labios al notar como los lamía para seguir ella también el beso, profundizándolo un poco tal y como los gestos de Yesenes indicaban a que se hiciera.
Acariciaba con una de las manos su pecho, subiéndola de paso un poco a su cuello para acariciarlo muy suavemente con la yema de los dedos, no queriendo que se enfriase por la temperatura de sus manos.
Tras un beso algo largo en el que las lenguas de los dos se encontraron en alguna que otra ocasión en la que jugaron a besarse, Rang se separó de Adnan con un suspirito. - Me gustas mucho... te quiero mucho Adnan... - Susurró con las mejillas aún mas rojitas que antes, mirándole con ojos entreabiertos.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Lamentos, quizás tontos, pero para mi no.
Sonrió cuando la vio sonrojarse hasta ese punto. Era realmente linda y él no le había dicho nada como para que se pusiera así en realidad, al fin y al cabo lo único que dijo fue que quería besarla (y eso que había pensado mucho más, pero no intentaría nada, al fin y al cabo aún, y durante un par de semanas más, aún era una niña).
Pero aún con el sonrojo tan llamativo que había adquirido parecía tener ganas de justo lo que él había dicho, pues fue ella quien en esa ocasión buscó su cuello para darle un buen beso en el mismo, sintió sus labios suaves contra la piel y evitó estremecerse. Entonces empezaron con los besos mutuos, suaves y cálidos, como siempre. Si se le iba la mano con la intensidad de los mismo terminaría caliente y sin nada que hacer, porque Rang, de manera disimulada, ya había dejado bastante claro que no iba a llegar hasta ese punto.
Cuando oyó lo que ella tenía que decir simplemente sonrió de manera casi tímida, no porque él lo fuera si no porque a su sonrisa le costaba asomarse, mucho.
-Y yo a ti Rang, muchísimo.
Aún con la media sonrisa asomándose en su rostro volvió a buscar sus labios, besándola con tantas ganas que no pudo evitar jadear un poquito contra su boca por falta de aire. Sus manos recorrían de manera más o menos disimulada el cuerpo de ella, acariciaba su nuca, su cintura. La espalda… como escusa de darle calor estaba acariciándola sin parar.
Entre beso y beso le susurraba alguna cosita, si es que le surgía, y moría de ganas, de pronto, de llevar aquello a un nivel superior, pero ni podía ni realmente quería. No era el lugar ni el momento.
En cuanto el chico notó eso, que su temperatura estaba elevándose culpa de los besos y su forma de estar comportándose, paró de besarla, de manera más o menos disimulada, quería besarla, joder, si, pero no quería meter la pata tan pronto así que con una sonrisa en los labios apoyó la frente en la de la chica y con un suave beso más volvió a hablar.
-¿Estás bien ya? ¿Menos frío…?
Pero aún con el sonrojo tan llamativo que había adquirido parecía tener ganas de justo lo que él había dicho, pues fue ella quien en esa ocasión buscó su cuello para darle un buen beso en el mismo, sintió sus labios suaves contra la piel y evitó estremecerse. Entonces empezaron con los besos mutuos, suaves y cálidos, como siempre. Si se le iba la mano con la intensidad de los mismo terminaría caliente y sin nada que hacer, porque Rang, de manera disimulada, ya había dejado bastante claro que no iba a llegar hasta ese punto.
Cuando oyó lo que ella tenía que decir simplemente sonrió de manera casi tímida, no porque él lo fuera si no porque a su sonrisa le costaba asomarse, mucho.
-Y yo a ti Rang, muchísimo.
Aún con la media sonrisa asomándose en su rostro volvió a buscar sus labios, besándola con tantas ganas que no pudo evitar jadear un poquito contra su boca por falta de aire. Sus manos recorrían de manera más o menos disimulada el cuerpo de ella, acariciaba su nuca, su cintura. La espalda… como escusa de darle calor estaba acariciándola sin parar.
Entre beso y beso le susurraba alguna cosita, si es que le surgía, y moría de ganas, de pronto, de llevar aquello a un nivel superior, pero ni podía ni realmente quería. No era el lugar ni el momento.
En cuanto el chico notó eso, que su temperatura estaba elevándose culpa de los besos y su forma de estar comportándose, paró de besarla, de manera más o menos disimulada, quería besarla, joder, si, pero no quería meter la pata tan pronto así que con una sonrisa en los labios apoyó la frente en la de la chica y con un suave beso más volvió a hablar.
-¿Estás bien ya? ¿Menos frío…?
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Lamentos, quizás tontos, pero para mi no.
Sonrió de forma bobita al escuchar su respuesta, correspondiendo a lo que ella acababa de decirle, y no tardó en volver a rodearle con los brazos de mejor forma para pegarse un poquito mas a él, correspondiendo ahora a los besos que de nuevo se habían iniciado, en esta ocasión por el egipcio.
Rang suspiró contra su boca, besó sus labios de forma tímida como siempre solía hacer, e incluso en los momentos en que los besos avanzaban e iban a algo más, seguía besando a su novio con timidez pero sin cesarlos. No quería dejar de besarle, le quería mucho, le había echado muchísimo de menos, y ahora por fin estaban otra vez juntos, sin ningún tipo de problema.
Lamió sus labios un momentito, apenas con la punta de la lengua asomando por entre sus propios labios, dibujando la forma de la boca de Yesenes.
Un último beso antes de que el chico apoyase la frente contra la de Park, y esta, entreabrió los ojos para mirarle, parpadeando un par de veces de manera seguida, como tratando de desatontarse.
Asintió un poquito a sus palabras y se mordió un poquito la boquita, desviando la mirada hacia cualquier lado, suspirando y soltando un poco a su novio, para apenas separarse un poco y abrir la capa. De pronto se había acrecentado muchísimo la temperatura bajo la prenda del chico, y ella lo agradecía, pues había conseguido ya no tener frío. El calor corporal de él había conseguido que la temperatura de la chica se volviese normal, incluso algo calurosa y por eso abrió un poquito un lado de la prenda para que no se acabasen por asar ambos ahí debajo.
- Si. - Terminó por decir. - Ya... ya no tengo frío, gracias a ti, Adnan. - Le sonrió tiernamente y cerró los ojos, volviendo ahora ella a apoyar la frente sobre la de Kadar. - ¿Cuanto... tiempo ha pasado? Para la poción y eso... ya sabes, había que esperar media hora y... ni sé cuanto tiempo ha pasado, y-yo... perdí un poquito la noción del tiempo.
Rang suspiró contra su boca, besó sus labios de forma tímida como siempre solía hacer, e incluso en los momentos en que los besos avanzaban e iban a algo más, seguía besando a su novio con timidez pero sin cesarlos. No quería dejar de besarle, le quería mucho, le había echado muchísimo de menos, y ahora por fin estaban otra vez juntos, sin ningún tipo de problema.
Lamió sus labios un momentito, apenas con la punta de la lengua asomando por entre sus propios labios, dibujando la forma de la boca de Yesenes.
Un último beso antes de que el chico apoyase la frente contra la de Park, y esta, entreabrió los ojos para mirarle, parpadeando un par de veces de manera seguida, como tratando de desatontarse.
Asintió un poquito a sus palabras y se mordió un poquito la boquita, desviando la mirada hacia cualquier lado, suspirando y soltando un poco a su novio, para apenas separarse un poco y abrir la capa. De pronto se había acrecentado muchísimo la temperatura bajo la prenda del chico, y ella lo agradecía, pues había conseguido ya no tener frío. El calor corporal de él había conseguido que la temperatura de la chica se volviese normal, incluso algo calurosa y por eso abrió un poquito un lado de la prenda para que no se acabasen por asar ambos ahí debajo.
- Si. - Terminó por decir. - Ya... ya no tengo frío, gracias a ti, Adnan. - Le sonrió tiernamente y cerró los ojos, volviendo ahora ella a apoyar la frente sobre la de Kadar. - ¿Cuanto... tiempo ha pasado? Para la poción y eso... ya sabes, había que esperar media hora y... ni sé cuanto tiempo ha pasado, y-yo... perdí un poquito la noción del tiempo.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Lamentos, quizás tontos, pero para mi no.
Notó como ella misma había descubierto un poco ambos cuerpos bajo la capa, seguramente tendría calor también, era normal, él mismo había entrado en calor y su temperatura ya era bastante elevada más aún después de pasar un rato besándola de esa forma, y bueno, ella, que no era de piedra, suponía que tarde o temprano también entraría en calor por los simples besos, supiera los motivos físicos tras eso o no.
-Me alegro de quitarte el frio, al menos un poquito – sonrió animado, abrazándola con cariño, según notaba como ella seguía hablando, le decía aquello de la poción y la recordaba él de pronto también, con todo se había olvidado por completo de la poción, menudo pocionista de mierda, pero quería suponer que sería cosa de que ella estaba tan cerca, literalmente hablando – pues… espera que voy a mirar y te digo.
Le dio un último beso en la frente y se puso en pie, dejando a la chica allí sentada y tapadita con su capa, él moría de calor, totalmente. Se asomó a la poción y miró el tiempo, apenas quedaban unos minutos para que terminara de hacerse y había espesado tanto como se suponía que debía hacerlo. El pobre enfermo al que le tocara tomarse eso… tenía pinta de estar asqueroso.
-Apenas le queda nada… ven, vamos a añadir ya lo último y la podemos dar por terminada, aunque yo no tengo frascos, quizás podrías ir a buscar algunos, o preguntarle al profesor que está haciendo guardias por aquí, él suele tener y no creo que le niegue nada a una estudiante tan mona como tu – bromeó un poco con aquello, por supuesto que no sería por eso por lo que no se negase, vamos, en cuestión de tarros para guardar pociones la universidad iba más que sobrada – mira, ahora hay que poner esto, es de lo más importante, si cae mucho la poción se volverá de un rojo intenso y seguramente sería más veneno que cura, nosotros tenemos que ponerla moradita… no roja, muy poco. Este ingrediente neutraliza todos los efectos adversos del resto de cosas, absorbe el veneno de las larvas que echamos antes, no son del todo buenas, pero esta poción sin ellas no funcionaría.
Explicó aquello para que además de saber que había que echar supiera el porqué, era algo totalmente necesario según su punto de vista, por lo menos.
-Cuando pasen tres o cuatro horas y la poción haya reposado en los recipientes se debe cambiar de tarros porque este ingrediente se vuelve sólido en la parte baja y así ya no hay nada negativo en la pócima.
Le dio el frasco de lo que había añadir, para que ella lo hiciera, iba con cuentagotas y resultaba tan sencillo como ir echando gotas hasta que la poción adquiriera el tono deseado, y él le indicaría cuando ocurría eso, por supuesto.
-Me alegro de quitarte el frio, al menos un poquito – sonrió animado, abrazándola con cariño, según notaba como ella seguía hablando, le decía aquello de la poción y la recordaba él de pronto también, con todo se había olvidado por completo de la poción, menudo pocionista de mierda, pero quería suponer que sería cosa de que ella estaba tan cerca, literalmente hablando – pues… espera que voy a mirar y te digo.
Le dio un último beso en la frente y se puso en pie, dejando a la chica allí sentada y tapadita con su capa, él moría de calor, totalmente. Se asomó a la poción y miró el tiempo, apenas quedaban unos minutos para que terminara de hacerse y había espesado tanto como se suponía que debía hacerlo. El pobre enfermo al que le tocara tomarse eso… tenía pinta de estar asqueroso.
-Apenas le queda nada… ven, vamos a añadir ya lo último y la podemos dar por terminada, aunque yo no tengo frascos, quizás podrías ir a buscar algunos, o preguntarle al profesor que está haciendo guardias por aquí, él suele tener y no creo que le niegue nada a una estudiante tan mona como tu – bromeó un poco con aquello, por supuesto que no sería por eso por lo que no se negase, vamos, en cuestión de tarros para guardar pociones la universidad iba más que sobrada – mira, ahora hay que poner esto, es de lo más importante, si cae mucho la poción se volverá de un rojo intenso y seguramente sería más veneno que cura, nosotros tenemos que ponerla moradita… no roja, muy poco. Este ingrediente neutraliza todos los efectos adversos del resto de cosas, absorbe el veneno de las larvas que echamos antes, no son del todo buenas, pero esta poción sin ellas no funcionaría.
Explicó aquello para que además de saber que había que echar supiera el porqué, era algo totalmente necesario según su punto de vista, por lo menos.
-Cuando pasen tres o cuatro horas y la poción haya reposado en los recipientes se debe cambiar de tarros porque este ingrediente se vuelve sólido en la parte baja y así ya no hay nada negativo en la pócima.
Le dio el frasco de lo que había añadir, para que ella lo hiciera, iba con cuentagotas y resultaba tan sencillo como ir echando gotas hasta que la poción adquiriera el tono deseado, y él le indicaría cuando ocurría eso, por supuesto.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Lamentos, quizás tontos, pero para mi no.
Asintió a las palabras de Adnan y se mordió la boquita, notando el besito que acababa de darle, y se giró para mirar como se incorporaba y se dirigía a mirar la poción. Esperaba que estuviese bien, o se culparía a si misma si la poción se echaba a perder.
Suspiró aliviada y sonrió al escucharle decir aquello. Asintió de nuevo y tras ponerse en pie, dejó la capa a un lado, sobre la mesa, junto a la propia, para acercarse a Adnan y mirar la poción, el interior del caldero, y puso una mueca. - Seguro que esto no puede estar muy bueno... - Comentó para si misma, sobre todo pensando que las larvas aquellas ya olían mal de por si solas, el sabor, si era parecido, sería algo totalmente asquerosos de saborear.
Le miró de reojo poniendo morritos con el comentario que hizo y le sacó la lengua. Si era necesario iría a buscar al profesor de guardia para pedirle un par de frasquitos, uno o los que hicieran falta, si Adnan se lo pedía lo haría.
Con el dato sobre las larvas puso una mueca. - Pues podrían buscar algún otro ingrediente que sustituyese a las larvas, ¿no? Huelen mal, sabrán peor y además tienes que neutralizar su veneno... - Puso de nuevo esa mueca cuando terminó de hablar y suspiró, terminando por negar un poco con la cabeza. - Veo muy tonta a esa larva. - Puso morritos y miró de reojo al chico, sonriéndole de forma tierna, sacándole la lengua y riéndose al ver que él mismo estaba como aguantándose las ganas de reír por las cosas que la coreana había dicho.
Tomó como nota mental las palabras, las explicaciones que siguieron por parte del egipcio, sonriéndole de forma tierna. - Entendido.
Cogió el frasquito que le tendía y se mordió la boca, terminando por suspirar. - Mm... no... ¿no tenía que ir a pedir los botecitos al profesor de guardia? - Ladeó un poco la cabeza y acabó por encogerse de hombros, abriendo el frasquito, viendo que con el cuentagotas no debería de ser muy complicado. Caminó un poco para mirar la cantidad que debía de ser, y tras sonreír, volvió hacia el caldero, echando las gotas que teóricamente eran necesarias, y cuando lo hizo y cerró el frasquito para que no se derramase el contenido que había en el mismo, giró el rostro para mirar a su chico.
- ¿Así esta bien?
Suspiró aliviada y sonrió al escucharle decir aquello. Asintió de nuevo y tras ponerse en pie, dejó la capa a un lado, sobre la mesa, junto a la propia, para acercarse a Adnan y mirar la poción, el interior del caldero, y puso una mueca. - Seguro que esto no puede estar muy bueno... - Comentó para si misma, sobre todo pensando que las larvas aquellas ya olían mal de por si solas, el sabor, si era parecido, sería algo totalmente asquerosos de saborear.
Le miró de reojo poniendo morritos con el comentario que hizo y le sacó la lengua. Si era necesario iría a buscar al profesor de guardia para pedirle un par de frasquitos, uno o los que hicieran falta, si Adnan se lo pedía lo haría.
Con el dato sobre las larvas puso una mueca. - Pues podrían buscar algún otro ingrediente que sustituyese a las larvas, ¿no? Huelen mal, sabrán peor y además tienes que neutralizar su veneno... - Puso de nuevo esa mueca cuando terminó de hablar y suspiró, terminando por negar un poco con la cabeza. - Veo muy tonta a esa larva. - Puso morritos y miró de reojo al chico, sonriéndole de forma tierna, sacándole la lengua y riéndose al ver que él mismo estaba como aguantándose las ganas de reír por las cosas que la coreana había dicho.
Tomó como nota mental las palabras, las explicaciones que siguieron por parte del egipcio, sonriéndole de forma tierna. - Entendido.
Cogió el frasquito que le tendía y se mordió la boca, terminando por suspirar. - Mm... no... ¿no tenía que ir a pedir los botecitos al profesor de guardia? - Ladeó un poco la cabeza y acabó por encogerse de hombros, abriendo el frasquito, viendo que con el cuentagotas no debería de ser muy complicado. Caminó un poco para mirar la cantidad que debía de ser, y tras sonreír, volvió hacia el caldero, echando las gotas que teóricamente eran necesarias, y cuando lo hizo y cerró el frasquito para que no se derramase el contenido que había en el mismo, giró el rostro para mirar a su chico.
- ¿Así esta bien?
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Lamentos, quizás tontos, pero para mi no.
Los comentarios sobre la larva le hicieron gracia, la chica, en su inocencia, quería que todo fuera perfecto, pero sabido era por el mundo al completo que era casi imposible que resultara bonito y correcto todo en primera instancia. Sobre todo teniendo en cuenta que esa larva contenía en su cuerpo un poderoso fluido neutralizante del veneno, al contener veneno también tenía su contra para no morir envenado por picadura propia, y eso era justo lo que ellos buscaban.
-Si, supongo que es una larva tonta, y podríamos buscar algún sustituto de la misma. Lo mejor de estar en la facultad y no en Hogwarts es que si aquí queremos investigar y mejorar es posible, sobre todo porque los profesores te facilitan las cosas necesarias para ello. Podríamos buscar algún otro bicho que contenga la cualidad que buscamos en este y probar a realizar la poción con ese otro… a mí me gusta hacer esas cosas.
Lo decía totalmente en serio, lo de investigar y buscar otras opciones, alguna que no pudiera resultar mortal en caso de fallo, aunque si fuera tarea fácil ya otra persona lo habría hecho, de eso no había duda.
-Eres realmente inteligente Rang – dijo acariciándole un poco la cabeza, la chica lo hacía todo bien y rápido según se lo iba explicando, había intentado dar tutorías de pociones a mil personas antes que a ella y aún nadie había demostrado tener esa facilidad para ello, para comprender las cosas tan rápidamente, ella era jodidamente inteligente, no había dudas de ello – Si, en cuanto termines de hacer esto vas, yo me quedo vigilando la poción con el fuego apagado, da igual que esté en el caldero un poquito más mientras no le esté dando el fuego, claro.
Observó detenidamente como ella iba haciendo aquello, asintió a sus palabras al terminar y volvió a guardar la última solución en su maletín de ingredientes.
-Si, así quedó perfecto, ahora me das un beso y vas a por los frasquitos, por favor – se inclinó para recibir el beso y volvió a ponerse con la pócima, apagó el fuego y comenzó a remover para que no se quedara estancada, esperaría ahí hasta que ella volviera con los tarros de cristal donde podrían guardarlas – dile que vas de mi parte, me conoce, y mañana se los devuelvo… ahora mismo está el encargado de los ingredientes, es un tipo simpático.
-Si, supongo que es una larva tonta, y podríamos buscar algún sustituto de la misma. Lo mejor de estar en la facultad y no en Hogwarts es que si aquí queremos investigar y mejorar es posible, sobre todo porque los profesores te facilitan las cosas necesarias para ello. Podríamos buscar algún otro bicho que contenga la cualidad que buscamos en este y probar a realizar la poción con ese otro… a mí me gusta hacer esas cosas.
Lo decía totalmente en serio, lo de investigar y buscar otras opciones, alguna que no pudiera resultar mortal en caso de fallo, aunque si fuera tarea fácil ya otra persona lo habría hecho, de eso no había duda.
-Eres realmente inteligente Rang – dijo acariciándole un poco la cabeza, la chica lo hacía todo bien y rápido según se lo iba explicando, había intentado dar tutorías de pociones a mil personas antes que a ella y aún nadie había demostrado tener esa facilidad para ello, para comprender las cosas tan rápidamente, ella era jodidamente inteligente, no había dudas de ello – Si, en cuanto termines de hacer esto vas, yo me quedo vigilando la poción con el fuego apagado, da igual que esté en el caldero un poquito más mientras no le esté dando el fuego, claro.
Observó detenidamente como ella iba haciendo aquello, asintió a sus palabras al terminar y volvió a guardar la última solución en su maletín de ingredientes.
-Si, así quedó perfecto, ahora me das un beso y vas a por los frasquitos, por favor – se inclinó para recibir el beso y volvió a ponerse con la pócima, apagó el fuego y comenzó a remover para que no se quedara estancada, esperaría ahí hasta que ella volviera con los tarros de cristal donde podrían guardarlas – dile que vas de mi parte, me conoce, y mañana se los devuelvo… ahora mismo está el encargado de los ingredientes, es un tipo simpático.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Lamentos, quizás tontos, pero para mi no.
Sonrió al escuchar que a Adnan no le parecía una tontería aquello que dijo sobre buscar algún sustituto a aquél ingrediente. Cuando propuso de que podrían hacer en algún momento la prueba, ella misma asintió con la cabeza, feliz, y se animó a decirle que ella podría estar con él en el momento en el que fuese a hacerlo, prestándole su ayuda para lo que fuese a necesitar o cualquier cosa.
Se sonrojó un poquito cuando su novio le dijo aquello, y con la caricia en la cabeza cerró un poquito los ojos, sonriéndole y abriéndolos sin demorarse mucho para mirarle fijamente, asintiendo con la cabeza a lo que se puso a decirle. En cuanto acabase con una cosa, iría a buscar al profesor para pedirle lo que necesitaban, iría lo más rápido posible y volvería también en cuanto pudiera para que no se estropease la poción que habían preparado.
Asintió a sus palabras, y se rió un poquito con lo del beso. Se puso un poquito de puntillas para darle el beso, fue a donde las capas, y cogió la del chico que le quedaba bastante larga pero le daba igual, y se la puso por los hombros, sacándole la lengua y saliendo rápido del aula en donde estaban, antes avisando diciendo que no tardaba.
Buscó al profesor de guardia por un par de sitios hasta que finalmente dio con él y le explicó la situación muy por encima, diciendo que Adnan le había pedido que por favor fuese a buscarle para pedirle prestados un par de frascos que mañana él le devolvería, y al escuchar eso, el profesor no se demoró en dárselos. La coreana le hizo una profunda reverencia con una muy amplia sonrisa y salió corriendo con un par de frasquitos en las manos, bien sujetos para que no se le cayesen en ningún momento.
Cuando llegó de vuelta abrió la puerta y sonrió a Yesenes en el momento en el que le miró, se acercó a él y le tendió ambos frasquitos. - Toma. - Le sonrió y ladeó un poquito la cabeza en un gestito adorable. - El profesor ha dicho que no pasa nada, que se los devuelvas cuando puedas, que no tiene por que ser mañana justo.
Suspiró un poquito y se echó la capa hacia atrás para que no le molestase a la hora de tener que hacer algo con las manos.
Se sonrojó un poquito cuando su novio le dijo aquello, y con la caricia en la cabeza cerró un poquito los ojos, sonriéndole y abriéndolos sin demorarse mucho para mirarle fijamente, asintiendo con la cabeza a lo que se puso a decirle. En cuanto acabase con una cosa, iría a buscar al profesor para pedirle lo que necesitaban, iría lo más rápido posible y volvería también en cuanto pudiera para que no se estropease la poción que habían preparado.
Asintió a sus palabras, y se rió un poquito con lo del beso. Se puso un poquito de puntillas para darle el beso, fue a donde las capas, y cogió la del chico que le quedaba bastante larga pero le daba igual, y se la puso por los hombros, sacándole la lengua y saliendo rápido del aula en donde estaban, antes avisando diciendo que no tardaba.
Buscó al profesor de guardia por un par de sitios hasta que finalmente dio con él y le explicó la situación muy por encima, diciendo que Adnan le había pedido que por favor fuese a buscarle para pedirle prestados un par de frascos que mañana él le devolvería, y al escuchar eso, el profesor no se demoró en dárselos. La coreana le hizo una profunda reverencia con una muy amplia sonrisa y salió corriendo con un par de frasquitos en las manos, bien sujetos para que no se le cayesen en ningún momento.
Cuando llegó de vuelta abrió la puerta y sonrió a Yesenes en el momento en el que le miró, se acercó a él y le tendió ambos frasquitos. - Toma. - Le sonrió y ladeó un poquito la cabeza en un gestito adorable. - El profesor ha dicho que no pasa nada, que se los devuelvas cuando puedas, que no tiene por que ser mañana justo.
Suspiró un poquito y se echó la capa hacia atrás para que no le molestase a la hora de tener que hacer algo con las manos.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Lamentos, quizás tontos, pero para mi no.
Él por supuesto que aceptó su futura ayuda, además con lo inteligente que era Rang y su facilidad para la lectura de seguro le sería de mucha ayuda buscando entre los listados de ingredientes los posibles sustitutos de la maldita larva esa. Le hacía bastante gracia la diligencia con la que la chica hacía todo lo que él le decía, como si de ello dependiera de verdad una nota o la cura de alguien, cuando tan solo practicaban, aunque… bueno, quizás si se le decía a Immëndorff que habían hecho ese trabajo entre los dos para ponerse al día con la clase lo aceptaba como tarea extra, para mejorar las notas del egipcio por haber “faltado” o igual simplemente se lo tomaba como que a pesar de estar armando escándalo (que ni para tanto fue, pero no iba a contradecir al decano y profesor de pociones) se seguía interesando por su materia.
Mientras ella había ido a por los frascos él hizo lo que ya había predicho, removía la poción tranquilamente, para que no se asentara demasiado en el caldero, en ese momento no tenía más que hacer que esperarla. Pero no tardó demasiado en realidad por lo que ni tiempo le dio a aburrirse.
Aceptó los frascos en cuanto ella se los tendió y le devolvió la sonrisa, asintiendo a lo que la chica decía, conocía a aquel profesor desde hacía mucho tiempo y sabía de sobra que serían ciertas las palabras de la chica, aquel tipo, además, ya debía confiar en él, no era la primera vez que le pedía algo así, tenía tendencia a no tener frascos, sobre todo porque los gastaba o hacía más poción de la cuenta y no había llevado suficientes y cosas así.
Se esmeró en verter la pócima en los dos recipientes, eran más bien grandes y con ayuda de la magia no se derramó ni una gota, por supuesto. Una vez el caldero quedó vacío lo llevó flotando hasta la mesa donde estaban el resto de cosas y con otro hechizo sencillo lo puso todo a limpiarse solo, suspirando mientras veía como Rang cubría ambos recipientes con los tapones originales de los mismo, dejándolos puestos a presión como él le había indicado antes.
-Ya está…terminamos - suspiró un poquito y se apoyó en la mesa más cercana mientras veía como todo se limpiaba por sí solo, tardaría un poquito porque había muchos restos y el caldero estaba asqueroso, pero no tenía demasiada prisa – nos tomó un buen rato – frunció un poquito el ceño, ya casi sería la hora de la cena, y al día siguiente tenía que incorporarse a las clases, estaba claro que muy tarde no podría acostarse, pero aún tenía un ratito más para estar con ella –¿quieres hacer algo ahora? Ya otro día seguiremos con la clase particular… ahora es tiempo de descansar.
Como no sabía si ella tendría hambre después del pastel que se había comido no le ofreció ir directamente al comedor, además aún era un poco pronto para eso, suponía.
Mientras ella había ido a por los frascos él hizo lo que ya había predicho, removía la poción tranquilamente, para que no se asentara demasiado en el caldero, en ese momento no tenía más que hacer que esperarla. Pero no tardó demasiado en realidad por lo que ni tiempo le dio a aburrirse.
Aceptó los frascos en cuanto ella se los tendió y le devolvió la sonrisa, asintiendo a lo que la chica decía, conocía a aquel profesor desde hacía mucho tiempo y sabía de sobra que serían ciertas las palabras de la chica, aquel tipo, además, ya debía confiar en él, no era la primera vez que le pedía algo así, tenía tendencia a no tener frascos, sobre todo porque los gastaba o hacía más poción de la cuenta y no había llevado suficientes y cosas así.
Se esmeró en verter la pócima en los dos recipientes, eran más bien grandes y con ayuda de la magia no se derramó ni una gota, por supuesto. Una vez el caldero quedó vacío lo llevó flotando hasta la mesa donde estaban el resto de cosas y con otro hechizo sencillo lo puso todo a limpiarse solo, suspirando mientras veía como Rang cubría ambos recipientes con los tapones originales de los mismo, dejándolos puestos a presión como él le había indicado antes.
-Ya está…terminamos - suspiró un poquito y se apoyó en la mesa más cercana mientras veía como todo se limpiaba por sí solo, tardaría un poquito porque había muchos restos y el caldero estaba asqueroso, pero no tenía demasiada prisa – nos tomó un buen rato – frunció un poquito el ceño, ya casi sería la hora de la cena, y al día siguiente tenía que incorporarse a las clases, estaba claro que muy tarde no podría acostarse, pero aún tenía un ratito más para estar con ella –¿quieres hacer algo ahora? Ya otro día seguiremos con la clase particular… ahora es tiempo de descansar.
Como no sabía si ella tendría hambre después del pastel que se había comido no le ofreció ir directamente al comedor, además aún era un poco pronto para eso, suponía.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Lamentos, quizás tontos, pero para mi no.
Suspiró un poquito, mirando como las cosas se pusieron a limpiarse solas en el momento en el que Yesenes formuló un sencillo hechizo para ello. Lo vio alejarse, yendo a acomodarse junto a una de las mesas que había por ahí, y cuando ella terminó por cerrar bien los frasquitos los dejó junto a las cosas de Adnan para que él después fuese a guardar las cosas.
Le sonrió en el momento que escuchó que aquello ya estaba, y ella misma se acercó un poquito a él, quedándose mirándole fijamente a los ojos, mordiéndose un poquito la boca, mirándole fijamente a los ojos. Asintió a lo que dijo sobre que les había tomado un buen tiempo, pero a ella no le hubo importado. Había estado aprendiendo cosas y además pasando el tiempo con Adnan. No podía ser más feliz en esos momentos. Se acercó algo mas a él y apoyó una de sus manos sobre las del chico para terminar por cogerla y enlazar los dedos con los de él, mirando la diferencia de tamaño de las manos de ambos, y después volviendo a alzar la vista para mirarle a la cara.
- Muchas gracias por enseñarme.
Se quedó un momentito pensando que podrían hacer en ese momento, pero antes de que de entre sus labios saliesen algunas palabras, su estómago ya habló por la coreana. La chica se sonrojó y bajó la cabecita, tímida. - Y-yo... creo que mi tripa me pide que coma algo. - Dijo en un tono totalmente tímido, pero riéndose un poquito.
Se mordió la boquita y suspiró, cerrando los ojos un momento y terminó por achucharle con fuerza, hundiendo le rostro en el pecho del egipcio, olisqueandole de paso, habiendo echado de menos a todo él. - Te quiero mucho Adnan... mi estomago tiene hambre, pero yo quiero estar contigo todo todo todo todo el rato que pueda... - Alzó la vista para mirarle y le sonrió tiernamente. - Además, que tenemos que ir a tu habitación para recoger los libros que has dicho que me dejarás, y así puedo empezar a leer esos, que hoy me entretendré la noche, y así pudo escribir en los mismos libros. - Le sacó la lengua y acarició el pecho del chico con una mano, sin quitarle el ojo de encima.
Le sonrió en el momento que escuchó que aquello ya estaba, y ella misma se acercó un poquito a él, quedándose mirándole fijamente a los ojos, mordiéndose un poquito la boca, mirándole fijamente a los ojos. Asintió a lo que dijo sobre que les había tomado un buen tiempo, pero a ella no le hubo importado. Había estado aprendiendo cosas y además pasando el tiempo con Adnan. No podía ser más feliz en esos momentos. Se acercó algo mas a él y apoyó una de sus manos sobre las del chico para terminar por cogerla y enlazar los dedos con los de él, mirando la diferencia de tamaño de las manos de ambos, y después volviendo a alzar la vista para mirarle a la cara.
- Muchas gracias por enseñarme.
Se quedó un momentito pensando que podrían hacer en ese momento, pero antes de que de entre sus labios saliesen algunas palabras, su estómago ya habló por la coreana. La chica se sonrojó y bajó la cabecita, tímida. - Y-yo... creo que mi tripa me pide que coma algo. - Dijo en un tono totalmente tímido, pero riéndose un poquito.
Se mordió la boquita y suspiró, cerrando los ojos un momento y terminó por achucharle con fuerza, hundiendo le rostro en el pecho del egipcio, olisqueandole de paso, habiendo echado de menos a todo él. - Te quiero mucho Adnan... mi estomago tiene hambre, pero yo quiero estar contigo todo todo todo todo el rato que pueda... - Alzó la vista para mirarle y le sonrió tiernamente. - Además, que tenemos que ir a tu habitación para recoger los libros que has dicho que me dejarás, y así puedo empezar a leer esos, que hoy me entretendré la noche, y así pudo escribir en los mismos libros. - Le sacó la lengua y acarició el pecho del chico con una mano, sin quitarle el ojo de encima.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Lamentos, quizás tontos, pero para mi no.
-No tienes nada que agradecer – le contestó a su agradecimiento, viendo él también el gestito que la chica estaba haciendo con las manos, sonriendo por la diferencia de tamaños, realmente era algo que llamaba la atención, que de ella al él hubiera tantísima diferencia, era… bueno, curioso, sobre todo teniendo en cuenta que la chica no era tan sumamente bajita como podría ser cualquier otra de su edad – tienes las manos pequeñitas, así… muy linda – estaba medio embobado con aquello, no solo le llamaba la atención, sino que además le hacía atontarse, le resultaba un poco más adorable aún.
Le hizo gracia que la chica se avergonzara de tener hambre o de que su estómago sonara, él lo veía totalmente natural y lo único que hizo fue acariciarle un poquito al tripa a la vez que la abrazaba más, nada de reírse aunque ganas no le faltaron por aquella reacción tan linda.
-Pues si tu estómago te pide comida sería lo mejor ir a darle algo de lo que alimentarse antes que se devore a sí mismo, que más o menos sonó a eso – dijo aquello queriendo burlarse un poquitín de ella. No evitó la sonrisa con sus palabras, la chica se expresaba demasiado a menudo sobre su amor, cosa que en un principio le pareció incómodo, porque él no era de tanto decirlo, pero al ver que ella no esperaba su respuesta del mismo modo se sintió aliviado, si no necesitaba recibir tanto como daba – a ver, por partes… podemos estar juntos mientras comemos ¿no? Yo también tengo un poquitito de hambre – no soltó el abrazo que ella había iniciado, ni se separó un poquito. Ambos se estaban regalando sutiles caricias y aunque no fuera el lugar más adecuado sabía que sería para “poco tiempo” por lo que no le importaba estar ahí en realidad haciendo aquello – después de ir a cenar podríamos ir a mi habitación, buscar los libros y si aún quieres estar conmigo pues nos quedamos ahí un poquito o bajamos a la zona común y nos sentamos a leer juntos… yo también tengo muchas ganas de estar contigo… tras tanto tiempo…
Suspiró, desde luego que quería estar con ella, no dejarla ni un instante, pero no sabía como decirlo para que se lo creyera en serio o algo así, realmente moría de ganas de cogerla, besarla, achucharla… lo que fuera, como antes.
-¿Vamos? Al comedor pues.
Ya la soltó, solo para guardar las pociones debidamente y recogerlo todo, mientras ella se ponía la capa y la esperaba, si ella aceptaba su plan irían allí para empezar.
Le hizo gracia que la chica se avergonzara de tener hambre o de que su estómago sonara, él lo veía totalmente natural y lo único que hizo fue acariciarle un poquito al tripa a la vez que la abrazaba más, nada de reírse aunque ganas no le faltaron por aquella reacción tan linda.
-Pues si tu estómago te pide comida sería lo mejor ir a darle algo de lo que alimentarse antes que se devore a sí mismo, que más o menos sonó a eso – dijo aquello queriendo burlarse un poquitín de ella. No evitó la sonrisa con sus palabras, la chica se expresaba demasiado a menudo sobre su amor, cosa que en un principio le pareció incómodo, porque él no era de tanto decirlo, pero al ver que ella no esperaba su respuesta del mismo modo se sintió aliviado, si no necesitaba recibir tanto como daba – a ver, por partes… podemos estar juntos mientras comemos ¿no? Yo también tengo un poquitito de hambre – no soltó el abrazo que ella había iniciado, ni se separó un poquito. Ambos se estaban regalando sutiles caricias y aunque no fuera el lugar más adecuado sabía que sería para “poco tiempo” por lo que no le importaba estar ahí en realidad haciendo aquello – después de ir a cenar podríamos ir a mi habitación, buscar los libros y si aún quieres estar conmigo pues nos quedamos ahí un poquito o bajamos a la zona común y nos sentamos a leer juntos… yo también tengo muchas ganas de estar contigo… tras tanto tiempo…
Suspiró, desde luego que quería estar con ella, no dejarla ni un instante, pero no sabía como decirlo para que se lo creyera en serio o algo así, realmente moría de ganas de cogerla, besarla, achucharla… lo que fuera, como antes.
-¿Vamos? Al comedor pues.
Ya la soltó, solo para guardar las pociones debidamente y recogerlo todo, mientras ella se ponía la capa y la esperaba, si ella aceptaba su plan irían allí para empezar.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Lamentos, quizás tontos, pero para mi no.
Alzó un poquito la vista para mirarle, sonriendo un poquito de forma adorable a su chico cuando le dijo aquello, riendo un poquito incluso. - Bobo. - Le sacó un poquito la lengua y suspiró, terminando por entrelazar con fuerza los dedos de su mano con los de él.
Suspiró con el abracito que formó Adnan tras que su tripa se quejase y ella lo tratase de arreglar con palabras, y correspondió con fuerza al mismo después de soltar las manos de ambos, cerrando los ojitos mientras le escuchaba hablar, atontándose un poco con él.
Con las palabras de él solo puso morritos y le miró con toda al mala cara que pudo poner, frunciendo el ceño y terminando por separarse un poquito para quedarse mirándole algo mas de frente. - No seas bobo, ¡no digas esas tontadas! - Suspiró y negó con la cabeza, terminando por ladear un poquito la misma.
Se separó un poco y terminó por asentir con la cabeza. - Vale, entonces iremos a comer ya. - Se mordió la mejilla por dentro y se separó del todo de él tras darle un suave beso sobre los labios, suspirando y girándose para mirar si todas las cosas estaban limpias.
Sonrió al ver que casi por completo era así, ya apenas parecía que el hechizo dejaba las cosas también ordenadas, y todo quedó totalmente limpio y perfectamente colocado.
Volvió a sentirse abrazada, y entonces, tras escuchar que a Yesenes le parecía bien que se fuesen ya, el chico le soltó y fue a terminar de recoger los frascos, guardándolos.
Aprovechó a volver a mirarle cuando terminó de hablar y le sonrió. - Claro... iremos a comer algo, luego a por los libros y podemos leerlos juntos, así seguro que si no entiendo algo puedo preguntártelo en el momento y no al siguiente día. - Le sacó la lengua tras hacer de nuevo ella misma un pequeño resumen del plan que tenían y se volvió a acercar a donde habían estado, para coger su capa que estaba prácticamente a una de las mesas de los lados, y se la puso por encima de los hombros, esta vez si, abrochándosela con total facilidad. - Venga, venga, si no vamos ya seguro que todo empieza a llenarse y no se podrá comer con un poquito de silencio.
Y no tardaron en salir de allí, cogiendo la chica la mano de Yesenes, para salir tal cual del lugar.
Suspiró con el abracito que formó Adnan tras que su tripa se quejase y ella lo tratase de arreglar con palabras, y correspondió con fuerza al mismo después de soltar las manos de ambos, cerrando los ojitos mientras le escuchaba hablar, atontándose un poco con él.
Con las palabras de él solo puso morritos y le miró con toda al mala cara que pudo poner, frunciendo el ceño y terminando por separarse un poquito para quedarse mirándole algo mas de frente. - No seas bobo, ¡no digas esas tontadas! - Suspiró y negó con la cabeza, terminando por ladear un poquito la misma.
Se separó un poco y terminó por asentir con la cabeza. - Vale, entonces iremos a comer ya. - Se mordió la mejilla por dentro y se separó del todo de él tras darle un suave beso sobre los labios, suspirando y girándose para mirar si todas las cosas estaban limpias.
Sonrió al ver que casi por completo era así, ya apenas parecía que el hechizo dejaba las cosas también ordenadas, y todo quedó totalmente limpio y perfectamente colocado.
Volvió a sentirse abrazada, y entonces, tras escuchar que a Yesenes le parecía bien que se fuesen ya, el chico le soltó y fue a terminar de recoger los frascos, guardándolos.
Aprovechó a volver a mirarle cuando terminó de hablar y le sonrió. - Claro... iremos a comer algo, luego a por los libros y podemos leerlos juntos, así seguro que si no entiendo algo puedo preguntártelo en el momento y no al siguiente día. - Le sacó la lengua tras hacer de nuevo ella misma un pequeño resumen del plan que tenían y se volvió a acercar a donde habían estado, para coger su capa que estaba prácticamente a una de las mesas de los lados, y se la puso por encima de los hombros, esta vez si, abrochándosela con total facilidad. - Venga, venga, si no vamos ya seguro que todo empieza a llenarse y no se podrá comer con un poquito de silencio.
Y no tardaron en salir de allí, cogiendo la chica la mano de Yesenes, para salir tal cual del lugar.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
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